El ser humano tiene la condición de desdoblarse en varias facetas como capacidad inherente de supervivencia ante los retos que las circunstancias le imponen. Este convierte en arte las adversidades, que como material, contribuyen a generar diálogos e interacciones de los públicos con la obra resultante, en cualquiera de las manifestaciones artísticas, en lo que vendría a ser un acto comunicativo, que no es más que uno de los efectos que acompaña el acto creativo. En el caso de la literatura, específicamente la poesía, este efecto, según el poeta y ensayista español José Ángel Valente, “no alude [directamente] a la naturaleza del proceso creador (…) donde importaría (…) centrar la consideración de lo poético (…) para ver que la poesía es, antes que cualquier otra cosa, un medio de conocimiento de la realidad…”[1]
La perspectiva de Valente sugiere que, “En el momento de la creación poética lo único dado [al poeta] es la experiencia en su particular unicidad…”
Partiendo de tal apoyatura cabe destacar la idea que el arte consiste en dar forma a esa realidad, en sondear lo oscuro –desconocido– de la misma que el poeta con y desde la palabra intenta clarificar –para sí y para el otro– con el recurso que dispone, o sea, el lenguaje: hecho frase, hecho palabra, hecho verso.
La creación poética, decía Jorge Luis Borges, parte de la memoria y la memoria está hecha sobre todo de olvido; ya que [ella] –suscribiendo lo dicho por el filósofo francés Henri Bergson– escoge lo quiere olvidar.[2]
Pero existen experiencias de vida que por su impacto o afectación no pueden ser borradas del todo. Así, por ejemplo, sucede con la pérdida de la libertad en cautiverio, dígase cárcel o prisión, situación que a través de la historia tributó al surgimiento de importantes obras literarias de escritores de la talla de Cervantes (El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha), Fiódor Dostoyevski (Recuerdos de la casa de los muertos; Los presidios de Siberia), Oscar Wilde (De profundis), Miguel Hernández (Cancionero y romancero de ausencias), Jean Genet (Santa María de las Flores).
En otros géneros el tema de la prisión también ha sido articulador, véase los escritos de Nelson Mandela (Autobiografía), Mahatma Gandhi (Canciones desde la prisión), Antonio Gramsci (Pasado y presente: Cuadernos de cárcel), Martin Luther King (Carta desde la cárcel de Birmingham), José Martí (Presidio modelo en Cuba), Pablo de la Torriente (Presidio Modelo) y Fidel Castro (La Historia me absolverá), entre otros.[3]
La libertad engloba disímiles significaciones como determinación, soberanía individual, autonomía. Y desde la ética filosófica se señala que es inherente al hombre. Es por ello que ante el hecho de perderla no pocos prefieren “la muerte, hay quienes se dejan abatir por las circunstancias y hay también quienes no solo las soportan estoicamente sino también las usan como la oportunidad para definir sus vidas, sus obras y sus filosofías.”[4]
Reflejo de lo anterior es la obra de Ho Chi Minh (1890-1969), que amerita, por sus valores éticos, políticos, culturales y literarios, traerse nuevamente a la actualidad. Fue este un hombre cuya faceta de revolucionario y estadista ocultaron su personalidad de poeta, forjada en la dura experiencia de lucha y resistencia contra el dominio colonial, que lo llevó al presidio en 1942. De ahí, del tedio horrible del encierro, nacería el poemario Diario de prisión,[5] publicado en varios idiomas y que viera a la luz en Cuba por el sello Colección Sur Editores de la UNEAC, hace más de un lustro.
Esta edición en español fue acogida con beneplácito por el público lector cubano, sobre todo por la admiración que algunos sienten hacia ese gran artífice del pensamiento postcolonial. Y de manera general, por admiración hacia la tierra de los anamitas, acerca de los que Martí expresó:
“También, y tanto como los bravos, pelearon, y volverán á pelear, los pobres anamitas, los que viven del pescado y arroz y se visten de seda, allá lejos, en Asia (…) Trabajan. Parecen plateros finos en todo lo que hacen, en la madera, en el nácar, en la armería, en los tejidos, en las pinturas en los bordados, en los arados.”[6]
La filosofía de vida y acción de los vietnamitas, reflejada en el escrito martiano, se percibe en el tono de los más de cien poemas de Diario…, traducida por el poeta, narrador y ensayista cubano Félix Pita Rodríguez, catalogada por la VOV world, emisora de radio nacional de Viet Nam, como “una obra, sencilla y humana, que ayuda a los lectores a comprender mejor la aspiración de Ho Chi Minh a la independencia y la libertad nacional…”[7] Una obra que debiera redescubrirse, cuando se aproxima la vigesimonovena edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana, en febrero de 2020, y la cual estará dedicada a la cultura y literatura de la República Socialista de Viet Nam, nación del que el bardo fuera su artífice principal. Como expresara en uno de sus versos:
“Yo del nuevo Vietnam soy el representante”
La producción literaria de este país asiático, fundamentalmente después de la renovación nacional de 1986,[8] es sustancial, y su promoción, difusión y comercialización se intensificará en la FILH y en otros espacios, teniendo en cuenta que para no pocos lectores sigue siendo desconocida. No obstante, han sido publicados ensayos político-sociales por editoriales como José Martí, Pablo de la Torriente Brau, Ciencias Sociales, Ocean Sur, que sirven, de una manera u otra, como plataforma para conocer algunas particularidades de esa cultura.
