En cuanto mi teléfono se conecta a internet comienza una sinfonÃa de rintongnes, notificaciones sin parar y en la pantalla un Ãcono que remeda a un avioncito de papel. Telegram me asalta con las interacciones en el canal de La EstanterÃa Cubana. SÃ, pertenezco a un grupo, y pertenecer es importante, porque se habla un mismo idioma, el de los libros.
Naskicet DomÃnguez Pérez, coordinador de Claustrofobias Promociones Literarias, creó esta cofradÃa de libroadictos, y las reacciones son muchas: de gratitud, alegrÃa, encomio. Hay sugerencias y debates y megas y megas de tÃtulos a disposición de los miembros. Naskicet es claro: “hemos creado este espacio para el intercambio de libros digitales ahora que estamos en casa. He enlazado a 80 amigos que consideré debÃan estar por aquÃ. Si necesitas un libro, lo pides; y si alguien lo tiene, lo comparte. De esta manera ahorramos datos en las búsquedas. Y otra opción es recibir recomendaciones de tÃtulos o repositorios de librosâ€. Y ese fue solo el principio, porque mientras escribo los suscriptores se suman a cada minuto y ya van por alrededor de 700.
Yunier Riquenes, autor, la otra parte imprescindible de Claustrofobias y coordinador de La EstanterÃa, explica que “en este proyecto, se comparten libros en Epub, PDF y aplicaciones para leer. Enlaces a otros canales y direcciones digitales que sirven como pistas a otros libros.†Y yo agrego: se comparten convocatorias.
Ya La EstanterÃa exhibe a autores cubanos como José MartÃ, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Cirilo Villaverde, Fernando Ortiz, Lydia Cabrera, Alejo Carpentier, Reinaldo Arenas, José Lezama Lima, Manuel Moreno Fraginals, Carlos Montenegro, Virgilio Piñera, Guillermo Cabrera Infante, José Ãngel Buesa, José Soler Puig, Samuel Feijóo, Jesús DÃaz, Gastón Baquero, Jorge Mañach, Severo Sarduy, Carlos Victoria, Guillermo Rosales, Oscar Hijuelos.
Y los usuarios se ponen creativos, fabulando cómo serÃa coincidir con tal o más cual autor, el famoso almuerzo lezamiano tiene seducidos a unos cuantos, y hay quienes esperan por Virgilio. Unos más atrevidos conjuran una cena con Bukowsky o Miller. Y cada uno construye más allá del diálogo del grupo, una situación particular donde coincidir con su autor favorito. Ya se sabe: se viaja en los libros y hablando de ellos y la dicha es mucha cuando un desconocido o un viejo amigo te envÃa el enlace de un libro muy buscado por ti.
Con la boca hecha agua por tanta página por descubrir y gratis noto además que hay muchÃsimos escritores extranjeros como Julio Ramón Ribeyro, Alice Munro, MijaÃl Bulgakov, Gabriel GarcÃa Márquez, Eduardo Galeano, Virginia Wolf, Henry Miller, José Saramago, Abelardo Castillo, y el flujo de autores y textos es constante, ¿Alguien tiene Aura, de Carlos Fuente? ¿Me pueden sugerir algo de Reina MarÃa? ¿Y Momo, por Ende? Iré a preguntarles.
Ya la cuarentena es menos dura. Sigue existiendo un mundo afuera donde el virus y la humanidad se baten a duelo, no lo ignoro. Pero hay que quedarse en casa, mientras pantalla del móvil mediante, atravieso portales a mundos ignotos.
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Muy buena idea. Yo quisiera el libro José Martà el apóstol de Jorge Mañach