Aunque nunca he tenido la real intención de hacerlo, recuerdo haber cantado, más de mil veces, la canción de aquella telenovela sin igual que entonaba: «Pintaré mi pelo de marrón…», aunque sà fumé hasta romperme un pulmón esa tarde. La tarde que Polito Ibáñez estremeció el suelo lÃrico en el patio del Hotel Rueda 1920 en Ciego de Ãvila. Junto a nosotros, por primera vez en la historia de Trovándote, el autor de un hito de nuestra infancia y de algunos, su adolescencia, vino a trovarse.
Carlos Ibáñez es un cantautor desde el alma, excelente y amable persona. «Fui evaluado, en mis inicios, por Marta Campos, recuerdo que ella decÃa, a mà me gusta Carlitos, asà me llamo, decidà cambiarme a Polito porque habÃa muchos Carlos, Carlos Varela, Carlos Marx, ¡Yo querÃa distinguirme! Marta me evaluó y me dio el máximo, quizás por eso estoy hoy aquÃ. Hay algo que a mà me gusta mucho y es cuando alguien me dice: ¡Yo te escucho desde chiquito! y eso me lo dijo una muchacha aquà hoy, primero me recuerda la cantidad de años que tengo, luego me rebosa la alegrÃa de saber que alguien ha crecido con mi música.»
Las canciones no solo cuentan historias, ellas tienen su historia, la basura tiene historia, cuenta Polito que «si, la canción fue inspirada en un amigo mÃo que era gerente, tras una investigación, no le encontraron nada, hasta que revisaron su basura, ahà encontraron lo suficiente.» La tarde fue de recuerdos, más de una canción fue asistida por su público, por sus amigos y los excelentes músicos con los que colaboró disimiles piezas. Quien tiene amigos, tiene un pueblo, en este caso, una orquesta.
El saxofonista avileño Livan Tartabull, quien alguna vez formó grupo con el cantautor, fue uno de tantos que asistieron el enriquecimiento armónico de las canciones de Ibáñez. Hueso o como lo bautizase Polito Ibáñez, “el prÃncipe del güiroâ€, todo un personaje, desempeñó junto a Tartabull un entretenido interludio. Reto a aquel que pueda decirme, ha escuchado un solo, guerra de saxofón y güiro…
William MartÃnez, guitarra eléctrica y Yordankis Sánchez, cajón, acompañaron más de un tema del autor como el que alude a sus años de preuniversitario y adolescente «Fantasmas». Y la intervención sin igual de quien ha robado el show del festival, Jorgito Kamankola.
Polito rememora sobre viejos tiempos «cuando hice «Doble juego», en aquellos tiempos en que las personan iban a ver mis conciertos y se la pasaban de lado a lado, mirando a todas partes, tomando cerveza, hasta llegar la canción del final, era la única que todo el mundo se sabÃa; fue por allá mi primera vez en Ciego de Ãvila. Este concierto a mi parecer, es mejor, porque no siempre tienes la oportunidad de que tu público sean cantautores, artistas apreciando tu obra. Hoy de hecho, he tocado guitarra, yo ya no sabÃa lo que era eso.»
La tarde vistió de sus más viejas interpretaciones «Papeles», «Números» y «¿Dónde estarás?», como señora coqueta, e intercambió pasarela con los estrenos «Chica Bombillo»…
… «Imagino» y «El cuerpo enfermo y el alma sufre», temas de su nuevo álbum en proceso de masterización, por ahora el nombre sujeto a cambios «No sucede nada» y el inevitable final de un «Doble juego», como en los viejos tiempos.
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