Como una “Isla de resistencia” cultural ha nombrado el ensayista y crítico de cine Juan Antonio García Borrero la muestra audiovisual El Almacén de la Imagen. Él, uno de los fundadores del Taller Nacional de la Crítica Cinematográfica, apela con el calificativo al título del documental del joven realizador camagüeyano Alberto Santos, obra que forma parte de los materiales que se exhibirán esta semana, en la edición 27 del evento.
Y siendo el Almacén una de las citas más antiguas de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) no caben dudas de que le ha tocado, en verdad, resistir, desde embates de ciclones tropicales y falta de presupuesto hasta carencias más lamentables que hablan con desafortunada elocuencia del abandono del fundamento creativo en los jóvenes realizadores.
En cambio, Reynaldo Pérez Labrada, presidente del comité organizador y gestor desde los momentos fundacionales del evento, prefiere medir con otra vara el suceso, a la altura de su vigésimo séptima edición.
“Yo no creo que sea tanto de resistencia como de persistencia. Ahora, ningún evento puede ocupar espacios que le corresponden a otras instituciones, aunque el Almacén puede y en cierta medida debe, legitimar la obra, existen instituciones académicas que tienen que decirle al joven: ´mira, esto que estás haciendo no es o no tiene que ver nada con el audiovisual´.”
Entonces ¿cuál crees que es hoy la función del Almacén?
“El evento no funciona como un ente independiente, ajeno a lo que se mueve hoy en día alrededor del audiovisual, no somos una Isla, pero decirte que nos toca a nosotros “legitimar” sería muy presuntuoso. Tenemos una cuota en ello al decidir si admitimos o no una obra (aunque ahora ocurra que una obra desestimada por nosotros se siga difundiendo por otros canales), pero eso le toca a la televisión (aunque no lo haga), a los medios, a las instituciones académicas, a los líderes de opinión.”
¿Cuánto ha cambiado el Almacén sus propósitos y proyecciones a lo largo de estos 27 años?
“Cuando uno está inmerso en un fenómeno no puede valorarlo, yo lo que te puedo decir es lo que se le ha añadido. Se le incorporó el pitching, o los pitching que ahora son dos, uno de animación y otro de ficción; se incorporó también el que otras instituciones otorguen premios, y además el llevar el cine a las comunidades, aunque esto no es una experiencia novedosa, desde el surgimiento del ICAIC nacieron los cinemóviles. Ahora necesita actualizarse en cuanto a los formatos de realización. En la actualidad con un móvil y una aplicación puede hacerse un video que a veces tiene más conceptualización que los que se graban con súper cámaras y equipos de realización.”
En cuanto a las obras que reciben, ¿han ganado en calidad?
“No me parece. Esto tiene que ver con lo que te explicaba antes, uno espera que las obras que vienen de la academia sean de creación y no resultó así. Yo siempre he sido muy crítico y muy incisivo con el Movimiento Audiovisual de Nuevitas y este año las cosas que presentaron están muy por encima de las que trajeron las instituciones académicas.”
¿A qué crees que se deba esto?
“A que se están confundiendo ámbitos de creación. Como el periodismo deja de abordar ciertos aspectos de la realidad lo hacen los realizadores audiovisuales. No se trata de que uno sea mejor que otro, son diferentes y le toca al periodismo dar fe y testimonio de lo que está sucediendo en la actualidad, así como al artista seleccionar de esos fenómenos reales lo que va a trascender o no. Colas siempre han existido, no tiene sentido que se filme una cola, ahora, en esa cola hay fenómenos que deben trascender como arte, si es que voy a hacer arte…”
¿Qué ambiciona el Almacén que no tiene, qué quiere para las próximas ediciones?
“Yo creo que el espacio necesita actualizarse en cuanto a las nuevas tecnologías y contribuir en su justa medida a la legitimación de una obra. Ojalá que esta nueva hornada de realizadores que se gradúan por montones (y que yo no sé si son artistas o no) entiendan lo que Alfredo Guevara nos decía hace tiempo en una entrevista: que el arte tiene que esperar, reposar, para saber con certeza si es arte. Yo creo que el tiempo es una categoría estética aunque no se diga.”
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