Entra a la oficina de Diseño Editorial y su saludo contagia al equipo creativo. Está en Ediciones La Luz con una cámara en la mano, necesita un protector para el lente. Consulta a todos, y los de allí se distorsionan, entablan una conversación que nos aleja del trabajo, pero le prestamos atención y le damos café, de cualquier taza, es uno más de allí. A veces, ese café tiene la magia de anclarlo en la silla y Camilo no se va, sobre todo porque quiere ver las últimas correcciones de su libro. Se trata de Laminarios, su más reciente publicación bajo nuestro sello y presentado también en formato eBook en la pasada Feria Internacional del Libro de La Habana. Camilo siempre está dispuesto a colaborar: “lo que haga falta Yuseff”, dice en aras de vernos crecer y de verse luz, porque en varias ocasiones ha expresado su agradecimiento por haber sido escogido en este plan editorial.
Así llegué a la poesía de Camilo, conociéndolo en las presentaciones, en un café, en las voces de una amiga. Así llegué a trabajar en sus versos y no veo otra persona que no sea él mismo en cada línea. Su madre, personaje principal en la mayoría de sus poemas y a la que dedica este libro, se desdobla para ser irremediablemente heroína, madre-angustia-sacrificio, madre todopoderosa, madre-totem, abnegación, confianza y desvelo, madre omnipotente…
Mi madre teje en su banqueta de pino
un mantel anchísimo
…
Madre teje a estas horas
para acabar temprano con el hambre
Luego aparecen otras perturbaciones, el poeta de la Villa Blanca de los Cangrejos, resurge en las aguas, el olor a salitre es quien lo perpetúa de esas muertes que él mismo se figura.
Esta mujer que viene a mí
se está muriendo
tiene olor a animal pútrido
desde niño sé distinguir ese hedor
lo sentía en la iglesia
había una anciana que olía a cáncer
y me daba muchos besos
como quien besa por última vez
me abrazaba con el pecho blanco
lleno de talco
con ese aroma viciado
de fluidos y escaras
esta mujer que se aproxima
no me besa
posa una mano sobre mi hombro
y me mira con lástima
Su vida es llevada a una placa de laboratorio, y en esa lámina donde la lupa del microscopio amplía minuciosamente cada elemento, aparecen sus peregrinaciones, los recorridos que hace sobre el cuerpo de cada mujer o de la patria. El pescador ha vivido a su antojo con la fórmula de la felicidad que precisa uno de sus versos luz:
…hubo mirra
incienso y mieles
y una muchacha
se hizo sal
en un espasmo
cuando sostuvo la mirada.
Si hablamos de recursos literarios, tropos empleados en su dramaturgia, el autor resuelve con simulaciones. Es difícil comprender que cada uno de los hemistiquios que conforman sus poemas es un modelo matemático a veces abstracto, otras no, pero no pueden explicarse por las teorías clásicas. Camilo no es un poeta de deducciones. La lectura parcial indica una interpretación, la lectura analítica contrapone significados, y deja al lector en un mar de polisemias listo para ser creador a partir de uno de sus versos.
Sobre un verso de Camilo Noa
Vamos a amarnos hasta saciar el hambre de los cuerpos
Vamos a amarnos y repartir las caricias a partes iguales
Yo te ofrezco mi flor, mi poema
Cada noche siento que me ofreces de algún modo tu Patria.
Sus textos poseen la belleza, la estética que el buen arte amerita, las voces latinas conforman el entramado característico de poemas-ciencia. Porque el autor o es macho viril, o es hombre empatía con tendencia al mimo. No por mi cercanía, pero me atrevería a decir que Camilo es el neologismo vallejiano, una especie de trilcedumbre; tristeza por el vocablo recurrente hambre, dulzura por esas retribuciones implícitas constantes que aparecen a modo de exergos o intertextos:
A L.Y.
Seguramente mi amigo el poeta
hubiese llorado de ver morir aquel árbol
sintiendo igual estremecimiento
lloré al ver las manos del carbonero
que lo talaba
Aquí no se vislumbra un recurso clásico de métrica o rima, pero hay un verso libre, tan libre como los pensamientos del autor que habita en una nación suya y donde canta su propio himno, lo incita a transitar en ese mundo de carencias, problemas existenciales, o de circunstancias. Estamos ante un texto de valiosa carga semántica, con imágenes y metáforas conceptuales, elegantes verbos de vida interior que hacen sin duda alguna en Camilo y el lector la extrapolación necesaria.
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Muchas felicidades Camilo… este joven fue una de nuestras banderas hace 8 años cuando intentabamos iniciar Claustrofobias…