Tocar la Clave

La revista de música Clave vería la luz en 1986 bajo la dirección del musicólogo Idalberto Suco. Durante su primera etapa, que se extendió hasta 1990, sus páginas promovieron y ofrecieron reflexiones en torno a disímiles tópicos de la cultura musical cubana, y su repercusión en otras latitudes.

En 1999 y hasta el presente, dirigida por la musicóloga Laura Vilar, reaparecería esta revista como publicación del Instituto Cubano de la Música. Información y conocimientoactualizado respecto al devenir socio-musical cubano aparece hoy en cada una de sus ediciones. Por los aportes que entraña al conocimiento del entorno musical cubano desde un prisma científico, decidí sostener vía electrónica el diálogo con Liliana Casanella, jefa de Redacción.

  • En Cuba las publicaciones especializadas en música han sido de vital importancia en el reflejo y análisis del acontecer de esta expresión; sin embargo, hoy solo se mantienen de forma sistemática el Boletín Música y Clave. ¿Qué retos impone esta realidad al equipo editorial de la segunda?
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Sin lugar a dudas, sostener la salida sistemática de una revista especializada resulta un reto por múltiples razones; algunas de ellas de índole económica; otras, de planificación y, en buena medida, por la necesidad de mantener un banco editorial que permita tener trabajos que cumplan las exigencias de la revista para su publicación.

La ausencia de otras publicaciones especializadas en música con diferente perfil, llena de expectativas a los lectores que buscan en sus páginas trabajos que no siempre se ajustan a los objetivos de Clave. No obstante, se pretende tratar de cubrir la mayor cantidad de temas posibles, lo cual también es difícil pues se trata de abordar la música popular y la académica y dentro de cada una, diferentes estilos, intérpretes, autores, etc., así como artículos o ensayos que aborden los vínculos de la música con otras artes o que aporten la mirada de otras disciplinas hacia la música.

Como siempre se recalca, Clave no es una revista musicológica, sino de música, por lo tanto, tiene la posibilidad de acoger múltiples miradas acerca de la música cubana, en primer lugar, aunque no desdeñe acercamientos a manifestaciones foráneas.

  • Desde hace algún tiempoClave asume la categoría de publicación científica con la certificación del CITMA, por ello la revista se nutre de resultados investigativos desde la perspectiva musicológica, fundamentalmente, y otras áreas como la historiografía, la sociología, la literatura y consumos culturales, entre otras; ¿exige de un lector “ideal†o se concibe para público de formación heterogénea?
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  • Desde el año 2009 Clave es considerada publicación científica, la única dedicada a la música que cuenta con esta categoría, lo cual es sumamente necesario. Ello implica mayor rigor con la selección de los trabajos. El perfil de la revista busca textos de análisis y reflexión, aun cuando el corte de la investigación sea historiográfico, se trata de trascender la simple enumeración de datos y que los autores den a conocer nuevos puntos de vista, la aplicación de teorías investigativas actuales y cualquier tipo de información que enriquezca los estudios sobre música en el país.

A partir de este momento, predominan los resultados de investigaciones de grado y posgrado (tesis de licenciatura, maestría y doctorados), fragmentos de libros en proceso editorial, así como artículos, ensayos, entrevistas relacionados con los temas de investigadores y especialistas de cualquier procedencia, siempre y cuando se vinculen con la música cubana.

 

Sin embargo, a pesar de que los trabajos poseen un grado de especialización notable, se intenta que los textos sean asequibles para todo tipo de público. Por supuesto, el lector especializado siempre tendrá cierto grado de competencia que le permita interactuar mejor con el contenido de cada edición pero, ciertamente, la aspiración es convocar un público lector lo más heterogéneo posible en cuanto a edades, ocupaciones e intereses.

Ahora bien, debe tenerse en cuenta que cuando fue concebida, Clave no competía con otras publicaciones en cuanto a objetivos editoriales. De hecho, luego de su reaparición en la segunda época, convivió con muchas revistas de diferente perfil, cada una con intereses bien definidos. En la actualidad prácticamente las revistas de música se encuentran extintas y su regularidad de aparición también se ha visto afectada por múltiples razones. Es esta quizás una de las causas de que se le exijan otras características que la acerquen más a publicaciones de perfil más amplio y a los intereses del gran público.

La aspiración es que el diapasón editorial se abra lo suficiente como para atender las expectativas cada vez más crecientes de quienes deseen leer sobre música cubana.

  • Por lo general existe una temática central en cada entrega, ¿existe algún plan temático que rija intereses editoriales?
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La decisión de elaborar dossiers con frecuencia responde a las posibilidades mismas de cada tema, de cuántas miradas diferentes o complementarias pueda este aportar y, por supuesto, con la existencia real de trabajos que se relacionen con el núcleo temático seleccionado. Al tratarse de una publicación especializada no siempre se abordan asuntos de inmediatez pero se trata de que, al menos, los escogidos intervengan en el diálogo que la sociedad establece con la academia o con otros sitios de posicionamiento en cuanto al conocimiento musical.

Liliana Casanella/ Foto tomada del blog La Isla y la Espina.

El diálogo permanente con investigadores, pedagogos y especialistas que han tenido la posibilidad de desempeñarse en ámbitos tan diversos como el mundo editorial o el discográfico –por solo mencionar dos de esos campos–, permite detectar carencias informativas que, en un momento determinado, pueden servir para seleccionar el tema central de una edición. Así sucedió por ejemplo, con el número monográfico especial sobre género musical en el país y, más recientemente, con el dedicado a la revisitación del trabajo del Grupo de Renovación Musical.

  • ¿Consideras que Clave cuenta con una representación efectiva en la red de librerías del país? Por otra parte, una publicación convertida en bibliografía de obligatoria consulta para los interesados en los procesos sociomusicales en nuestro país, demanda –según los momentos actuales– una visualidad en el ciberespacio. ¿Qué experiencias y perspectivas aguardan al respecto?
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Todavía es insuficiente la presencia de la revista, sobre todo en provincias. Quizás con los nuevos sistemas de distribución Clave pueda llegar a más lectores en todo el país. En este sentido, cada localidad puede solicitar a las dependencias del ICL la adquisición de los ejemplares que estime pertinentes y así contribuir a captar lectores y consolidar los espacios que ya ha ganado.

La presencia de la revista en el mundo digital es un proyecto en el que se trabaja arduamente. En estos momentos el sitio web de la publicación ha sido mudado a software libre y se encuentra en fase de rediseño, aunque todavía no se encuentra funcional. Mientras, se puede acceder a la multimedia de la revista que incluye todos los números de la primera época hasta el último en circulación de la segunda a la fecha de terminación del producto editorial.

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