Yaíma Orozco
Cantar su libertad: ese es ahora el sueño de Yaíma Orozco
Esta es la segunda vez que tengo la dicha de entrevistar a esta mujer-música, sí, porque Yaíma Orozco es una mujer con unas alas enormes que andan siempre volando sobre la libertad que es crear. No hay cansancio mientras se escucha su obra que mezcla tangos, guajiras, trova, habaneras; mezcla a Cuba y Latinoamérica, mezcla pasión, tristeza, alegría y muchos deseos de vivir. Y de todo eso viene cargado su último disco, Mi Libertad. A propósito cuenta al Portal del Arte Joven Cubano:
Un gran proyecto casi ve la luz. Cuéntanos de esa Libertad que casi escuchamos, ¿qué nos trae de sorpresas?
Mi Libertad trae 10 canciones, todas de mi autoría. Algunas antiguas y otras inéditas, quise intentar un recorrido desde mis inicios hasta ahora teniendo en cuenta que es el primer fonograma con un sello oficial. Mis discos anteriores son de producción independiente. Además, quería darme el gusto de escuchar canciones viejas con arreglos nuevos y verlas renovadas.
Es un disco muy variado: hay habanera, son, changüí, guaguancó, aires de bolero, tango, coqueteo con la música afrocubana y la brasileña. Es un viaje sonoro que me dejé vivir y la sorpresa ha sido para mí misma.
Desde el comienzo imaginaba los instrumentos que sonarían hasta el momento en el estudio en el que vas día tras día poniendo capas, timbres, y se va moldeando de a poquito hasta lograr lo que te suena dentro. Es maravilloso el proceso de creación.
Alfred Artigas, el productor musical, y yo trabajamos juntos desde el principio, despacio, y él fue armando todo el proyecto, los nuevos arreglos. Él es el productor musical y arreglista de la mayoría de los temas, por segunda vez. El resultado nos encanta.
El 2020 fue un año complicado a nivel mundial, pero a ti no solo te trajo Mi Libertad, también la libertad de ser madre. Cuéntanos de ese binomio de hijos.
Mi Libertad y Lua llegaron a la vez. Durante el 2020 estuve mezclando el disco mientras crecía mi panza a reventar, encerrada en casa por la pandemia, tenía todo el tiempo para cuidarnos. Así que disfruté mucho ambos proyectos. También me desesperé porque hubo etapas de estancamiento en el proceso de masterización del disco. Todos los involucrados estábamos en países diferentes viviendo lo horrendo que generaba la enfermedad y nos afectó anímicamente, eso nos atrasó. Ahora solo espero que pase todo y podamos irnos de gira y presentarlo. Me entristece no poder hacer conciertos, hay que esperar. Cantar Mi Libertad, ese el sueño ahora. Abrazar a los amigos y sacar a pasear a Lua también.
En las redes sociales has publicado unas portadas artesanales muy atractivas, nos cuentas…
Las portadas artesanales son para la confección de 10 discos manufacturados como parte de las recompensas a los mecenas que apoyaron el disco. Estamos haciendo una pequeña tirada especial de 10 ejemplares únicos, personalizados y con todo el amor, para regalar a estos amigos. Este trabajo está en manos de Kenia Bandomo García, una artista que conocí gracias a las redes sociales. Kenia trabaja el bordado, lo borda todo: tela, hojas secas, fotos. El trabajo con las fotos fue el que me flechó: sencillo, colorido, delicado, creativo, de mucho detalle. En esta línea estamos trabajando. Haremos las cajas de los discos de cartón con un diseño pensado por Kenia y luego trabajará las portadas usando puntos y diseños diferentes en cada disco. Los bocetos ya son hermosos. Estoy muy ilusionada con esta unión.
Callejón es el video clip que grabaste con Zaida del Río y bajo la dirección de Mauricio Figueiral, a vivas voces se nota la espectacularidad de este trabajo que aún no hemos visto. Adelantos sobre el proceso creativo y el resultado.
