Seoane
Resultados del Primer Salón de Arte Contemporáneo René Valdés
El Salón de Arte Contemporáneo René Valdés Cedeño se realizó del 19 al 23 de septiembre en Santiago de Cuba, convocado por la Fundación Caguayo. Entre las acciones principales se desarrolló la conferencia «La comercialización de artes visuales en Santiago de Cuba», por Tania Dranguet; los encuentros con los artistas Luis Enrique Camejo y Alejandro Lescay; la charla «ArteMorfosis, una plataforma para el arte cubano», con la especialista Pilar Vázquez; el panel «El estado actual del arte y la crítica en Santiago de Cuba», con varios invitados y la premiación del evento, como cierre.
Vivian Lozano Caballero. Sumo, 2022. Litografía 150 x 120 cm.
Según la página oficial de Caguayo, el lunes 12 de septiembre sesionó en la sede de la Fundación el Jurado de Admisión para este Salón, organizado por el Sistema Caguayo. El mismo estuvo integrado por los artistas de la plástica Gretell Arrate, Carlos René Aguilera y Alejandro Lescay y las especialistas en arte Yuliet Hechavarría y Maciel Reyes. Se recibieron propuestas de 34 artistas santiagueros y quedaron preseleccionados 16, con un total de 21 piezas:
Arlena Sera Ramos, Danis montero Ortega, Edgar Brielo Maranillo, Isabel Luisa Palma, Jorge Luis Hernández Pouyu, Julio César Carmenate Laugart, Julio César Pérez Moracen, Marlon René Aguilera Fleitas, Miguel Yaimel Cosme Pérez, Renato A. Arza Planas, René Alejandro Noa García, Román Emilio Pérez López, Susana Soria Chapur, Vivian Lozano Caballero,Yuliet Labrada Gómez y Yuri Elías Seoane Serrano.
Susana Soria Chapur ante su obra.
Yuliet Hechavarría, Licenciada en Historia del Arte, Especialista de la Galería René Valdés, explicó a Noticias de Arte Cubano que en primera instancia se pretendía revitalizar la creación artística en la ciudad, por eso se convocó a participar a artistas santiagueros residentes o no en la provincia. En este caso se recibieron obras de tres creadores que no están residiendo en Santiago. Destacó que «se autorizó a participar a aquellos que no tuvieran registro del creador siempre y cuando fueran mayores de 19 años. Recibimos varias propuestas con estas características y es el caso específico de Marlon Aguilera Fleitas quien sin ser graduado de Academia realiza de manera autodidacta un acercamiento a la fotografía con altos valores estéticos, siendo escogidas sus dos obras en concurso con retratos de personajes de la obra Leviatán del grupo de Teatro La Caja Negra».
«Por otra parte, dejamos abierta la temática y se permitía libertad a la hora de escoger la manifestación con la cual concursar; esto facilitó que los artistas experimentaran formalmente para encontrar una herramienta discursiva acorde a los materiales que tenían a su alcance. Isabel Palma, por ejemplo, continuó experimentando en la escultura con materiales varios: mármol, madera y metal, para producir una obra que se adscribe a la serie El precio a pagar, trabajada antes por ella», dijo Yuliet.
Arlena Sera Ramos. Sin título, de la serie Huellas.
«Con la estética del Assemblage (ensamblaje) se auxiliaron Julio César Moracen, Susana Soria Chapur y Yaimel Cosme quienes conjugan diversidad de materiales para presentar piezas instalativas con montaje a pared que aceptan los presupuestos del arte contemporáneo desde un polémico discurso donde los pares de opuestos o antagónicos propician el análisis de fenómenos de la cotidianidad. Otros artistas trabajaron manifestaciones más clásicas como es el caso de la fotografía y la pintura, y se desempeñaron con el estilo y la visualidad que los caracteriza para regalarnos obras de un preciosismo técnico como las Visiones de Danis Montero, o el expresionismo abstracto de Jorge Luis Hernández Pouyú».
Julio César Carmenate. La armonía del discurso.
Comentó Yuliet que, sin haberlo planificado, de los dieciséis artistas seleccionados para exponer en el Salón ocho son menores de treinta y cinco años, lo que demuestra el interés de los artistas jóvenes que buscan ganarse un posicionamiento dentro las artes visuales de la ciudad. A esto se añade que «otro objetivo del Salón era posicionar el arte santiaguero más allá de las fronteras provinciales», para lograrlo se buscó colaboración con artistas y especialistas que conformaran un equipo mixto con una visión abarcadora.
