Premio Cuerda Viva
No hay Annalie sin guitarra, cuerdas o acordes
Pienso en Annalie López y digo Azucena. Hasta tal punto es sonoro su verso en mi cabeza, hasta tal punto se ha prendido en mÃ. La conocà en su tierra natal, Guantánamo. Escuchar su voz y ver la maravilla son actos que se desprenden el uno del otro. Hoy entrevisto a esta muchacha que piensa en la música y en la poesÃa como un acto de lo cotidiano, de ese cotidiano de donde extrae sus ideas, de esa guerra del cotidiano donde el trovador es el soldado más fiel.
¿Cómo nace en ti la inclinación hacia el mundo de la palabra y de la música?
Nace gracias a mi padre y a mi madre. Desde muy pequeña, ellos llenaban la casa de música y de sus melodÃas, ambos además cantan muy bien. Fue como una inyección de vida a mi torrente creativo desde temprano. Incluso llegué a la guitarra porque mi padre me dio la primera. Claro que no era solo mÃa en ese momento, la compartÃa con mi hermano. Siempre tuve esa influencia artÃstica a mi alrededor.
Tu tierra natal, Guantánamo, ¿define quién eres, define tu música?
Mi tierra me define en muchos aspectos, pero no del todo. La música que hago también tiene influencia de otras partes del paÃs. Y de lo foráneo, además.
¿Está el músico siempre, lo quiera o no, atado a su terruño, a su geografÃa? ¿Se puede hablar en la música de una geografÃa que es más espiritual que fÃsica?
Creo en el dicho de que para saber adónde se quiere llegar, se debe antes saber de dónde se viene. Esto último nunca lo voy a olvidar. Como artista defiendo mi identidad. La música es un lenguaje muy amplio y expresivo. Para mÃ, es el lenguaje más comunicativo en cualquier geografÃa, porque escapa de lÃmites territoriales. En mi caso, la música surge como una necesidad: no me cuestiono lÃmites geográficos ni otros. Respeto a quien haga música para una geografÃa.
¿Cómo definirÃas a un trovador?
Un trovador es un poeta, un soldado más de la poesÃa. Sobre todo, un soñador.
¿Dónde encuentras el material para escribir tus canciones?
En la propia vida. En la cola del pan, en los cuentos de mi abuela o en los ojos de mi perro Jam…
A tu entender, ¿cuáles son los principales problemas a los que se enfrenta la juventud artÃstica cubana en estos tiempos?
La mayorÃa de los artistas jóvenes de Cuba carecen de materiales para poder mostrar su obra. Y estoy segura de que los mayores ejemplos son los que suceden en las provincias.
Tras el paso de la pandemia, ¿sientes que tu obra ha sufrido cambios o que tu pensamiento creativo se ha condicionado de otra manera?
Mi obra ha cobrado fuerza. El confinamiento ha logrado que tenga más acercamiento conmigo misma y, por ende, un mayor acercamiento con lo que hago. La situación actual me ha condicionado a tener un contacto más próximo con el mundo de las redes sociales, por ejemplo, lo cual me ha servido de publicidad.
¿Hasta qué punto la poesÃa dicta tu discurso, y de qué manera lo integras luego en tus composiciones?
Veo poesÃa en todo lo que observo. Es un acto inherente a mÃ. Y lo aprovecho traduciéndolo en música hasta donde sé, hasta donde puedo. La creatividad es un modo de vida. Las ideas están ahÃ, en todas partes. Y donde menos lo esperas.
Has sido nominada a no pocos premios, entre ellos los Lucas y Cuerda Viva: ¿cuál es la función de los premios en la vida de un artista?
Mi compromiso con la música es un hecho, y estas nominaciones son estÃmulos válidos para afianzar este compromiso. Además, agradezco ser parte de los artistas reconocidos en espacios que honran a los talentos de esta geografÃa. Llevo al público lo mejor de mÃ, canto al amor porque el amor está en todas partes.
Estoy segura: el buen arte conquista. Y puede salvarnos incluso de nosotros mismos.
Más allá de la guitarra y de la música, ¿quién es Annalie?
No hay Annalie sin guitarra, cuerdas o acordes.