Uno de los documentalistas más grandes del siglo XX: Santiago Álvarez estará de cumpleaños el próximo 8 de marzo; sin embargo los cien años del nacimiento de esa figura imprescindible de nuestro cine comienzan a recordarse desde este jueves. Justo a las tres de la tarde, en la Galería L —situada en la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana— se inaugurará una exposición dedicada a su vida y obra.
La singular muestra que honrará también a la cinematografía cubana abrirá el camino a una amplia y variada jornada de actividades que tendrá como sedes a La Habana y Santiago de Cuba. Y grande será este centenario de un hombre cuyo vínculo con la creación artística hay que buscarla en la década del cincuenta, con su ingreso a la emisora CMQ.
Precisamente, sobre sus inicios él mismo recordó: “Tengo 40 años cuando triunfa Fidel y comienzo a hacer cine. Me sorprendo a mí mismo cuando hago el noticiero dedicado al cantante Benny Moré cuando él muere. Ahí veo por primera vez el traslado de mis sentimientos al cine. Veo el lenguaje del cine sirviendo para expresarme. Veo mi emotividad reflejada”.
Son esos los recuerdos que volverán también ahora, y sobre todo, en un espacio tan importante como lo es el XVII Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez in Memóriam, que se desarrollará en Santiago de Cuba del 6 hasta el 12 de marzo próximo, según confirmó en conferencia de prensa Lázara Herrera, presidenta de la Oficina que lleva el nombre del insigne cineasta y coordinadora del evento.
La nueva cita —en la que 16 documentales de 11 países competirán por los habituales premios— pretende ser el clímax del tributo a ese grupo de creadores, muchos de ellos anónimos, que desde las imágenes y los sonidos de un documental dieron a conocer al mundo el cine hecho en Cuba; especialmente la colosal obra de poesía y compromiso de Santiago Álvarez.
En ese contexto se presentará el libro Santiago Álvarez, un cineasta en Revolución, primera investigación sobre la obra del artista, y resultado de tres trabajos investigativos de jóvenes que integran la Cátedra de Periodismo Cinematográfico que lleva el nombre de la reconocida figura. También la revista conmemorativa Arte y compromiso: un siglo de Santiago Álvarez, tendrá su presentación en edición única, dentro del evento.
Días previos al Festival, como merecido homenaje a la obra de este importante cineasta, comenzará el ciclo de proyección de los noticieros ICAIC Latinoamericano, del cual fue su fundador y director por más de 20 años. Este necesario encuentro que se extenderá hasta septiembre propiciará el debate y contará con la presencia de expertos y estudiosos de su obra.
Son estas algunas de las acciones de un homenaje que busca también acercar a los niños, adolescentes y jóvenes a la figura de Santiago Álvarez. Precisamente, hablamos de un hombre cuya obra se destacó por la presencia activa del periodismo, el reflejo de importantes sucesos históricos como la guerra de Vietnam y la invasión mercenaria a Playa Girón, el genial uso del montaje y el empleo de la banda sonora como parte indisoluble de la acción dramática.
Fueron esas razones para defender la importancia del periodismo cinematográfico como enriquecedor del documental. “Yo informo de acontecimientos a partir de ideas que tengo sobre esos acontecimientos”, decía. Entonces, recordemos su documental Now (1965), sobre la discriminación racial en los Estados Unidos, que es considerado por especialistas como el antecedente del video clip actual.
Pero ahí también están otras importantes obras suyas como Ciclón, Muerte al invasor, Hanoi, martes 13, L.B.J. y 79 primaveras, clásicos de la filmografía contemporánea. Toda esa labor como cineasta lo llevó a recibir más de 80 primeros premios en festivales internacionales y concursos nacionales. Y también, a ser nombrado miembro de la Academia de Artes de la República Democrática Alemana y maestro perenne de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños.
Vale entonces que comience temprano la fiesta para un hombre como este; uno de los cineastas cubanos, que al decir del director de cine Waldo Ramírez de la Ribera, ha influido más en las generaciones posteriores a la fundacional del Icaic. “Sus documentales son profundas reflexiones sobre la realidad de la compleja vida en Revolución, así como mismo escudriñó en la realidad internacional. Nos legó obras de altísimo compromiso revolucionario y humano, demostrando su carácter militante y a la vez creativo, como expresión genuina de un artista verdadero y comprometido con su tiempo”.
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