Con un hablar pausado, casi como un dulce susurro al oído, escuché atentamente las palabras de la ensayista, investigadora y Miembro de Honor de la Asociación Hermanos Saíz, María Antonia Borroto, cuando presentara en el Café Literario La Comarca, la revista cultural en formato digital “La Liga”, como parte de las actividades de la XIII Feria de Jóvenes Creadores “Golpe a Golpe”, el evento más aglutinador de la filial camagüeyana de la AHS que promociona las creaciones de los noveles artistas del territorio, sin distinción entre profesionales y aficionados.
Con 11 años de creada, “La Liga” se ha convertido en un espacio necesario para el debate. Es un medio de expresión que aborda los problemas culturales tanto de Camagüey como de Cuba toda y los expone con la mirada audaz, oportuna y crítica de la literatura y el arte.
Y precisamente, con la periodista y escritora María Antonia Borroto, conversé para saber más sobre esa revista que nació de la improvisación y del deseo de un puñado de amigos que apostaron por una ciudad con vida literaria.
––¿Por qué crear una revista de arte y literatura?
Inicialmente éramos cuatro personas, Osvaldo Gallardo, poeta y editor; Lionel Valdivia, ensayista y narrador; Yoan Manuel Pico; poeta y ensayista; y yo. Teníamos unas ansias inmensas por devorarnos el mundo y con muchos deseos de hacer y de participar en el entorno cultural camagüeyano.
El diseñador Luis Omar Álvarez también formó parte de los días iniciales, y es el autor de la imagen que aún conserva la revista. Geovanys García Vistorte y José Rey Echenique formaron parte del equipo en otros momentos. Ahora somos apenas tres: Yoan Manuel Pico asume la dirección del proyecto, Raudel Domínguez el trabajo como webmaster, y yo las labores de redacción.
La idea fue crear una revista con un perfil amplio, muy intensa, que permitiera publicar narrativa, poesía, textos de corte ensayístico, entrevistas… y espacios para el debate como “El día de La Liga” y “La Liga en Facebook.
Inicialmente nació como una revista de literatura y arte, pero constantemente traicionábamos esos límites porque nos preocupan muchísimas cuestiones sociales, por lo que creamos “La vida pública”, una sección donde resumíamos la vida cultural camagüeyana, incluso muchas de las cuestiones apenas tratadas en la prensa.
Paulatinamente nos dedicamos a abordar temáticas sociales vistas con un sentido cultural mucho más amplio.
––¿Cómo aborda la revista los problemas culturales actuales?
Para mí la “La Liga” fue un espacio de transición y con ella descubrí una faceta de mi trabajo intelectual que hasta ese momento no había explorado. A Yoan Manuel Pico le pasó otro tanto: formado como profesor y con libros de ensayo y de poesía publicados, descubrió en “La vida pública” su vocación por el periodismo cultural, ampliada luego gracias a la realización de entrevistas.
Se ha diversificado el espectro de colaboradores de la revista que aunque está asentada en Camagüey no publica únicamente a autores del territorio. Un ejemplo de ello es el escritor villaclareño Yamil Díaz Gómez, con un ensayo incluido en el número 23, que cuestiona magistralmente un criterio que se sigue a la hora de catalogar la poesía martiana. En “La Liga” han publicado escritores como Lina de Feria, Yanira Marimón, Herson Tissert, Eldys Baratute, Geovanys Manso, por solo citar algunos nombres.
Hemos publicado un anticipo de los libros premiados en el concurso Emilio Ballagas en sus últimas ediciones, lo que ayuda a la promoción de esos libros y autores —residentes todos en otras provincias— y nos conecta con las dinámicas editoriales.
Tenemos trabajos de jóvenes periodistas de la zona centro oriental del país y de autores que residen en el extranjero. En el número 23, en particular, sobre el fenómeno del reguetón o las diferencias entre los supuestos centros urbanos y la periferia, visto con las herramientas del periodismo narrativo, lo que te brinda una pluralidad a la hora de asumir la vida cultural y sus problemáticas.
