Rito de paso
Hasta las luces de Helen Ceballos
Muchas cosas cambian en esta isla. Van dejando un desazón que aruña al nervio y queda latente hasta que un nuevo dolor invade. AsÃ, ciclo a ciclo. Sin embargo, a veces parece que doliera menos. Solo a veces. Pienso en Comala. Se queda vacÃo Comala. Fantasmea. Pobre de los Páramos que aún la habitamos, sin sabernos vivos o muertos… Quizás Rulfo sentÃa lo mismo cuando entonces.
Deambulo el pasillo de la Casona, medio sola a pesar de las fiestas. Fiestas, me digo, a quién se le ocurre pensar en fiestas. Pareciera que todo está bien. Varias de las locaciones muestran distintos performances. Una nueva expo enarbola las paredes en la Casa del Joven Creador de mi ciudad. Ha comenzado el “Almas Nuevas†en el marco del Festival del Caribe. El patio aguarda el inicio de una obra. Han querido lograr el efecto de invasión artÃstica por doquier, simultáneos actos de fe. Disonancias al mundo exterior. Burbujas. Creamos burbujas, es la única forma de salvarnos. Resistencia, resistencia, resistencia; todo cuanto leo en los subtÃtulos que salen por los rostros de la gente. Debiera irme, pienso. Al filo de la puerta me debato entre romper el globo y dejarme tragar de nuevo por la realidad. Más, ella grita: “hasta las luces, mi niña, no mires atrás, nada hasta las lucesâ€.
El rostro de aquella mujer hizo que detuviera en seco la catarsis en la que andaba, como escudo remanente de batallas anteriores. Contaba una historia. Me senté a observarla. Todo su ser hablaba desde un “yo-tu-nosotros†difÃcil de discernir. Nada en aquel circo era más real que su discurso. Descubrà que compartÃamos una ambivalente gracia, dÃgase que, condiciones geográficas similares, aunque no fuese ese precisamente el motivo de la ambivalencia… ni de la gracia. Isleñas que huyen. Ella huyó, no le quedaba de otra. Su madre huyó, pero tendrÃa que seguir huyendo por mucho tiempo. Su hermana nació en el seno de otra huida. Y yo, bueno, pues, no habÃa tenido modo de hacerlo. Pero estaba ahà para escuchar su Rito de paso. Asà se llama el proceso creativo que nos mostró esa tarde Helen Ceballos: artista puertorriqueña transdisciplinaria, como se define a sà misma. Lo que veÃamos era una especie de documental sobre esa obra. IncluÃa videos cortos, audios, imágenes de performance que realizó por distintas islas del Caribe, documentando los diferentes niveles por los que ha atravesado el material. Quedé prendida de sus modos de hacer.
Volvà a encontrarla en la Residencia ArtÃstica El cruce, un proyecto que se estrenó en el marco de la 42 Edición del Festival del Caribe este año, cuya sede está ubicada en la calle Calvario. Una noche, luego de haber recorrido las habituales locaciones de estas fiestas populares, fui hasta allá. No querÃa perderme la experiencia de coincidir con el arte más alternativo que estaba generándose en la ciudad, del cual ella era parte. Me saludó con entusiasmo, muy dispuesta a que entabláramos nuestro diálogo.
—Mi nombre artÃstico es Helen Ceballos —me dijo, y recordé cuando mencionó la noche antes que ese habÃa sido una de sus identidades falsas en el proceso migratorio, siendo aún una niña— soy artista transdisciplinaria, trabajo mayormente con videos, instalaciones, fotografÃas… Lo que se presentó ayer en la Asociación Hermanos SaÃz en el marco de este Festival del Caribe, no fue una pieza performativa, sino más bien una conferencia magistral, con un desmontaje del trabajo Rito de Paso. Pero lo que me trae este año a Santiago es una Residencia ArtÃstica que se llama El cruce; nació a partir de un proyecto que dirijo en Puerto Rico, llamado Plataforma Eje, pertenece a una de sus tantas gavetas de gestorÃa, porque Plataforma Eje es ya una Organización. Para esta primera edición de la Residencia ArtÃstica en Cuba, decidimos invitar a cuatro artistas santiagueros y cuatro de distintas regiones del Caribe como República Dominicana, Puerto Rico, Martinica y también Estados Unidos, para que entren en comunión con los artistas locales. El objetivo es que haya un compartir de saberes, para eso se están realizando talleres, conversatorios, encuentros más que nada. También en algunos momentos se hace muestra de obras.
