La Cámara Azul, como muestra nacional e internacional de los diferentes géneros audiovisuales, surgió en 2004 desde la Sección de audiovisuales de la AHS en la provincia, organizado por el joven realizador Jorge Ribail ante la escasa presencia del género en Romerías.
Aunque desde la edición fundacional existió presencia del audiovisual, pues los primeros participantes internacionales fueron estudiantes de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV) junto a la actriz Laura de la Uz y el profesor y guionista brasileño Joaquín de Assis, cuando su telenovela Roque Santeiro hacía furor en la pantalla nacional. Entonces se proyectaron varios documentales y una Muestra de Cine Erótico.
“La Cámara Azul se concibió inicialmente como un encuentro de realizadores y para los realizadores. La sección teórica se concentró en encuentros de los jóvenes realizadores con artistas consagrados del audiovisual. Si en algo hemos contribuido al ambicioso proyecto que son las Romerías de Mayo como Festival Artístico, si en algo ha servido para que el gremio de los artistas audiovisuales crezca cualitativamente sobre todo, entonces ha sido muy bueno y debemos estar felices por lo poquito que nos toca de ese logro”, dice Ribail.
El evento, realizado con el apoyo del Centro Provincial del Cine, y que en sus primeras ediciones tuvo un carácter competitivo, con obras de varios países, ha dedicado jornadas a temas como el musical, el cine de autor, la producción y la animación. Asimismo, ha homenajeado a Humberto Solás, Tomás Gutiérrez Alea (Titón), Manolo Redondo, el Almacén de la Imagen en Camagüey, Fernando Pérez, a propósito de la entrega del Premio Nacional de Cine en 2007, Juan Carlos Tabío, cuando recibió el Premio Nacional en 2014, y el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica en su aniversario 60 en 2019.
“El simple hecho –si es que es simple– de insertarse dentro del delicioso caos de un Festival tan sui generis como son las Romerías de Mayo, ya es una distinción de la Cámara Azul. Pero considero también que las proyecciones en pantallas a la intemperie, a cielo abierto, bajo las estrellas, no es cosa que suceda en muchos eventos del audiovisual, y es otra distinción de un evento que a lo largo de estos años se ha honrado con la proyección a cielo abierto y en salas cerradas de obras del catálogo del Festival de Cortometrajes La Boca del Lobo, el Taller Comunitario Ojo al Sur, DOC TV de Telesur, La Villa del Cine de Venezuela, la EICTV, la Facultad de Arte Audiovisual del Isa en La Habana y sus filiales en Camagüey y Holguín, el Proyecto InCubArte de Honduras, los Estudios de Animación del Icaic, la Fundación Ludwig de Cuba, el Festival Almacén de la Imagen, el Festival Internacional de Videoarte de Camagüey, la Muestra Joven Icaic, entre tantas otras”, añade.
El encuentro audiovisual –organizado, entre otros, por Alejandra Rodríguez Segura, Yamila Marrero, Manuel Alejandro Rodríguez y Dayana Prieto– ha posibilitado la realización de materiales, como el documental Romerías de Mayo: Porque no hay hoy sin ayer, de Pablo Javier López, y el reciente Romerías, la utopía, de Carlos Gómez y Manuel A. Rodríguez Yong.
Dieciséis años han transcurrido desde que este evento que en su nombre evoca al proceso cinematográfico utilizado para que varios elementos fotografiados por separados sean reunidos en una sola imagen, se realizara por primera vez. “La metáfora es hermosa: el evento tenía que ser capaz de reunir en una sola imagen a jóvenes realizadores y cinéfilos de muchas latitudes. Hoy la Cámara Azul ha sido asumida por la nueva generación de jóvenes realizadores, que la organizan desde sus inquietudes, sus anhelos, sus aptitudes”, añade.
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