Me llaman y me dicen que Fernando MartÃnez Heredia ha muerto. Quisiera no creerlo, saber que no es cierto. Se va un propulsor de energÃa, un maestro, un amigo, un discutidor, un hombre de verdad, de ideas.
Vamos, Fernan, que esto no es verdad. Me resisto a creerlo. Pero a cada uno nos llega el dÃa de partir. Ahora a seguir contigo en cada reunión con jóvenes, como hacÃas cuando llegabas a Santiago o en cualquier parte de Cuba y el extranjero, a dar pistas de lo que se puede hacer para convocar y transformar.
Me resisto, Fernan, pero como decÃas hay que hacer y hacer. Y ahora recuerdo tu sonrisa todo el tiempo, el abrazo, y siempre la manera de hacernos pensar y valorar lo que tenemos, lo que podemos construir en y desde Cuba.
Si buscara un ejemplo para seguir en la vida, Fernando MartÃnez Heredia, ese eres tú, maestro sincero. Es nuestro homenaje, continuar.
Recuerdo ahora estos dÃas que vivimos juntos en Quito, Ecuador, en el 18 Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, año 2013.
Gracias.
EL EJERCICIO DE PENSAR
Participar en el 18 Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Quito, Ecuador, me permitió compartir con Fernando MartÃnez Heredia, el miembro más joven de la delegación cubana: revolucionario, humano, irreverente.
Cada conversación con él fue una clase de vida y una clase de historia. Escucharlo hablar de Bayamo, MartÃ, el Ala Izquierda Juvenil, los retos de los jóvenes, el Che y otros temas, nos hacÃan pensar en tantos conocimientos que nos faltaban. MartÃnez Heredia, con sencillez, nos levantaba a las seis de la mañana, nos brindaba un jugo, nos invitaba a participar.
Guardaremos, como uno de los recuerdos más inolvidables el libro que nos regaló, El ejercicio de pensar, publicado por la editorial Ciencias Sociales y Ruth Casa Editorial. En cuanto nos sumergimos en la lectura de este libro subrayamos, debatimos; y para despedir 2013 y recibir 2014, lo compartimos:
Una tarea inmediata para hacer realidad el reclamo de una cultura del debate, y que esta no sea reducida a una frase atrayente, pero vacÃa, es abolir dos posiciones erróneas: negar el derecho a otros a expresar sus criterios, creerse dueño de las ideas y las informaciones; ignorar los argumentos y las ideas del otro, si a pesar de todo este los expresa, y condenarlos al silencio de su no divulgación.
Fernando MartÃnez Heredia es, desde ya, uno de los autores que sigo y busco.
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