Y finalmente, dijo la especialista, «el acompañamiento y promoción de nuestros artistas santiagueros se verá patentado cuando se inaugure la muestra personal de Yuri E. Seoane en la Galería René Valdés el próximo año, al ser el artista laureado con el Gran Premio. Su propuesta Sinfonía de Presión, auxiliándose de los presupuestos del videoarte ofreció un compendio de la temática social ampliamente tratada en la mayoría de las piezas que se exhiben hoy en el primer Salón de Arte Contemporáneo René Valdés. Por tales motivos creemos que la inauguración de una muestra como esta no solo era una aspiración para los que trabajamos en su organización sino una necesidad para muchos artistas que necesitaban una motivación y una meta por la cual empeñarse».
Jorge Luis Hernández Pouyu. Karma atrapado en malas I y Karma atrapado en malas II.
Resultaron destacados los artistas Yuliet Labrada Gómez con Ironías de un papel amate (Mención); Julio César Carmenate Laugart con La armonía de un discurso (Mención), Arlena Sera Ramos con S/T de la Serie Huellas (Mención). El Gran Premio lo obtuvo Yuri Elías Seoane Serrano por la obra Sinfonía de Presión. El Premio Colateral del Consejo Provincial de las Artes Plásticas fue para René Alejandro Noa por La persistencia de la fe. La galería ArteMorfosis seleccionó a Ironías de un papel amate, de Yuliet Labrada Gómez y la Asociación Hermanos Saíz le concedió su lauro a Sinfonía de Presión, de Yuri E. Seoane.
Yuri Elías Seoane. Sinfonía de Presión. Videoarte.
Yuri Seoane, ganador del Gran Premio, dijo a Noticias… que «este salón significa un impulso para seguir desarrollando mi trabajo creativo. Siento más compromiso con mi obra». Y sobre su videoarte comentó:
«Es una mirada hacia el ser humano! Una interpretación sobre la calma y el caos, los cambios, la sociedad y su contexto, Cuba; valorar un objeto tan cotidiano como lo es una olla de presión, que a mí entender simboliza parte de la identidad criolla, además de la importancia del archivo documental para preservar la memoria histórica».
También comentó que «la creación transcrita por diferentes estados, como la propia vida; la inquietud tiene sus virtudes, pero también la calma y el reposo son importantes para la realización de cualquier forma que se quiera lograr, material o espiritual. Crear no es una camisa de fuerza. Acepto todas las fases, lo importante es ser consciente de cada experiencia, aportar valor a la conciencia, que a mi entender es la obra más importante».
*Tomado del sitio web del Consejo Nacional de Artes Plásticas.
Fractura contra los espejismos del arte (+Obras y tuits)
Hace alrededor de medio milenio el arte adquirió un carácter comercializable. La idea de tener un “objeto” con características especiales seducía a muchos en el afán de alcanzar determinado poder. Resulta aún, hoy día, usual dilema el hecho de que algo que no posee valor de uso constituya una pieza fundamental del canjeo y las relaciones comerciales.
Indiscutiblemente, con el paso del tiempo los procesos inherentes al mundo del arte se han visto permeados de una mayor complejidad. Para el teórico estadounidense Arthur Danto, “estamos en una etapa prehistórica, en la que todo es susceptible de ser arte”, aseveración que se ve sustentada en “la teoría del problema de los Indiscernibles”.
El mercado del arte es un ámbito esencial a explorar a la hora de abordar el desarrollo del hecho artístico. Su análisis se ha convertido en una necesidad imperante para contribuir a dilucidar una parte importante del entramado que compone lo que se ha catalogado como “el mundo del arte”. Este último constituye un elemento fundamental dentro de lo que el filósofo George Dickie ha calificado como la Teoría Institucional del Arte. En esta ocasión resulta fundamental reconocer esas estructuras que forman parte de la teoría, debido a la incursión del Proyecto Fractura en un centro donde una de las premisas esenciales es realizar la comercialización del producto artístico.
Fractura nos presenta su visión acerca del “conflicto” y nos vuelca en determinados cuestionamientos: ¿Qué es el mercado?, ¿qué representa para el ámbito cubano y santiaguero en particular?, ¿qué representa para ellos como creadores? y ¿qué tipo de mercado o comercialización se lleva a cabo en este contexto? Realmente son muchas las interrogantes que pueden asistir a esta muestra.
