¿Cuál es el límite de lo aceptable?

¿Hasta qué punto han influenciado las problemáticas sociales en las personas y en nuestras mentes?

El público que asistió los días 2,3 y 4 del presente mes a la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba pudo apreciar las tres piezas danzarías interpretadas por la compañía Acosta Danza.

Los allí presentes tuvieron la oportunidad de ver una danza fresca, contemporánea, que hace un llamado a la comprensión o reflexión de una sociedad lacerada por conflictos sociales, los prejuicios, los viajes hacia lo profundo del alma y espíritu para tratar de comprender lo incomprensible y lo Imponderable.

Este fue precisamente el título de una de las piezas más reconocidas del repertorio de Acosta Danza y contó con la coreografía del bailarín y coreógrafo español Goyo Montero. Según Carlos Acosta, en el programa de la temporada, “Montero quiso ir más allá de esa imagen que muchos llevan de nuestro país: la Cuba del sol eterno y la alegría…, esta vez complementada con la reflexión dramática de lo que somos y de lo que queremos, de lo que nos duele y nos frustra, y que a pesar de las dificultades insistimos en el camino elegido y obtenemos lecciones de los contratiempos”.

Esta primera danza versó sobré canciones del músico, compositor y poeta cubano Silvio Rodríguez (1946). Algunos de sus temas, como Ojalá, se dramatizaron en perfecta sintonía entre la letra y cada movimiento corpóreo de los bailarines. Como dijera el propio coreógrafo Goyo Montero “Imponderable es Silvio Rodríguez y Owen Belton, es Acosta Danza y soy yo”.

De la autora

¿Cuánto esfuerzo físico puede resistir un ser humano para lograr el éxito, el fracaso, el riesgo o el pragmatismo que enfrenta en cada momento de su vida? ¿Hasta qué punto podemos llegar o sacrificarnos por algo? Estos conceptos se reflejaron en la segunda obra, Twelve, dirigida por el bailarín y coreógrafo español Jorge Crecis e interpretada por 12 bailarines, que mediante una danza-deporte reflejan cuánto está dispuesto a resistir el cuerpo humano para lograr algo, para llegar al éxito o al fracaso y hacer lo imposible para lograr lo imposible.

En tanto, Llamada, con coreografía de Goyo Montero, fue la tercera pieza danzaría que incitó a un llamado de la sociedad, a una comprensión y atención que pide acabar con los estigmas creados en las diferentes razas o inclinaciones sexuales, para que el ser humano se sienta pleno desde su esencia con su sexualidad.

De la autora

¿Por qué seguimos viendo el mundo como masculino o femenino? ¿Hasta qué punto somos nosotros mismos? Son interrogantes que —quizás— a muchos, nos confunden. Llamada se identifica con una danza fuerte o impactante en alguna de sus escenas, según los prejuicios de cada cual, en esta sociedad en la que todos debemos ser iguales sin importar razas ni inclinación sexual.

La temporada XII contó con repertorios del reconocido compositor alemán Owen Belton; el compositor, músico y poeta cubano Silvio Rodríguez; la actriz y cantante española Rosalía; el cantautor español Miguel Poveda; y el músico, compositor y productor italiano Vicenzo Lamagna.

Un equipo de realización y técnico profesional competitivo preparado para todos los retos escenográficos hicieron de esta función única junto a la gran maestría de los bailarines de la Compañía Acosta Danza, quienes hacen que lo diferente de sus movimientos sean la excelencia del éxito en cada función.

Pues esperemos más de estas temporadas donde el público siempre será un fiel seguidor y apoyará con ovaciones cada presentación.

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