poesía cubana


Mayda Pérez Gallego: a cinco años de tu partida

Por estos días, que no son los mejores de mi vida pero tampoco los peores, ando entrando y saliendo, cual salticos de niña entre los charcos luego de la lluvia, de Entre el grito y la página en blanco, poemario que me regocija en descubrimiento, en el deslumbramiento por su autora: la poeta holguinera Mayda Pérez Gallego, nacida en Holguín el 11 de agosto de 1948, justo un día después que mi pequeña Daniela, si las acerco en el tiempo.

Sus amigos la llamaban MPG. Y yo no soy, como Luis Caissés, prologuista de este libro de bolsillo, de la generación que la visitaba en el balconcito de su cuarto para disfrutar del iniciador, para aquellos ya lejanos años 90, ritual del té, que era su “acto de fe aglutinador de los amigos”.[1] Pero, como la poesía une a los hombres de buen corazón, yo llegué a sus versos a los 35 años, cuando la magia de la vida me hizo conocerlos en la justa sabiduría de esos ya un poco lejanos días. Físicamente la conocía y llevaba un tiempo tras la pista de su lírica, pero el azar concurrente quiso que nos encontráramos una noche de Dios en el Centro Hanssen y ella descubriera que no soy ni tan bajita, ni tan blanca, ni tan gordita, jajaja. Mientras yo descubría, tan solo con abrir el libro, que teníamos muchas cosas en común. Porque como tú, Mayda, casi abandono la carrera de Letras en la Universidad de Oriente, en cuarto año, cuando me tocó, en el 2006, darle el último adiós a mi padre, y tenía una pareja que se estaba marchando de Cuba hacia España a cumplir sus sueños, y casi me le uno en el intento. A Mayda Pérez Gallego le tocó salir de Cuba, pero regresó. A mí, la vida me ha estado trazando otros puentes hacia el mundo, en el 2011, 2017 y todavía en el 2022 regresan los aires, no tan frescos, para incitarme una vez más al salto, a trasplantar mi raíz de cubana rellolla. Pero no Mayda, mi tronco es vigoroso como el tuyo y está plantado, a porfía del destino, en su natal Holguín, en la misma casa que me acunó al nacer.

“Fragilidad” es el poema de tu libro que dedico a ese amigo que estuvo de paso por otras tierras y donde dices:

Como último deseo

pediría tu mano cerca de mi almohada

            la suavidad de tu aliento

           tu fragilidad desnuda.

Como último deseo pediría velar

otra vez         tu sueño.[2]

Entre el grito y la página en blanco fue Premio de la Ciudad en 1996, y ya en el noventa Ediciones Holguín le había publicado Territorio de sueños. Entre el grito y la página en blanco se publicó en Bilbao en el 2002, en el número 5 de la Colección Poesía Indefensa, que no buscaba “las firmas cotizadas y ostentosas, sino las voces (por humildes, diminutas o recónditas que sean) que (…)”[3] conmuevan “hasta hacerse imprescindibles”.[4]Y en él Mayda reconocía: “trato de ganar la vida haciendo guiones para la radio y la televisión”.[5]

Desde el primer poema: “Errata”, hace cómplice suyo al lector, pues le dice:

Este libro amor mío

es para ti.

Pero como es de mí para ti

tiene efectos especiales

(y he ahí su primera errata

pues donde dice efectos debes leer más bien

afectos).

La dedicatoria queda al final

(como esperando).