La AHS me invitó a hacer una pieza performativa en su programa Almas Nuevas, yo, como tengo tantas cosas encima ahora mismo a raÃz de la Residencia, decidà no mostrar una obra como tal, sino más bien usar el espacio para hablar un poco de mi trabajo, del proyecto El cruce y de esa manera darle promoción a lo que estamos haciendo en este marco que creÃmos el más idóneo para la idea desde un principio. El año pasado sà mostré pieza en el Festival. Estuve en el Teatro Cabildo, y bueno, fue hermoso, tuvo muy buena crÃtica significando una experiencia poderosa. Sin embargo, en esta ocasión no tengo la necesidad de hacer teatro de urgencia, tengo más ganas de tener contacto con la gente, de profundizar, de no apurarme por mostrar, sobre todo cuando estamos enfocados en un programa pedagógico tan importante como es la Residencia ArtÃstica. Es darle un poco más de importancia al proceso que al resultado final. Ciertamente, yo traje mis vestuarios, los audios y los videos y todos los elementos de las piezas, y podrÃa hacer un performance incluso hoy mismo, pero estoy decidiendo, con toda intención, no hacerlo esta vez porque me parece importante honrar mejor el trabajo que se está intencionando desde El cruce.
Particularmente, mi práctica se basa en un tipo de teatro e intervenciones performáticas que tienen que ver con los rituales. Se conoce dentro del género, si le tuviésemos que poner una sombrilla al trabajo, como piezas site specific, lo que quiere decir que para yo poder montar una obra tengo que estar varios dÃas sintiendo el espacio, viendo cómo se ve, intercambiando con él, y donde más he estado es aquÃ, en este sitio maravilloso que le nombramos de cariño La metatranca, sede de la Residencia ArtÃstica El cruce. Un lugar de pensamiento, de encuentro artÃstico, asà que, todas mis creaciones donde podÃan tener mejor cabida es aquÃ. Ahora mismo se está proyectando un video de mi autorÃa y en la parte exterior de la casa hice una instalación, todos son procesos que no tienen ninguna intención de llamarse obras terminadas. Estoy en un espacio de formación, a diferencia del año pasado que sà estuve como una artista invitada para exponer. Siento que subestimamos mucho estos procesos de trabajo. Para mà es más tentador verlo nacer de la nada que ya creado sacando todo de la maleta para montar una obra y ya, como si fuera magia. Es igual de valioso presenciar al artista formándose, haciéndose preguntas, cuestionándose si su trabajo está terminado o no: ¿cómo ustedes lo hacen acá? ¿Cómo se consiguen financiamiento, o no lo consiguen?, o sea, ¿cómo es tu guerrilla? Y que yo te puedo contar cómo es mi guerrilla del otro lado del charco, pero a mà me interesa saber cómo es la de acá. Cuando digo guerrilla lo digo de manera coloquial, no refiriéndome a cuestiones polÃticas, sino más bien a la guerra interna que vivimos los artistas en situaciones precarizadas, y El cruce es eso, un cruce entre artistas.