Con todo, resulta difícil desentrañar la delgada pared que separa lo que se debe hacer de lo que se hace realmente. Parece que todo está escrito sobre determinado proceso o fenómeno, pero continuamente queda lugar para la incertidumbre, para las brechas donde suceden cosas inusuales y opuestas a las que están preestablecidas, lo cual nos acerca a la idea de que no todo funciona como se enuncia. Cabe decir que “el mercado del arte” o las relaciones comerciales que se establecen en Santiago de Cuba, que no constituye un escenario diferente al del resto de las provincias –fuera de la capital–, deja mucho que decir en cuanto a las maneras de llevar a cabo este complejo proceso. Más, no es intención primada de esta exposición debatir los desempeños de instituciones culturales y sí en llegar a puntos más incisivos que afectan la matriz de todo hecho artístico, desde la esencia del propio arte que inicia en el creador y su tiempo.
Entonces, resulta evidente que la cuestión primordial que da luz a esta muestra es ¿qué representa el mercado para los creadores y cómo los influye en el proceso creativo? Frank Lahera, Carlos Gil y Yuri Seoane han tejido una red de significados. Construyen su universo simbólico aludiendo a las prácticas que se suscitan alrededor de este tema. Es una muestra plural como ya acostumbran a legar los jóvenes artífices. La preocupación de los autores acerca de la frialdad con que puede ser visto este tópico los induce hacia un viaje convulso en aguas turbulentas.
Esta exhibición, que no es para nada frívola o alejada de la realidad, es un espacio vivo; Las raíces de un árbol no proyectan sombras, un título que demarca lo que acontece desde lo más profundo hasta su calada en el hoy y el ahora. Incluso se lanza más allá pues traspasa los límites de la galería para representar la inquietante situación que identifica las actuales circunstancias y que los afecta directamente porque son entes sociales.
Como enlace de lo múltiple, el grupo ha mezclado diversos soportes. Es una especie de juego para invitar a repensar la idea que permea y afecta al mundo del arte y a sus creadores. Lahera resulta bastante explícito en sus producciones audiovisuales y las calza coherentemente con fotografías de la serie “Tin marín”. El contraste soberbio de fondos muy oscuros con las figuras humanas desbordadas por símbolos materiales predispone al espectador a la hora de abordar la trama. Al plasmar detalles del cuerpo construye una atmósfera que exige sumergirse y empaparse con el entorno, cuestión que enriquece además con instalaciones un tanto atrevidas que sugieren símbolos más globales del ámbito artístico.
Por su parte, Seoane nos vuelca hacia lo más íntimo. Pondera lo individual sin abandonar ese mensaje de calado universal. Con su serie instalativa “Confort” cuestiona la falta de valentía del ser humano que se construye sus propias jaulas, que no permiten la evolución del pensamiento. Hace un llamado a no conformarse, a lanzarse y correr riesgos que valen la pena para descubrir la verdadera esencia de cada uno. Es una ramificación de la metáfora que se deslinda del mercado. Es luchar contra lo convencional. Ratifica una y otra vez que lo habitual no es sinónimo de propicio. El mercado es una burbuja, una construcción mundana que puede traer beneficios aparentes y al mismo tiempo significar el fin de la creación.
Asimismo, Carlos Gil, en este caso, da la nota de conexión con el pasado, que se transfiere en determinados elementos alegóricos que más que sustantivos u objetos son acciones verbales en función. Concreta la representación del vestigio de las consecuencias, es la paráfrasis del desgaste vaticinado por los ancestros que conviven con él en sus ideales y que ha querido incorporar a través del pelo. El cabello humano es una especie de documentación simbólica que consolida la premisa de la impermanencia y es plasmada en la serie “Arrastre”, aunque debe aclararse que también es análogo a las actividades que acontecen en el presente.
No obstante, también utiliza otros medios para lograr meditar acerca de esos conflictos internos que afectan la evolución del ser. Es una mirada más que reflexiva, que se consuma como abordaje de fenómenos vigentes. Las imágenes que registra van hilando dimensiones de la diversidad de forma orgánica. Gil es un provocador nato. Sintetiza lo antropológico y las instalaciones y videos performances que vigorizan la muestra con un matiz corrosivo que ha caracterizado siempre su trayectoria y que hoy resume con naturalidad.