Esperando que cruces

entre el grito y la página en blanco

entre el autor y esta mujer que mira el título

piensa

y apenas osa escribir:

este libro       amor mío       es para ti.[6]

En esta ciudad falta ya tu presencia, Mayda, desde tu inesperada partida en el verano de 2019. Pero tu poesía nos sigue uniendo en apretado corazón. Y es que en “lo íntimo, está la lágrima. En lo confesional, tu reclamo al universo”.[7]Sin mucha esperanza me entregaste todos tus libros publicados –Territorio de sueños (1990), Entre el grito y la página en blanco (1999, Premio de la Ciudad 1996) y Golpes de lluvia (2007), todos editados por Ediciones Holguín- para que con mi alegre impulso de fe los digitalizara y entregara a manos amigas, las mismas que defendieron e hicieron posible su publicación en el poemario Mis rejas y mis rosales (Ediciones La Luz, 2019). Pero no pudiste verlo terminado, aunque estuviste al tanto de su proceso editorial hasta último momento.

Mayda y yo, juntas.

En su prólogo, tu entrañable amigo, el poeta Ghabriel Pérez, nos dice: “A pesar de su poesía extraordinaria, Cuba prácticamente no la conoce. (…) Cualquiera diría que esta singular voz —alejada de antologías, de modesto perfil mediático—, quedó fuera de toda generación, movimiento cultural, corriente poética de su tiempo. Pues la que en 1981 obtuvo el Premio Poesía de Amor Varadero y una mención en el David de 1985, ha sido, sobre todas las cosas, amiga del silencio”.[8]

Ay Mayda, a mí me quedaron tantas horas de conversación, tantos cafés que degustar juntas en algún sitio de la ciudad. Pero tus amigos te sienten y te sentirán siempre presente. Tus versos vibran en nuestras madrugadas de poesías lejanas. Tu blanca cabellera nos ronda y acompañan tus manos que tomé aquella tarde en que sin saberlo nos despedíamos. El amor está en toda tu obra, el amor y la soledad, el dolor por lo perdido y tantas veces acariciado y temido, como “Sombras”:

¿Serás ya solo eso:

un final      un comienzo

una lluvia inacabable?

Afuera        ese lento caer.

Adentro

Este dolor que escampará también

cuando busque          una vez más

la risa        la voz

el cuerpo que nunca serás tú

pero que jamás se te pareció tanto.

¿Serás ya solo eso:

otra sombra que tampoco?[9]

En la radio navega tu voz. Te escuchamos decir. Te vimos en la pantalla local en aquellos tantísimos guiones que escribías, como dijiste, para sobrevivir. Tu verso breve y conciso tiene un hálito de pasiones remotas y amores que se quedaron sin florecer. En tus páginas que no están en blanco volví a recorrer las amadas calles santiagueras y las de nuestra ciudad. Sacabas la matica al balcón y la veremos siempre ahí, en estos tiempos tan difíciles.

Gracias amiga por tu mano tibia y tu abrazo maternal. Gracias por permanecer hecha versos… A la que volveré siempre como en una eterna conversación entre las mujeres que somos, de distantes generaciones, pero con tantas deslumbradas coincidencias.

Notas:

[1]Luis Caissés: “Amistad, calidez y silencio”. Prólogo a Entre el grito y la página en blanco. Colección Poesía indefensa, Número 5, Eguzki Argitaldaria, Bilbao, 2002, p. 3.

[2]Mayda Pérez Gallego: Entre el grito…, p. 29.

[3]Ibid., (contracubierta).

[4]Ibid.

[5]Ibid., (sobrecubierta).

[6] Ibid., p. 9.

[7] Ghabriel Pérez:“Una mujer cronopio como los sellos”, apud. Mayda Pérez Gallego:Mis rejas y mis rosales. Ediciones La Luz, Holguín, Cuba, p. 5.

[8]Ibid., p. 11.

[9]Pérez Gallego: Mis rejas y mis rosales, p. 91.


Poemas que testifican el clamor de las piedras (+Videos)

“Este mosaico no pretende ser una antología ni un panorama, sino un sondeo desvelado sobre poemas cubanos contemporáneos que presentan, de forma más o menos evidente en el propio texto, los numerosos temas íntimos, familiares, sociales y culturales relacionados con la experiencia vivida por la comunidad y los individuos LGBT+ tanto en Cuba como en el resto del mundo”, aseguran Jesús G. Barquet y Virgilio López Lemus, compiladores de Las piedras clamarán. Poesía cubana contemporánea de temas LGBT+, publicada por Ediciones La Luzsello de la Asociación Hermanos Saíz en Holguín.

