Todavía se escuchan en Camagüey los ecos del recién finalizado Encuentro sobre Cultura Audiovisual y Tecnologías Digitales, y ya el Paseo Temático de los Cines de esta ciudad vuelve a ser protagonista de otro importante suceso cultural relacionado con el mundo de las pantallas. Se trata del XXIII Taller Nacional de la Crítica Cinematográfica, evento que inició el pasado día nueve y se extenderá hasta finales del mes de mayo.
Como una buena nueva, este año se anuncia el regreso del Premio Nacional de Crítica e Investigación Cinematográfica. Reconocimiento, que en la pasada edición, fue a las manos de tres estudiosos del séptimo arte: Joel del Río, por La edad de las Ilusiones: el cine de Fernando Pérez, así como Arturo Agramonte y Luciano Castillo, por Cronología del cine cubano IV, ambos textos publicados por Ediciones ICAIC.
La sala de videos y conferencias Canal 11 de la Casa del Joven Creador de Camagüey, el Salón Palatino, el Multicine Casablanca y el Complejo Audiovisual Nuevo Mundo acogerán los nueve ciclos de filmes que agrupan más de 70 cortometrajes a exhibirse. De acuerdo con Juan Antonio García Borrero, crítico de cine y fundador de estas citas, existe una pregunta perenne que mueve cada edición: ¿para qué sirve un taller de crítica? Y amén de las múltiples respuestas que necesariamente provoca la interrogante, este encuentro 23 valdrá para someter al análisis las tendencias del cine contemporáneo y los retos que en nuestro mundo «multipantallas» y «multiplataformas», enfrenta el consumo audiovisual.
Aunque las muestras cinematográficas continuarán hasta el 31 de mayo, las sesiones teóricas, a cargo del Doctor en Ciencias Luis Álvarez Álvarez, transcurrirán solo hasta el día 12 con diversos programas de debates y conferencias que prometen una mirada cercana al cine iraní y a los directores Xavier Dolan, (Canadá), Jia Zhangke (China) y Mia Hansen Love (Francia). Justamente a un cineasta iraní, el ya desaparecido Abbas Kiarostami (El sabor de las cerezas, 1997), se le rendirá homenaje en esta ocasión. Así mismo, el Taller ofrece un tributo especial al cubano Juan Padrón, el padre de Elpidio Valdés, en su setenta cumpleaños.
Camagüey ha sido sede permanente de estos encuentros desde su fundación en el año 1993, cuando se pensaba que no pasarían de esa primera celebración. Hoy, más de dos décadas después, este se erige como un espacio consolidado, ineludible para especialistas y críticos interesados en examinar contenido y forma del séptimo arte.
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