El video clip aún está en proceso de edición, Mauricio Figueiral es el realizador. Ya habíamos trabajado juntos antes y esta vez volví a convocarlo. Somos viejos amigos, compañeros de canciones y de viajes. Estoy deseosa de ver el resultado y sé que me encantará porque fue muy hermoso el día de la filmación. Había coordenadas ya pensadas por Mauro, habíamos trabajado por teléfono, pensando juntos, Mauro es muy respetuoso y muy creativo, te pregunta todo el tiempo qué quieres hacer, cómo lo sueñas. Transmite mucha confianza, escucha. En una de las largas conversaciones se nos ocurrió usar las pinturas de Zaida del Río y al minuto siguiente dijimos: ¿y por qué no la invitamos? Me parecía imposible pero lo logramos. Grabamos el clip a mediados de noviembre cuando el país empezaba a abrirse un poco después de largos meses de confinamiento.
Zaida vino a Santa Clara y se armó un lindo equipo de trabajo al que también se unió mi familia porque Lua tenía sólo dos meses de nacida, así que organizamos de tal manera que yo pudiera filmar y dar la teta cada dos horas. Fue todo un día de filmación, muy emocionante e intenso, viendo a Zaida pintar y a Mauricio dejarse llevar e improvisar tomas que se le ocurrían al momento. La canción del vídeo se llama Callejón, es un tango, tocado a dos guitarras, contrabajo y bandoneón. Terminamos de filmar y arrancó a llover a cántaros. Yo nunca voy a olvidar ese día.
¿Mi Libertad te ha hecho una mujer más libre? ¿Cuándo podremos ser libres nosotros escuchándolo?
La música me hace una mujer libre, mis canciones son mis alas. Cuando canto soy simplemente yo, y ahí empieza mi vuelo. Este disco me dejó batir esas alas, me dejó soñar, crear, compartir, trabajar hasta lograrlo, con impulso de mil amigos, instituciones y el apoyo de la familia. Ya está listo y entregado a Bis Music y presentado además a Cubadisco 2021. Veremos cuándo podremos presentarlo. En este tiempo raro que vivimos es difícil proyectar. Yo me muero de ganas pero aún no hay nada definido. Lo ideal sería poder hacer conciertos. Si así pudiera ser más temprano que tarde, las primeras plazas serán Santa Clara, en el Teatro La Caridad, y La Habana, en Bellas Artes.
Yaíma Orozco ha redimensionado la música complementándola con audiovisual, pintura, artesanía y un poco de magia. ¿Por qué?
Me gusta compartir, unirme a gente, invitar y que me inviten, colaborar. De la Trovuntivitis aprendí el poder del colectivo y cuando defiendo mi carrera en solitario no me desprendo de esas enseñanzas. Todo son ventajas cuando compartes: el proyecto crece, se enriquece, se transforma. Se cunde y se disfruta muchísimo más. Trabajar en equipo siempre trae lindos resultados y casi siempre después de una unión florecen otros proyectos. Entonces se vuelve un camino sin fin muy deseado por mí.
¿Qué andas planeando para el futuro?
Presentar Mi Libertad, sin dudas, en Cuba, en México y en España. Hay eventos pendientes, festivales que fueron aplazados por la pandemia pero que se retomarán. Y en Argentina hay muchos amigos que me harán volver para cantar este disco. Cantar y viajar, después de tanto tiempo no hay un plan mejor.
La bordadora de fotografías (+ Fotos)
Muchas cosa que pasan en la vida son por “casualidad”, al menos eso dice la gente; yo prefiero pensar que andamos, o mejor, rodamos, como pequeños imanes atrayendo lo que se parece a nosotros, lo que nos interesa, lo que tiene que ver con esa aura personal.
Solo de esa manera puedo explicarme este encuentro, que va dejando de ser inusual, en las redes sociales, con la obra de Kenia Bandomo García, una artista que desafía en cada una de sus obras a la creatividad misma. Es graduada de Contabilidad y Finanzas y por varios años trabajó en el Banco Central de Cuba, pero nunca pudo –pienso que tampoco quiso– escapar del encanto del arte. Hoy se dedica al bordado en sus más disimiles e increíbles aristas, pero dejemos que ella misma descorra las cortinas de su singular manera de crear.
¿El bordado lo pones en práctica como diseño de vestuario?
Desde pequeña estuve muy ligada a la costura. Mi abuela materna cosía muy bien, mi mamá aprendió y siempre nos hizo la ropa a mi hermana y a mí. Siempre diseñaba lo que nos iba a coser, era algo que ella disfrutaba mucho mirando revistas, modelos y de alguna forma ese mundo siempre me influyó mucho. Ya de adolescente y de joven también me cosía mi propia ropa pero fue básicamente mi madre quien logró despertar este interés. Durante la infancia, junto a otra niña, aprendimos a tejer con una señora cerca de mi casa, fuimos muy buenas alumnas pero a mí siempre me gustaba mucho más bordar, tuve juegos de bordado de los que aún conservo los aros.
