Este 9 de noviembre del 2016 debe marcar –necesariamente– un antes y un después en la vida de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Holguín. Y además, marcar un ayer y un mañana en el ámbito cultural holguinero y su impacto social. Este último 9 de noviembre, sobre las 4 y media de la tarde, quedó inaugurada oficialmente la Casa del Joven Creador en las cercanías de la concurrida Plaza de la Marqueta.
Ahora no hay excusas para postergar la creación ni la pasividad intelectual. Nunca las hubo, eso no les está permitido a la joven vanguardia artística cubana representada en la AHS. Pero seamos objetivos o más bien prácticos, el funcionamiento de una AHS provincial sin una Casa del Joven Creador digna donde realizar diferentes actividades, apenas puede dejar impronta tangible en el imaginario popular –o “imaginario cultural”– del holguinero y del visitante.
La AHS holguinera –y los diferentes miembros del ejecutivo provincial que la han integrado durante años– han hecho un trabajo digno y encomiable para mantener y sostener sobre sus hombros el arte joven en una de las provincias donde la labor de la Asociación es destacable y por ende, meritoria: primero en los altos del Gabinete Caligari en los tiempos de Alexis Triana; luego en el Pabellón Armando Mestre y en Maceo 121 altos, compartiendo espacio con Ediciones La Luz, y en los últimos años, en una pequeña oficina de pocos metros entre pasadizos del Centro Provincial de Arte y nuevamente en el Pabellón Mestre. En esos espacios nacieron y se mantuvieron eventos como las Romerías de Mayo, el Premio Celestino y el Festival de Teatro Joven… A los que nos antecedieron y consolidaron bases, estructuras y cimientos de la Casa, nuestro eterno agradecimiento. Las glorias no deben olvidar las memorias ni los continuos desvelos…
Peregrinando como el “pueblo elegido” le llega a la AHS holguinera una nueva Casa… “Esta es la casa nueva…” dice Silvio, y todos nos aglomeramos ese día –hoy en que escribo estas líneas– en los alrededores de la amplia instalación azul de la calle Máximo Gómez esquina José Martí, donde desde hace meses se trabajaba sin descanso… La ocasión fue propicia, además, para que la Dirección Nacional de la AHS sostuviera un intercambio, en primer lugar, con la presidencia de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y la máxima dirección del Ministerio de Cultura, en segundo, con el ejecutivo provincial de la Asociación, y posteriormente con el comité organizativo de las Romerías de Mayo, encabezado por Alexis Triana. También recorrieron las instalaciones de la recién inaugurada sede de Ediciones La Luz, sello provincial de la AHS.
En las columnas de la nueva Casa, varias estatuas vivientes recuestan su cuerpo blanco sobre el azul del fondo… El público es numeroso, los invitados también. Entre estos últimos reconozco al pintor Cosme Proenza, Maestro de Juventudes de la AHS. Camina de un lado a otro Alexis Triana, a quien imagino regocijado al comprobar que los jóvenes tienen la sede que él, emprendedor nato, siempre soñó para su Asociación…
Vestidos con ropajes multicolores actúan brevemente los muchachos de Palabras al viento, proyecto de narración oral de la Casita del Cuento. También vemos al Teatro Guiñol de Holguín y la Compañía Codanza. Entre los invitados en primera fila están Miguel Barnet, presidente nacional de la Uneac; Abel Prieto, Ministro de Cultura; Luis Morlote, vicepresidente de la Uneac; Luis Antonio Torres Iribar, primer secretario del PCC en Holguín; Rubiel García, presidente nacional de la AHS; Faustino Fonseca, director provincial de Cultura…
Como en toda inauguración que se respete hay cinta que cortar, dice la conductora del espacio. La cortan el narrador Abel Prieto y Lilien Aguilera, presidenta provincial de la AHS, y dejan abiertas así las puertas que, al menos simbólicamente, no deben cerrarse jamás a la creación y el pensamiento en todos los sentidos…
Luego –ya en el interior del local– el pintor y grabadista Ramiro Ricardo, presidente holguinero de la originaria Brigada Hermanos Saíz en 1982, inauguró la exposición “Q´ Bonito”, una de las cuatro partes del interesante ejercicio curatorial Suplemento verbal. Las otras tres partes podrán verse en las próximas semanas y merecen de por sí sus propias líneas. Según Ramiro Ricardo, “en correspondencia con los cambios en la propia definición del arte y la concepción de su enseñanza, la figura del curador como creador, modifica nuestra concepción de las exposiciones de arte contemporáneo”. Isbel Hernández y Nelson Mulet fueron los curadores a cargo de la exposición. Posteriormente el guitarrista Fofi descargó varios temas de rock…
Luego de los agradecimientos a personas, instituciones y organismos vinculados a la construcción de la sede –el Primer Secretario del Partido en la provincia, la dirección provincial de Cultura, el Gobierno provincial, el Fondo Cubano de Bienes Culturales y la Unidad Presupuestada de Apoyo a la Actividad Cultural– y las palabras de Lilien Aguilera y Abel Prieto, el público comenzó a dispersarse por el amplio salón de exposiciones… Otros se dirigían al acogedor café El abrevadero…
En la noche la Casa acogió descargas de los trovadores Fernando Cabrejas, Lainier Verdecia, Manuel Leandro Ibarra y Raúl Prieto, y otra descarga más tarde, de Djs invitados por Tico DJ y el proyecto Accordo.
La nueva Casa –como aquella que menciona Silvio en su antológica canción y que fue también una nueva escuela– hoy más que nuca debe ser hervidero de arte y pensamiento. Un horno a fuego lento –o bajo presión, como quieran los asociados y las condiciones históricas y sociales– donde cocer lo mejor de la identidad y la cultura nacional. Ahora después de una inauguración con todo el necesario glamour que merece el hecho y una Casa así de hermosa, solo nos queda apostarlo todo, una vez más por el arte. Si con pocas condiciones estructurales convertimos Holguín en la capital mundial del arte joven, la Casa debe servirnos de eficaz plataforma de la creación y promoción artística siempre en constante renovación… Ese es en parte el objetivo de los jóvenes artistas e intelectuales: cumplir el compromiso que tiene el artista consigo mismo, con el público y la sociedad.
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