Trovuntivitis
«Longina»: Hasta pronto diosa de lira e inspiración
Durante cinco dÃas Santa Clara celebró la reciente edición del Encuentro Nacional de Trovadores Longina canta a Corona, en esta ocasión dedicada a Lázaro GarcÃa, a los 50 años del Movimiento de la Nueva Trova y los 25 de La Trovuntivitis. De todas las regiones del paÃs llegaron cantautores a celebrar un estilo de vida único, una idea del mundo fundamentada en la canción como elemento esencial de todo lo que nos rodea, una corriente ideo estética, un sentimiento.
El dÃa 5 se abrÃan las puertas a los invitados del “Longina†en la Casa del Joven Creador de Villa Clara. De las paredes del patio colgaban los cuadros de la exposición del cantautor Leodanys Castellón, quien realizó y agrupó un conjunto de retratos digitales a exponentes de la trova cubana de todos los tiempos. Yasmany González, escritor y actor “pinaclareñoâ€, dijo las palabras de presentación e invitó luego al propio Castellón para que compartiera su obra musical con los presentes. Cantaron, además, Jesús Pérez y Pedro Zapata, como estaba previsto en el programa; sin embargo, las ganas de trovar subieron al escenario a Nelson Valdés, Amaury del RÃo, Ariel Barreiros, Freddy Laffita, Alain Garrido, asà como al poeta y repentista Marcos David Fernández, el QuÃquiri de Cisneros.
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Desde el inicio, el Centro Cultural El Mejunje estuvo a la altura de sus mejores tiempos. En los últimos meses la peña La Trovuntivitis habÃa vivido algún que otro momento de declive. La ausencia temporal de trovadores importantes, los problemas con el audio y la energÃa eléctrica, por solo mencionar las razones que conozco, amenazaban con pasarle la cuenta a un espacio icónico de la ciudad. Pero La Trovuntivitis, ya lo sabemos, retrocede únicamente para coger impulso. En esta ocasión la presencia de YaÃma Orozco, Yordan Romero, Leonardo GarcÃa, Roly BerrÃo, Yatsel RodrÃguez, Alain Garrido, Michel Portela y Migue de la Rosa, regaló a los presentes una peña para el recuerdo. Y entre canciones, risas, bailes, invitados, más canciones, improvisaciones, controversias, nos dieron las diez y las once, las doce y la una y las dos y las tres, y juntos al amanecer nos encontró la Luna.
Uno de los periodistas culturales más importantes de Villa Clara, Alexis Castañeda Pérez de Alejo, fue el responsable —en la tarde del viernes 6 de enero— de presentar la ponencia “La Trovuntivitis: algo más que 25 años de historia de cancionesâ€, en la sala Margarita Casallas del propio Mejunje. Como aseguró Castañeda, actualmente existe una necesidad ineludible de estudiar en profundidad un fenómeno tan peculiar como La Trovuntivitis, extraña cofradÃa de cantautores que durante un cuarto de siglo no han dejado morir el fuego de la canción de autor cubana. El responsable de libros como La vena del centro. Trova santaclareña (Sed de Belleza, 2010) e Introspección detrás del olvido (Editorial Capiro, 2019) se refirió también a la importancia de la relación estrecha que existe entre poetas y trovadores en la ciudad de Santa Clara, un fenómeno que funciona, al decir de Yamil DÃaz, como dos caras de una misma moneda o dos monedas de una misma cara.
Ese dÃa se desarrollaron, respectivamente, los conciertos del Dúo Fábula y Maikel Mora, en la Sala Margarita Casallas, y el de la peña La Caña Santa junto al grupo D´Cuba, en la Casa del Joven Creador. Me gustarÃa que en próximas ediciones La Caña Santa pudiera disponer —porque desde hace años lo merece— de un concierto programado para alguno de los horarios estelares del Longina.
