Porque tu amor sea tal vez el poema
que no escribiré nunca,
prefiero tu mirada
que desborda torrentes
de pájaros astrales
En un pueblo del norte espirituano llamado Jarahueca, nació la autora de estos versos.
Ella, Ada Elva Pérez, también dejó a la posteridad temas como Señora Arco Iris, Ana la Campana, El Despertar; que en la bellísima voz de Liuba María Hevia, visten la infancia y definen el pentagrama cubano junto a Teresita Fernández, Rita del Prado, entre otros.
Por esa razón, en esa tierra del municipio Yaguajay, la alquimia poética se gesta a golpe de nostalgias en cada aniversario del “ada”. Pero los pobladores se las ingenian para mantener vivo el aliento y la espiritualidad de aquella hija querida, a través de un evento bienal, Identidad.
Una suerte de aquelarre juglaresco que ocurre cada dos septiembres desde su desaparición física. Reúne en el recodo natal a los amigos de la artista plástica y la músico que fue Ada Elva.
Sin embargo, la cita tan especial en este 2019 fue cancelada por razones coyunturales. El tren Nuevitas-Morón llegó sin poetas, ni artesanos; sin maestros de cocina o sabedores de historias que despertaran al pueblo. Jarahueca con sus hadas dispersas y sus nostalgias pudo renunciar al ritual de los duendes. Pero no fue así, al menos, no del todo.
UNA ALEGRÍA QUE CAYÓ DEL CIELO
Inesperadamente, y ya casi finalizando el año en que debió sucederse la Bienal Identidad, desembarcaron en ese lejano pueblito recostado a la línea del ferrocarril un payaso de grandes paraguas y una trovadora, tan joven como lo fue Ada en sus primeras quimeras.
Durante unos tres días desandaron guardarrayas y rieles, un payaso, una juglar y un fotógrafo ambulante.
El clown Miguel Pérez Valdés, de Teatro de Los Elementos, vino desde Cumanayagua, y la cantautora Yahily Orosco Gálvez, de la provincia de Villa Clara.
De todo lo ocurrido tomó memoria gráfica el realizador Alcides Portal de la AHS en Cienfuegos, quien también se sumó a la travesía.
Dijo el actor: «Llegamos por nuestros propios medios. Hicimos escalas y pedimos «botella», pero no fue tan difícil, esperamos.
«Fuimos recibidos por la poetisa y gestora de la comunidad, Martha Julia Hernández Camellón, quien nos entregó la llave de su casa para que la utilizáramos de hospedaje y de camerinos, y lo que hiciera falta.»
Así comenzó una jornada de cantorías y narración oral; que alternaron con juegos tradicionales, de participación, improvisadas acrobacias, entre otras iniciativas.
PARA CONTAR CON JARAHUECA
«Narramos, hicimos estatuas vivientes, estatuas de papel con mi nieto Giang Miguel de cuatro años y lecturas de poemas», añade Miguel.
La promotora cultural y también poeta del centro de Cuba, María Delia Cepeda, precisó que se planificaron unas tres presentaciones para este grupo de jóvenes.
Comprendían trabajo de animación, clown y trova .Pero sostiene que «actuaron mucho más, en la medida en que las personas lo demandaban. Fue un acto de amor a Ada y su Jarahueca”, dice Cepeda.
“Diseñamos espectáculos para diferentes edades y contextos. Pero la gente nos seguía a cada presentación, actuamos incluso en casas de familias en donde llegábamos y ya había público esperando por nosotros. Al principio tuvimos un poco de miedo a que se desmotivaran. Como es una comunidad pequeña los públicos coincidían.”
Ofrecieron propuestas diferentes y creativas en cada barrio al que acudían, así como en las escuelas primarias y secundarias, y en las casas de familias a donde fueron invitados.
«Narramos en casa de los Hernández, unas tías artesanas muy amables. Ellas como otros pobladores que tradicionalmente reciben en calidad de huéspedes a los participantes de la Bienal.»
De este modo Yahily interpretó una gran parte de su repertorio “casi todo”, según dijo emocionada.
Temas de su espectáculo La Primavera y de La Mermelada, y uno en especial de la propia Ada Elva, “El jardín de la Infancia”. Comenta que esta experiencia con Mi Clown viene a enriquecer su trayectoria con el grupo santaclareño Teatro sobre el Camino.
Y es que acto casual o no; deviene un sello en las presentaciones de esta joven compositora la armonía que proyecta en escena con actores de diferentes cuerpos dramáticos.
Por su parte, el actor de Los Elementos explicó para el Portal del Arte Joven Cubano que constituyó el impulso para seguir contando cuentos a los niños. «Fuimos a Lunas de invierno con las pilas cargadas».
Explicó además que «hay intereses de las tres provincias centrales de intencionar un evento que llevaría por nombre «Para contar con Jarahueca».
Un encuentro del arte joven donde intercambian artistas de las tres provincias que pueda extenderse como cruzada artístico literaria a las lomas de El Escambray.
«Además, es necesario que en el pueblo se mantenga el ambiente creativo la que se ha apocado a modo general.Y que últimamente el último lustro, al menos en lo referido al evento bienal, no está teniendo el respaldo que necesita”, comentó quien hizo posible este encuentro, la gestora de la “Colmenita de Jarahueca”, Martha Julia Camellón Hernández.
EL ARTE QUE NACE AQUÍ, PRECISAMENTE
Esta poeta y metodóloga de la Casa de Cultura de la comunidad explicó que además de estas propuestas para los niños se organizó un evento especial en el día de Los Derechos Humanos.
Y en casa de sus familiares cercanos, con el apoyo de la biblioteca local, una especial lectura de poesía en la que participaron creadores del territorio.
“Queremos repetirlo, por supuesto, y estamos valorando que alterne con la Bienal Identidad para que se mantenga vivo el pueblo y el pedacito de infancia que representa Ada en cada uno de nosotros. Como ella, nos hemos quedado aquí, precisamente.
«En Jarahueca actuamos por los Camellón, los Fernández, por Ada Elva, por Olguita su hermana, que es mi amiga; por Marta Julia, una mujer increíble; por los niños, por los adultos, por el árbol de jara: ¡creo que hasta por el polvo que recorre sus calles!”, comentó emocionado Miguel cuando le preguntamos por qué escogió como escenario ese pueblo.
Llegaron por sus propios medios, haciendo escalas en los pueblos que unen el norte espirituano con Villa Clara, y como Ada Elva, se fueron en tren, unos rumbo a los quehaceres que aguardaban en la ciudad cosmopolita y otros a disfrutar de Las Lunas de Invierno, ese festival de la poesía que toma las calles de Sancti Spíritus.
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Creo que
Gracias!!!! A mi pequeño pueblo le hace falta renacer la cultura. Tanta historia y arte no se puede dejar morir.
Coincido con ud.
Gracias por llevar la alegría nuevamente a mi pueblo . No dejen morir la cultura en jarahueca .
Nací en Iguará, el paredero que sigue a Jarahueca cuando vienes en tren. Identidad significó para mi tocar a mis ídolos: Teresita Fernández, Luis Cabrera Delgado, Rita del Prado. Hay que mirarle a los ojos a un niño de campo cuando ve a un artista así de cerquita, cuando alguien viene de muy lejos solo para hacerle un cuento o cantarle una canción. Son experiencias que te cambian la vida. Estos jóvenes nos demostraron, sin mucho preambulo, que no hace falta tanto para hacer la maravilla. Gracias a los amigos de Jarahueca por compartir y comentar…