Lina de Feria (Santiago de Cuba, 1945) esperaba recogida en un amplio sillón del holguinero Centro de Comunicación Cultural. Había sido invitada a una conferencia de prensa por su participación en la Feria Internacional del Libro 2016, este año dedicada a ella y al poeta, investigador y etnólogo Rogelio Martínez Furé.
Días antes había acompañado a Lina y su hermana Dulma a un improvisado homenaje que le rindió la Universidad de Holguín. Ese día habíamos recorrido juntos parte de la ciudad mientras conversábamos de diversos temas. Siempre ha sido una grata y sorprendente alegría dialogar con la poeta y ensayista. «Soy una mujer feliz, vivo a plenitud el amor», me dijo en aquel momento.
Aprovechando el intermedio en espera de la prensa y con la excusa de la reciente entrega de la distinción Maestro de Juventudes por parte de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), a la cual pude asistir en el Memorial José Martí, y la reciente publicación de un libro suyo de crítica literaria –mi tesis de graduación en periodismo versaba sobre eso– dejé que la grabadora, sin más reparos, guardara nuestra conversación aquella tarde.
Lina, usted recibió el pasado año, de manos de la AHS, junto a un grupo de reconocidos creadores, la distinción Maestro de Juventudes. Qué representa para usted este reconocimiento por parte de las nuevas generaciones…
Es uno de los reconocimientos más hermosos que he tenido en mi vida, y aún más porque viene precisamente de los jóvenes creadores. Los jóvenes son los continuadores de nuestra obra, nos leen, reconocen nuestro trabajo, en este caso mi quehacer literario. Y el título de maestra me enorgullece más, pues mi familia es una familia de educadores, de maestros, personas que, como mi hermana Dulma, tienen el don de la pedagogía y la enseñanza, de aportar con sus conocimientos a los demás. Estoy sumamente honrada y agradecida por este reconocimiento de la Asociación Hermanos Saíz.
Además de poeta, usted practica el ejercicio crítico hacia nuestra literatura. ¿Cómo valora la práctica de la crítica cultural en las publicaciones especializadas cubanas?
Será una respuesta algo parcial… Actualmente la crítica, como criterio de expresión, ha ganado algún terreno; y con ella las personas y la sociedad en sentido general están cada vez más preparadas para decir opiniones propias… Creo que hay un desarrollo positivo en la posibilidad de la libertad de expresión. No hay dudas que la gente se siente mucho más confiada y te hablo en tono general, te hablo de la gente del pueblo también, para expresarse, hablar y decir sus opiniones sobre cosas que ocurren cada día…
Quiere decir que la crítica especializada realmente puede ser muy buena… Ha sido muy buena, mira la revista Catauro de la Fundación Fernando Ortiz que dirige Miguel Barnet. Realmente es diversa, cada vez más atractiva. En provincia es muy interesante, por ejemplo en Camagüey está Olga García Yero y Luis Álvarez Álvarez; en Ciego de Ávila está la revista Videncia, con Ileana Álvarez, que están haciendo maravillas. Hay realmente una especie de posibilidad real de tener una crítica importante.
Usted cree que en Cuba ahora hay una crítica importante, visible…
Sí, creo que ahora hay una crítica importante. Hay opiniones que dicen lo contrario, pero esas son opiniones de gente que no lee; aquí hay mucha gente que no lee y opina…
Por lo tanto, usted se mantiene al tanto del acontecer crítico cubano…
Bastante, bastante. Todo lo que puedo leer lo leo, en las horas libres que me de la vida y en las que quedan. Claro que hay cosas que me interesan más que otras cuando abro una revista. Por ejemplo, Reynaldo González me regaló hace poco La Siempreviva y lo primero que me interesó no fueron los trabajos sobre El Quijote, al que está dedicado la revista, sino un artículo de Adelaida de Juan sobre arte. La Siempreviva es una revista magnífica. Depende de lo que le guste a uno…
¿Piensa que hay géneros favorecidos y géneros discriminados por la crítica literaria cubana?
Yo creo que sí. Además es cuestión de hábito. En los tiempos en que hacía periodismo en Juventud Rebelde escribía una crítica diaria en acuerdo con la Casa de las Américas: o sea, una crítica diaria a un libro de Casa de las Américas. Eso se perdió, la prensa ya no es así. Pero en verdad la crítica tiene que tener cada vez más espacios en la prensa, en lo que es la prensa diaria: Granma, Tribuna, Juventud Rebelde… que saque crítica literaria o de teatro. Críticas que muevan a la gente a pensar también, no solamente en noticias trágicas y no trágicas, políticas y no políticas, sino también en el arte y la cultura del país.
Creo que el acercamiento es general y más ahora en que las personas publican en medios digitales. Es también necesario que se les pague bien a los críticos, no vamos a hacer una crítica que no sea pagada y en Cuba la crítica, por ejemplo en Cubarte, es bastante mal pagada. Hay que pagar y pagar bien el trabajo del que piensa.
¿Qué debe caracterizar la crítica literaria? ¿Qué aspectos no deben faltar en una crítica literaria?
Lo fundamental a mí me parece, en primer lugar, es tener la noción de la calidad de lo que se está leyendo, tener una noción clara y una noción, por otro lado, singular, para no repetir las ideas de otro. Lo interesante siempre estará en el talento que tenga quien se proponga hacer una crítica de manera singular.
La crítica es literatura. Suprema y a veces muy buena. La de Luis Álvarez, por ejemplo, es literatura, una crítica maravillosamente superior.
Oscar Wilde defendía esa idea: ver la crítica como literatura…
Claro, Oscar Wilde era un genio. Por ejemplo, en sus Parábolas, quizá lo menos conocido de él, mostraba una prosa maravillosa. Y además, Oscar Wilde, que era un teatrista, hizo a raíz de su experiencia en prisión, un poema extraordinario donde uno puede entender que para el artista toda experiencia, sea positiva o negativa, se convierte en arte.
Lina, en esta Feria del Libro usted publicó un libro de reseñas y crítica literaria (Conjetura de la crítica, Ediciones Extramuros, 2015), actualmente se mantiene escribiendo crítica literaria…
Sí, como no. Ahora mismo se me ocurrió, pues es lo que se me ocurra, yo soy bastante poco académica pues no manejo mucho con ella, lo mío es decir las opiniones… Como te decía, ahora voy a sacar con Norberto Codina, en La Gaceta de Cuba, algo que se me ocurrió nombrarlo «El cine no perdona», sobre una película cubana que vi y es una especulación. A Codina le gustó, que es un revistero excelente, además de buen poeta, y la va a publicar en La Gaceta…
¿Y a propósito de La Gaceta de Cuba, cómo valora su trabajo en comparación a otras publicaciones especializadas en el tratamiento de la literatura cubana?
Es una revista maravillosa, cuidadosa de la portada y en las gráficas. Es una de las publicaciones que ha dado más oportunidades a cualquiera que tenga nivel de desarrollar su escritura y su criterio.
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