El libro —perteneciente a la colección Capella de La Luz, con edición de Luis Yuseff, diseño de Robert Ráez y Armando Ochoa, y cubierta e ilustraciones interiores de Zaida del Río— se promociona en estos meses por las diferentes redes sociales de la casa editorial, principalmente mediante lecturas de poesía enviadas por los autores antologados en formato audiovisual.

“De ninguna forma es esta una colección de autores con tales orientaciones o condiciones personales: es una colección de textos cuyos sujetos líricos se abren a la expresión palmaria de dichos temas, los cuales incluyen tanto lo erótico-afectivo como otros aspectos generales de la vida y la sociedad humanas. (…) Con esta compilación no pretendemos reducir, compartimentar o etiquetar la poesía de los autores incluidos —ni la poesía en sí misma—, sino recoger con énfasis prioritario lo que de sus respectivas y diversísimas obras cumple con los objetivos de esta muestra”, leemos en el prólogo.

Las piedras clamarán reúne poemas enfocados en el “tratamiento de las identidades no solo homosexuales y bisexuales masculinas y femeninas, sino también de género, transgénero e intergénero”, así como “textos que registran formas transgresivas de homosocialidad”, añaden. Además de ser el primer libro de poesía cubana de este tipo, resulta continuación y complemento —a través de numerosas variaciones y adiciones, especialmente de una buena cantidad de autores residentes en la Isla— de la publicada bajo el título Todo parecía (2015), en Las Cruces, Nuevo México, Estados Unidos, por Ediciones La Mirada, también bajo el cuidado de Jesús G. Barquet y López Lemus.

“No nos interesa definir la orientación sexual de los autores, en su mayoría provenientes de diferentes promociones y tendencias estéticas desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días. Nos interesa observar directamente en los poemas aquí agrupados cómo el sujeto deseante LGBT+, celebrado o denostado desde la más remota antigüedad, se revela textualmente con menos aprensiones —e incluso contra estas— en una nueva etapa de la comprensión del ejercicio pleno de la personalidad”, se lee en el prólogo de volúmen poético.

Con antecedentes —algunos directos y otros de forma “sospechosa”— que se remontan a textos de Mercedes Matamoros, Regino Boti, José Manuel Poveda, Emilio Ballagas, José Lezama Lima, Virgilio Piñera, José Mario, Reinaldo Arenas, Antón Arrufat, Severo Sarduy y César López, los temas LGBT+ comienzan a ser tratados en la década de 1980 con mayor frecuencia y explicitud, tanto dentro como fuera de Cuba, mientras que en el consiguiente decenio se convierten en algo sistemático no solo en nuestras letras.

El libro inicia con el especial homenaje (“In memoriam”) a Alberto Acosta-Pérez (1955-2012), uno de los precursores de la nueva mirada lírica homoafectiva en Cuba, y a Alina Galliano (1950-2017), quien desde Nueva York participó en Todo parecía. Durante el proceso de impresión del libro falleció la poeta Lilliam Moro, quien vivía en Estados Unidos.

Le siguen, en orden cronológico, reconocidos autores de nuestras letras residentes en Cuba y fuera del país, así como jóvenes bardos, entre ellos: Miguel Barnet, Antón Arrufat, Delfín Prats, Lina de Feria, Gerardo Fulleda León, Abilio Estévez, Odette Alonso, Norge Espinosa, Achy Obejas, Alfredo Zaldívar, Anna Lidia Vega Serova, Lourdes González, Luis Manuel Pérez Boitel, Pedro de Jesús, Reinaldo García Ramos, David López Ximeno, Nelson Simón, Frank Padrón, Mae Roque, Ghabriel Pérez, Luis Yuseff, Abel González Melo, Elaine Vilar, Legna Rodríguez, Milho Montenegro y Yunier Riquenes.

