Enfrentar la escena teatral como un espacio de riesgo, confesiones, situaciones al límite, donde todos, actrices y director se exponen al máximo, así se muestra Perséfone Teatro, un grupo independiente de jóvenes.
Sus temas son la mujer, la muerte, la deformidad física y psicológica. Estos propósitos se observa claramente en su más reciente estreno Al filo del mar,a partir del texto de FarhadLak que presentó la sala teatro de La Madriguera bajo el auspicio de la Asociación Hermanos Saíz(AHS) los días finales deabril.
En realidad la dramaturgia de esta puesta en escena, a cargo de Adonis Milán, integra disímiles discursos dramáticos y poéticos: obras líricas de Fina García Marruz y Alfonsina Storni, la Ofelia de Marco Antonio de la Parra y la clásica de Shakespeare; así como, Medea, y canciones en las voces de Chavela Vargas, LiubaMaría Hevia, Mirian Ramos y Mercedes Sosa.
La historia que encierra el conflicto básico del espectáculo nos cuenta la relación lésbica de dos mujeres quienes luchan por imponerse una a la otra, cuestión muy común en todas las parejas amorosas, ese dominio que pretende asegurarse la fidelidad y la permanencia de la relación.
Indudablemente, la escenificación va más allá porque nos habla del problema eterno del ser humano como son las angustias existenciales de lo femenino; la muerte se halla presente y rondando las existencias de Ofelia y Medea, nombres eternos de la tragedia que asumen los personajes. Asistimos pues, al debate de los fantasmas de cada una y su necesidad de liberarse y expulsar esas contradicciones que las ahogan y son su propio y mayor enemigo, su condena a perpetuidad.
Una cama como centro de la acción, rodeada de botellas muy filosas, ahí se desarrolla el conflicto principal, esa cama se convierte en isla o en espacio privilegiado. Mientras se dirimen las contradicciones existenciales, un tenebroso mar filoso amenaza a las protagonistas apuntando a un entorno muy peligroso que tiende a ahogarlas sin remedio.
Milán, el director apuesta a una representación minimalista, conceptual, signada por códigos precisos, expresivos; logra la suficiente movilidad y consiguen dinamizar los pequeños núcleos dramáticos y sus consiguientes transformaciones. Para ello, emplea con inteligencia, los elementos sonoros, plásticos y audiovisuales y otorga a la puesta intensidad e innumerables tensiones.
La dirección actoral de las jóvenes JenyferKreis y Amanda Oropesa en Ofelia y Medea, respectivamente, denota cuidado y exigencia artística. Muy difícil resulta el desempeño de ambas actrices que se hallan en el albor de sus carreras, las cuales denotan capacidades y condiciones histriónicas, pero la dificultad de abordar tres zonas de la creación en sus personajes: lo confesional de la actriz, la pareja amorosa y las identidades referenciales incluidas en los poemas y monólogos que intervienen en la dramatización base, no les permite lograr altos niveles de interpretación. Les queda aún trabajar intensamente para obtener el crecimiento necesario en el exigente tránsito hacia lo extraordinario.
No obstante, requerirse una mayor integración de todos los lenguajes y elementos, de la mixtura compleja en la que el director ha convertido su proyecto, sí se observa investigación, rigor y creatividad para obtener un espectáculo inquietante que nos emociona y nos permite pensar.
El creador Adonis Milán, apasionado y batallador, impone su fuerza y arrojo a esta propuesta reveladora de las inquietudes, miedos y utopías personales que acompañan a lo más reciente generación de teatristas; Perséfone Teatro da un buen paso adelante.
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social.