Entregan Premio Nacional de Literatura 2017 al intelectual Luis Álvarez Álvarez
«Los intelectuales todos; los cubanos… debemos de preocuparnos por un humanismo esencialmente cubano, ante la prevalencia de la ola tecnológica que persigue imponer una perspectiva del tener por encima del ser, tal cual lo hicieron nuestros predecesores…; los grandes del pensamiento cubano en su momento», reflexionó desde una profunda visión martiana, el intelectual Luis Álvarez Álvarez, durante la ceremonia de entrega oficial del Premio Nacional de Literatura 2017, lo cual ocurrió de manera excepcional fuera de la Capital, este sábado en el Teatro Avellaneda de esta ciudad.
Luis Álvarez, merecedor de innumerables premios nacionales e internacionales aseguró, en un teatro abarrotado de intelectuales de varias provincias y del extranjero, amigos y de familiares que, «necesitamos un humanismo vivo, nutriente y apasionado». Durante su intervención, transformada en una conferencia magistral, en la que hizo gala de su magisterio y pedagogía infinitos, el también profesor de Emérito y Doctor en Ciencias, y en Ciencias Filológicas agradeció el apoyo de editoriales nacionales y extranjeras, editores y diseñadores, así como dedicó el reconocimiento a todos sus maestros, amigos, estudiantes, libreros y muy especialmente a su familia.
El también Maestro de Juventudes, Álvarez Álvarez, heredero de una muy genuina tradición; la ensayística cubana, y de la permanente preocupación por la conservación del patrimonio espiritual de la nación cubana, tal cual lo hicieron sus antecesores, alertó: «ante los poderosos vientos economicistas que tratan de enfocar el bienestar desde lo material; desde un enfoque puramente económico, y el cual además ocultan o disfrazan de los verdaderos y urgentes problemas humanos, … no existe para esa realidad solución posible sin amor a la vida, sin humanismo y solidaridad».
Confirmó que el mejor legado de la ensayística cubana para las presentes y futuras generaciones de intelectuales y artistas ha sido la constante y renovada defensa de la solidaridad humana. Afirmó que «…falta mucho para la comprensión del ensayo», pero a la vez corroboró que esta práctica o género literario viene de raíz cercana, «Félix Varela con Cartas a Elpidio, -a quien consideró fundador de este género en el país-, dejó tareas esenciales: «el crecimiento del país y la ética como elemento básico de la sociedad»».
Luis Álvarez, quien además recibió de manos de las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en Camagüey, la Réplica del Escudo de la Provincia, por ser un fiel defensor, en todas las trincheras de la Revolución Cubana, llamó a que la prosa reflexiva cubana debe mantener ese legado y acrecentarse, como delineó Martí al afirmar, «…con todos y para el bien de todos», ratificó.
En su clase magistral Luis Álvarez no solo recordó a Raúl Hernández Novás y a Desiderio Navarro, ambos fallecidos, sino que además hizo un recuento del legado histórico que desde las artes y las letras hicieran, desde José María Heredia hasta Ángel Escobar, desde José Martí hasta Raúl Hernández Novás, desde Dulce María Loynaz a Reina María Rodríguez, desde Rolando Escardó a Sigfredo Ariel y desde Agustín Caballero y Félix Varela hasta el momento actual.
Confesó el reconocido escritor cubano: «Estoy más orgulloso de los libros leídos, que los creados por mí y me enorgullezco, porque estos son caminos seguros hacia el alma de la nación».
Margarita Mateo Palmer, presidenta del jurado del Premio Nacional, destacó en la obra del intelectual agramontino su acercamiento como regla latente a la obra martiana, su auténtica visión y lectura del neobarroco, su línea de pensamiento teórico y su perspectiva culturológica.
Abel Prieto Jiménez, Ministro de Cultura, afirmó durante la ceremonia oficial que, «…Hay un señorío fundador en Luis Álvarez sin ninguna duda, como lo hubo en Céspedes y lo hay en Eusebio Leal». La jornada incluyó la presentación de títulos de Ediciones Boloña, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, a propósito de la dedicatoria de la 27 Feria del Libro al historiador e investigador Eusebio Leal.
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