El Proyecto Fractura una vez más se encuentra de pie ante la avalancha de la apariencia. Este grupo no promueve espejismos absurdos, sino que lucha contra ellos. Recordemos que como dicta su manifiesto, Fractura “es hacer arte, vivir para el arte y no vivir del arte”.
Juntos y Revueltos: próxima exposición de Proyecto FRACTURA
El próximo 27 de noviembre el proyecto FRACTURA estará inaugurando a las 6:00 P.M., en el Centro de Artes Plásticas y Diseño de su ciudad de Santiago de Cuba, la exposición Juntos y Revueltos, oportunidad que permitirá actualizarnos acerca de sus más recientes creaciones multidisciplinares.
Fundado por Carlos Gil Calderón y Frank Lahera O´Callaghan, y al cual se sumaría posteriormente Rafael Borges, el proyecto se caracteriza por agrupar diversas prácticas contemporáneas, pues sus miembros-artistas están enfocados en la experimentación y la búsqueda de nuevas formas y narrativas, con la visión de cuestionar problemáticas sociales, filosóficas y existenciales.
Luego de más de un año de receso colectivo, FRACTURA, surgido en 2015, regresa con esta exhibición que reflexionará sobre el universo de sus miembros, su realidad.
Con el apoyo de la filial santiaguera de la AHS, el Consejo de Artes Plásticas y la sede anfitriona del encuentro, en esta ocasión la muestra contará con la presencia del artista visual Yuri Elias Seoane, con quien FRACTURA ha trabajo en varias ocasiones. De ahí que a partir de la exhibición, Seoane será incluido como novel miembro del equipo creativo.
Videoarte en varios de sus subgéneros, instalaciones, arte-objeto, performance, fotografía, pintura, y más, podrá encontrar el público que asista a la exposición a finales de este mes, el cual podrá apreciar, además, parte de las prácticas vanguardistas de la provincia.
Y es que, en equilibrio perfecto, estos artistas pondrán a la mirada crítica sus pensamientos, maneras de ver y sentir sus realidades, e invitarán a pensarnos como cubanos y habitantes de este planeta Tierra en tiempos de muchos replanteamientos.
Juntos y Revueltos es, sin dudas, una muestra del arte contemporáneo cubano en la ciudad de Santiago de Cuba. ¡No se la pierdan!
«Si no hay lugares para ver artes visuales, nos vamos a quedar muy atrás»
Spin off de una entrevista o cómo conocí al artista
La oficina de la presidencia de la filial provincial de la Asociación Hermanos Saíz en Santiago de Cuba es normalmente un lugar alegre, un sitio para la cofradía y cocinar buenas ideas. Pocas veces ves allí gente ansiosa; pero aquel día había una carga de estrés notable en el ambiente; cuando llegué con el desenfado habitual, en el centro de aquella salita estaba Yuri Seoane con sus gafas, su cabello hirsuto y sus manos en la cintura. Hablaba rápido y se quejaba de las pocas posibilidades de los artistas jóvenes de alcanzar espacios estelares en los informativos cubanos. Aclaró que creía que era un problema que había en Santiago porque veía en el Noticiero Cultural la vida de otras provincias.
Le habría gustado que supieran de él en esos días que preparaba su primera expo en la Casa del Joven Creador, en la pequeña galería que estaba cruzando la puerta. Hacía rato que me había acomodado en uno de los llamativos asientos que adornan el lugar que, para ser honesto, puede que con su rojo brillante alteren un poco a los presentes. Lo comprendí, le comenté que no tenía acceso al Noticiero Cultural, pero que podía ayudarlo haciéndole una entrevista para que lo vieran en Internet. Imagino que fue frustrante porque todos quieren el “vidrio”, pero parece que se resignó y pensó que algo es algo.
El diálogo con Yuri comenzó con la búsqueda de sus motivaciones para crear la muestra que llevaría a la expo Mundo Interior, que pronto se inauguraría. El diálogo fluyó, y como esas cosas que suceden, sin saber cómo, ni cuándo, la conversación llegó a un punto de giro. Derivó en sus concepciones sobre el panorama de las artes visuales en Santiago de Cuba y las posibilidades o imposibilidades que tienen los jóvenes para mostrar su obra en la ciudad.
