Insomnes ante la pupila asombrada

Hace algún tiempo ya que en las noches de los jueves se pone al aire por el canal Cubavisión el programa La pupila asombrada, espacio bien logrado desde el contenido y la forma.

Cada emisión se articula sobre un sólido guión, que despunta desde los primeros minutos frente a la pantalla, con bocadillos bien escritos, con un lenguaje directo, sencillo y bien cargado de información que tributa al tema central.

El programa aborda temáticas interesantes que tienen como fin llegar a un espectador joven, y aclaro joven, no juvenil, en tanto se parece más a la segunda juventud, un poco más experimentada, más indagadora, más sedienta de un conocimiento, que rebasa los primeros brillos de los acontecimientos.

Los materiales que se utilizan son siempre aportadores; igualmente, los análisis críticos, esclarecedores y decodificadores, que sobre ellos se realizan.

Se presenta La pupila… bajo los presupuestos estéticos de la televisión de estos tiempos. Me refiero al set virtual, a la dinámica visual, al uso de las nuevas tecnologías, que si bien en la mayoría de los casos resultan acertados, pueden tener un efecto boomerang cuando ahogan a su objetivo principal, me refiero específicamente al uso de los planos generales en las presentaciones y despedidas, la conductora se pierde en un gran espacio y con ella su mensaje.

El televidente se siente parte de este equipo y de ello es responsable la periodista que lo conduce, quien logra mostrar y hacer sentir sensibilidad y atracción por lo que se aborda, a partir de la complicidad con el espectador.

Todas las secciones están bien articuladas y en cuestión de televisión resultan orgánicas, pero desde el punto de vista práctico hay que cuidar Dale click y las constantes sugerencias a buscar sitios en los que no siempre puede el público acceder a la información que se refiere.

Llegó La pupila asombrada a llenar un nicho importante en la programación de la televisión, un espacio inteligente, formador de públicos y gustos desde el conocimiento y el buen hacer televisivo; está comprometido desde los formal y lo conceptual con estos tiempos y con un futuro inmediato.

Será siempre una interesante propuesta para todas y todos los que buscamos ansiosamente el conocimiento.

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