El Parque de Las Arcadas se hizo eco, a las 9:00 pm, de las voces de Eduardo Sosa y José Aquiles. El primero, con sus excelentes cualidades interpretativas, recordó muchas de las grandes canciones de la Trova Cubana, recientemente declarada Patrimonio Cultural de la Nación. El segundo, con una obra no muy conocida por el más joven público santaclareño, aunque muy admirada por los creadores de la ciudad, dejó en los asistentes las ganas de buscar y disfrutar un repertorio que espera, escondido pero vibrante, un más que necesario redescubrimiento futuro.
Junto al aprovechamiento de la todavÃa inconclusa Luna Naranja, uno de los mayores aciertos de la presente edición del Encuentro Nacional de Trovadores Longina canta a Corona fue, sin duda, el haber traÃdo a escenarios santaclareños a varias generaciones de creadores de las provincias orientales del paÃs. La noche del viernes, por ejemplo, se iluminó con un concierto de artistas mayoritariamente tuneros: Amaury del RÃo, que además de su proyección escénica, su aprovechamiento de códigos y estilos de la música rock y una voz que lo distingue de entre todos los intérpretes de su generación, cuenta ya con un repertorio sólido, maduro y atrevido; Jesús Pérez, una de las voces más dulces de la reciente hornada de cantautores cubanos; Richard Gómez, trovador de una amplia carrera, pero no tan conocido por estos lares; el manzanillero José Alberto Sánchez, con una obra que ya despierta respeto entre los grandes exponentes de la canción cubana contemporánea y, para finalizar, el inefable Freddy Laffita, creador que desde hace años se ha convertido en imán para trovadictos de todo el paÃs a fuerza de parir canciones que no se parecen en nada a nadie, pero que tienen mucho de Vallejo y mucho del rock que tanto influyó a lo mejor de la trova cubana desde los años 60 hasta la actualidad.
El sábado 7 de enero, la sala Margarita Casallas de El Mejunje acogió la conferencia sobre el trovador cienfueguero Lázaro GarcÃa a cargo del crÃtico e investigador musical JoaquÃn Borges-Triana, quien se valió de su amplio y profundo conocimiento de la canción de autor en la Isla para situar a Lázaro en el lugar que merece: junto a los grandes de nuestra riquÃsima historia musical. En poco más de una hora, Borges-Triana demostró cuán justificado es el respeto que sintieron y sienten por este trovador sus compañeros de generación, integrada nada menos que por Silvio RodrÃguez, Pablo Milanés, Vicente Feliú, Sara González y Augusto Blanca, entre otros.
La celebración por la declaración de la Trova Cubana como Patrimonio Cultural de la Nación ocurrió en el patio de la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. El acto contó con la participación—y perdonen mi estilo notarial— del TrÃo Palabras, Juan Campos, Yudi Herrera, La Trovuntivitis, Augusto Blanca, entre otros. La Trovuntivitis recibió, casi al finalizar la actividad, la importante distinción El Zarapico.
A las once de la noche vivimos, como en la edición pasada, el concierto de los cienfuegueros Ariel Barreiros, Nelson Valdés y el QuÃquiri de Cisneros. La presentación compensó la falta de novedad con un espectáculo bien estructurado. Esas joyas de la canción cubana que son los temas de Ariel Barreiros, la fuerza interpretativa y calidad compositiva de Nelson Valdés, asà como las décimas del prodigio de veinte años que todos conocemos como “El QuÃquiri de Cisnerosâ€, sin duda uno de los grandes repentistas de Cuba, brillaron en un concierto que reunió a un público numeroso en La Luna Naranja.
Asimismo, el evento llegó hasta el Museo de Artes Decorativas, y allà se pudo disfrutar de la explosión artÃstica incontenible que identifica la peña del trovador Rolando BerrÃo. La argentina Adriana MartÃnez y el holguinero y fundador del Movimiento de la Nueva Trova Augusto Blanca, artistas invitados al espacio, regalaron una muestra de sus repertorios. “Amenazo con volverâ€, bromeó Augusto Blanca al despedirse.
