Conservatorio Esteban Salas o mi isla del tesoro

Debo admitirlo, hablar del Conservatorio Esteban Salas siempre me causa regocijo y orgullo. En su sexagenaria historia están inscritos también los nombres de mis padres, que sin ser músicos, contribuyeron a la formación de generaciones de ellos. Las casonas de la calle Santa Lucía, entre profesores, tíos y tías de cocina junto a todo el personal de apoyo, juegos, conciertos y algunas clases, pianos por doquier, sonidos disímiles y algún que otro vecino inconforme definen mi historia de vida y la formación de lo que llamo cultura musical.

De niña esperaba con ansias los primeros días de julio para abordar el vehículo que apareciera rumbo a Ramón de las Yaguas, poblado donde acontecía el período de escuela al campo con la recogida de mangos. Nunca alcanzábamos a llenar las canastas y de los pocos que llegaban, los elegidos tenían un fin digestivo. En tiempos de escases un aguacate en la bandeja de aluminio era la misma gloria con arroz. Los chicos de la escuela de artes plásticas, a veces coincidían en las temporadas. Yo no entendía muchas de las conversaciones pero me gustaba estar entre todos.

Piano-Conservatorio
Piano-Conservatorio

Los registros históricos apuntan como fecha oficial de su fundación el 1959, aunque algunos asocian su total iniciación al año siguiente. Aunque con posterioridad adopta el nombre de Escuela Profesional de Música Esteban Salas, todos gustamos en llamarle como antaño.

Desde sus inicios el Conservatorio desarrolla una constante actividad musical, con la organización de concursos y festivales, como el Concurso Villancicos, para promover la obra y el legado musical de Esteban Salas; el Festival de Percusión, el de Música de Cámara o el de Primavera. Nombres que enaltecen el pentagrama cubano dirigieron o sentaron su labor pedagógica en la institución como Electo Silva, Osmundo Calzado, Josefina Fabré, Calixto Cardona, Mario Pujals, Juan Filiú, Enrique Navarro, en una síntesis que no obra justicia a todos los que aquí han dejado su huella.

También atesoro en la fotográfica memoria cuando por los ya lejanos 90 los pianos comenzaron a despeinarse con los sonidos de la timba o la reconformación de lo sonero, y hasta el salón principal cedió de la enseñanza clásica momentos para el furor de los metales y tumbaʼos. Aunque en la calle y espacios de fiestas la música disco y techno causaban furor, aquí, entonces y hasta poco después se bailó mucho el casino. O las bohemias en el Patio Las Yagrumas, entonces casi centro cultural de vanguardia por donde desfilaron irreverentes y fuera de liga muchachones del periodo como Muralla y varios más, hacedores de lo que después comenzó a nombrarse con auge música alternativa.

coro cámara
Coro cámara

Pero lo que arrasó en aquel periodo fue la fuerza y el sonido que le imprimieron unas recién graduadas al movimiento coral del Conservatorio. Me refiero a las hoy maestras Daria Abreu Feraud, en la actualidad directora del Orfeón Santiago y presidenta del Festival de Coros Electo Silva, y Magalys Sánchez, directora del coro Madrigalista. Por entonces en el plantel se amanecía con coros y se dormía después de ellos, acaecieron en verdad conciertos y presentaciones de esplendor. El coro Sirena, creado por Electo y en la salvaguarda de Daria, constituyó un referente de agrupación coral femenina. Hubo además formación masculina, mixta y de cámara con similares resultados.

Por estas fechas la institución promovió también cursos de verano para un acercamiento a la percusión cubana, la música tradicional y el baile dirigido a estudiantes procedentes del ámbito foráneo. Habituales resultaron las visitas del profe Boccina y sus alumnos de la universidad Santa Clara de algún paraje de los Estados Unidos, ¡vaya casualidad!

Con los dos mil y un poquito el decano fagotista Pepe Godínez –que en gloria esté– y su discípulo Víctor Vargas Ramírez se empecinaron en la creación de la Banda de Conciertos del plantel. Bueno, en verdad la banda ha hecho y hace historia. A la batuta de Víctor ha recorrido buena parte de Cuba y puesto a la luz su trabajo en circunstancias trascendentales. Un repertorio que recrea lo mejor de la música cubana y universal, especialmente la trova santiaguera y el son posibilita la vitalidad de la agrupación. Desde hace algunos años al presente el joven director tiene a su cargo el mencionado formato y la Orquesta Sinfónica Juvenil.

De la segunda, al vuelo avalan su calidad los conciertos que en fechas cercanas han realizado junto a Omara, la maestra Argelia Fragoso, un superliga como Eduardo Sosa o la talentosísima Annie Garcés. Y no porque hoy yo esté en derroche de adjetivos sino porque ellos mismos tras la experiencia y al calor, brindaron fe de sentirse respaldados por una Orquesta en el primero de los niveles.

formación coral década 1990
Formación coral década 1990

A finales de los 91 de los hijos de Mercedes y José Aquiles –flautista ella de la Orquesta Sinfónica y él, trovador hasta de nombre– estaba como se dice, echando humo. David Virelles cursaba la carrera de piano y era algo excepcional. Concluyó sus estudios en el extranjero pero antes soltó el bichito por el jazz y lo dejó correr. Para entonces Davisito, Neysi Wilson, Alberto Lescay yunior y unos pocos colegas eran la excepción. Después descolló en el panorama nacional Carlos Miyares, también egresado del plantel.  Hoy la “jazzplaga” ha dado cuantiosos frutos al “Esteban Salas” y varios creadores formados en sus aulas. Por estos días aun celebran el júbilo tras los más recientes lauros obtenidos en el Jojazz. Razón suficiente por la que en breve dispongo de unas teclas paralelas a éstas.

La XV edición de la Feria Cubadisco entregó a la institución uno de los premios de honor en ocasión de sus cinco décadas de labor. Durante el transcurso de sus ya seis decenios varios son los lauros que compila la sede de la enseñanza musical en Santiago de Cuba, cuya extensa lista no es objetivo de esta dedicatoria.

El Conservatorio Esteban Salas es referente de la cultura musical cubana y del sistema de enseñanza artística. De sus aulas y salones han salido para Cuba y diversas regiones del orbe instrumentistas, solistas, vocalistas de realce. Todavía tenemos la guajira y feliz costumbre de perseguir sus rostros por la tele, acto seguido del brinco y la emoción. Por suerte las redes sociales nos mantienen informados de cuanto acontece con nuestros cubanos por el mundo. Ellos, los de aquí y allá marcan el pulso de la nueva generación de músicos, pentagrama del presente y el futuro.

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