Anfibio (2014), primer cortometraje de Venezuela seleccionado para competir en el Festival de Cannes, fue presentado a la prensa en el Pabellón Cuba el pasado martes en la tarde, a solo una semana de su estreno en Francia (19 de mayo). Luego El sonámbulo (México, 2014), premiado en el Festival de Biarritz, ocupó el espacio Confluencias del lente.
Anfibio
A punto de viajar a Cannes para la 68 edición del certamen fÃlmico más prestigioso del mundo, los realizadores de Anfibio llegaron a la sede nacional de la AHS para conversar sobre la obra que abrirá la selección de CinéFondation, competencia dedicada a cortometrajes de estudiantes de cine de todo el mundo. Ellos son alumnos de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV), y aprovecharon el espacio del Pabellón para «agradecer el apoyo importantÃsimo» de la institución, su casa en Cuba según la definiera el joven productor Marco Olmos. «Intervenimos lo menos posible en la vida de la comunidad que filmamos en Maracaibo, en los barrios de Santa Rosa de Agua y Capitán Chico», explicó luego.
Escrita y dirigida por Héctor Silva Núñez (matriculó guion en la EICTV), la ficción de 15 minutos narra un dÃa en la vida de dos jóvenes hermanos en una zona donde se habita entre el agua y la tierra. Filmó el rastro de una violencia invisible y cotidiana que transforma la relación familiar de los personajes. La cinta venezolana, seleccionada entre 1600 candidatas de más de 300 escuelas de cine, competirá junto a otras 17 obras durante la 18 edición de CinéFondation.
Héctor Silva dirigió actores no profesionales buscando un tono naturalista, con un diseño de filmación «muy parecido al documental». Para ello se apoyó en la fotografÃa de Saurabh Monga. El joven de la India, también estudiante de la EICTV, declaró: «nos adaptamos al lugar, sus sonidos y luces fuertes. En el guion y las imágenes se ve un proyecto sincero desde el principio».
Anfibio nació luego de un año de escritura de guion (el segundo de Silva en la EICTV), siete dÃas de rodaje en agosto de 2014 y cuatro meses de posproducción en las instalaciones de San Antonio de los Baños.
El sonámbulo
Cuando salió de Bolivia Mauricio Claure dejó a su hermano atrás. «Lo extrañé, y eso me ayudó durante el proceso de construir la pelÃcula», dijo luego de que se proyectara en la Sala de Cine Alfredo Guevara su cortometraje El sonámbulo (21 minutos), premiado en el 23 Festival de Cine Latinoamericano de Biarritz (Francia).   Â
La obra, su tesis de graduación Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) de México, cuenta el doloroso momento vivido por dos hermanos en medio de una separación conyugal de su madre. «Para mà era un reto filmar un problema asÃ. QuerÃa plasmar que hay conflictos familiares que no tienen estructura, no se sabe cómo empezaron, por eso construà el ambiente Ãntimo de El sonámbulo. Me gustan las historias centradas en un momento especÃfico», declaró.
El director, guionista y editor conversó sobre el cine mexicano, uno de los monstruos creativos e industriales de la región, y aludió al alejado de narcotraficantes y violencia explÃcita. «Allà hay alrededor de 80 festivales de cine. Existe una corriente que maneja historias mÃnimas. Es otra forma de hablar acerca del contexto actual, solo que no lo dices desde el principio y eso posibilita que construyas personajes más ricos».
Aunque Confluencias del lente resulta el espacio habitual (ahora cada 15 dÃas), no es la única ventana abierta por la AHS y la EICTV a la realización audiovisual de jóvenes cubanos y extranjeros. Hay muchas tardes en el Pabellón Cuba en las que podemos ser testigos de los primeros pasos del cine latinoamericano nuevo.
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