Roly BerrÃo compartió, mientras lo permitió la lluvia, algunas de sus excelentes creaciones. Su espectáculo es uno de los más atrayentes, como se reafirmó en esta edición XXVII del festival. En uno de los momentos finales de la actividad, varios trovadores cantaron “Gracias a la vidaâ€, de Violeta Parra, como una manera de decir también: “¡Gracias a la trova!â€.
La Luna Naranja, frente al Parque de Las Arcadas, fue el lugar de cierre del Longina canta a Corona. En esta ocasión, como en la edición pasada, fue Polito Ibáñez el encargado de abrir las primeras horas de la clausura. Los temas de Polito forman parte de lo mejor de la canción cubana contemporánea. Sin hacer concesiones de ningún tipo, el cienfueguero de nacimiento logró que muchas de sus creaciones se volvieran hits todavÃa coreados y venerados por cubanos de todas las edades, como se pudo ratificar esa noche.
Tanto él como Hansel Arrocha, la guitarra prima, se encontraban mal de salud desde antes de empezar el concierto. En esas condiciones iniciaron y terminaron su sencilla pero genial presentación.
El cierre estuvo a cargo del trovador Yatsel RodrÃguez, presidente de la Asociación Hermanos SaÃz en Villa Clara, junto a Yeni Turiño, una de la figuras más prometedoras de la actual generación de trovadores cubanos. Luego comenzaron a sumarse intérpretes como Leodanys Castellón, Ernesto González Choy, Juan Pablo Palmero, el CÃrculo de Tiza, entre otros, para asà articular una descarga final que supo estar a la altura de un evento decoroso, aunque discreto, si tenemos en cuenta factores como: la situación económica del paÃs, el poco o nulo apoyo de organizaciones que antaño habÃan acompañado más al “Longinaâ€, el pobre trabajo de difusión en plataformas digitales y la no realización de un concierto homenaje a Lázaro GarcÃa en el que todos los trovadores participaran, como acertadamente se hizo el año pasado con MarÃa Elena Walsh.
También se aprovechó la ocasión para homenajear a destacados cantautores con la entrega de la Moneda conmemorativa Aniversario 50 del Movimiento de la Nueva Trova cubana.
En la última jornada un grupo de artistas viajó hasta el municipio Caibarién, para rendirles merecido tributo a Manuel Corona y Longina O´Farrill. La peregrinación es uno de los momentos más significativos, además de una tradición que, en la medida de lo posible, siempre se ha tratado de respetar.
Parafraseando a Yordan Romero: “Los trovadores son mortales, pero la trova cubana es eternaâ€. El mejor ejemplo de ello sigue siendo este legendario Encuentro de los artistas de la pluma y la guitarra, porque si algo pudo demostrar la actual edición es que sigue estando en la cima de los festivales de trova del paÃs, ¿o no?
¿La luz, bróder, la luz?
La noche empieza como siempre: las pruebas de audio, la música colándose entre los cigarros y el murmullo, las gradas llenándose de habitués, la felicidad que va contaminando. Pero en esta ocasión algo cambia, algo suena mal: las antaño botellas de matapájaro anuncian un licor rojo con olor a plátano y sabor a ponche aguado. La luna marca un paso lento con su recorrido, pero las gargantas toman vino caliente, o vinagre. Quién sabe. AsÃ: igual, estuvo ayer pasando por detrás de tu conversación. Porque estamos aquÃ, con la sensación de no ver la luz (sobre todo eso) y de sentir cómo atravesamos, cómo somos atravesados por el recuerdo de los años noventa. A fin de cuentas, luces nunca tuvo nuestra casa.
Es jueves, 22 de septiembre de 2022. La peña de La Trovuntivitis espera por nosotros en El Mejunje de Santa Clara. No están Yaima Orozco, Yordan Romero, Raúl Marchena, Karel Fleites; pero tenemos a Roly BerrÃo, Leonardo GarcÃa y Alain Garrido, veteranos de las mÃticas primeras peñas. Y también a Michel Portela, Migue de la Rosa y Yatsel RodrÃguez, quienes sumaron su arte a un proyecto que mezcla, con mucho acierto, diferentes estilos, edades, voces, mentalidades y proyecciones.
