Médula: entre el performance y la experimentación

Yoel González lo volvió a hacer. La reposición de la pieza La granja, una de las últimas producciones más versátiles y osadas que creó el coreógrafo guantanamero, se llevó los aplausos y ovaciones del público del cine Huambo de la ciudad del Guaso, principal escenario de las presentaciones de la compañía Médula durante la celebración de su cuarto aniversario.

La obra marcó la arrancada de las actividades de la nueva temporada que una vez más apuesta por hacer un arte distinto, reflexivo, social, de denuncia y a su vez de legitimación del carácter performático y cargado de mensajes subliminales, que define la estética de la joven compañía.

La Granja, aborda mediante situaciones sencillas, en cuatro escenas, las relaciones de dominación, poder, sumisión, complicidad y rebeldía que suelen darse en la sociedad, dentro de la familia o en la pareja, para lo cual se vale ingeniosamente el creador del comportamiento y el lenguaje del mundo animal.

La Granja aborda mediante cuatro escenas, las relaciones de dominación, poder, sumisión, complicidad y rebeldía en la sociedad, dentro de la familia o en la pareja

Complementan la narración las luces tenues, la música que matiza entre altas y bajas la progresión dramática de la historia, desde un simple gesto o expresiones de fuerza, dolor y miedo, sentimientos que llegan a la audiencia por medio del rostro y los pasos de cada uno de los bailarines.

También contribuyó a la ambientación del escenario, la muestra fotográfica “Desde el punto, hasta la Médula” del artista americano Carl Moore, con alrededor de una decena de piezas, expuestas alrededor de la audiencia, y que trataba de contar a manera de biografía el devenir del grupo danzario, en los más de cuatro años que lleva Carl, valiéndose de ellos, como musa de inspiración.

Sobre su visión de la compañía comentó que esta se parece mucho a la ciudad de Guantánamo, pues ha visto que el quehacer de los bailarines tiene mucho de la espiritualidad que emana de las calles del Guaso.

Otro momento de clímax en la primera jornada devino la presentación del creador Dorkis Moya, de Baracoa, quien a partir de la vinculación de técnicas como la instalación artística, la teatralidad, la sátira, la escultura en madera y el canto, en asociación con la religiosidad, propuso la singular obra Nido Infernal, que abordó temas como la vulgarización de la música y el aborto.

La pieza conformada por varios actos donde interactúan tres actores, tiene como principal atributo, a decir de su creador, el haberse concebido sin fines de lucro, para el gusto de quienes decidan apreciarla.

Con su propuesta, Dorkis mantuvo curioso y expectante todo el tiempo al público que acudió al Taller del Consejo para el Desarrollo de la Escultura Monumentaria y Ambiental (Codema), otro de los sitios donde la compañía celebra su cuarto aniversario.

Durante la semana los guantanameros disfrutarán el estreno mundial de la pieza Clorofila, simbiosis de la cultura cubana y latinoamericana; descargas musicales, encuentros teóricos y la premier de la película Los Guardianes de la noche, que a decir de su editor y musicalizador Lázaro Antonio  Sevila Elías-Calles (Dj Zevil) encierra un contenido antropológico y documental.

Con un gran espectáculo en el cine Sabanalamar del municipio San Antonio del Sur, que aunará diversas manifestaciones artísticas y el talento de las academias infanto-juveniles de Médula, concluirá el próximo sábado el programa de esta cuarta temporada.

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