Una luna entre dos casas

Una luna entre dos casas es una obra escrita por la canadiense Suzzanne Lebou, una de las dramaturgas contemporáneas más prolíficas, especializada en el público infantil y juvenil. El Guiñol de Guantánamo la presentó en Holguín bajo la dirección de Yosmel López.

La obra narra el encuentro entre dos personajes muy distintos y el camino que los lleva a convertirse en amigos. Pluma y Taciturno son vecinos, pero sus personalidades son tan distintas que parecería imposible hacerse amigos. Sin embargo, Una luna entre dos casas le enseña al público infantil y también al adulto, que a pesar de las grandes diferencias, dos personas pueden llegar a necesitarse y sentirse útil el uno para el otro, y finalmente reconocerse como amigos.

La plástica minimalista intenta reforzar las figuras y colores básicos que los niños aprehenden con facilidad y los deslumbra aprovechando la técnica de la luz negra. En esta obra lo lúdico adquiere un saludable protagonismo mediante divertidos juegos silábicos y onomatopeyas. A través de una anécdota coloquial y de tres simpáticos personajes, Pluma y Taciturno, dos chicos de personalidades opuestas, y Ratapelo, un perro intranquilo, Una luna entre dos casas recrea problemáticas de interés para los niños de más corta edad. El trabajo de manipulación de los actores y actrices alcanza un alto nivel de plasticidad y precisión.

Una luna entre dos casas es una obra que habla entre otros temas, sobre la adaptación. Adaptarse a lo nuevo no es cosa fácil y, sin embargo, lo hacemos todo el tiempo: desde la primera escuela, hasta los cambios de trabajo. De ahí la universalidad de la obra, la cual habla sobre los sentimientos, problemáticas y soluciones que implica este proceso.

Ojalá la presencia de grupos de teatro infantil deje de ser una gratificante rareza y se convierta en una oferta habitual en Holguín.