Empiezan a sonar las cuerdas, pero el audio, como ya nos tiene acostumbrados, demuestra no estar a la altura de su ubicación. Para que la Luna siga encerrada en el agua, entre todos intentamos convencer al mar. El público no abunda, pero el patio parece lleno, aunque extrañamente tranquilo para quienes han vivido en este lugar la cotidianidad de las más impensables extravagancias.
Más o menos todo marcha según lo previsto, hasta que el sonido definitivamente se nos pierde. Sin demasiado nerviosismo, los trovadores agarran unas sillas y las colocan frente al público. Leonardo GarcÃa pide silencio. Las conversaciones de quienes van a oÃr la trova, más que a escucharla o cantarla, amenazan con ahogar un concierto literalmente acústico. “Santa, clarÃsima Santaâ€, corean los trovadores minutos antes de que también se vaya la corriente. Entonces los teléfonos iluminan como pueden el escenario improvisado. Alguien saca, no sé de dónde, una linterna. En ese momento descubro que mi teléfono también puede aportar y me digo: por qué no, quizás otra golondrina sà anuncie la primavera. Por qué no, me digo.
Aunque no estoy seguro del orden de las canciones, recuerdo que Alain Garrido cantó a petición de Roly ese clásico de Pepe del Valle que se llama “Con tanta presiónâ€. Cantó “MarÃa de mi dolorâ€, su magnÃfica musicalización de un romance de Yamil DÃaz; “Veleidades de la Gloriaâ€, que es un himno absoluto de la trova santaclareña; y cantó “Diarioâ€, que no es, pero se parece mucho a la esperanza que tanto necesitamos.
Michel Portela cantó “La raspadura†e hizo una genial versión de “Quiseâ€, aunque debo confesar que en la memoria me quedará, como un tesoro, su imperfecta pero sublime interpretación de “Será ayer», porque a fin de cuentas siempre hay un sitio al que tengo que volver. Y ese sitio —estoy completamente convencido— es una canción.
Creo que Migue de la Rosa no llegó hasta el final, como tampoco lo hicieron algunos del público. Yatsel RodrÃguez cantó varias de sus populares canciones y apoyó haciendo coro en el turno de sus compañeros. De todos me llevo un recuerdo limpio, cargado de agradecimiento y admiración; pero qué decir de Leonardo GarcÃa. Fue emocionante verlo forzar sus cuerdas vocales con temas que, en sentido general, no acostumbra a cantar los jueves. Sobre todo “DÃas corriendoâ€, esa pequeña pieza de orfebrerÃa que dice: hay que morir un poco cada dÃa, para escribir el cuento, para intentar la vida.
Y porque estábamos como atravesando los años noventa, cantó su oda a la alquimia etÃlica de finales del siglo pasado. Porque estábamos en la inopia, pero en el éxtasis de la fe trovera, cantó “Oración del remansoâ€, de Jorge Fandermole. Porque estábamos desesperanzados a más no poder, cantó su “Rock and Rap de la esperanzaâ€, porque se nos va la vida, se nos va, sÃ, se nos va… Porque hay luces… en la distancia, y sin embargo, te quiero, mi Santa… Porque puedo verla allà en tu pecho, y puedes verla tú en el mÃo. Ni vencedores ni vencidos. Y porque si no sueño el paÃs, siento frÃo. Siento frÃo…
Después Roly BerrÃo improvisó. Punto y seguido. Quien ha ido a La Trovuntivitis (según cuenta la leyenda, ese nombre surgió por una improvisación suya), sabe lo que significa que Roly improvise. En estado de trance, habló de los poderes curativos del ron, llegó a las termoeléctricas, volvió al ron, pasó por no sé cuántos lugares, hizo de todo por sacarnos una sonrisa, hasta que por fin lo consiguió. Al menos yo sonreÃ, aunque también pudo ser la mueca que me produjo el vinagre con azúcar que me estaba tragando.Â
Creo que asà terminó la noche. Recogimos los bártulos y nos fuimos, pero no sin antes acercarnos a Leo, “ese farol gigante en medio de la oscuridad más plenaâ€, como una vez lo definieran. Recuerdo que le dije: linda peña. Recuerdo que me dijo: gracias. Recuerdo que le dije: lo único que falta es que venga la luz ahora mismo. Pero la broma no pudo ser perfecta: la luz llegó cinco minutos después, cuando ya habÃamos salido de El Mejunje y apenas pasábamos frente a la —Santa, clarÃsima Santa— Catedral de la ciudad.
