Yoan Zamora
¿Cómo se obtuvo el aroma a trova en Ciego de Ãvila? (+Tuit)
El aroma es un elemento capaz de activar recuerdos. El olor a jazmÃn puede ser asociado al cariño de la abuela, el olor a lluvia a una triste despedida o el aroma de café al encuentro esperado entre amigos, en fin…, tan inverosÃmiles como experiencias podamos tener. Esta conexión se alcanza cuando el suceso o persona ha sido significativa en nuestras vidas. La música también activa ciertas zonas en el cerebro y algunas tienen que ver con la memoria, siendo posible una conexión muy semejante a la anterior.
Pensando asÃ, como sin aparente lógica, el mes de marzo tiene un inconfundible aroma a trova en Ciego de Ãvila. No es un aroma antaño, de esos que se encuentran olvidados entre Júcaro y Morón, o de aquellos casi extintos del sector gastronómico que antes inundaban las zonas céntricas de mi ciudad, sÃ, porque hace alrededor de una década la provincia avileña era reconocida a nivel nacional por su GastronomÃa. Ahora tampoco tenemos ese exquisito aroma a piña, cultivo que nos identificaba; los aromas también han sufrido sus crisis. Sin embargo, existe uno que ha venido impregnándose en las calles de mi ciudad desde hace 16 años, ha variado los meses donde está de moda, pero desde hace varias ediciones, su mejor fijador, se encuentra en marzo.
El aroma a trova en La Ciudad de los Portales, gracias a proyectos personales, comenzó a comercializarse digamos en un envase bajo el nombre de Encuentro Nacional de Jóvenes Trovadores, para eficientes acciones de marketing: Trovándote. Ciertas bases herbales del perfume trovadoresco lo constituyeron las peñas PM Record, de los artistas Clodoaldo Parada y Héctor Luis de Posada; y Flor de Marabú, de Pavel Poveda. En este punto, la selección no fue compleja, pues el territorio no tenÃa muchas experiencias que funcionaran como aceites esenciales. Aunque sà decidió agregarse un componente importante, las presentaciones de algunos trovadores de otras provincias que visitaban la nuestra, fundamentalmente en eventos de la Asociación Hermanos SaÃz.
Los perfumistas de nuestro aroma, Jorge Luis Neyra, Héctor Luis de Posada, Yoan Zamora y Javier Jorge Zaavedra, se encargaron en los inicios de moldear la idea e iniciar todos los procesos de obtención. Lo que comenzó siendo una peña entre amigos en el jardÃn del Museo de Artes Decorativas, fue sumando cada vez más público y entusiasmo, y para la celebración del primer año entre cuerdas y voces bardas, surgió el Encuentro y nuevas responsabilidades para asegurar la calidad del producto.
HabÃa que destilar muy bien para encontrar la verdadera esencia del nuevo aroma, y aunque pareciera fácil por no existir competencia en la provincia, el objetivo era obtener siempre lo mejor, y comprometer a otros artistas con el evento. No existÃa una contundente tradición trovadora, asà que el objetivo era incentivar el cultivo, creación y consumo aquÃ, a partir del intercambio creativo entre artistas jóvenes y consagrados.
Dos de los extractos jóvenes indispensables para pensar Trovándote desde la oportunidad para crecer profesionalmente, son Santa Massiel Rueda Moreno y César Brown. Jóvenes que encontraron en el propio proceso el escenario para darse a conocer, y Ciego de Ãvila ganó en dos nuevas voces, decantadas y filtradas a partir de Trovándote y con excelentes aromas independientes, fuera de los encuentros.
También hubo ocasiones en que a los perfumistas les era imposible no experimentar, habÃa tantas fragancias ya probadas, preferidas por el público, Nelson Valdés, Ray Fernández, Freddy Laffita, Ariel Barreiros, Eduardo Sosa, por solo citar algunos, se encontraban allà una vez al año, al alcance de las manos; la tentación era demasiada. Asà encontrábamos en las notas, dÃas donde una vorágine de artistas se mezclaba entre sà y creaban un nuevo aroma exquisito, pero en el disfrute y absortos por la música, les resultaba insostenible el protocolo y ¡Adiós notas!, sólo el que estuvo allÃ, puede terminar las historias.
La encomienda más difÃcil fue adaptar a los consumidores a ese aroma una vez obtenido, porque para su fabricación necesitaban asegurar un número de ventas. Por suerte, desde un inicio hubo quien confió en aquella propuesta, quien devoraba las horas esperando la próxima peña, concierto o recital, y le hablaba al amigo, convidaba al hermano y susurraba al oÃdo de todo aquel que añoraba construir dulces memorias al escuchar canciones y acordes.
Trovándote probó que nunca puede ser una justificación para negar un proyecto, no contar con los aceites necesario al alcance de la mano o no poseer una tradición en perfumerÃa. Todo comienza con una primera vez y siempre que hay voluntad, el aroma a trova se impregna y cada año marzo regresa para recordarnos que, en su compañÃa, construimos singulares momentos y cantamos con amor, a la vida.