En 2016 hice un curso de corte y costura en la sede de “Quitrín” en La Habana Vieja, esto me motivó mucho pero, aunque hacía ropa para niños en esos tiempos no fue hasta finales de ese año que encontré mi verdadera pasión: el bordado a mano que ya de pequeña había practicado.
¿Cómo llegaste al bordado de fotografías?
A finales de 2016 me acerqué a la Feria de la ACAA en Obispo, allí conocí a una maestra maravillosa, Elvira Reynaldo, ella era coordinadora de los talleres que se impartían y nos reunimos unas 4 ó 5 personas para empezar un taller de Bordado en el que fuimos cursando varios niveles. La profe Elvira, como le llamábamos, me inoculó ese bichito por el bordado que nunca más se ha desprendido de mí y que cada vez me conmina a realizar labores de mayor complejidad.
También teníamos un taller en la Casa de las Tradiciones Chinas que se llamaba Fantasía de Loto, perteneciente a la Oficina del Historiador, donde hicimos muchas actividades. Nos reuníamos todas las semanas para las clases de bordado y todo tipo de manualidades del arte textil que nos impartía la profesora y organizábamos desfiles en homenaje a diferentes fechas, algunos fueron allí y en una ocasión hubo otro en Expocuba. Por ese tiempo yo seguía haciendo ropa para niños a propósito de mi hija pequeña que era el motivo de mi inspiración, muchas de estas prendas las bordaba.
Aprendiendo cada día con el bordado e investigando, encontré en Internet fotos bordadas de una brasileña que se llama Aline Brant. Aquel descubrimiento fue maravilloso, sería por el 2018, y a partir de ahí supe que en el mundo hay muchas bordadoras, verdaderas artistas y que esta técnica se aplica mucho sobre cualquier soporte. Aquí no he visto que se haga esto de bordar encima de la fotografía, o al menos no tengo referencias concretas.
Mi esposo es fotógrafo y a partir de sus obras fui encontrando la inspiración. Siempre que podía –y tenía a mano una foto– experimentaba. Después llegaron también las fotos de mi sobrino, que han despertado una gran motivación. La elección de la foto es esencial para crear una narrativa o un discurso. En muchas ocasiones el bordado construye una nueva trama en una foto, así mismo puede romper con la lectura que el fotógrafo quiso trasmitir. Mi mayor empeño consiste en tratar de aplicar las diferentes técnicas del bordado sobre las fotografías, intentando no desarticular la información primaria que ofrecen, por lo que mayormente las intervenciones han sido desde un punto de vista estético.
De igual modo, es un trabajo que te da cierta inseguridad en un principio porque desde la hora en punto que tienes que agujerear la foto ya no hay marcha atrás, entonces la idea inicial debe estar bien pensada o en muchos casos tienes que redireccionar el proceso por errores que en ocasiones puedes solucionar y en otros no.
¿Cuáles son tus referentes creativos?
He indagado mucho sobre el bordado en general, es un mundo que me apasiona. En Cuba hay zonas claves, como en mi tierra espirituana y, específicamente, Trinidad, donde hay bordadoras a montones, con trabajos hermosísimos. En 2018 Trinidad fue nombrada Ciudad Artesanal del Mundo por su gran contribución a estos saberes que fueron traídos desde España como metrópoli y que nuestras mujeres han enriquecido a través del tiempo.
Existen muchas mujeres y hombres bordadores en Chile, Argentina, Brasil, México, Paraguay, América Latina, en general, que ofrecen una posición de resistencia y de denuncia muy importante y lo hacen a través del bordado sobre cualquier soporte.
A través de las redes sociales he podido establecer vínculos con muchas bordadoras y bordadores, he aprendido sobre su trabajo y técnicas que no conocía como el ñandutí paraguayo, que me apasiona, leer estudios socioculturales sobre el desarrollo del bordado, que es un arte milenario en el que pueblos enteros en nuestro continente tienen tradiciones antiquísimas y hermosas.
¿Qué tipos de fotografías escoges para bordar?