Vuelve «Longina»: en el lenguaje misterioso de la trova (+spot)
Este 5 de enero llega para los trovadictos la tan esperada edición XXVII del Longina canta a Corona, cita que en esta ocasión estará dedicada al trovador cienfueguero Lázaro GarcÃa, al aniversario 50 de la Nueva Trova y a los 25 años de la peña La Trovuntivitis.
En reciente conferencia de prensa, Yatsel RodrÃguez y Fredy Hernández MartÃnez, en representación del comité organizador, comentaron que el evento culminará el lunes 9 con la tradicional peregrinación a la tumba de Manuel Corona, en el municipio Caibarién.
“Quisimos regresar al concepto inicial del encuentro, cuando venÃan trovadores con su guitarra a defender su canción. Por eso prácticamente no hay ningún espectáculo con agrupaciones de gran formato, excepto el concierto de Polito Ibáñezâ€, explicó Hernández MartÃnez, artista visual y vicepresidente de la Asociación Hermanos SaÃz en la provincia.
“Los espacios que acogerán las actividades serán, principalmente, la Sala Margarita Casallas, el Museo de Artes Decorativas, La Luna Naranja, el Parque de las Arcadas y la Biblioteca Provincial José MartÃâ€, afirmó RodrÃguez, que además de presidente de la AHS es integrante de la peña La Trovuntivitis, bastión del movimiento trovadoresco en el centro del paÃs.
El Longina, como en otras ediciones, se extenderá a los municipios y contará además con eventos teóricos como la conferencia sobre Lázaro GarcÃa, del crÃtico e investigador JoaquÃn Borges-Triana, quien durante años ha acompañado el encuentro de trovadores en Santa Clara.
Hasta el momento, entre las actividades del programa se prevé el concierto de Eduardo Sosa y José Aquiles, el de Roly BerrÃo con Augusto Blanca, el de Polito Ibáñez, el de Freddy Laffita y Amaury del RÃo, asà como el de los cienfuegueros Ariel Barreiros, Nelson Valdés y el joven repentista Marcos David Fernández, el “QuÃquiri de Cisnerosâ€.
Yatsel RodrÃguez comentó al Portal del Arte Joven Cubano que “es tan importante el que viene por primera vez a hacer su concierto como el que ha venido varias veces. El Longina también es una oportunidad para que los nuevos trovadores compartan con los consagrados. Todo el que tenga una guitarra en la mano y haga una canción merece el respeto del público y de sus compañerosâ€.
El Encuentro Nacional de Trovadores Longina canta a Corona surgió en enero de 1997, cuando Alpidio Alonso, en aquel entonces presidente de la AHS en Villa Clara, y Eliot Porta, músico y promotor cultural, decidieron organizar un evento que reuniera “a la emergente generación de cantautoresâ€, y al propio tiempo estimulara “el intercambio con anteriores hornadas de hacedores de cancionesâ€, como escribió Borges-Triana en su texto “Entre la obra de arte y el producto mercantil: ¡Fresco y sin cortar!â€.
Como aclara el trovador Yordan Romero en “Longina canta a Corona. Pensando eneroâ€, en aquel evento fundacional los “trovadores santaclareños fungieron como anfitriones (…), pues algunos gozaban de una obra creciente, como Diego Gutiérrez y Alain Garrido, y otros eran ya reconocidos, como los integrantes de Enserie: Roly BerrÃo, Levis Aliaga y Raúl Cabreraâ€.
