Onelio Jorge Cardoso
Aquello descubierto en el camino: Entrevista a Dazra Novak
Cuando se habla de alguna de las principales escritoras jóvenes cubanas en la actualidad es sin duda obligatorio mencionar a Dazra Novak. Olvidémonos de sus premios y centremos nuestra atención en su obra artística y literaria para validar esta afirmación. A fin de cuentas, eso es lo que importa y el verdadero legado en la vida de un escritor.
Dazra Novak es una mujer muy interesante y no solo por sus libros; sino porque al tiempo en que hace malabares entre casa, literatura, fotografía y el periodismo, tiene tiempo para dirigir en una de las instituciones más importantes para la literatura cubana actual: el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Y, vale aclarar, que todo lo hace con la mayor calidad.
Estas razones y entre otras más, como la relación simbiótica “escritora/persona”, fueron el motivo para esta entrevista.
Según he leído, comenzaste a escribir por la poesía, sin embargo, se te conoce por tus libros de narrativa. ¿Sigues o seguirás escribiendo poesía? ¿Por qué el cambio o la preferencia hacia la narrativa?
Sí, es una triste historia. Triste y feliz a la vez. En un taller que pasé en el antiguamente llamado Centro Cultural de España (hoy Centro Hispanoamericano de Cultura) me forzaron a escribir un cuento, aunque yo lo que había presentado eran poemas. Los comentarios recibidos, con respecto a la poesía, fueron tan duros y poco cuidadosos que dejé de escribir poemas por un montón de años. El texto narrativo, por el contrario, asombró a todos. Nadie me creía que aquel fuera el primero puesto que lo escribí, o digamos que salió porque yo no sabía lo que hacía, en segunda persona. Para colmo lo resolví en una cuartilla.
Esa fue la parte buena, me inicié en la narrativa. Aupada por el asombro quise probarme en unos pocos intentos más –y cuando digo pocos, es literal, realmente fueron pocos– que me llevaron al Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso por primera vez. Unos casi veinte años más tarde, se me conoce como narradora, pero mis libros de poesía solo los han leído un par de amigos que insisten en que deben ser publicados, pero yo no me lo creo tanto. Creo que aquello me marcó negativamente para siempre. Por eso no pienso en publicarlos. Por eso soy tan cuidadosa al dar opiniones sobre los textos de los escritores en ciernes.
Has recurrido en múltiples ocasiones al género erótico en tus textos. Sin embargo, Cuerpo público me pareció un libro donde le brindabas gran importancia a lo romántico, lo social e incluso lo político como elementos insoslayables de lo erótico. ¿Cómo diferencia Dazra Novak, la mujer y la escritora, a la literatura erótica de la pornografía?
En efecto, el vehículo en Cuerpo Público es el cuerpo. Eso, el vehículo. En él, como bien dices, viajan lo romántico, lo social y lo político. Al principio casi llego a pensar que no había logrado lo que quería, pero luego tuve la suerte de que muchos lectores me dieran de primera mano sus impresiones.
Lo erótico, a diferencia de lo pornográfico, tiene muchas más aristas. Allí donde lo pornográfico comienza a repetirse por falta de otros recursos, lo erótico se multiplica. Lo pornográfico es el acto por el acto, lo erótico tiene una multiplicidad de voces. Creo que en ese libro en particular llegué a una suerte de frontera entre ambos.
Dicen que para que toda ficción parezca real, debe haber algo de verdad en ella. ¿Eres de las autoras que se inspiran en experiencias personales o cercanas para sus textos? Si es así, ¿Cuánto de ti hay en ellos?
Soy muy observadora, una persona que prefiere escuchar. Me gusta conocer las razones que lleva a la gente a hacer ciertas cosas. Voy por el mundo tomando todo tipo de notas. Digamos que tomo piezas del mundo real, les sumo piezas inventadas y/o modificadas por mí y armo otro mundo. Ni mejor ni peor, sencillamente otro donde expreso mis ideas. Algunas personas a mi alrededor se reconocen en esos personajes y escenas. Otras se confunden, creen reconocerse, pero en realidad no están. Otras me piden los convierta en personajes. En fin, las reacciones han sido muy diversas. Y es que creo que en el fondo la mayoría disfruta ser reinventado (esto lo he comprendido con el paso del tiempo), vivir algo que quizás no se permitirían nunca. Eso sí, debo confesarte que la mayoría de las piezas que utilizo son mías, o me atraviesan de algún modo.
