Mi entrevistado Alejandro Martínez Sánchez (Cabaiguán, Sancti Spíritus, 1985) les prometió a sus padres literarios que no los defraudaría. Haciendo uso de sus habilidades como Cinturón Negro 2do DAN en Karate-Do, Shotokan, desafía la ficción y la realidad cotidiana, maltratando a la literatura a golpe de teclas. Egresado del “Templo” de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, Alejandro asegura haber encontrado su gran Dojo, y asimilado con facilidad las técnicas aprendidas, logrando aplicarlas en su primer libro El sacrilegio de los puros, publicado en su tierra natal por Ediciones Luminaria.
Los temas de los que se apropia este autor/karateka, son los conflictos más oscuros de la sociedad, seres que desenfundan el animal que los habita y cuya única culpa, es vivir. Así aplica las artes marciales Alejandro Martínez Sánchez, en cuentos que narran la vida de un grupo de jóvenes durante su etapa de preparación militar.
Considera que la literatura no es una carrera de velocidad sino de resistencia; y de esa forma se adentra en el campo de los escritores más emergente en la Isla; entrenado durísimo para que su próximo libro «sea un puñetazo en el rostro de mis lectores».
El sacrilegio de los puros es tu primer libro publicado, ¿por qué debutar con un cuaderno de cuentos cuando cultivas géneros más comerciales como la novela? ¿Qué temas abordas en esta primera entrega?
Cuando me inicié en esta nueva forma de Vida, en este «Camino de las Letras», uno de mis primeros cuentos fue La sombra; en aquella época, un texto de apenas cuatro cuartillas con el que cierra mi libro. Cabaiguán, además de ser “Un pueblo con suerte”, por contar con excelentes narradores que ya tienen su impronta dentro del panorama literario nacional; cuenta con dos prestigiosos talleres literarios: el Rubén Martínez Villena con más de cinco décadas de existencia, y el Taller Especializado de Narrativa, de los cuales me siento orgulloso de pertenecer, y te puedo asegurar que ahí es al duro y sin guante, sin noñería, sin papití. En esa fusión de diferentes generaciones de narradores comencé tratando de cultivar este género, de imitarlos, de encontrar un camino, mi camino. Realmente mi cuaderno vio la luz en la Feria Internacional del Libro de 2017, mi libro apenas gatea; en cuanto a lo comercial, a mí entender, un buen texto hará justicia gracias a los lectores y al Tiempo, que será, sin dudas, su principal juez.
El sacrilegio de los puros es un homenaje en el tiempo a Los pasos en la hierba, de Eduardo Heras León; La ciudad y los perros, de Mario Vargas Llosa; Sur latitud 13, de Ángel Santiesteban Prats y a la literatura cubana de los años sesenta y setenta. También, esos compañeros que compartimos juntos esa etapa de Servicio Militar. El sacrilegio de los puros narra la vida de un grupo de jóvenes durante su etapa de preparación militar, dentro de una gran unidad de tanques. Allí queda reflejada la convivencia cotidiana entre soldados, sargentos profesionales y oficiales. El libro refleja lo más oscuro, lo más violento dentro de una unidad militar, que se puede suscitar en cualquier Regimiento y en cualquier parte del mundo; también, dentro de estos relatos, la desobediencia, el desamor, el miedo, la venganza y el valor son personajes que cobran vida en la obra. Es un libro muy violento y que me tomó varios años pulirlo. Como dije anteriormente, en Cabaiguán se tallerea sin papití y estuve bajo la supervisión de excelentes narradores como Oscar G. Otazo, Marlene E. García Pérez, Jorge G. Silverio Tejera y Pedro Luis Rodríguez Molina, entre otros. Puede que a muchos les disguste, o tergiversen lo dicho producto del desconocimiento literario que poseen; en caso de disgusto, mi sugerencia muy personal: respirar profundo, cerrar el libro y negar su existencia.
Este mismo título lo reeditas a principios de 2018 con el sello Guantanamera, España. ¿Qué significa para ti, como autor, contar con una publicación foránea? ¿Qué piensas de la narrativa que actualmente se publica en Cuba y cómo aprecias el panorama editorial cubano relacionado con la narrativa?
