Antonio Borrego Aguilera (Tony) es un escritor con tanto vuelo poético que en estos momentos su alma debe planear sobre nuestras cabezas rumbo al nirvana de la literatura. Pero es muy temprano para mitificar al hombre. Me referiré a Tony, el escritor, el amigo, el ser humano que caminaba por las calles de Cuba con la condición de poeta por delante. Reconocido como tal por artistas y no artistas.Â
Junto a otros destacados creadores del territorio fue fundador de la Filial Provincial de la AHS en Las Tunas. Siempre estuvo al lado de los jóvenes. No solo escritores, y lo valida la influencia de su obra en las artes plásticas y audiovisuales. Varios músicos se valieron de la fuerza expresiva de su poesÃa para enriquecer los acordes.
Era común verlo sentado en un parque, en el patio de la Casa del Joven Creador o en la Uneac. Acompañado casi siempre de amigos que lo seguÃan y reverenciaban porque nunca trató a nadie desde la presunción y la distancia que establecen algunos encumbrados del arte. Respetaba a su vez el arte joven, no menospreciaba a los nuevos talentos y siempre tenÃa tiempo para compartir un poema recién escrito o escuchar y dar su parecer acerca de la obra de un colega.
Ayudaba al que podÃa y como podÃa, aunque esto no es sinónimo de bonanza sin lÃmites, pues también tenÃa sus dÃas malos en los que se volvÃa un poco terco y beligerante. En más de una ocasión lo vi discutir y hasta creerse un Pushkin moderno que defendÃa a puño limpio sus opiniones.
Publicó más de 10 libros en diferentes géneros literarios. Entre ellos se destacan Doy gracias a Dios de ser ateo, Diapositivas, Juegos lunares, Ovejas y demonios, Los dÃas de Dios y en estos momentos está en fase de publicación La eternidad no alcanza para todos. Aparece en antologÃas de España, México, Argentina, Chile, Italia, Portugal y Brasil, además de numerosas colaboraciones en revistas tanto cubanas como foráneas.
A pocos dÃas de su partida fÃsica ya se le extraña. Por la contundencia y calidad de su obra, por la fuerza de su personalidad lo recordaremos y estará entre nosotros. Para quienes lo conocieron, siempre será un poeta eternamente joven.
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A tanto poeta y tanto amigo, los conocà desde jovenes. Siempre vi en ellos la capacidad, la sensibilidad la profesionalidad y el espÃritu superior que los guiaba en la literatura y en la vida. Después partÃ, la lejanÃa fue por 22 o 23 años. Volvimos a encontrarnos hace unos pocos en Párraga, junto a Roberto Manzano, Reyna Esperanza, Jorgito GarcÃa Prieto, Felix Contreras y otros. Apenas nos miramos. usamos la antigua mirada, el viejo apretón de pecho y el cariño y la amistad de siempre. Eramos los mismos y seremos iguales cuando nos volvamos a encontrar. Hasta pronto poeta-amigo-niño-hermano. Mis abrazos de todos los dÃas del alma.