Matanzas fue la provincia que lo vio nacer. Allí el maestro Enrique Pérez Mesa tuvo su primer acercamiento a la música a través del violín. Pero no sería este el instrumento que lo catapultaría en el mundo de las melodías y las sonoridades.
El director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) fue el invitado del jueves último al espacio Encuentro con…, donde el periodista José Luis Estrada Betancourt, como anfitrión de la cita en esta ocasión, creó un ambiente propicio para que Pérez Mesa hiciera aún más fascinante el universo de la música con sus historias.
“Cuando vas a estudiar una obra tienes que conocer el marco político y social en que surgió… Para mí la orquesta en el instrumento mayor. He tenido músicos de menor calidad artística y mayor corazón. Y los prefiero así”, dijo.
Pérez Mesa es un virtuoso en su arte. Lo ha demostrado con conciencia, seriedad y corazón. En su etapa de estudiante de la universidad dio las primeras señales de que se tomaba en serio su futura profesión, al irse desde 3er. año a dirigir —como ejercicio académico—, varias orquestas del país para adquirir mayor experiencia en esos saberes, lo cual resultó un acierto.
Fue así que posteriormente asumió la dirección musical de los clásicos Cascanueces, Coppelia, El lago de los cisnes, Don Quijote, Carmeny otras importantes piezas, al trabajar con el Ballet Nacional de Cuba. También ha estado al frente de la Ópera Nacional. Para él “es una de los géneros más completos”.
¿Cómo logra la conexión con los músicos en una presentación?, se interroga al director titular de la OSN, y la respuesta viene sin titubeos: “El lenguaje de las manos en ese sentido resulta fundamental. La batuta no suena, pero sí desafina. Lo más importante es darle la entrada a los instrumentos”.
Para realizar con éxito su labor Pérez Mesa recuerda el consejo de uno de sus homólogos: “la dirección es el arte de la prevención. No hay nada más terrible para un director que no sepa qué hacer”. Y añade: “Trato de convertir la orquesta en una gran familia. El problema de uno de los integrantes es de todos”, principio con el que han tenido buenos resultados. Recientemente culminaron una gira por los Estados Unidos donde conquistaron al público en sus actuaciones.
El cierre del teatro Amadeo Roldán, sede de la ONS, hace varios años por problemas constructivos y de remodelación, ha sido un factor influyente en la disminución de los seguidores y asiduos a las presentaciones de la emblemática agrupación, en especial la presencia de las nuevas generaciones. Pero su impronta y accionar dentro de la cultura cubana no se ha reducido por esta causa.
Mantienen el mismo rigor de décadas atrás. En los últimos tiempos han ampliado las colaboraciones con músicos criollos, como la presentación de este domingo en el concierto de Liuba María Hevia en la sala Covarrubias del Teatro Nacional, además de compartir escenario con la Orquesta Aragón, Omara Portuondo, Chucho Valdés, Osdalgia, Annie Garcés y Maykel Blanco.
Para cualquier artista la ovación del público representael mayor anhelo por conquistar. Pérez Mesa no es una excepción. Sin embargo, aseguró que el aplauso más importante que recibió en vida fue cuando lo nombraron director de la OSN. Ese ha sido el mayor reto y compromiso en su carrera artística.
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