“Eran otros tiempos, la Casa del Joven Creador llena de escombros, lo recuerdo como si fuera ayer, era una especie de almacén del Ministerio de la Construcción porque no tenía puertas, estaba todo lleno de gravillas, de lomas de arena y sacos de cemento. Ese proceso lo viví hasta que la Casa quedó en una primera instancia bastante construida”.
Son palabras de Andrés Borrero, a quien atrapamos en los últimos minutos de su gestión como Presidente de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Las Tunas, momento que coincide con su salida como joven creador de una organización y espacio que sintió como su hogar. Más de una década marca su permanencia, las carreras para organizar un evento, y en la medida de lo posible cumplir un poco con las expectativas de un grupo muy heterogéneo.
“Cerca de 20 años como miembro de la AHS. Mis primeras intenciones fueron entrar en literatura y no pude, entonces fue promoción la vía de pertenecer”, asegura.
¿Cómo se vivía la Asociación en aquellos momentos?
La vida cultural de la AHS gozaba de una salud exquisita. Había un movimiento de artistas jóvenes que no pensaban en presupuestos. Con un poco de té y una grabadora de casete hacíamos una gran fiesta y nos reuníamos. Por esa época también nos intentaron quitar la Casa del Joven Creador y aquello fue una especie de revuelta y vinimos un poco de artistas a vivir aquí en tiendas de campaña. Fueron momentos muy lindos, nada más eran 17 años.
“Estaban aquí mis paradigmas, aquellas grandes figuras que yo vi en Guillermo Vidal, Carlos Esquivel, Daniel Laguna, y uno los miraba con respeto y con esa envidia sana de yo quisiera ser en algún momento como ellos. Y nunca pude ser como ellos pero aquí estamos, saliendo como presidente y saliendo como asociado”.
Dices que antes de asumir oficialmente estuviste muy cerca del ejecutivo…
En algún momento entro de vicepresidente profesional a la AHS y mi principal función fue preparar los eventos. Me encargaba de la Casa del Joven Creador, su programación y los eventos principales, de ahí que cojo el Entre Música más seriamente y armamos ese gran —digamos— carnaval musical; que heredamos desde Iraida Williams, quien junto al guitarrista Argibaldo Acevo y Aleivis Araúz pensaron ese gran evento.
“Rescatamos el Portus Patris que estaba pasando los peores momentos de su existencia. De momento tiene diez ediciones pero cuentan los que saben y los que tienen registro histórico que es probablemente el evento más viejo de la Asociación en Cuba entera.
“Cuando aquello recuerdo, en alguna charla que hemos tenido con Ernesto Carralero Bosch, quien comentó que Carlos Esquivel fue uno de los primeros premios del evento, así que son unos cuantos años. Y lo rescatamos, fue una de las principales cosas que hicimos. Ya como Presidente se incorporaron otros eventos para saciar un poco las necesidades de los creadores, digamos de las artes escénicas como el Perro Huevero o de la radio con Ultrasonido”.
¿De esos años como presidente qué gratificaciones te quedan?
Creo que ese sentir placentero que tengo como Presidente está en escuchar a los asociados, suplir sus necesidades, es el principal logro de este periodo porque la vida orgánica de la AHS va a ser siempre bastante convulsa. Hacer cualquier cosa atractiva para los asociados es muy difícil, es mucho más fácil que a la Casa venga cualquier grupo etario, das una actividad y el joven viene, el pueblo común viene, pero hacer una actividad para el afiliado es muy complejo y más por la característica del artista.
“El asociado es una persona bastante compleja que vive de algún modo dentro de esa pequeña burbuja que es su creación y está enfocado totalmente en eso. Entonces, tratar de que llegue a ti, te hable e intercambien opiniones, qué necesitas, qué te hace falta, por dónde va la obra o tus cosas… esos son los logros de este mandato.
¿Qué te deja en lo personal?
Siempre digo que lo que le queda a Andrés Borrero es la cantidad de personas lindas que he conocido. Tengo amigos en Cuba entera y fuera de aquí, eso es lo principal que me pasó.
¿Ahora cuál es el camino?
Hay propuestas de trabajo como especialista o en la editorial Sanlope, que es mi perfil; pero de pronto quisiera escribir. Hay tres libros ahora mismo en una gaveta, que tuve que dejarlos para dedicarle tiempo a la AHS. También quisiera seguir haciendo música que es lo que empezamos, hacer un poco de trova.
“Casi podría comparar la presidencia de la Asociación con el servicio militar, fíjate que no perdí mi tiempo, soy incapaz de decir eso, pero sí perdí mi obra literaria, aquel impulso que tenía, venía ya con un premio Portus Patris y un poco madurando. Entonces llega este periodo de mandato y no soy un escritor de oficio. Necesito mi tiempo, mi calma, despertarme por la madrugada, hacerme un poco de mate y escribir…, es así como funciona Andrés Borrero, el escritor.
“Llego a mi casa pensando en la AHS, en qué pasó, cómo fue el día. El año pasado y este último fueron muy difíciles para la organización, recuerda que de algún modo depende de la Dirección Provincial de Cultura y hubo recortes económicos, de pronto los hospedajes de Las Tunas son caóticos, y aumentaron los precios.
“Toda una serie de mecanismos burocráticos-económicos que fueron bastante convulsos para la vida cultural de un territorio y fueron cosas que empezaron a doler bastante hondo. Pero mi papá me enseñó que la única persona con quien no puedes quedar mal es contigo mismo y si asumí esta responsabilidad hay que llevarla hasta el final”.
Pero para quienes le conocen, quienes compartieron las madrugadas guitarra en mano y los proyectos engavetados, saben que Andrés no ha dicho adiós definitivamente a la Casa del Joven Creador, a los eventos que desde su Asociación convidan a roqueros y escritores por igual. Allí está, rodeado de los amigos y colegas que como él disfrutan de la vida bohemia, esa también tan cubana que no renuncia a hablar de sueños y se sabe por siempre joven y creadora.
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social.
El mejor de los mejores. Ramuf On le debe su visita a las Tunas a él y a su equipo. Siempre le diremos «donde está teresa». Abrazo grande!!!