Un agente de la CIA, varias ideas y algunos reclamos

A Juan Blanco se le acusó en su tiempo, allá por los años 60, de ser «un agente de la CIA para introducir en Cuba el arte degenerado de Occidente». Por «arte degenerado» (¡qué feo adjetivo!) se referían a la música electrónica y electroacústica, música de la cual fue Juan Blanco pionero en esta Isla.

Sobre esa historia y sobre la Historia del sonido de sintetizadores, samplers y hasta cuasi fantásticos aparatos que permiten crear y controlar la música con la mente, debatieron los Djs participantes en la primera jornada de música electrónica Beat 32, que auspicia la Asociación Hermanos Saíz (AHS) de Camagüey durante los días del 23 al 27 de febrero.

Emmanuel Blanco, director del Laboratorio de música electrónica de La Habana, abrió la conferencia que dio paso al intercambio en el café literario La Comarca. La charla no quedó en la vocación historicista, nacieron propuestas, como la del propio Emmanuel, que sugirió a los Djs agramontinos acercarse al conservatorio José White de su provincia para cursar allí lecciones básicas de música con las que fundamentar su trabajo creativo. La idea parte de la experiencia capitalina con los propios Djs del Laboratorio, quienes estudiaron por dos años en el conservatorio Amadeo Roldán.

Los muchachos, Djs de todas partes del país, se interesaron por los cursos que de manera periódica ofrecen en el Laboratorio. Emmanuel se comprometió en mantenerlos al tanto de las convocatorias mediante el Boletín electrónico de esta institución.

Otros temas calentaron el debate: «sonido analógico vs sonido digital», «Dj comercial vs Dj underground», unos y otros tomaron partido y todos coincidieron en la necesidad del reconocimiento del Dj como una profesión legítima dentro del mundo de la música en Cuba.

Orlando Febles, por ejemplo, es un joven estudiante de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Camagüey. Él y un grupo de amigos crearon el proyecto Idea desde el que producen su propia música electrónica, hecha con dispositivos que ellos mismos fabrican.

Idea surgió de manera espontánea y se reúne los primeros lunes de cada mes en la Universidad. Estos jóvenes mueven su público, aplican los conocimientos de su carrera a una nueva forma de crear música y solo piden que se incluya una categoría dentro de los Festivales de Artistas Aficionados de la Universidad, que les permita participar y competir con su arte. Si bien el justo reclamo de Orlando no podía encontrar solución inmediata en estos predios, le valió para recibir un buen asesoramiento: presentar su proyecto para optar por una de las becas de creación que da la AHS a iniciativas como la suya.

Casi al final del encuentro, Emmanuel aconsejó a los DJs de Camagüey: «en este mundo hay mucha competencia, no está mal competir individualmente, pero como movimiento deben permanecer unidos, sobre todo si se anda en los comienzos, como ustedes aquí».

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