Alicia Alonso también es una cátedra iberoamericana de danza

El escritor Alejo Carpentier aseguró que “Alicia Alonso pertenece a la excepcional estirpe de bailarinas que han dejado —a veces no más de cuatro, de cinco veces por siglos— un nombre egregio en la Historia de la Danza”. No tuvo duda al definirla así, pues ella es un símbolo de exquisito talento artístico y de humanidad que causa la admiración de quienes la conocen o de instancias como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la cual acaba de crear una Cátedra Iberoamericana de Danza con el nombre de la reconocida artista.

Muy pocos podrían imaginar que la Prima Ballerina Assoluta, nacida el 21 de diciembre de 1920 en La Habana —donde inició sus estudios en 1931 en la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical— se convertiría en una de las personalidades más relevantes en la historia de la danza y en una figura cimera del ballet clásico en el ámbito iberoamericano.

Recordemos que la actual directora del Ballet Nacional de Cuba (BNC), luego de trasladarse a los Estados Unidos y continuar su formación con Enrico Zanfretta, Alexandra Fedórova y varios profesores eminentes de la School of American Ballet, comenzó su actividad profesional en 1938, en Broadway, al debutar en las comedias musicales Great Lady y Stars in your eyes.

Un año más tarde ingresó al American Ballet Caravan, antecedente del actual New York City Ballet. Luego se incorporó al Ballet Theatre of New York, en 1940, año de su fundación. A partir de este momento comenzó una brillante etapa de su carrera, como intérprete suprema de las grandes obras del repertorio romántico y clásico.

Ya en 1948 fundó en La Habana el Ballet Alicia Alonso, hoy BNC, el cual ha tenido a la reconocida artista como madre, fundadora y primerísima figura. A partir de ese momento, las actividades de la aclamada bailarina se compartieron entre el American Ballet Theatre, los Ballets Rusos de Montecarlo y su propio conjunto, que mantuvo con escaso o ningún respaldo oficial hasta 1959, cuando recibió el apoyo del naciente Gobierno revolucionario.

Sus versiones coreográficas de los grandes clásicos son célebres internacionalmente, y se han bailado por otras importantes compañías como los Ballets de la Ópera de París (Giselle, Grand Pas de Quatre, La bella durmiente del bosque), de la Ópera de Viena y el San Carlo de Nápoles (Giselle), de la Ópera de Praga (La fille mal gardée), del Teatro alla Scala de Milán (La bella durmiente del bosque) y el Real Ballet Danés (Don Quijote).

Alicia Alonso ha sido investida con el grado de Doctora Honoris Causa por la Universidad de La Habana, el Instituto Superior de Arte de Cuba, la Universidad Politécnica de Valencia, de España, y la Universidad de Guadalajara, en México. Pero también, en 1998 al crearse el Premio Nacional de Danza fue la primera en recibirlo. Además posee la Orden José Martí, máxima condecoración que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba.

También en el 2002 fue investida en París como Embajadora de Buena Voluntad de la Unesco, luego nombrada Embajadora de la República de Cuba, por el Ministerio de Relaciones Exteriores, y el 10 de septiembre de 2015 nuestro Consejo de Estado acordó que el Gran Teatro de La Habana llevará su nombre por su aporte “a la cultura cubana y universal, su amor a la Patria y fidelidad a la Revolución Cubana”.

La Prima Ballerina Assoluta, ha sido inspiración y guía para la formación de varias generaciones de bailarines cubanos, con un estilo propio que ha conquistado un lugar destacado en el mundo. Son algunos hitos que avalan la creación de la mencionada Cátedra Iberoamericana de Danza, adscripta a la Universidad Rey Juan Carlos, de España.

Según dio a conocer el departamento de comunicación del BNC esta iniciativa abre una nueva vía de cooperación internacional en el campo de la formación y la investigación de la enseñanza universitaria de la danza y otros géneros artísticos afines, y el estudio y preservación del patrimonio inmaterial en la referida disciplina. A la vez, involucra la colaboración de diferentes instituciones españolas e hispanoamericanas.

Igualmente destaca que la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, acoge desde hace varios años al Instituto de la Danza Alicia Alonso, entidad que propuso a la Unesco la creación de la cátedra que ahora se funda.

Cuanto acontece ahora reverencia las palabras del escritor José Lezama Lima cuando señaló que el arte de la directora del BNC “no es de sorpresas y de aventuras, sino de perfección; ademán que no presumió de único, para mostrar la curvatura de su distinción como estilo habitado también por su pueblo”. Así de grande es nuestra Alicia.

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