Se han realizado varias entrevistas a personalidades de la danza, díganse los coreógrafos José Antonio Chávez y Tania Vergara, la bailarina Siuchén Ávila y Regina Balaguer, directora del Ballet de Camagüey, quien nos ofreció una entrevista muy profunda sobre lo que implica dirigir una compañía de ballet en una ciudad del mal llamado interior del país.
Estos trabajos han permitido profundizar en las interioridades de la danza, como también lo hace un valioso texto de Rosario Cárdenas incluido en el número 23.
––Maratonista en una carrera de resistencia…
A lo largo de estos 11 años hemos vencido obstáculos desde el propio nacimiento del proyecto. En Cuba existe una tremenda necesidad de discutir problemas que nos competen a todos, y ese es el objetivo de “El día de la Liga”, debates que organizamos, grabamos y transcribimos para publicar luego en la revista en la sección homónima.
En muchos de los llamados “eventos culturales” la agenda es muy restringida. De pronto, cuando pretendes abordar temas como cuentapropismo y cultura, el concepto de ciudadanía —mucho antes del referéndum constitucional—, las relaciones culturales Cuba-Estados Unidos, los problemas de la educación o los que debatimos este año en la revista como: “Pueblo chiquito: desconocimiento grande”; “El racismo, cortina de humo”, entre otros, provoca en muchas ocasiones cierta duda respecto a que el espacio pueda convertirse en algo dañino con críticas destructivas. Nada más lejano de la realidad.
Otra de las trabas es no poder pagar el derecho de autor, lo cual hace que publicar en la revista sea puramente por un compromiso ideo-estético con el proyecto, siempre renovado. Con ello crecen también las demandas. En estos momentos lamentamos mucho no estar en línea, no tener una buena conexión a Internet, pero aun así hemos buscado maneras para que la revista no se quede estática o congelada en el tiempo.
––¿Cuáles son las expectativas y los retos de “La Liga” para el 2020?
Seguir trabajando en la visualización de la revista. En este sentido nos ha sido muy útil el perfil y la página en Facebook, que nos ha conectado con muchas personas, muy autónomo respecto a los contenidos mismos de la revista. Es curioso, porque aunque surgió como un espacio para socializar los contenidos de la revista ha ido ganando protagonismo. Allí hemos organizado debates sobre temas muy puntuales —la promoción cultural, por ejemplo— que han implicado a muchos internautas y que luego hemos publicado en la más nueva de nuestras secciones “La Liga en Facebook”.
Hemos convocado a concursos de reseñas, por ejemplo, y también vivimos una experiencia muy linda en los preuniversitarios. Fuimos a unos cuantos para promover un certamen en el que los estudiantes debían escribir sobre la obra literaria que más les hubiera gustado entre las estudiadas en el preuniversitario. Fue un espacio para acercarnos a ellos y lograr que ellos, a su vez, supieran de la revista.
En estos momentos trabajamos en una selección de textos publicados en los 23 números de La Liga, que debe publicarse el próximo año.
Quisiéramos ser vistos como una plataforma para el debate de ideas, para la discusión respetuosa entre diversos actores de la sociedad cubana, con una agenda cada vez más amplia y más inclusiva.Y seguir venciendo los obstáculos.
––Para finalizar, qué opinión le merece la XIII edición de la Feria de Jóvenes Creadores “Golpe a Golpe”.
Me ha parecido excelente, en la Feria de Jóvenes Creadores, la inclusión de la peña “Acercando Espacios”, posibilidad de diálogo con personas con una obra amplia, seria y rigurosa, no siempre conocida ni seguida por los medios, como suele pasar con la investigación literaria y hasta con el propio periodismo cultural. El mensaje que ellos han transmitido ha sido de perseverancia, trabajo y compromiso; lo cual ayuda a desmitificar la imagen que a veces los más jóvenes tienen de quienes son mayores que ellos.
Hay tanta energía en los invitados como en el más lozano veinteañero. Y entender eso siempre es muy estimulante, téngase la edad que se tenga.
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