Fernando Cabreja se niega a hacer canciones facilistas que lo coloquen “en la punta de la listaâ€. Asegura que “pudiera hasta llenar cualquier teatroâ€, haciendo sopa o vendiéndose barato, pero tiene “un corazón insobornable que no acepta ningún tratoâ€.
Ni facilista ni oportunista, Cabreja –especie de cronopio cortaziano nacido en Sagua de Tánamo, HolguÃn, en 1959– prefiere catalogarse en una de sus canciones más conocidas como “un tipo torpe, algo bohemio, medio loco, que siempre está fuera de focoâ€.
Asiduo de peñas, tertulias y descargas improvisadas, guitarra en ristre, Cabreja rompió el falso mito de que un concierto de trova no llena un teatro. El coloso holguinero Eddy Suñol, abarrotado en sus dos plantas, fue sede de Fuera de foco, primer gran concierto de este artista que celebró sus 60 años de vida, 40 de ellos dedicados a la música y resumidos también en el cancionero Como una luna en pie, publicado por Ediciones La Luz.
“Vengo de la tradición de los trovadores de las primeras décadas del siglo XX. Soy autodidacta, pues estudié Historia del Arte en la Universidad de La Habana y aprendà mirando los acordes de músicos que realmente sabÃan: conocà elementos de la armonÃa, el solfeo, la composición, trucos a la hora de crear una canción, pues el hecho creativo de la composición musical no tiene reglas y mucho menos recetasâ€, asegura Cabreja.
Las cálidas luces, una escenografÃa intimista compuesta por varias farolas citadinas y un banco, como si estuviera en un parque cualquiera, gracias a una adecuada dirección de arte, hicieron del concierto, más allá de la música de Cabreja y gracias precisamente a ella, una cita memorable. Acompañado de su guitarra y varios invitados en su primer momento, y del grupo del cantautor Raúl Prieto después, Cabreja desgranó temas como “Levántateâ€, primero que compuso “después de salir de la República Federativa de Moaâ€, lugar donde inició su carrera artÃstica y fundó la Asociación Hermanos SaÃz en 1986.
“El concierto significó el comienzo de mi vida, pues la obra de arte, la canción en este caso, hasta que no interactúa con el público, no existeâ€, destacó del “preámbulo y portada†de sus 60 años, con coordinación y producción de su esposa, la reconocida cantautora infantil Edelis Loyola, y arreglos de su hija, Edelis Cabreja, flautista además, donde elementos de la música cubana se fusionaron con el funk, el jazz y otros géneros.
Cabreja interpretó canciones –ha compuesto más de 150 canciones, pero interpreta en su repertorio alrededor de 30– como “Alta Mareaâ€, nombre de la peña que realiza en la Casa de la Trova “Faustino Oramas†y que fundara en Moa en 1998; “Muchacha en la ciudadâ€, acompañada en la flauta por el talento de su hija; “Mi fortunaâ€, junto al saxofonista Osmar Julio Matos; “Valga la distanciaâ€; “Volviste a mÃâ€, con el violinista Airán González, concertino de la Orquesta Sinfónica de HolguÃn; “Cosas en comúnâ€, “Ya estoy contigoâ€, “Turbonadasâ€, “Apuntes de un juglarâ€, “Algo más de la vida†y “Fuera de focoâ€.
En su peña Alta Marea, Fernando Cabreja se acompaña por un poeta. Él es esencialmente “un poeta amparado por una guitarraâ€, que incluso ha sido recogido en varias antologÃas. Por eso en el concierto invitó a José Luis Serrano, Premio Nacional de PoesÃa Nicolás Guillén, a compartir uno de sus textos en una especie de descarga performática donde trova y poesÃa se unieron y compenetraron de la mejor manera posible.
De Como una luna en pie, cancionero presentado en el Ãlbum-Café El Chorrito de la Egrem en HolguÃn y en la Feria Internacional del Libro de La Habana, Fernando Cabreja asegura: “El libro resultó un objeto de arte muy funcional y que se parece mucho a mÃ. Incluye 60 textos de canciones mÃas de diferentes etapas de mi vida, desde 1984 hasta más recientes. Es imprescindible hablar de la labor que hizo conmigo Serrano como antologador, él es quien mejor conoce mi obra desde un punto de vista analÃtico, conceptualâ€.
Como una luna en pie es el tÃtulo de una de los temas incluidos en el libro y además del concierto que Cabreja realizó hace unos años en el habanero Centro Pablo de la Torriente Brau. Ahora trabaja en un disco –el primer en su amplia carrera– en los Estudios Siboney, Santiago de Cuba: Cuando todo coincida “redondeará varias etapas de mi vida e incluirá elementos del blues, el son, la balada, del rock, el country, el boleroâ€.
Durante un tiempo vivió en el alargado y vibrante Chile, junto a su esposa Edelis Loyola: “Estuve del 2014 hasta 2016 y logré tener un espacio fijo en La Calera, una comuna ubicada en la Región de ValparaÃso. También me presenté en Santiago de Chile, junto al trovador chileno Juan Francisco Lastraâ€, comenta este miembro de honor de la AHS y quien defendió, en sus inicios, la trova desde la célula de Moa.
El final del concierto no pudo ser más apoteósico y necesario: Fernando Cabreja, el maestro de trovadores, llamó a todos los cantautores presentes, muchos que vinieron desde geografÃas tan distantes como Moa y Estados Unidos. Y juntos –Raúl Prieto, Alito Abab, Raulito Prieto, Manuel Leandro Ibarra, Eider Greseski, Leinier DomÃnguez, entre otros– corearon aquello de “Y si te cae el peso de la soledad, dale un paseo tranquilo a tu ciudadâ€.
Cabreja se considera un trovador: un hombre que apoya “la canción reflexiva y verdadera, como decÃa VÃctor Heredia, aquella que te convoca a pensar. Defiendo la canción espontáneamente raigal, natural, sin adornos ni artificios. No la otra, que tienes que ponerle muchos oropeles para que funcione y camine. Como decÃa Sindo Garay: “la canción un poco desnuda, una canción buena, a capella, incluso sin guitarra, caminaâ€.
Fernando Cabreja cree –como Violeta Parra– que “la canción es un pájaro sin plan de vuelo, odia las matemáticas y adora los remolinosâ€. A esa canción se aferra y por ella vive.
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