Tomando como premisa la metáfora Ríos Intermitentes, la Ciudad de Matanzas regaló al público un evento cultural sin precedentes cuando el pasado 15 de abril se inauguró el programa yumurino de la XIII Bienal de la Habana.
Según destacaron miembros del Comité Organizador, la cita se concibió como plataforma para la promoción de los valores culturales del territorio y como espacio en el que confluyan la identidad, la historia y la cultura de la Atenas de Cuba, cuna del danzón, la rumba, el mambo y de grandes intelectuales y artistas cubanos de todos los tiempos.
En esta intención sobresale el homenaje a tres figuras matanceras, íconos además de las artes plásticas en Cuba.
Se trata del pintor Lorenzo Padilla, reconocido por su producción artística y la colección de obras de arte; el escultor Agustín Drake Aldama (Premio UNESCO en la VI Fiart 1997, Medalla Alejo Carpentier, Distinción por la Cultura Cubana, Distinción Raúl Gómez García, Vanguardia Nacional) y el diseñador José Ramón Chávez Pérez uno de los íconos de la propaganda política de Matanzas en los años 70 y 80 del pasado siglo.
Una docena de espacios oficiales y más de diez locaciones vinculadas a proyectos comunitarios, acogieron las obras de 64 artistas de diferentes nacionalidades, destacando la presencia en ese grupo de unos 25 matanceros. Sobresalen en el catálogo el jamaicano Cosmo White,las estadounidenses Ingrid Calamane, Jana Harper y CarrieMaeWeems, así comola serbia VesnaPavlovic y la pakistaní AmbreenButt.
Destaca en el programa el espacio El agua del pompón, tertulia cultura así como otros espacios dedicados a la visualidad de la ciudad a través de la pintura y la fotografía.
El espíritu de la Bienal ha motivado además las esperanzas de fundar luego del evento el Museo de Arte Moderno de Matanzas, según declaró al periódico Girón Luis Octavio Hernández Rodríguez, productor general del evento.
Por su parte la Asociación Hermanos Saíz también está representada con proyectos oficiales dentro del evento, además de otros artistas vinculados a proyectos comunitarios como el Callejón de las Tradiciones y varias propuestas como parte del espacio Estudio Abierto.
Entre los jóvenes talentos sobresalen Julio César González, RubierBerbabeu, Alejandro Vega Baró, Alexis Plasencia, Elian Pérez, Liliam Cedeño y Adriana Riera.
Puente tomado por las artes
“Una propuesta que deje huellas en Matanzas”, así definió el espectáculo inaugural de esta cita – que tomó como escenario el puente giratorio sobre el río San Juan- su director artístico Yadiel DuránBencosme, aseguró en exclusiva que se trata de un proyecto abarcador en cuanto las manifestaciones artísticas, una propuesta que trasciende las artes visuales, ya de por si protagonistas del evento, y amplía las fronteras dentro de la gran galería que es Matanzas por estos días.
De ahí que justamente este puente, que el 8 de abril cumplió 115 años de creado, es el lugar escogido para dar inicio a la cita, cumpliendo con el principio transformador, que en este caso le podría aportar la Bienal.
“El concepto del espectáculo inaugural quisimos que fuera algo visual y conceptualmente diferente a otros grandes momentos culturales que ha tenido nuestra ciudad. Justamente por ello escogimos como escenario un símbolo especialmente representativo de Matanzas y que se ajusta muy bien al título Rios intermitentes,que se ha manejado desde los organizadores del evento”, destacó Durán Bencosme.
El escenario es en este caso la plataforma de descanso del puente, convertida en sus dos metros de ancho y 35 de largo, en una gran pasarela.Interviene en este objetivo la Compañía Danza Espiral, el proyecto Noria de teatro callejero, responsable además de gran parte del diseño de vestuario y la base náutica, con dos carrozas acuáticas en el área de representación que se ajustan muy bien a la idea primaria.
La música seleccionada será íntegramente cubana y reserva para esta ocasión varios temas clásicos con variaciones y rasgos folklóricos. Conforman la lista varias piezas del maestro José María Vitier, Hernán López-Nussa, Frank Fernández y temas interpretados además por Bárbara Yánez.
“El guion constituye por entero un reflejo de la cultura afrocubana y matancera, específicamente toma como ejes la presencia de las deidades Oshun y Yemayá, teniendo en cuenta el lugar donde está enclavado el puente, tomando como símbolo el cruce de dos aguas que custodian este puente, eje principal, como motivo de realce de sus grandes valores arquitectónicos y emotivos para la ciudad”, añadió el también presidente de la AHS en esta urbe.
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