Artes visuales, entre la imposibilidad y la voluntad para existir
¿Cómo valoras la promoción de los artistas jóvenes en el campo de las artes visuales en Santiago de Cuba?
De manera general hay muy poca promoción para los artistas noveles. También debo decir que muy pocos artistas se atreven a incursionar en las artes visuales actualmente, por lo general los artistas se van más por los formatos convencionales, los dibujos, la pintura o el grabado. He visto poca incursión en las artes visuales que reúnen muchas manifestaciones como el video arte y el performance. El arte en esta ciudad sufre de la imposibilidad de mostrar cosas nuevas más allá de lo que ya se conoce.
Si no hay lugares para ver artes visuales, nos vamos a quedar muy atrás, no van a morir pero van a quedar desactualizadas respecto a lo que sucede en un mundo que cambia constantemente. Creo que hay una responsabilidad institucional importante y creo que las entidades de la cultura, que son las que tienen los recursos, deberían analizar el fenómeno de la poca existencia de las artes visuales porque falta apoyo, no hay salones, y hay baja promoción.
Cuáles crees que podrían ser las causas de lo que expresas, ¿tendrá que ver con las ausencias? ¿Con toda la gente que se ha ido a La Habana o del país? Porque si por un lado hay poca promoción también hay que entender que ella depende de la calidad de la obra que se produzca.
Hay muchas maneras de buscarle una explicación al fenómeno, hace muchos años Santiago era una potencia en el campo de las artes plásticas, la pintura, las instalaciones, el grabado. Pero se han perdido muchos espacios vitales para la existencia del arte. Te puedo mencionar los salones 30 de Noviembre, los festivales del Caribe, donde había mucha calidad en las obras, existían muchos eventos que refrendaban la calidad.
En mi visión, muchas de las personas que eran protagonistas de esa vida cultural, especialmente en los 90, que era un peor momento en lo económico que el actual, ya están asentadas, su obra les trajo beneficios. Ahí comenzó una decadencia de esos espacios tan importantes para hacer visible las propuestas artísticas hasta su desaparición. Con ese panorama muchos jóvenes emigran para poder hacer su obra, para poder desarrollarse como artistas, lo que ha traído consigo que no haya un desarrollo de las artes visuales en la ciudad.
¿Cómo crees que esté impactando ese éxodo en la visión que se puede tener en la ciudad sobre las artes visuales y en la posible actualización a nivel conceptual de los artistas para crearlas y de los públicos para apreciarlas?
Para ilustrarte sobre lo valiosa que puede ser la incidencia institucional te pongo el ejemplo del SAVE (Santiago Artes Visuales y Experimentales); es una voluntad del Consejo Provincial de las Artes Plásticas con muy buenos resultados en la visibilización de los artistas jóvenes. Sin embargo, el SAVE es una vez cada dos años, pasa mucho tiempo para que los artistas muestren su obra, además, es competitivo, o sea, que no aseguran la participación porque las obras son sometidas a un proceso de curaduría y de selección.
Sin ánimos de comparar, a veces yo mismo me sorprendo de que en Guantánamo haya tantas posibilidades, a ellos los felicito porque deberíamos aprender de su experiencia, tienen muchos eventos: Salón de la Uneac, Salón del Centro de Artes Visuales, hay salones en Baracoa. Me sorprendo cuando artistas de otras provincias me llaman para decirme que hay salones y espacios para mostrar su arte. Santiago es Santiago, esta no es cualquier provincia, es el eje de Oriente en todos los sentidos, no necesitamos decir la historia de Santiago para entender lo que estoy queriendo decir.
Al escuchar a Seoane me percaté de lo importante que es mostrar a la ciudad como espacio para la creación, para la satisfacción de las necesidades espirituales de los artistas, ese es el único modo de propiciar un desarrollo efectivo de la producción cultural en la provincia. Alegra –¡y mucho!– que los artistas estén preocupados por la promoción, que busquen soluciones a los problemas, que generen interrogantes, que se cuestionen el alcance de su trabajo y, sobre todo, que defiendan desde el arraigo el deseo de quedarse, pero también es importante hacerles saber que quedarse no debe ser un sacrificio a toda costa.
Con Yuri Seoane he seguido conversando, he visto su obra, he escrito sobre él, y aquí va otro pequeño esfuerzo por darlo a conocer, aunque no sea en el “vidrio”, pero algo es algo.