Como te decía, debe ser una foto que me inspire, donde vea que puedo hacer algo más o simplemente que me caiga a mano. Dice mi esposo que no hay foto que me camine dos pasos porque enseguida la quiero bordar. También he bordado sobre papel, cartulina y sobre hojas de árboles, que es algo que me encanta porque tiene que ser muy preciso, pues las hojas se echan a perder fácilmente. He hecho algunas cosas últimamente que me han gustado mucho. También bordo sobre tela, pero ya cada vez es en menor medida.
¿Tus obras las presentas en algún lugar? ¿Las vendes?
Las obras están en mi página de Instagram que ha sido su primera y gran vitrina. Debo decirte que en el tristemente célebre año 2020 he hecho muchas cosas, he visto muchas clases online y he participado en algunos concursos también online, en Argentina todos, como fue “Cuarto Salón de Arte Textil del Centro del País” en pequeño formato; No importan las distancias, Argentina (online); Encuentro de arte textil Entre lazos y abrazos, Galería virtual, Argentina (online) y Muestra internacional virtual de Instagram @librotextil, organizado por el @festivaldeexperienciastextiles, Argentina (online).
También participé en la expo colectiva Máscaras en la Galería Raúl Corrales a finales del año pasado con una foto de los Estudios Cohner de principios del siglo xx, la cual reimprimí, bordé y le incorporé un nasobuco.
En los tiempos que corren la comercialización ha tenido sus cambios. Estoy en espera de que me avisen sobre una tienda online que puede estar interesada en presentar y empezar a vender mis obras o recibir encargos específicos de acuerdo al gusto de los clientes. Por el momento, me he creado un perfil en Facebook e Instagram para presentar mis trabajos, se llama Hilando_sueños y no tiene relación alguna con otros Hilando que hay por el mundo y también pueden aparecer en Internet. Por otro lado, quiero presentar a la ACAA un expediente de solicitud para ingresar a esta Asociación.
¿Cómo llegaste a las portadas del disco de Yaíma Orozco?
Bueno, a Yaíma la conocía de la Trovuntivitis y como trovadora, pero el año pasado, en enero, salió una entrevista que le hizo Mairyn Arteaga Díaz, en la página digital de La Jiribilla, a propósito del disco “Mi Libertad”. Me gustó mucho la entrevista y sobre todo una de las fotos que la acompañaban, realizadas por una fotógrafa catalana, Lurdes Basolí. Yo me enamoré de esa imagen, la descargué de la página y, como es obvio, tenía muy baja calidad técnica, pero así mismo la imprimí sobre cartulina y la bordé, la subí a mi página de Instagram y etiqueté a Yaíma. A ella le gustó muchísimo y me envió un mensaje muy bonito.
Luego, a mediados de año, imprimí la foto de nuevo ya en soporte fotográfico con mayor calidad, la volví a bordar esta vez con otro diseño de bordado y nuevamente ella la vio y le gustó mucho. A finales de diciembre me contactó y me habló de su deseo de preparar 10 CDs totalmente manufacturados y que le interesaba mucho mi trabajo y quería que yo fuera parte del proyecto confeccionando en primer lugar el estuche donde iría el disco y unas tarjetas de agradecimiento dirigidas a sus patrocinadores. Desde enero trabajamos en ello y pienso que pronto podamos tener todo terminado. Es un proyecto que me tiene muy ilusionada, sobre todo porque yo soy muy amante de la música de Yaíma y de la trova en general.
¿Has hecho otros trabajos como este, ligados a otras manifestaciones artísticas?
No, con otras manifestaciones, no. Básicamente ha sido la intervención de fotografías y el bordado sobre papel y hojas. En 2019 participé en una expo colectica titulada “Fragmentos de La Habana”, que se presentó en la Feria del libro de Uruguay, en la que Cuba fue invitada de honor. El conjunto fotográfico presentado por mi esposo bajo el concepto de “La Habana a puntadas” consistía en tres piezas que fueron además bordadas por mí. Según cuenta la curadora de la muestra, tuvieron especial acogida por parte de los presentes que incluso querían tocar las obras para sentir la textura del bordado.
¿En qué trabajas ahora mismo?
Ahora mismo estoy en el proceso de trabajo del disco de Yaíma que se ha retrasado en gran medida por la pandemia, pero confiamos en que ya debe estar listo muy pronto. A la par sigo bordando fotografías.