El libro que nos ocupa fue escrito originalmente en idioma chino para no despertar la sospecha de sus carceleros en cuanto a la temática de lo que escribía. Pita Rodríguez,[9] acota que Diario… se entrecruza, a veces, con el microrrelato y se caracteriza por versos rimados, (rimando haré más cortos los días en la prisión/ y esperaré que llegue mi libertad catando), así como por la síntesis, emoción y limpios de estridencias innecesarias y llenos de lirismo, en concordancia con una reseña sobre este libro en la revista chilena de literatura Punto Final.[10]
Diario… es el testimonio de un año (1942-1943) en las cárceles chinas de Chang Kai Shek, cuyas descripciones estremecen al leer poemas como Ingresando en la prisión de Tsing Si:
En la prisión los viejos acogen al que ingresa.
Blancas nubes ahuyentan las nubes de tormenta
y por el cielo, todas, libremente se alejan.
Un hombre libre, solo, permanece en la celda).
La prisión de Nan Ning:
Ésta es una prisión de estilo ultramoderno,
que brilla iluminada por la electricidad.
Ah, pero la comida es sopa bien aguada,
y vacío el estómago, chilla en la oscuridad.
Traslado a Tian Pao el Día del Doble-Diez:
Por todas partes han colgado faroles, y con flores
las casas engalanan. (…). Amarrado ese día, de cárcel me trasladan.
Sigue el viento obstinado contra el águila en vuelo.
La prisión de Kuo Teu:
Esta prisión parece una gran casa familiar.
En leña y en arroz, aceite y sal, cada uno se abastece
Tung Chung:
La cárcel de Tung Chung es como la de Ping Ma.
Una taza de sopa por comida.
Gruñe el vientre vacío.
Los poemas de Ho Chi Minh –sobre los que algunos estudiosos han afirmado que mezclan las tradiciones vietnamitas, chinas y occidentales– relatan sus reflexiones
¿Qué hacer en la prisión, sin bebida ni flores,
en noche tan radiante, luminosa y serena?
Mira el hombre a la luna que esplendorosa
Asciende.
La luna mira al poeta, a través de la reja.
O penurias:
Apenas medio cubo es la ración de agua.
Te lavas o haces té: decide por tu parte.
Si te quieres lavar, no tomes té.
Si quieres tomar té, no pienses en lavarte.
Sufrimiento:
A caza de piojos, los reclusos, despertando se lanzan.
Dan las ocho: es el gong que a la comida llama.
¡Ánimo, camarada! Hay que comer. Los que tanto sufrimos
debemos resistir hasta que llegue el alba.
Pero también sus esperanzas, donde el centro es la libertad del ser humano:
Quien sufrió la prisión, la patria puede hacer.
Quien soporta las penas, prueba que es hombre fiel.
Quien piensa en su país, es un hombre de bien.
Que la celda se abra y el dragón al cielo se remonte.
En 2020 se estará conmemorando 60 años de relaciones diplomáticas entre Cuba y Viet Nam y 130 del natalicio de “El iluminado,” significado del nombre Ho Chi Ming, quien naciera un 19 de mayo, fecha en que caía en combate otro iluminado y poeta: José Martí.
Sirva entonces la propuesta de lectura de Diario…, que a casi seis décadas de su primera publicación, continua dialogando –poéticamente– con las generaciones actuales, adentrándonos en el universo simbólico de esa cultura milenaria cuyos hombres y mujeres cambiaron el mapa geopolítico en el pasado reciente, al derrocar potencias como Francia y los EE.UU. Tierra en la que el 16 de septiembre de 1973, el Comandante en Jefe Fidel Castro lloró, cuando sostenía en sus manos un niño mutilado por los horrores de la guerra.[11]
Notas y referencias bibliográficas
[1] Valente, J. Á. (1963) Conocimiento y comunicación. Disponible en http://artespoeticas.librodenotas.com/artes/727/conocimiento-y-comunicacion-1963
[2] Borges, J. L. (1996) La creación poética. En Nexos. Disponible en https://www.nexos.com.mx/?p=7698
[3] Consultar artículo de Andreu Farrás “De la celda a la gloria: 11 líderes políticos que engrandecieron su reputación en la cárcel.” Disponible en https://www.elperiodico.com/es/mas-periodico/20181215/de-la-celda-a-la-gloria-presos-politicos-7200456
[4] Obras escritas desde la cárcel. Disponible en https://www.iberlibro.com/libros/obras-literarias-escritas-en-prision-cautiverio.shtml
[5] También se le conoce como Diario de la cárcel.
[6] Un paseo por la tierra de los anamitas. En volumen I. No. 4 Revista La edad de oro.
[7] “Se presenta en Cuba el poemario “Diario de prisión” de Ho Chi Minh”. Disponible en https://vovworld.vn/es-ES/vietnamiberoamerica/se-presenta-en-cuba-el-poemario-diario-de-prision-de-ho-chi-minh-154005.vov
[8] Thúy Ngà. Literatura vietnamita después de 30 años de renovación nacional. Disponible en https://vovworld.vn/es-ES/cultura/literatura-vietnamita-despues-de-30-anos-de-renovacion-nacional-436427.vov
[9]Ho Chi Ming fue políglota, llegando a dominar varios idiomas además del chino, como el francés, el japonés, el ruso y el inglés.
[10] Alejandro Lavquén. Los libros. Disponible en http://letras.mysite.com/alav100314.html
[11] Más información en el artículo “Una noticia recorre el mundo: Fidel Castro cruzó al sur del Paralelo 17”, de Rafael Suengas Martínez. En Revista Cuba Socialista. 16 Septiembre, 2018.
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