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Viaje de la tradición a la modernidad

Tradición y modernidad se dan obligada cita en Holguín cada año durante las Romerías de Mayo. Este tránsito que une a los jóvenes con sus maestros y es parte esencial y fundacional del evento, es representado por el viaje, en hombros de los romeros, de una representación del Hacha de Holguín, símbolo de la ciudad, desde el Museo Provincial La Periquera hasta la cima de la Loma de la Cruz al inicio del Festival Mundial de las Juventudes Artísticas. Esa misma Hacha regresa, ya en la clausura, al centro de la urbe y es izada en el edificio más alto del territorio: uno de los 18 plantas ubicados en la cercanía del Estadio y la Plaza Mayor General Calixto García, sitios del concierto final.

Hoy se hace imposible llenar las calles de participantes cubanos y extranjeros, y subir en hombros el Hacha hasta la cima de la Loma. La situación epidemiológica que atraviesa el país y el mundo a causa de la propagación del Covid-19 impide la fiesta y la creciente avalancha de arte inundando instituciones, pero sobre todo los parques y plazas.

Aun así un grupo de asociados subimos temprano a la Loma de la cual se divisa toda la urbe. No lo hicimos solos, sino junto a una representación del sistema de instituciones de la Cultura, en compañía de la directora provincial Rachel García Heredia, y fundadores como Maricel Godoy, directora de Codanza, y el trovador Fernando Cabreja.

Lilién Aguilera, presidenta de la AHS holguinera en la loma de la cruz/ foto tomada del perfil de facebook de alexis triana

“La ciudad está en silencio, no se escucha el transitar de los coches, el devenir de los estudiantes de las escuelas de arte, la llegada de los foráneos, las voces de los radialistas, el paso agitado de los productores, el lente oportuno de los fotógrafos…, el alma de una urbe acostumbrada a recibir a los amigos. Pero, a pesar de la complejidad de las circunstancias, debemos mantener el espíritu de nuestro Festival Mundial de Juventudes Artísticas, organizado por la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y las instituciones de la Cultura, siempre punto de partida, y a la vez de reencuentro entre generaciones y culturas de los pueblos”, dijo Lilién Aguilera, presidenta de AHS en Holguín en una alocución a los romeros de todo el mundo trasmitida por diferentes medios.

“Desde casa, los jóvenes artistas compartiremos nuestra obra en las plataformas digitales y los medios de comunicación, difundiremos nuestros mensajes de solidaridad y compartiremos nuestras creaciones. Cuando la grandeza de miles de hombres y mujeres en todo el mundo impide la muerte de sus semejantes, cuando las distancias nos convocan a revisar nuestras esencias, el arte es también una forma de salvar”, añadió.

Esta cita del arte tiene origen en las Fiestas de Mayo, una de las festividades más antiguas de la humanidad. Estaban vinculadas a las estaciones del año, especialmente al tránsito del invierno a la primavera. De esta manera, el hombre antiguo celebraba el renacimiento de la vida después del período invernal. Con la oficialización del cristianismo en el Imperio Romano se establece un calendario litúrgico: los viejos cultos se sincretizaron con la nueva fe, y las ceremonias del equinoccio de primavera y del solsticio de verano, devinieron nuevos ritos asociados a las interpretaciones católicas.

Estas festividades llegaron a Cuba con la colonización española y están relacionadas al Día de Invención de la Cruz, el 3 de mayo, celebración que, según la historiografía católica, recuerda a Santa Elena, madre de Constantino El Grande, emperador romano que entronizó el cristianismo, quien se dice encontró la Cruz del Calvario, el madero en que fue crucificado Jesús. A partir de 1752 llegan a Holguín un grupo de sacerdotes con el objetivo de construir un convento, ya que en la región no existía otra construcción religiosa que no fuera la iglesia parroquial edificada en 1720. Fueron precisamente estos franciscanos quienes trajeron una fiesta religiosa conocida como la Romería de la Cruz.

