Nosotros conocimos a Fidel

No existe un cubano que defendiera más la cultura que Fidel, seguro que cualquier Revolución sólo podía sobrevivir si la mantenía como bandera. Con aquellas palabras, que pronunció en el encuentro con los intelectuales y artistas en el año 1961, marcó el camino desde donde invitaba a los creadores a participar de esta Revolución también cultural.

Sistemáticos encuentros mantuvo Fidel con los jóvenes escritores y artistas. Encuentros en los que siempre escuchó primero para retroalimentarse del espíritu joven, rebelde, iconoclasta, transformador de estos espacios y, después, asombrarnos con su pensamiento, sus ideas, sus sueños de lograr una Cuba mejor desde la cultura, de lograr un mundo mejor.

Tenía la seguridad plena de que la Revolución cristalizada en 1959 iba a ser eterna si cada generación de jóvenes cubanos sabía defenderla. Fiel heredero del pensamiento martiano, defensor del legado de Céspedes, Gómez, Agramonte y la familia Maceo Grajales, nuestro líder le impregnó un carácter humanista a este proyecto social, construyendo un país en donde hombres y mujeres siempre fueron la prioridad.

Esta generación podrá enorgullece de decir: «Nosotros conocimos a Fidel». Los que lo vieron de cerca alguna vez, de seguro les resultará uno de los recuerdos más gratos de su vida. Los otros, los que lo recuerdan desde sus palabras al pueblo cubano, desde sus encuentros con los estudiantes, los trabajadores, los intelectuales tendrán la satisfacción de haber conocido a uno de líderes más brillantes del presente y el pasado siglo.

A partir de hoy, Latinoamérica y el mundo entero extrañará al hombre que universalizó a Cuba, al pensador, al antimperialista y defensor de la libertad plena de los hombres.

Desde la organización que promueve lo mejor de la vanguardia del arte joven cubano, de la cual él fue Miembro de Honor por derecho propio, nos corresponde mantener vivo y enriquecer cada uno de sus sueños.

Dirección Nacional AHS