En blanco y negro pasan las imágenes. Su figura mÃtica y delicada de cisne se alza sobre el escenario. Es toda gracia. Esa es Alicia Alonso. Pero la muerte no entendió de belleza y hoy nos ha arrebatado a nuestra inconfundible y única prima ballerina assoluta.
Co-fundadora de la Escuela Cubana de Ballet, Alicia multiplicó su arte en miles de bailarines y elevó la calidad de la danza cubana a nivel mundial con esa institución, única en el continente americano.
En sus 98 años tocó la gloria en cada escenario que la vio bailar. Decenas de premios y reconocimientos avalan la rica trayectoria de esta Maestra de Juventudes, condición que le otorgó la Asociación Hermanos SaÃz por su labor a favor del desarrollo de las nuevas generaciones de artistas.
Entre los múltiples lauros que atesoraba se encuentran el Premio Nacional de Danza en Cuba; la Medalla de Oro del CÃrculo de Bellas Artes de Madrid, en España; el Premio ALBA de las Artes; y la Orden José MartÃ, máxima condecoración conferida por el Consejo de Estado de la República de Cuba.
La bailarina cubana más reconocida a nivel mundial bailó mientras sus fuerzas lo permitieron y, a pesar de la progresiva falta de visión que la aquejó, dirigÃa el Ballet Nacional de Cuba, los Festivales Internacionales de Ballet de La Habana y montaba coreografÃas.
Como a los cisnes salvajes continuaremos amándola asÃ…de lejos…en la distancia. Siempre la veremos bailar. Y la gracia y el halo mÃstico de Alicia se revelarán como siempre en cada bailarÃn cubano que suba a un escenario a deleitarnos con la magia del ballet.
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