Hecho en familia (+Video)
A la larga, la historia del arte cubano tendrá que reconocer que en los tiempos de la COVID-19 los artistas avileños se han crecido y mostrado el mejor de sus artes.
No haré la enumeración de cada ejemplo. Solo quiero detenerme en el video clip “Cuando tú me mirasâ€, de la canción del cantautor Yoan Zamora. Audiovisual estrenado por el cantautor quien fuera miembro de la AHS y su vicepresidente en la célula provincial avileña.
Este es un trabajo casero, hecho desde la hegemonÃa familiar, que se llevarÃa una ovación a voz de encuesta. Y es que en su concepción, tiene una visualidad que atrapa y seduce. Continúa en la lÃnea de la estética de vanguardia casi impuesta por los jóvenes realizadores de la Asociación, aunque sin muchos malabarismos ni efectos especiales.
También es una obra que se inscribe en el homenaje personal del artista, al aniversario 34 de la organización vanguardia de jóvenes artistas, a cumplirse el 18 de octubre de este año.
Si bien la canción no se me presenta entre las mejores composiciones del joven cantor, por tener una estructura predecible y un estribillo con caracterÃsticas demasiado “pegajosasâ€, se deja escuchar y hasta se queda impregnada en la memoria del oyente.
Pero permite que sea visualizada con dignidad, decoro, y ciertas metáforas que conviven con la genialidad.
Partamos de que el trabajo está montado, en casi su totalidad, sobre los tonos grises, y algunos sepias. Esto crea no solo una atmósfera como histórica (una ciudad, el clima, una calle) o por momentos onÃrica (la lluvia, bosque, neblina, paraguas), sino que, además, permite que la fotografÃa asuma el papel protagónico que merece. Y asà refuerce la carga semántica que ya tiene (una mujer acostada sobre un fondo blanco).
El espectador no se distrae con otros elementos dentro de cada composición, sino que se su limita a descodificar cada uno de los fragmentos de pelÃculas que conforman la obra (miradas, esperanza, desconsuelo, expectativas).
Además de las escenas en las que el Yoan cantautor interpreta el tema. Cámara muy bien realizada por su hija Lya Adriana.
Porque un video clip no solo nos regala un correlato paralelo a la historia que cuenta la canción, sino que, además, podrÃa solo ofrecernos una ilustración de dicha letra. Y, en este caso, es lo que ocurre aquÃ.
No lo hace de manera pasiva. Sus ilustraciones nos mueven el intelecto, nos lleva a comparar, a buscar en nuestros archivos vivenciales. Porque todo lo que vemos se parece a lo ya vivido y queremos descifrar cuánto.
Sin embargo, las imágenes de una margarita que es deshojada por unas manos, una vista cenital de un paso de peatones abarrotado, la lluvia que cae sobre diferentes superficies, un semáforo que pasa siempre a verde, una mano que acerca la aguja de un tocadiscos al vinilo, entre algunas otras, conformarÃan una de las tantas historias que se podrÃa leer y que es la que sigue: la vida pasa para todos a consecuencia de nuestros actos y decisiones.
Mirar es un acto que se decide llevar a cabo o que no. Se hace para un determinado propósito y, casi siempre, le precede a las ansias cognitivas de un sujeto.
La mirada es también comunicación no verbal.
En ese sentido, la atmósfera intimista que consigue este audiovisual nos llena de cierta melancolÃa y como que nos deja hacer un viaje introspectivo hacia el centro de nosotros mismos. ¿Añoramos el pasado? ¿Nos asusta el presente?
Con una mirada podrÃamos salvar al prójimo. Por una mirada, muchos estarÃan dispuestos a darlo todo.
La edición, a cargo del propio Yoan Zamora, está basada generalmente, en el corte directo. Aunque, en varios momentos, sigue la pauta de los cortes musicales para puntualizar algunos acentos de la canción y dinamizar el tempo ritmo de la misma.
Los cortes son precisos. Y, salvo en el minuto 1:26, donde la tomas donde el cantante se ve como detrás de un filtro oscuro que le antecede a otro de tono sepia y pareciera un error de revisión, el resto del material está elaborado con gracia y buena técnica.
Muy bien me parece el no pocas veces utilizado recurso del final circular. Recuérdese que en la primera escena del clip aparece una muchacha acostada sobre un demasiado blanco y se ve una sombra que huye de su cuerpo hacia la esquina inferior derecha. Me atreverÃa asegurar que un intercambio de la escena final, donde se ve la mano jugando a tocar a la muchacha, por esta inicial, serÃa más efectista y sugerente.
Y creo que para cerrar, la misma escena, pero en el plano donde la mano ya se retira. Principio y final de un suceso. Abre y cierra con una acción que pareciera detenida durante el tiempo que dura la canción.
Por lo pronto, este video clip de factura casera, a manos de la familia de Yoan Zamora, el cantautor avileño, sirve como muestra de que el arte en tiempos de COVID-19, cura y enaltece.