Ese universo donde puedo ser otro: bonanzas y tribulaciones del teatro cubano

El actor de teatro Franklin A. Romero Benítez (Sancti Spíritus, 1984) deja la piel sobre el escenario en cada puesta en escena. La certera imbricación del Yo-personal con el Yo-actoral le ha valido el reconocimiento de la crítica y del público a lo largo de 15 años de entrega y oficio. Justamente, ese tiempo de intercambio y aprendizaje —permeado por dificultades, carencias y, por supuesto, también dádivas— han concedido objetividad y verosimilitud a su trabajo como actor, lo cual no ha alejado a este joven de la búsqueda del perfeccionamiento y el compromiso propio y profesional.

Claro que el teatro juega un rol importante en la sociedad cubana actual, así afrima este actor —Premio de Actuación Masculina René de la Cruz In Memoriam 2017— como quien no tiene dudas acerca del camino que debe seguir.

El Premio de Actuación Masculina René de la Cruz In Memoriam 2017, te fue otorgado por tu trabajo en la obra Los payasos desaforados y ovalados, de la agrupación Teatro Piramidal, durante la V Edición del Festival René de la Cruz In Memoriam, en Sancti Spíritus…

Generalmente, se toma en cuenta y se valora el trabajo de artistas foráneos para continuar ignorando el talento local. El premio llegó en un momento en que realmente no lo esperaba, después de 15 años de carrera como actor fue un estímulo y un motor impulsor para continuar con mi obra. Fue bien importante que la crítica especializada haya reconocido y valorado mi trabajo, justamente en el territorio que me vio nacer y crecer como actor.

El director cubano de teatro Laudel de Jesús expresó: «Los payasos desaforados y ovalados, […] resulta un acierto perfectible, pero acierto al fin». ¿Cómo valoras —desde tu status de actor teatral— esta crítica?

Más allá de toda crítica, Los payasos desaforados y ovalados es una obra a la que le tenemos mucho cariño. Ha estado con nosotros durante algún tiempo y gracias a ella han sido muchas las alegrías. En cada puesta el público ha reaccionado de manera positiva y los especialistas han valorado su calidad, por lo que el grupo fue seleccionado a formar parte del catálogo de excelencia de las Artes Escénicas en Cuba. Pretendemos, con esta obra, disfrutarla, divertirnos y divertir a los demás; así como, resaltar los valores del Clown. Toda obra está en proceso de evolución, nuestro trabajo es constante y arduo para alcanzar así su perfección.

Franklin-A-Romero-BenitezComéntame un poco sobre Teatro Piramidal. ¿Cómo ha sido tu experiencia con el grupo y con Juan Modesto Castillo como director?

Teatro Piramidal surge hace más de 10 años, por un interés común: defender la línea del Clown. Actualmente está integrado por Juan Modesto, Lil Laura y yo. Más que un colectivo de trabajo somos una familia; nos mueven las mismas necesidades e intereses. Piramidal ha sido el espacio dónde más cómodo me he sentido, me ha dado la libertad de crear, expresar lo que quiero, encontrarme a mí mismo… de sentirme pleno.

Trabajar con Juan Modesto como director ha sido gratificante, sus enseñanzas han servido para aumentar mi motivación para crear, fortalecer y enriquecer mi trabajo como actor. Más que un maestro ha sido colega, amigo, compañero de aventuras. Esto ha permitido que mi labor sea más cómoda y coherente.

¿Por qué esta agrupación se inclina por el trabajo del clown? ¿Qué de nuevo aporta a esta tendencia en el país?

El trabajo del clown siempre ha sido menospreciado, incluso por actores, especialistas y críticos. Hay una diferencia notable entre el payaso de circo y el payaso como personaje. Este último está insertado en una acción dramática, se apropia de textos, de juegos escénicos y soluciones teatrales.

Siempre nos interesó defender los valores de este personaje. Pretendemos que nuestro trabajo sea ético, estético y didáctico, donde se despierten sentimientos y trasmiten valores, enseñanzas. Esperamos que no muera este personaje.

¿Existe en Sancti Spíritus una infraestructura teatral sólida o espacios suficientes para que el público disfrute de las propuestas escénicas?

Sancti Spíritus cuenta con varias sedes teatrales y espacios de representación escénica, donde son diversas las propuestas. El público puede disfrutar de espectáculos de títeres, teatro de calle, clowns. Hoy, las artes escénicas en la provincia han ganado seguidores con respecto a años anteriores; así como, la calidad de los espectáculos.

En tu opinión, ¿cuáles son las principales deficiencias del teatro cubano en la actualidad?

A la hora de hacer teatro se requiere cierta complejidad, a veces el presupuesto es muy limitado por lo que la creación queda trunca. Falta coherencia y sistematización en la programación de los espacios de representación escénica. Actores que no tienen interés por la superación. La promoción es deficiente, los medios tienen especial interés en potenciar la promoción de espectáculos de música y baile.

¿Juega el teatro —como manifestación del arte— un rol importante en la realidad cubana de hoy?

Son muchas las obras de interés social en las que se refleja la realidad cubana de hoy, donde se muestra las características del cubano: su jocosidad, necesidades, aspiraciones, miedos. Justamente, con este fin fue creado el teatro, el de representar lo cotidiano en la sociedad. Claro que el teatro juega un rol importante en la sociedad cubana actual.

¿Alguna nueva puesta en escena o proyecto?

He sido invitado por varias agrupaciones a formar parte de sus espectáculos. Con el grupo de teatro Garabato, donde comencé mi carrera y fue mi escuela, participo en la obra Yayaberías, donde interpreto la Negra Fuló, un personaje representativo de la provincia. Esto me dio la posibilidad de participar en el Festival de Camagüey, donde mi trabajo fue reconocido y valorado por la crítica. Con el grupo de teatro La Trinidad trabajo en dos obras: Génesis y Caniquí.

Hace poco trabajé en un corto dirigido por Tomás Darien Cordoví Muro, estudiante del ISA de Camagüey, sobre la violencia de la mujer.

También continúo con el proyecto SaludArte que pertenece a la AHS, donde me desempeño como vicepresidente. Este proyecto tiene como finalidad despertar el interés por las artes —en especial las escénicas— en niños con discapacidad, infestados y afectados por el VIH. También en hogares de niños sin amparo filial. 

Actualmente me encuentro enfrascado en la dirección de tres obras de Roberto Espina que, conectadas entre sí, conformarán el espectáculo que llamaré «Tres obras para dos actores».

Más allá de toda formación académica, ¿cuál consideras debe ser la cualidad esencial para un actor teatral?

Un actor teatral debe tener —ante todo— aptitud, ser consagrado a su trabajo; así como, tener interés en su constante superación. También debe ser receptivo ante la crítica.

¿Qué es para Franklin Adrián Romero Benítez la actuación? ¿Qué encuentra el hombre/actor en ese universo donde el Yo propio transmuta en otro, para otros?

El teatro ha sido una vía de escape, de enfrentarme a miedos, retos. Para mí, la actuación es ese universo donde me sumerjo y puedo ser otro. Me permite experimentar sensaciones, emociones, de crearme otras vidas. Desde que comienzo  a vestirme, maquillarme, dejo de ser yo mismo para convertirme en ese otro personaje, y así asumir toda la carga y la responsabilidad que conlleva ser ese otro.

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