Estos poemas —subrayan en el prólogo los antologadores— permitirán al lector “descubrir entre ellos un metaforismo peculiar, redes compartidas de confraternidad y autorreafimación con figuras icónicas internacionales (Safo, Tennessee Williams, Anne Sexton, Oscar Wilde, Virginia Woolf, Pier Paolo Pasolini, Yukio Mishima, Jean Cocteau, Miguel Ángel) y cubanas (Ballagas, Piñera, Arenas, Sarduy), así como recurrentes motivos y vivencias afines a estas orientaciones sexuales y manifestaciones de género”.

Ya circulan en las redes sociales —alojados en el canal de Youtube de Ediciones La Luz— videos con varios de los autores incluidos en Las piedras clamarán, entre ellos Norge Espinosa y su icónico “Vestido de novia”, Yoandra Santana, Norge Luis Labrada, Arlen Regueiro, Gleyvis Coro, Frank Padrón y Alfredo Zaldívar. Estos se mantendrán los próximos meses como parte de la campaña de promoción de la lectura “Leer nos acerca, leer sana”, que desde las plataformas digitales acerca al público lector, principalmente a los jóvenes y adolescentes, a una parte del catálogo del sello.

Las piedras clamarán. Poesía cubana contemporánea de temas LGBT+, libro hermoso en su hechura y en su cuidado editorial, resulta además de una selección necesaria, como subrayan Barquet y López Lemus, un “documento de atención y reflexión sobre estos diversos grupos minoritarios cuya visibilidad ya no penalizada y su expresión honesta dentro de la sociedad forman parte también del diverso desarrollo de la humanidad”.

 

*Publicado originalmente en La Jiribilla


Capítulo # 5: Movimiento de un pez bajo tierra

¿Puede un pez vivir bajo tierra?

¿Puede el poeta ser ese pez?

¿Puede un pez-poeta escapar a la pecera de la existencia?

¿Resilencia (o)?

Carlos Gil Calderón (Santiago de Cuba, 1992) es un pez-poeta. Graduado de la Escuela Profesional de Arte José Joaquín Tejada de su ciudad natal, ha explorado distintos modos de hacer desde la creación artística. Cuando lo conocí hacía grafitis y trabajaba con niños, luego al integrar el proyecto Fractura, lo vi hacer performance, intervenciones públicas, video arte, tatuajes.

Fue mediante una de las acciones de Fractura cuando lo descubrí poeta. Era un performance en la AHS que mezclaba múltiples discursos: la danza, la creación cinematográfica, un DJ y el poema dicho desde él como actuante. En esa ocasión Gil era la figura escénica con palabras/con imágenes poéticas que podían existir más allá de la acción escénica.  

Meses después de lo visto, Carlos Gil se alza con premio en poesía “Juegos Florales Santiago de Cuba 2018”. El cuaderno ganador contenía algunos textos que escuché desde el escenario una vez por su autor. Esa condición (performática/escénica) me motiva a descubrir su investigación poética, desde una postura impresionista.

Hoy tengo en mis manos el libro Movimiento de un pez bajo tierra, y puedo percibir mediante su lectura, que lo experimentado por mí la noche de aquel performance (cuyo carácter efímero es indiscutible), sigue vivo en sus versos. La publicación hecha por Ediciones Santiago, con diseño de cubierta de Gabriel Cascante y edición de Oscar Cruz, corrobora dicha impresión.

Cubierta del libro Movimiento de un pez bajo tierra

¿Es Carlos Gil Calderón un poeta?

Carlos es más que un poeta, es un artista. Posee la mano para convertir lo que toca en arte y en resistencia. Sabe que sus palabras no pactarán con la norma pero igual las usa y la dota de elementos significativos.

Posee un lenguaje indisciplinado/cortante/sonoro.