Es algo interesante publicar en el extranjero, al menos para mí que recién debuto como novato en este mundo. El profesor Eduardo Heras León me comentó un día que yo debía sentirme privilegiado por haber nacido en Cabaiguán, pues los cabaiguanenses no te apartan, no te hunden, no te silencian; simplemente, te muestran el camino. Una de esas personas que no puedo dejar de mencionar en estos inicios es Marlene E. García Pérez, por ser más que mi ángel de la guarda; es mi otra madre. Madre, por el inmenso cariño que le profeso, por soportar mis malcriadeces, por hacer suyos mis problemas y defenderme como toda una guerrera amazona, a ella le debo mi publicación en Guantanamera. No somos Dios en la literatura y muchísimo menos en Cuba; en Cuba todo el mundo sabe de pelota, boxeo y el que menos te da una conferencia teórica de lo que es un buen libro, un buen cuento; pero lo más importante es que en Cuba se está creando muchísimo y con buena calidad. El Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso es el motor impulsor de esos guerreros jóvenes que nos aventuramos a conquistar la simpatía o la antipatía de los lectores. Yo soy un novato en estas contiendas, El sacrilegio de los puros ve la luz por Ediciones Luminaria, una editorial territorial; y desde aquí les agradezco a Ediciones Luminaria por el coraje de publicar mi texto, a Marlene E. García Pérez, una vez más, mi editora. Las editoriales territoriales desempeñan un papel cimero para que los jóvenes narradores cubanos puedan deleitarse con el aroma de su primera publicación.
Me atrevo a preguntar si ha influenciado tu formación en Educación y Artes Marciales en tu forma de concebir la literatura, y los temas que abordas en tus relatos y novelas.
El ser Licenciado en Educación me ha dado la posibilidad de vencer un poco la timidez: relacionarme más con las personas, hablar en público, indagar por temas que despierten mi curiosidad; el interactuar con adolescentes me ha permitido confrontar sus vivencias personales, apropiarme de sus modos de hablar y de muchas de sus ocurrencias. Desde los seis años comencé a practicar Gimnasia Artística y a los nueve inicié la práctica del Karate-Do, que me ha ayudado en todos los aspectos de mi vida. El Karate comienza con respeto y termina con respeto, dijo el Sensei Gichin Funakoshi, y es un concepto que aplico en todos los aspectos de mi vida y siempre lo tengo presente; aún en las situaciones más desfavorables siempre respeto a mis adversarios; por eso, la literatura la concibo con el mismo respeto que le tributo a las Artes Marciales. Yo hago Karate Literario, y mi Karate Literario es de una práctica constante y tiene tres fuentes de las que me nutro para mis creaciones artísticas literarias: respeto, humildad y perseverancia. ¿Por qué Karate Literario?, según la intensidad del relato, te puedo decir el nombre del katá que se adecua a ese texto. Los temas que trato en mis obras son los conflictos más oscuros de la sociedad, mis personajes siempre son marginales, independientemente de su nivel educacional. Siempre llevan dentro de sí ese animal el cual evocan en determinadas situaciones de sus vidas. El Karate me ha ayudado, sin lugar a dudas, a lograr verosimilitud en las escenas de lucha cuerpo a cuerpo.
Disfrutas el privilegio de ser autor egresado del Centro Nacional de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. El curso de Técnicas Narrativas culmina con la convocatoria de dos concursos dirigidos a los estudiantes matriculados; uno de ellos, la Beca de creación El Caballo de Coral, la cual obtienes en el año 2013; sumando, a tu incipiente carrera, un peldaño más. ¿Cuáles fueron los universos explorados en el Centro Onelio? ¿Qué significó la obtención de la Beca El Caballo de Coral?
El Centro Onelio es mi Okinawa, mi gran Dojo, mi Templo de Shaolín. Rememorando mi llegada al Onelio, entré de modo causal, se celebraba aquí en Cabaiguán el “III Evento de Narrativa Un pueblo con suerte” y nos visitaba Eduardo Heras León, Senel Paz y Francisco López Sacha y destacados escritores del territorio. Yo era un nuevazo y, a petición de Marlene y Oscar, leí el fragmento de una novela sobre un preuniversitario. Fueron tres cuartillas y los visitantes quedaron impactados con lo escuchado. La matricula de ese año estaba cerrada, pero el profesor Heras, hizo una excepción conmigo y creo que no lo defraudé y nunca lo voy a defraudar. El Centro Onelio me brindó la posibilidad de codearme con jóvenes de mi misma generación e intercambiar nuestros textos, de soñar en un primer momento y finalmente quedar convertidos en verdaderos escritores. En el Onelio se respira respeto y los profesores no nos tratan como meros alumnos; en el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso todos somos escritores y somos tratados como tal. El profesor Eduardo Heras León me enseñó a ser mejor ser humano, y ahí fue donde realmente quedé deslumbrado con ese caudal de Técnicas Narrativas, técnicas que asimilé con mucha facilidad y logré insertarlas en mi primer libro con bastante bomba, será que cómo soy karateka me resultó bastante sencillo. Además, de las visitas a los museos y la posibilidad de interactuar con la más selecto de la literatura cubana actual, tuve el privilegio de festejar el “XV Aniversario del Centro de Formación Literaria” con jóvenes excelentes; allí, me gané el apelativo del Animal, por la literatura que hacía. Desde entonces, para mis coterráneos soy “el Animal del XV Curso de Técnicas Narrativas”.
