Un himno al rock solo puede ser entonado entre cófrades reunidos en el sitio y hora exactos. Por eso la jornada del evento teórico de la XX edición del Festival nacional Metal HG, realizado en el Café del Arte joven, resultó un homenaje al rock cubano y un recorrido en retrospectiva por la obra de algunos grupos que pasaron por la Ciudad de los parques.
En el primer momento los promotores del género, Youre Merino y Danilo Guerrero, se encargaron de revivir la historia desde diferentes momentos y puntos de vista. Luego el complemento literario correría a cargo de Alex Jorge, Zulema Gutiérrez y la tunera Liliam Rodríguez.
Danilo Guerrero, profesor y realizador radial, expuso el tema Músicos húngaros que visitaron Holguín en los años ochenta. El atractivo de esta presentación no solo fue la remembranza de esos años, sino que trajo conocimientos nuevos a un público mayormente joven, e incluso, para los de más experiencia fue de gran expectativa.
De esa manera, Guerrero trajo fragmentos musicales de solistas y grupos como Neotón, Kóral, ZsuzsaKoncs, KláriKatona y V’Moto-Rock, figuras que en su momento representaban una expresión musical de avanzada. También se refirió a cómo la prensa holguinera de esos años reseñó su presencia en el territorio.
Por su parte, Yourese refirió a diez discos de rock cubano donde se detuvo en presentar algunas producciones fonográficas que, a su consideración son de las de mayor calidad artística. El mismo argumentó que estuvo motivado a esta intervención para contribuir a desterrar una larga controversia acerca de la calidad del rock hecho en la Isla.
Para los que difieren baste recordar solo varios nombres de su lista: Síntesis, Superavit, Havana, X Alfonso, Paisaje con Río o Anima Mundi. En el cierre literario Mole leyó un cuento de su libro Morir con las botas puestas, que contiene historias sobre roqueros de la ciudad. Zulema leyó textos de un nuevo libro y Liliam improvisó décimas con el pié forzado sugerido —impuesto— por el público.
Afuera lloviznaba en una ciudad donde la lluvia es bendición y extrañada. Quizás por eso los asistentes no fuimos numerosos; los que debíamos y queríamos estar allí. Por esa razón el diálogo entre el público y los protagonistas fue más que familiar. Allí, en el evento teórico se le cantó al rock.
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