PlayArte


¡Ponle re-play!

Según los pocos medios digitales que tienen información al respecto, la música electrónica llega a Cuba alrededor del 2004 gracias a un grupo de realizadores de un documental. Resulta sorprendente la poca visibilidad que parece tener este género en nuestro país, cuando lo cierto es que cada vez son más los jóvenes que no solo consumen este tipo de música, sino que además son capaces de crearla. Conformarse nunca es una opción, así que queda de parte de los interesados abrirse camino para lograr un mayor alcance y escapar del desconocimiento. PlayArte se ha vuelto entonces un refugio para ellos.

Entre los días 24 y 25 de agosto se celebró en Santiago de Cuba el 11no Festival de Música Electrónica “PlayArteâ€. Este espacio forma parte de la programación de verano de la filial santiaguera de la Asociación Hermanos Saíz, y su objetivo es llevar una descarga de 24 horas de este género hasta una playa de la provincia. En esta ocasión la playa Caletón Blanco fue la designada para reunir a la bohemia y llevar a cabo el festival.

La fusión se propagó por toda el área. Desde temas clásicos hasta ritmos afrocubanos, bandas sonoras y secuencias que nuestros oídos perciben como conocidas, nada escapó del poder de las controladoras y su capacidad de recontextualizar las pistas. Piango DJ, DJ Alan, DJ Voight-Kampfff, DJ X, NONYMUS y MAGNUS fueron los principales protagonistas del festival.

La sección de música decidió dar un espacio también para un grupo de raperos que se están encargando actualmente de elevar el prestigio de este estilo en el territorio suroriental. Ellos son J.A.S.P. y Yoel Cipriano (Ole Rimas), ambos integrantes del Duo My Toska, el Dr KO, y el joven Mr. Jart, quienes estuvieron compartiendo producciones de su autoría e incluso fueron protagonistas de una batalla de freestyle. Otro elemento a destacar fue que el festival abrió sus puertas al apoyo de negocios locales como D’CANO y El Cafetazo, quienes llevaron hasta Caletón Blanco sus ofertas gastronómicas al público y compartieron juegos de participación enfocados en el saneamiento ambiental.

Si bien asistieron muchos jóvenes que ya frecuentan este festival, también fueron muchos los que se acercaron por primera vez y, de un momento a otro, terminaron saltando junto a la muchedumbre en medio de la arena. Otra vez quedó demostrado de que Santiago de Cuba es fiel portavoz de las nuevas voces de la música, quienes están aportando a nuestro contexto cultural nuevas formas de crear, y que seguramente en un futuro no muy lejano serán claves representantes de lo que significa la nueva música cubana. La opinión pública no dejó lugar para las dudas: PlayArte es un festival que debe permanecer.


PlayArte

(Notas para mantener el ritmo)

 La música es el gran espíritu del Caribe y sin dudas es el latir del corazón de Santiago de Cuba. El ritmo de esta región está compuesto por sonidos, colores y tonos culturales tan afines, que parece un territorio diseñado para que la música rija nuestras conductas. La música no solo es un componente de lo festivo y el jolgorio para los ciudadanos, también es identidad y carácter en cada una de las manifestaciones sociales y simbólicas del área.

La AHS en Santiago de Cuba todos los años convoca a una serie de jornadas y eventos con el fin de estimular el desarrollo y consumo de este arte. Como organización que acoge y representa a creadores jóvenes, es común que las propuestas discurran sobre sus estilos y géneros que generacionalmente les son acordes. Inquietudes diversas se mezclan con la preservación de nuestras más auténticas expresiones y la renovación paulatina de la música de fondo. Encontrar el espacio adecuado para la representación de cada inquietud es un reto que la AHS asume y resuelve. Véase esta representación como una imagen que puede empezar a definirse por lo sonoro, pero también por la necesidad de visualizarnos mediante nuestras prácticas.

