“En 1934, con la publicación de West Indies Ltd –poema de Nicolás Guillén a través del cual el autor no solo caracterizó a los ‘políticos’ y ‘coroneles’ de la Cuba de la época, la amarga tragedia que vivía el país, sino que también crea con maestría y belleza artística-literaria una sátira que aunque dolorosa, logra acercar al lector a una sociedad injusta–, el Poeta Nacional deja claro con cuáles principios coincidía: los de la izquierda”, expresó Jorge Santos Caballero, destacado ensayista cubano y crítico de arte, en su conferencia Poeta Nacional de Cuba y el Congreso de Escritores, a 80 años de la Guerra Civil Española.
En la Biblioteca Provincial Julio Antonio Mella y con motivo de la jornada Días de Guillén, la cual rememora el nacimiento del Poeta Nacional de Cuba, en la ciudad de Camagüey, el también periodista y profesor universitario, Santos Caballero, comentó que el excelso intelectual cubano, al participar en el Congreso de Madrid, se le oyó proclamar, el seis de julio de 1936, que ha ido a ese país por ser un perseguido, que no desea para el porvenir de la humanidad más que “¡hombres ya sin colores, sin guerras, sin prejuicios y sin razas!”.
Jorge Santos Caballero se refirió a la visión de Guillén acerca de aquella nación en guerra, “España es la experiencia más rica de nuestro tiempo y asomarse a esa experiencia, participar en ella de algún modo, es tocar de cerca la carne de la revolución en marcha”.
De este peregrinar –reflexionó Santos–, Guillén nos llega como “un símbolo de rebeldía que se manifiesta luego en el Poeta del Pueblo, como lo calificó espontáneamente ese mismo pueblo”.
Santos aseveró que poner fin a la guerra es una necesidad imperiosa de los pueblos del mundo. “Y si la guerra civil española generó obras trascendentales en la literatura y en otras manifestaciones del arte, habría sido preferible que el conflicto bélico nunca se desarrollara ni inspirara a los artistas, porque costó mucho sacrificio al pueblo español, sangre, dolor, y sobre ello nos dejó textos innegables, como reafirmación de lo que significó el proyecto revolucionario en ese país y su liquidación”.
Es por ello, enfatizó, que no se podía pasar por alto la participación de Guillén por tierras de la península ibérica. “Descartar esta etapa sería cercenar parte de su historia, traicionarlo como intelectual y revolucionario; sería, en todo caso, condenarlo al ostracismo si solo se resaltara su poesía y su periodismo”, dijo.
“La dura realidad de la guerra civil española, las cruentas batallas libradas allí, son necesarias tenerlas presentes para no olvidar el pasado; para saber el futuro que defendemos”, aseveró Santos.
Destacó además que es esencial, para valorar la grandeza y trascendencia de este hombre, conocer de su participación en el Congreso que defendía las ideas más nobles de la sociedad española -tal cual Juan Marinello, Félix Pita Rodríguez, Leonardo Fernández Sánchez, Pablo de la Torriente Brau y otros cubanos participantes allí-: “Él no vaciló en ponerse a disposición del pueblo español y esa es también una de sus notoriedades más sentidas”, subrayó.
El Guillén que nace todos los días
Desde la impronta de su verbo agudo y del canto a su gente culminó en la “suave comarca de pastores y sombreros” –como nombró el Poeta Nacional de Cuba a su tierra natal–, la primera jornada Días de Nicolás Guillén, que rememoró el 117 cumpleaños este 10 de julio, del excelso intelectual cubano.
Con un novedoso e intimista conversatorio sobre los inicios, desarrollo y consolidación de la obra periodística de Guillén en su Camagüey, entabló el diálogo el destacado reportero agramontino, Eduardo Labrada Rodríguez; con más de 50 años de labor en el rotativo Adelante de esta ciudad, quien junto a la joven colega, Yanetsy León González, distinguieron al amigo desenfadado, al vecino comunicador y al amante de su tierra natal, al nombrado Poeta del pueblo.
“Lo conocí y era un hombre jovial, de una humildad impresionante, y si en la calle no lo paraban cientos de personas para saludarlo y conversar con él, entonces el que andaba por esas calles legendarias no era el amante de Camagüey, Guillén”, dijo emocionado Labrada, quien además subrayó “él, su obra, y de cómo se formó y empeñó en esta profesión, son una escuela, un acicate, para no solo las nuevas generaciones de reporteros, sino para todos los que la aman, de cualquier edad y experiencia”, aseveró.
Yanetsy León González, vicepresidenta de la Asociación Hermanos Saíz y de la Unión de Periodista de Cuba (UPEC) en este territorio, recordó que entre los colegas más apreciados del Poeta en la extensa llanura, sobresalió Manuel Villabella Marrero (1936- 2018), uno de los más ilustres intelectuales de esta provincia, quien no solo mereció en 2004 el Premio Nacional de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro, sino que también compiló desde una investigación profunda las crónicas de Guillén en el Periódico El Camagüeyano, en su sección Pisto Manchego, y escribió una biografía camagüeyana de Guillén, proyecto que mereció la Beca Rafael Esteban Peña otorgada por la UNEAC en la provincia.
Ante colegas del sector, intelectuales, escritores e investigadores del Centro Provincial del Libro, la Sociedad Cultural José Martí, el Centro de Estudios Nicolás Guillén, la Editorial Ácana, el Centro de Promoción y Desarrollo para la Literatura Gertrudis Gómez de Avellaneda y de la Sociedad Culinaria de Camagüey, se entregaron los premios Pisto Manchego, en homenaje permanente a este maestro de generaciones.
Los galardonados fueron en prensa radial, la corresponsal de Radio Rebelde en Camagüey, Miozotis Fabelo; en prensa televisiva, Laura María Hevia; y en prensa escrita, Yanetsy León González; mientras que Leandro Pérez y Jorge Enrique Jerez del semanario Adelante, se llevaron el lauro en la especialidad gráfica y digital, respectivamente.
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