Su lenguaje posee la belleza/la intransigencia/la contundencia de un performance.

Carlos es un pez-poeta que se mueve bajo tierra, underground, lejos de la vista circunstancial donde la tierra se hace camino.

El libro se divide en dos partes. La primera mantiene la conexión directa con el título del libro y aborda la definición del yo. Investiga sobre el lenguaje como acción/escena/espacio. Su cuerpo tiene un sentido real y ese sentido genera su mayor conflicto: el movimiento.

¿Es su poesía un tratado sobre el movimiento?  

Sí, pero tendríamos que entender el movimiento no solo como acción corporal, sino también como postura política.

Yo afilo mi lengua

la enrosco

la preparo para perforar a hombres con prisa

que roen roen

que mastican globos

que se pisan que se besan que se tragan

que escupen geométricamente

fotograma Comunicacion Bi-Dimensional

La existencia para él depende del movimiento. Necesita mover el discurso/la idea/el cuerpo/la pose. Dentro de ese mover yace un elemento vital: el espacio/la tierra donde habita el pez-poeta.

El pájaro migratorio en línea recta

avanza despacio

despacio 

fotograma Comunicacion Bi-Dimensional

Algunos sucesos condicionan la superficie poética. Las palabras aparecen para dibujar su imagen frente al lector: contemplación/pisar/estado catatónico/de espalda a la pared/discurso/diálogo/contradicción. En estas palabras purgan las imágenes y las selecciona para presentárnoslas como circunstancias perfectamente comprobables.

Otros elementos que habitan en el discurso textual como notas definitorias, son los que hablan del tiempo, el auto reconocimiento, el cuerpo discursivo, la comunicación extra verbal, el sonido, la abuela, el hermano, la calle.

Mi hermano: e’to tá malo

sal pa’ la calle a comer hombre

Hay otros dos componentes válidos de resaltar en esta parte del cuaderno: el poema sonoro como acción performática y escénica y el espejo respondiendo al yo poeta.

Yo en yo

el yo en otro yo

yo espejo       sujeto al sujeto

objeto

sujeto

el yo espejo es sujeto

Carlos Gil y Fractura en la AHS de Bayamo

La segunda parte del libro se titula Resilencia (o). Son poemas que responden a una misma intención estilística y temática.

objeto en metamorfosis

crecimiento a intervalos           desplazamiento a intervalos

intervalos (  interior  )

resonancia

pez de tierra a discreción

la pupila es un espejo que dilata

la realidad no es la realidad

La coherencia es un agregado adicional del poemario. El poeta sabe que posee un discurso que debe sostener hasta la última página y lo hace/lo asume/invita al combate.

La meditación es una acción necesaria en la carrera para definir el texto poético por Carlos Gil. Primero la insinúa, luego la declara, y llegado su momento no puede existir (la figura de autor dentro del poema), sin que sea observado como un ser que medita.

Todos somos una parte del otro

sacos abultados para el traslado

puertas

una hoja a intervalos buscando la tierra

Performance Refugio

Construir al hombre con palabras parece un resultado espontáneo del texto y de la investigación en el leguaje. Aunque se debe tener en cuenta la condición escénica implícita que Movimiento de un pez bajo tierra posee.

Tará tará taralá

Taralaimportuntarará

tará taraimportun

importun tarará

Su tratado comunicativo trasgrede la pasividad del lector convencional y lo cuestiona.

fotograma Comunicacion Bi-Dimensional

¿Hay poesía en el sonido?

¿Cómo relaciono el discurso y la imagen del sonido?

¿Tiene imagen el sonido?

¿Qué es el sonido en la poesía de Carlos Gil Calderón?

Todas estas interrogantes tienen respuesta en la lectura del libro. El cual abre un escenario ya transitado por la poesía cubana. Pudiéramos afirmar que estamos en presencia de un libro experimental, cuya exploración formal es mesurada y sin contratiempos expresivos.