Esta semana Villa Clara se vestirá de trova, donde seguramente no faltará momentos emotivos, reencuentros y, sobre todo, buenas canciones.
Camerata Éxtasis, la música de concierto que acerca a los jóvenes
Infinidad de acordes emergÃan de la ciudad bucólica, de sus parques y salas de concierto. Por esa suerte de un festival dedicado al Maestro Caturla.
Sin embargo, esa tarde la brisa traÃa olor a café junto al eco de las sinfonÃas. A leche batida, a chocolate y vino artesanal. Llegaba además con risas de juventud. Fácil seguir todas estas pistas hasta el Café Obrador, una suerte de galerÃa-cafeterÃa en donde suele confluir la élite santaclareña después de las 3:00 P.M. Â
AllÃ, en medio de mesas y sillas corridas, un grupo de músicos jóvenes, casi todas mujeres, habÃan tomado la instalación con sus violines. Desde Pinar del RÃo habÃa llegado la Camerata Éxtasis para tomar aquel lugar con un concierto sui géneris. Regalaban también atmósfera de intimidad. Esa a que se avocó la música de concierto para escapar de los grandes salones de la aristocracia en los albores del Renacimiento.
Instrumentaban además el contrabajo, el chelo y el fagot; clarinete, viola y tromba para dar vida a un repertorio singularmente atractivo. Pues la mayorÃa de los temas que regalaron esa tarde integrantes de Éxtasis pertenecen a bandas sonoras importantes del mundo del anime, el cine manga y del video juego.
Entre otras piezas, amantes del maestro Hayao Miyazaki pudieron deleitarse con “La Princesa Mononokeâ€, música de Joe Hisaishi, y “El castillo en el cieloâ€, también del formidable dúo Miyazaki-Hisaishi. Entre otros llamativos de la industria del entretenimiento interpretaron “The Twilight Princessâ€, una parte del videojuego “La Leyenda de Zeldaâ€. Esta parecÃa la causa de encontrar al fin, un público joven alrededor de violines, diluidos en la amalgama estética de la mediana y más avanzada edad.
Y es que Livan Labrador Morales, el conductor y arreglista de esta orquesta de cámara, más tarde confesó sin recelos que él también es un seguidor de aquel y otros formidables directores japoneses. Durante la presentación hizo intervalos para adentrar a los espectadores en la magia del anime a la vez que documentaba antecedentes de la próxima pieza.
“La música dicha como clásica–no me gusta encasillar– es bastante deprimida en la aceptación del público. Hay un público muy selecto, muy conocedor al cual apostamos quienes hacemos este tipo de músicaâ€, dijo Labrador.
“Entonces cuando a mà se me ocurrió hacer la orquesta de Cámara en Pinar, dije: ¿para quién voy a hacer la orquesta? ¿Para personas adultas solamente? ¡Tengo que buscar un repertorio que abarque el público que más necesitado está de apreciar esta música! Como también soy consumidor de la industria del videojuego y del entrenamiento, pensé: ¡por aquà va a funcionar! Porque hay muy buena música para esta plataforma, tanto para el videojuego como para las pelÃculas y los anime.â€
–¿Solo interpretan bandas cinematográficas o tienen un repertorio más amplio?
Más bien constituye un sello esto que mostramos hoy, entre otros aspectos porque empezamos por ahÃ, por el cine, y nos ha ayudado a ganar público sin ceder en nuestra propuesta ni hacer concesiones al gusto estético predominante. Pero la orquesta tiene un repertorio que abarca desde la música estrictamente clásica hasta la más contemporánea y más popular.
Livan Labrador comenzó a presentarse como violinista desde antes de terminar la enseñanza secundaria con la compañÃa de teatro lÃrico Ernesto Lecuona. Años más tarde dirigió y fundó la banda de concierto del conservatorio en Pinar del RÃo, sus primeros aciertos en el género.