La música para nuestra ciudad siempre ha poseído esa cualidad de aunarnos. Aspecto que se hace visible en carnavales, la conga, la Fiesta del fuego o jornadas más localizadas para la promoción artística y el consumo cultural. Uno de esos espacios de representación y visualización de nuestras fuerzas sensibles, fue la VIII edición del Festival de Música Electrónica PlayArte 2021.

Como cada año, el público esperaba sus tres días de verano bajo el sol y junto a la vista del mar. Lamentablemente el encuentro se vio superado en su tradicional formato por la crisis de la COVID-2019 y las circunstancias sanitarias del país. Razones por la que su mutación al espacio virtual fue siempre la mejor salida para no dejar de celebrar el encuentro.

El espacio digital y la música poseen bastantes similitudes, la contemporaneidad los lleva a ambos de la mano. Esa posibilidad permitió concretar una jornada promocional amplia y viva dentro de las plataformas del ciberespacio. Ante la convocatoria de la sección de música de la filial de la AHS en Santiago, una veintena de cultivadores de la música electrónica acudieron para conformar un programa propositivo, coherente con la situación (incluso desde lo sensible) y de un acabado artístico incuestionable. Conciertos, cápsulas promocionales, entrevistas, videoclips y otros materiales interdisciplinarios, hicieron revivir la alegría y la sensación de estar juntos.

Ese sentido de unidad/enlace/compromiso podrá ser encontrado en los siguientes sitios: Facebook (@AHSStgo), Telegram (t.me/ahssantiagodecuba), Youtube (ahssantiagodecuba) y (lamiradainquieta), Instagram (AHSStgo), Twitter (@AhsStgo). Aquí estarán de forma permanente para su visualización.

Dedicado al aniversario 35 de la AHS y a la música Electro-caribeña, el PlayArte 2021 nos dejó momentos inolvidables, espacios que ameritan seguir siendo tomados en cuenta para próximas ediciones. Algunos de estos momentos significativos en el programa por su profundidad intelectual y técnica, fueron los paneles: “Sonidos transgresores†y “La música electrónica y el Caribeâ€. Ambos espacios arrojaron evidencia de la preparación de cada uno de los artistas. El debate circuló en torno al sentido estético sobre el Caribe en la música electrónica, la voluntad del sonido en el concepto de lo urbano y la implicación del público contemporáneo con la música.   

Entre los invitados se destacaron: DJ 97 (Santiago de Cuba), DJ Whisper (Holguín), DJ Kelly (Canadá), DJ Somos Santos (México), DJ Legrá (Santiago de Cuba) y DJ Alexey Parra (Holguín), DJ Ballini (Santiago de Cuba), DJ Sally (La Habana), DJ Alavaro (Cienfuegos), DJ Reitt (La Habana), DJ Afronova (Chile-Suecia), Quantum Project (Santiago de Cuba), DJ Adrián (Santiago de Cuba), DJ Tony Screen (Holguín), DJ Knight & Ұai (La Habana) y  DJ Black Wolf (Santiago de Cuba). Todos ellos, sumados a un grupo importante de músicos de otros géneros y artistas de otras materias, inundaron las redes con su obra.

La IX edición está proyectada para Playa Gueycabón. Así el evento volvería a su fórmula itinerante por toda la costa sur del municipio de Guamá. En agosto de 2022 (si la pandemia nos deja) uniremos playa y arte para celebrar la vida y el verano. El comité organizador del evento ya ha decidido dedicárselo al Deep house. Se trata de un género dentro del espectro de la música electrónica que nace en 1980 cuando se mezcla la llamada house con géneros como el jazz, el funky y el soul, para darle un toque más natural y relajante.

Este género es muy popular en nuestro país, muchos DJ hacen uso del Deep house y Santiago de Cuba acogerá para 2022 ese toque más alternativo dentro de la música electrónica. Mientras tanto, que siga la música, son tiempos para no perder el ritmo de la alegría.