En la segunda parte, los poemas son sostenidos por temas comunes al hombre. Su perplejidad es un dispositivo intuitivo. El cuaderno se abastece del ritmo y la sonoridad donde nace un solo camino entre lo escénicamente poético y lo literario.

Sus dogmas creativos son los de un poeta de pura sangre. Un pez bajo tierra que migra (sin miedo) de un lenguaje artístico a otro.

nacer dios y morir hombre

Frente al lector un pez-poeta se descubre y se mueve, y con él la tierra. Sin dudas hay en estas páginas una vitalidad sincera e irreprochable para los amantes de la literatura.

¿Este es un libro perdurable en la literatura cubana?

No lo sé.

¿Carlos Gil Calderón será un gran poeta?

No lo sé.

Lo cierto es, que muy pocos escritores abogan por una arriesgada investigación formal y conceptual en la literatura cubana. En ese espacio, Carlos Gil pudiera encontrar(se), y transitar como lo que es, un poeta.


Ciego de Ávila en primavera de poesía

Noches cargadas de poesía, acordes de buena trova y el intercambio de experiencias entre jóvenes miembros de la Asociación Hermanos Saíz durante los Juegos Florales, fue el saldo positivo que nos dejó este evento habitual en las carteleras culturales de Ciego de Ávila, el cual devino motivo para que la literatura fuera una experiencia estética compartida.

A las alegrías se sumaron las celebraciones por los 25 años de este certamen que, contra todo pronóstico, ha sabido mantenerse y ensancharse hasta ser imprescindible en nuestro panorama cultural.   

De año en año se conforma el cronograma de actividades y llegan hasta aquí invitados ilustres para discursar a plenitud sobre la poesía, el autor y su obra. En esta oportunidad no hubo excepciones.

Nelson Simón, Teresa Melo, Luis Yuseff, Onel Pérez y Yanaris Valdivia llegaron no solo para compartir sus experiencias con el auditorio y comentar sus proyectos personales, sino para poner el lente sobre las múltiples disquisiciones teóricas y retos que rodean hoy a la literatura hecha por jóvenes en el país.

La mesa de opinión “La joven poesía cubana y su relación con las editoriales” generó criterios encontrados relacionados con la responsabilidad del escritor, la figura del editor, y el papel y funcionalidad de las editoriales en el país en un momento en que la racionalidad económica y el aprovechamiento de los espacios debe ser ley.

 

 

Tomada de Internet/ : Lioneski Buquet y Luis Norge resultaron los premiados en el concurso literarioTomada de Internet/ Lioneski Buquet y Luis Norge resultaron los premiados en el concurso literario

Tampoco faltaron las presentaciones de libros, las lecturas de poesía como plato fuerte, el recibimiento de nuevos miembros a las filas de la AHS, y la buena trova de Roly Berrío y Nelson Valdés, quienes matizaron el inicio y la clausura del evento, respectivamente.

El catálogo de Ediciones La Luz, editorial de la Asociación enclavada en la ciudad de Holguín y que ha conquistado un espacio relevante en la industria del libro por el logro de materiales estéticamente exquisitos y por priorizar la publicación de noveles escritores, fue exhibido por Luis Yuseff mientras comentaba sus experiencias con la gestión de este sello.

Si bien las limitaciones tecnológicas de nuestro Sistema de Ediciones Territoriales impiden el logro de textos de alta factura, quedó claro que Ciego de Ávila puede hacer mucho más para promover al autor y su obra, sobre todo, cuando la red de redes acorta distancia y ofrece múltiples plataformas y herramientas. Fenómenos como los ciberbooks, la lectura digital, y el marketing on-line ya no son ajenos.

La última noche floral culminó con la entrega del Premio Poesía de Primavera al avileño Lioneski Buquet por Testamento de sombras, y una mención a Luis Norge Labrada por CruCero, de la provincia de Holguín.

