Tomado de la Jiribilla
Autores: Fiorella Franco Duany y Nelson Hair Melik Marrero (estudiantes de periodismo)
“Soy negro, soy feo, pero soy tu asesino” es el estribillo de una de las canciones de un reguetonero contemporáneo de nuestro país. ¿Qué nos dice? ¿Qué opina la gente después de oír esto?
“Soy negro, soy…” son expresiones empleadas de una manera racista y peyorativa hacia un grupo de personas con ciertas características físicas, que esencialmente son de piel oscura.
Ser negro es una condición racial que no necesariamente remite a lo feo, ese es un razonamiento estigmatizado. Lo feo, por su parte, es una categoría estética que constituye un atributo relativo a la percepción de la realidad, y que en un tema musical como este es utilizado para reforzar un sentimiento grotesco pensando en el acto sexual exclusivamente. ¿Pauta esto una forma de pensar y de consumo musical en la población?
Muchas personas no son capaces de entender el sentido despectivo de las frases que conforman este estribillo. Hoy día el consumo de la música es muy diverso. El Buena Vista Social Club, Pablo Milanés, Eliades Ochoa, y muchos otros intérpretes y autores de la cancionística cubana reconocida a nivel mundial, no están entre las agrupaciones más consumidas por los jóvenes. Ahora se escuchan con menos frecuencia entre los pertenecientes a ese grupo etario, debido a la influencia de nuevos géneros o a la presencia en nuestro panorama musical de otros extranjeros como el pop o el rock, que han llegado para quedarse.
¿Qué pasa ahora con la música? ¿Existen lugares donde los jóvenes puedan sentarse a disfrutar de la buena música, en toda su diversidad? ¿Influirá la música que se escuchaba hace algunos años en el gusto de la población?
Diversas opiniones giran en torno al tema. La estudiante de Secundaria Básica, María Jiménez Fernández, expresó: “La música cubana que se produce actualmente es un boom, todos quieren hacer lo mismo. Los jóvenes escuchan más el reguetón porque es la divulgada en los centros frecuentados, es decir, la que no dice nada y se pega rápido. Se debería dar más promoción a los buenos músicos de nuestro país como Descemer Bueno, Buena Fe o Raúl Paz, por solo citar algunos ejemplos”.
Existe una voluntad institucional para que llegue a mayores extractos de público una música cubana que promocione valores, con artistas que manejan un discurso musical atractivo y una creación más novedosa e inteligente.
Ubicado en la calle Enramadas, Santiago de Cuba, Alegrémonos es un centro cultural que abrió sus puertas hace poco, al cual asiste gran parte del público joven de la ciudad. A juicio de su coordinador, Elio Bell Rosales, el 70 o el 80 porciento de la música que habitualmente conforma la propuesta de este espacio es suministrada por la EGREM en los módulos preparados para las instituciones culturales, una estrategia desarrollada a lo largo de todo el país. A muchos de los jóvenes no les gusta, pero tenemos a Leoni Torres, Buena Fe, Qva Libre, que sí se consumen en estos lugares. Con este proyecto estamos tratando de educar el gusto musical en un mercado invadido por el reguetón, género musical preferido sobre todo por los adolescentes.
Sin embargo, no todas las personas responsables de estas instituciones tienen conciencia de los valores culturales que se promueven en espacios recreativos como este y, en ocasiones, adoptan una mirada economicista.
Como bien afirma Elio Bell Rosales, a veces es chocante poner una música que no está en la preferencia del público, ya que atenta contra la economía de la instalación, pues vienen y no les gusta la propuesta ofertada. “Por ejemplo, si pusiéramos la música de otros grandes como Omara Portuondo o Raúl Torres, sí influiría en la promoción real de la música cubana, y más en un centro como este. Hemos perdido la guía de nuestra música y ahora, para rescatarla, vamos a pasar trabajo. Habría que comenzar a cultivar a estos cantantes nuevamente en la juventud, crear lugares para esto. Por ejemplo, Buena Fe es un grupo que arrastra mucho público, pero mayormente en conciertos; habría que ver si como espectáculo en un lugar establecido, de menor formato, los jóvenes lo asimilarían igual. Pero tenemos que educar el gusto de las nuevas generaciones hacia todos estos buenos artistas que tenemos que hacen buena música, pero que en su mayoría no es bailable”.
El reguetonero José Manuel Carbajal Zaldívar, conocido artísticamente como “El Taiger”, afirma: “Está la música cubana de otros años, que la respetamos y ha sido la base de nosotros. Con respecto a la del mundo, es bastante original; es una bendición tener estilos musicales que nos diferencian, ritmos hechos por nosotros. Pero también es vida, es parte de mí, de los proyectos musicales del pasado y los de hoy. En nuestro país existe una gran variedad de cultura para todos, si vas a un sitio de recreación y pones alguna canción de Pablo, lejos de recrearte vas a pensar. En un conservatorio es lógico escuchar a estos músicos porque es otro género, es trova y los tiempos cambian. En un centro cultural las personas con edades comprendidas entre 15 y 18 años lo que piden es escuchar a los músicos urbanos del país, lo que se está oyendo en su barrio, no van a pedir otra cosa; los que quieren escuchar algo diferente van a buscar otro lugar. No creo que influya en el gusto cultural, los tiempos cambian”.
Lo anterior nos hace pensar que existe un escaso conocimiento de cómo funcionan las dinámicas culturales. Las personas crean hábitos, prácticas culturales que desde la música permiten la reproducción de sentidos, ya que de cierta manera se llega a escuchar todo tipo de música hasta definir un gusto específico.
Este tipo de música no va con los valores que se promueven en nuestra sociedad, un ejemplo claro es el estribillo “soy negro, soy feo, pero soy tu asesino…”; no es con esto que queremos que las nuevas generaciones se eduquen, sino con los atributos morales por los que tanto se han luchado.
Muchos puntos en común tienen las diferentes valoraciones sobre el tema. Existen géneros que hacen la música versátil. Los tiempos han cambiado, sí, pero la buena música no pasa de moda. Los gustos musicales se fomentan desde que somos pequeños, y el nivel cultural y educacional influye en dicho fenómeno. En los espacios creados se debe buscar la forma de diversificar los géneros musicales a través de las letras con poesía y con algo que decir, las que cuentan historias y sean cien por ciento cubanas, identificando lo que realmente somos.
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