Como es tradición, el Hacha de Holguín, símbolo de la ciudad, se traslada desde el Museo Provincial La Periquera hasta la cima de la Loma de la Cruz al inicio del Festival Mundial de las Juventudes Artísticas/ foto de ediciones anteriores de las romerías de mayo/ tomada del perfil de facebook de alexis triana

Esta fiesta católica comenzó a practicarse en la ciudad el 3 de mayo de 1790, cuando el fray Antonio de Alegrías, perteneciente a la orden de San Francisco, llevó a cuestas hasta la cima una cruz de madera, dejándola colocada de tal forma que podía avizorarse desde diferentes partes de la ciudad. Comenzaba así una tradición española a partir de la cual el Cerro del Bayado se convirtió en la Loma de La Cruz hasta nuestros días.

Entonces el pueblo holguinero en procesión, luego de peregrinar desde la iglesia de San Isidoro, subía por toda la calle hasta la cima de la elevación, con el objetivo de hacer rogativas, encender velas e incienso, y oficiar una misa junto a la cruz de madera colocada por el fraile. Asistían el Cabildo, Justicias, y el Regimiento de Holguín. Después de la festividad religiosa, seguía la parte laica, también en las cercanías de la loma, con bailes populares, corridas de cintas y peleas de gallos, además de ofertarse productos como el agualoja, bebida típica de los Altares de Cruz, chicha, vinos, que en el siglo XX serían sustituidos por cerveza y aguardientes. Se comía ajiaco, tamales, empanadas, dulces caseros y frituras, que se vendían en kioscos habilitados el día de la Romería. El área de la fiesta se ornamentaba con hojas de palma, y con bombillos después.

Precisamente en los alrededores de este cerro –con una altura de alrededor de ciento veintisiete metros sobre la ciudad y cuya escalinata fue promovida en 1927 por Oscar Albanés Carballo, con el objetivo de desarrollar en todo su esplendor la Romería de la Cruz– se reportó el hallazgo del Hacha de Holguín por un capitán español en 1860, una de las piezas de las culturas prehispánicas cubanas de mayor belleza entre las de su tipo.

Fabricada con piedra peridotita verde olivo, el Hacha posee un sello distintivo que la hace significativa, pues representa una figura antropomorfa masculina, con una diadema en la parte superior y los brazos colocados sobre el pecho. La pieza mide 350 mm de longitud, 76 mm de ancho y 48 mm de mayor grosor (el Hacha sería declarada en 1981 símbolo del territorio y se ha entregado a varias personalidades como Fidel y Raúl Castro, Maurice Bishop, presidente de Granada, Silvio Rodríguez, José Agustín García Castañeda, Eusebio Leal, Antonio Núñez Jiménez, Liuba María Hevia, entre otros).

Sería esta pieza la que fuera utilizada como símbolo de resistencia cultural en las actuales Romerías de Mayo. Aquellos jóvenes entusiastas, liderados por el periodista y promotor Alexis Triana, en una sesión de trabajo decidieron su realización en papel maché sobre estructura de alambrón, con ocho metros de largo por cuatro de ancho, para ser colocada a la misma altura que la cruz. Los debates con los jefes de sección esbozaron la posibilidad de llevarla hasta el último piso de los edificios dieciocho plantas. Incluso, cuenta el propio Triana, se realizó un performance con el Hacha utilizando una roldana en la punta del edificio y una soga gigante para izarla a mano, a pesar del extraordinario peso, hasta colocarla en el punto más alto de la ciudad, y así desafiar una resolución del Consejo de Desarrollo Monumental (Codema) en la provincia que se oponía a que este símbolo hiciera su hoy habitual recorrido por la ciudad.

Al año siguiente el Hacha subió, en hombros de los participantes, la escalinata de 458 escalones, y fue depositada sobre el torreón español durante la semana de festejos (no sin provocar críticas veladas, pues muchos consideraban que esto no correspondía a tradición alguna). Desde entonces, y a solicitud del Comité Organizador, los estudiantes de la Escuela Profesional de Artes Plásticas El Alba, año tras año, remodelan el Hacha de Holguín, en tanto los de Cultura física consideran una tarea de honor llevarla escalinata arriba hasta superponerla sobre el Torreón de la Loma de la Cruz.

Entre la Romería de la Cruz de Mayo, que feneció alrededor de los años 50 y devino en fiesta pagana y popular, la Loma de la Cruz con su majestuosa escalinata, y el Hacha de Holguín como símbolo de resistencia cultural, comenzó a hilvanarse el tejido de la historia de las Romerías de Mayo como Festival Mundial de las Juventudes Artísticas, y que, desde casa, continuamos con la seguridad de que no hay mañana sin hoy.

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