Miembro de la Asociación Hermanos SaÃz fungió como vicepresidente y presidente de la sección de música Pinar del RÃo por lo que se inmiscuyó en otros ambientes musicales como la trova y la música popular bailable, llegando a dirigir la charanga danzonera Ases del Ritmo.
Hasta que hace unos cinco años decidió apostar por un quinteto de instrumentos de viento conformado hasta entonces por recién egresados de la academia y convertirlo en un formato de más de una decena de músicos (todos graduados de nivel medio), para iniciarlos en la más difÃcil de las disciplinas dentro del campo de la música de concierto y, por lo tanto, de altÃsimo nivel técnico-artÃstico.
“Éxtasis, no es una Camerata de cuerdas como se concibe tradicionalmente, sino que resulta una Orquesta de Cámara que tiene incorporadas también las cuatro maderas clásicas.» Explicó para el Portal del Arte Joven Cubano Liván, una vez que terminó la presentación de Éxtasis en la salita blanquecina del Obrador.
El éxtasis, argumenta, “es según el diccionario es lo que se logra con cierta y determinada carga emocional y eso es lo que queremos lograr y hacer llevar al público.» También coincide en que por el formato y repertorio que defienden, esta, su Camerata, pudiera ser única en el paÃs, al menos en Pinar tiene la certeza de que no existe otra igual.
Ha declarado el propio Liván que el principio fue difÃcil puesto que esperaron años para que se hiciera oficial la existencia de Éxtasis, pero que hoy por hoy, allÃ, en la provincia occidental, se presentan una vez en la semana, en la propia sede de la AHS, y no pretenden renunciar a ese espacio porque ya se ha vuelto popular. Casi siempre acuden jóvenes y adolescentes a ese encuentro los cuartos jueves de cada mes.
“Tenemos dos años de fundado, y cinco desde que comenzamos a soñar. En Pinar hemos tenido laboriosas presentaciones ya que en el 2017 hicimos el primer concierto de invierno. Desde entonces ha sido un boom en nuestra provincia, incluso de otros lugares nos han llamado y para este año tenemos varias invitaciones en sedes y eventos provinciales. Aunque también espero que este año lleguemos a La Habana ya que tenemos una propuesta en Fábrica de Arte y otra en Bellas Artes.â€
Generalmente las Cameratas se presentan como conjuntos de cuerdas nada más, pero lo que la fusión con los instrumentos de viento, aunque explota más la tÃmbrica, no deja de ser una mezcla complicada, sobre todo cuando, según admitió Liván, los arreglos para su Camerata son todos de su autorÃa. Â
“Es un formato atÃpico para el que casi nadie escribe. Composiciones propias tengo algunas, que en algún futuro espero poner en experimentación, incluso en formatos más y más grandes. Sueño con sumar otras orquestas.â€
Hace 16 años Liván Labrador se presentó en Santa Clara, entonces lo acompañaba su violÃn.
“He tocado con muchos músicos de la ciudad, con el proyecto de la Trovuntivitis, entre otros. Pero ahora que tengo mi orquesta propia me alegra muchÃsimo llegar hasta aquÃ. Venimos aquà para brindar arte en un momento y lugar que reúne lo mejor de este género y de este tipo de música.â€
“Esa relación, ese punto de referencia que es el A Tempo con Caturla no se debe perder. Cada vez crecemos en agrupaciones mayormente jóvenes. ¡Esa es la esencia!  Además de que hay muy buenas salas en el centro de Cuba, pero Santa Clara también nos permite socializar y asaltar pequeños e informales espacios de los que es propia la orquesta de cámara; como, por ejemplo, este café.â€
Fue una hermosa tarde de domingo en Santa Clara, una de esas que parece habitada de nostalgias, de finos acordes que decoran los vientos de marzo a cuerpo de llovizna. Liván Labrador, el violinista de los tejados pinareños, y sus instrumentistas “brillantes†rubricaron tanta exquisitez.
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