Cuaderno de poesía CruCero. De Norge Luis KaRluisObtiene mención en: Los Juegos Florales.Poesía de primavera. AHS.Ciego de Ávila.

Publicada por Norge Luis KaRluis en Jueves, 30 de mayo de 2019

Las deliberaciones corrieron a cargo de Nelson Simón, Teresa Melo y Heriberto Machado, quienes coincidieron en destacar el buen acabado de ambos textos y lo atractivo de los temas desarrollados desde estilos prometedores.

Sin embargo, aun preocupa que certámenes como los Juegos Florales sigan interesando solo a los miembros de la Asociación Hermanos Saíz y a un puñado de escritores inquietos y habituales en cada actividad de la cartelera cultural de la provincia. La pluralidad de voces que debieran generar encuentros como estos hoy no se hace sentir.

¿Falta de convocatoria o persiste el desinterés del público? En cualquier caso ninguna de las dos opciones es buena y uno regresa a casa con las ganas de haber visto los puestos colmados por los jóvenes, a veces adolescentes, que se escurren en los talleres literarios de la provincia; o de los asesores literarios y especialistas que en las diferentes instituciones tienen sobre sus hombros la tarea de impulsar la literatura.

En esta oportunidad vale aplaudir que se visitaron centros educacionales y se logró en algunas de las actividades traer espectadores dirigidos hasta la Casa del Joven Creador.

La sección de Literatura, quizás una de las más activas en el terruño, ha expandido su diapasón en los últimos años y ha incorporado nuevos miembros a sus filas con la común apuesta de hacer de las letras un jolgorio, exponente de nuestras mejores prácticas. Certámenes como este deben y merecen su espacio.


La poesía como ruptura de los paradigmas

La cantidad rosada es el título de su cuaderno unigénito. Libro portador de textos que dialogan con lo experimental, desde zonas donde se enuncian —con tino— fragmentación, reiteración y (auto)referencia. El cuerpo deviene estrado, incentivo en pos de la búsqueda y la afirmación. Lo sexual carece de lindes y vanos estereotipos que anclan/oprimen/mutilan la identidad —entiéndase autopercepción del Yo erógeno y también existencial— aunque lo cardinal acá no es la mera exteriorización, sino el impulso de representar/definir ante sí mismo y la sociedad. [+]


Palabras compartidas por Eduard Encina

Hace varios años Eduard Encina leyó los versos de “Remanganaguas” en la sede de la UNEAC holguinera. Esa mañana leyó también otros textos inéditos, pero “Remanganaguas”, nombre de un lugar mítico en parte del imaginario popular de la región oriental, asociado a la muerte y los entierros de José Martí, es uno de esos “poemas–disparos” que se quedan impregnados en la cabeza por un buen tiempo dando volteretas indóciles y agresivas: Está turbio el Contramaestre/ Mayo viene arrastrando estatuas que sacaron el pie de la piedra/ en otra margen los niños ven pasar pedazos de héroes/ lanzan flores…

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Atento a Daniel Zayas Aguilera

Tomado de Cuba literaria

Cumple Daniel Zayas Aguilera (Isla de la Juventud, 1987) aspectos propios del ritmo de presentación de la promoción poética de la que forma parte: ganar premios literarios, publicar el resultado de esos lauros, avanzar en un tono conversacional que tiene rasgos narrativos, sin dejar a un lado el lirismo esencial, y buscar temas casi siempre sensoriales (vista, oído…) para expresar el entorno y las circunstancias, la praxis vital. También muestra en sus poemas diferentes el agotamiento de los senderos barrocos, altamente tropológicos, inevitablemente oscuros y hasta herméticos de la poesía cubana de las décadas finales del siglo XX, porque Zayas es un poeta de expresión directa, precisa, atinado en el ahorro de recursos y por ello bien dado a la síntesis. Busca temas sociales y los repasa desde la intimidad. Por ello su poesía sigue una línea «externizadora» que han adoptado algunos creadores cercanos a él por su fecha de nacimiento.

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