La obtención de la Beca El Caballo de Coral fue otro incentivo y la manera de creerme a mí mismo que lo estaba haciendo valía la pena realmente. Esa Beca fue el trabajo de un colectivo de personas que siempre me han acompañado y domingo tras domingo nos reuníamos y nos reunimos a tallerear nuestros textos: Oscar G. Otazo, Jorge G. Silverio Tejera, Pedro Luis Rodríguez Molina, Rosa María García, Ken Jact Fernández, Marlene E. García Pérez, entre otros. La Beca la obtuve con el proyecto de la novela que trata sobre la vida de un grupo de jóvenes dentro de un preuniversitario.
¿Te permitió el curso de Técnicas Narrativas otras coberturas en tu carrera?
El Centro Onelio me dio otra familia y dos padres maravillosos: Eduardo Heras León e Ivonne Galeano, y en honor a mis padres continúo maltratando a la literatura, derecha, izquierda, codazo, cabezazo. Me dotó de un sin número de herramientas y de mañas para desafiar la ficción y la realidad cotidiana. Es un aval muy importante y más ahora que me encuentro inmerso en el proceso para ingresar a la AHS, y dentro del mundo literario nacional el ser egresado del Centro Nacional de Formación Literaria da muchísimo Prestigio. El Onelio es como obtener el Cinturón Negro 1er DAN en Karate, una experiencia única.
¿Cuáles son los afluentes por los que navega en la actualidad Alejandro Martínez Sánchez en materia literaria? ¿Podemos esperar nuevos títulos en la venidera Feria Internacional del Libro?
La literatura no es una carrera de velocidad. La literatura es una carrera de resistencia. En el Taller de Cabaiguán uno tiene que entrenar durísimo sino deseas que te pateen de verdad. Soy extremadamente disciplinado y aquí tienes que reescribir los textos como un animal. Este año termino la novela del pre que tiene casi quinientas cuartillas, la termino por respeto a Marlene, a Heras y todos esos que me están viendo crecer en este azaroso mundo. Sigo perfeccionando mi literatura.
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Me alegra por mi socio «El Animal» y lo recuerdo -de ahí el apodo- en nuestros inolvidables días del Onelio, durante el curso 15.
Un abrazo inmenso desde Holguín,
Erian
PARA EL NIÑO QUE VI NACER, QUE SU MADRE CRIO CON TODOS LOS SACRIFICIOS DEL MUNDO JUNTO A SUS HERMANOS, PARA EL JOVEN QUE NO VOLVI A VER PERO QUE SIEMPRE SUPE DE EL POR MIS PADRES, A ESE LUCHADOR LE DESEO TODO LO BUENO DE ESTE MUNDO Y MUCHAS PUBLICACIONES MAS.
GRACIAS POR LA DEDICATORIA QUE ME HICISTES DEL LIBRO QUE MI MADRE ME HIZO LLEGAR, LAS CUAL ME SACO LAS LAGRIMAS POR TANTOS RECUERDOS.
Ten hora buena mi hermano !! Mucha suerte, salud y bendiciones te desea tu hermano mayor desde el lejano medio oriente. Cuídate mucho..nos vemos dentro de poco si Dios quiere.
Ya verás que seguirás creciendo en ése bello mundo de la literatura..
El sacrilegio de los puro un libro que merece ser leído.les puedo asegurar que corrí junto al gordo Yeco, es un libro que trascenderá dentro de la literatura cubana.
Me alegra mucho saber que mi querido amigo y alumno Alejandro haya encontrado un camino en la literatura, le deseo mucha inspiración, constancia y que pueda salir adelante con su nueva novela. Sus éxitos serán también los mios. Fui su maestra en la escuela primaria y siempre lo admiré