Me autodenomino como una artista transdisciplinaria en vez de multidisciplinaria como muchos de mis colegas, porque con lo que hago, intento, que como práctica habitual atraviese las fronteras de lo uno o lo otro. Hago converger el videoarte, la fotografÃa, las instalaciones, la escritura, el teatro y lo performativo, pero no hay una barrera. También hago piezas sonoras con otros artistas que son músicos; si hay un videoartista que quiere sumar su video a mi trabajo y a mà me resuena y hay un diálogo pues, lo hacemos, igual instalaciones de conjunto. A mà me encanta teñirme del trabajo que hace la otra gente, asà que ya ni me peleo con eso de si soy actriz, o soy teatrera, performera, yo soy artista, y bebo de todas las disciplinas que me pasen por delante. También tengo un trabajo con mi cuerpo y no me considero bailarina, pero me muevo, y me muevo con toda la información que mi cuerpo lleva, como una mujer afrodescendiente, queer, gorda, caribeña, con toda mi ascendencia que habla de otras mujeres como yo, eso también es una danza. Cada vez que mi cuerpo está en el escenario no solo yo estoy ahÃ, se paran conmigo todas mis ancestras y todas las personas que viven realidades similares a la mÃa en términos de fisionomÃa y de vida. Pero, si ahora me preguntasen que si también soy bailarina, pues sÃ, lo soy, porque bailo salsa y reguetón, aunque no tenga una técnica especializada de ballet ni danza contemporánea, pero siento que mis movimientos también informan y transmiten, componen a nivel creativo, entonces a mà me interesa más un arte al que se le caigan las etiquetas, respetando por supuesto a todos los profesionales de cada rama, a toda esa gente que tiene años en lo suyo y técnicas y desarrolla pulsión especÃfica en un área. Pero yo, sin dudas, soy una artista transdisciplinaria, mi trabajo y mi hacer bebe de muchas fuentes, y cada vez que yo me acerco a una, pónganle la firma que la estudié antes de pararme en un escenario, me tomo tiempo en conocer al respecto primero y estudiarla. Si yo en esta ocasión, porque me pinta, me dan ganas de escribir poesÃa, pónganle la firma que antes de pararme a hacerlo estuve al menos un año escribiendo hasta pulir eso, solidificarlo para poder atreverme a mostrarlo. Quizás también por eso en esta ocasión decidà no mostrar obra, porque me siento más llamada a pensar en la práctica y los procesos, y porque llega un momento en el que uno no quiere hacer por hacer, ni por llenar un hueco ni cubrir un programa. Hay momentos en el que uno necesita encontrarse con su trabajo; y bueno, parte de la práctica también me ha llevado a entender que ya casi yo no hago para el público, ni para que el otro me vea y se pare y aplauda como una foca, no, yo hago para mÃ. Porque yo necesito hacer este trabajo, y si yo no estoy contenta pues no lo voy a hacer.
Rito de paso es una pieza en la que estoy trabajando. Se entiende como rito de paso a ese proceso espiritual que viven las personas que están próximas a cometer un suicidio. En ese tiempo hay un momento donde la persona se desasocia de sà y se le olvida quién es, pasa de ser un neurótico a ser un psicótico. El neurótico da cuenta de sà y del otro, el psicótico en ese momento no da cuenta del otro, por eso es capaz de hacer cosas que luego no están en un nivel de conciencia que dé cuenta a la existencia de los demás, incluso no da cuenta de sÃ, por tanto, es capaz de hacerse daño a sà mismo, eso se conoce como rito de paso, es como ese umbral que te lleva a otro estado de conciencia.
Rito de paso para mà es una pieza muy importante, que dicho sea de paso su tema central ni siquiera es el suicidio, es una metáfora más bien que yo uso para hablar del trabajo sexual en el Caribe y lo que viven las mujeres que tienen que literalmente hacer sus ritos de paso para poder ir desde sus niveles de conciencia y poder ejercer el trabajo sexual como una manera de supervivencia. Es como si pasara a otro nivel de conciencia que te empodera para hacer otras cosas. Este trabajo tiene tres años de investigación, estuve en Martinica haciendo entrevistas a mujeres que han sido trabajadoras sexuales, también en República Dominicana. Es un trabajo que se ha ido montando de a poco, y asà seguirá, yo no tengo apuro. La he ido mostrando por fragmentos, como procesos de trabajo, y cuando no puedo hacerla al menos puedo hablar de ella y en cualquier contexto, tanto hablando como mostrando los gestos performativos que la componen, la obra también crece, no todo es producto, hay algo que tiene que ver con el proceso que también es bien rico. Â
La escuchaba y resonaban en mà las imágenes del dÃa anterior, cuando desmontaba el trabajo Rito de paso en la AHS, iba complementándola mientras hablaba. Aquella frase: “hasta las luces, mi niña, no mires atrás, nada hasta las lucesâ€, dicha por su madre cuando estaban llegando a las costas de Puerto Rico desde República Dominicana, me hizo ver el inicio de todo. De golpe supe que sin dudas ese serÃa el tÃtulo de este texto. Tal vez no esté ni remotamente cerca de la verdad, pero, como de este lado, quienes apreciamos el arte tenemos el derecho absoluto para interpretar, asumo la licencia de que ahà comenzaba a armarse la artista conceptual que es hoy Helen Ceballos, o como desee nombrarse esta mujer inmensa, que encontrará siempre la luz en sus disÃmiles formas de sentir y hacer.