¿Qué es lo más difícil para ti a la hora de escribir un texto erótico?
El lenguaje a utilizar. Basta una palabra o frase mal empleada para romper la magia del texto erótico, o una muy bien ubicada para salvarla.
Temáticas (en general): ¿Cuál o cuáles prefieres abordar? ¿Cuál te falta? ¿Cuál crees que es más necesaria en los momentos actuales para el escritor cubano? ¿Cuál es la que nunca escribirías y por qué?
No pienso en temáticas a la hora de escribir. Eso sí, creo que uno aborda la escritura desde la persona que es. A mí me interesa el ser humano, qué lo mueve, cuáles son las pasiones y razones para actuar de un modo determinado, cuánto le condiciona la sociedad y el tiempo histórico en que vive.
¿A qué se le debe dar más valor en el cuento? ¿Al argumento, al estilo o a la experimentación con las técnicas narrativas?
Depende de si se tiene una buena historia a desarrollar o es un cuento que ganaría más en lo formal. Ambas son válidas. Creo que la experimentación no. Cuando colocas el experimento por encima de los otros dos, por lo general, no pasa de un ejercicio interesante o fallido. Esto, corriendo con suerte.
En el prólogo a Making of, Premio UNEAC de Novela 2011, explicas que ese texto no es realmente una novela, sino un puñado de escenas que ocurren tras las bambalinas de una historia real. El carácter fragmentario del discurso así como sus líneas de fuga, hacen pensar en cierta forma de abordar la narrativa muy característica de los escritores de la Generación Año Cero. ¿Te consideras parte de esa generación? ¿Por qué?
Hace un par de años una amiga me comentó, muy alarmada, que una investigadora estadounidense llegó a preguntarle si era verdad que Ena Lucía Portela pertenecía a la “Generación Cero”, con eso basta para hacerse una idea de hasta dónde ha llegado el manoseo de lo que fue la autodenominación de unos tres o cuatro autores a comienzos de este milenio. A partir de ahí muchos le suman y le restan autores, los critican y los alaban a conveniencia, por lo general con bien pocos argumentos literarios. Por si esto no fuera suficiente, ha llegado a saltar del espacio narrativo para llegar a la poesía y más, del campo literario a la plástica, por solo citar un ejemplo.
“Making of” es eso, un making of. Un puñado de escenas que te cuentan cómo se filmó la película, pero no te cuentan la película. Leyendo ese, mi comienzo, que incluye “Cuerpo público” y “Cuerpo reservado”, y mirándolo desde fuera, pudiera decirse que sí, hay mucho de fragmentario, muchas líneas de fuga, pero eso no es ni la mitad de lo que escribí hasta aquel 2011 en que gané el Uneac con ese experimento único que es “Making of”. En ese periodo antes de escribir lo que sí es mi primera novela “Niñas en la casa vieja”, que debe salir de imprenta de un momento a otro (eso prefiero pensar)[i], yo dejé a medias cerca de una decena de libros de cuentos. Textos que, cuando los sacas de las compilaciones para las que fueron concebidos, no logran convivir con el resto, tomando en cuenta su diversidad. Algunos saldrán publicados por Sed de Belleza en una antología personal titulada “Minandre”, que debe entrar en imprenta de un momento a otro (eso prefiero pensar). Prometo darte uno y ya me dirás si formo parte o no. Yo, por mi parte, prefiero seguir escribiendo a solas.
Al comenzar la lectura de Making of se descubre como la fragmentación de lo narrado se hace muy eficaz con el uso del monólogo interior indirecto, desde la tercera persona. ¿Joyce, Faulkner o Cortázar? ¿Tienes preferencia por alguno? ¿Cuál es tu modelo de escritor?
Cortázar, siempre Cortázar.
En algunos encuentros con otros escritores, ha salido a relucir el tema de las etiquetas. Generalmente se suele adicionar al escritor como: Escritor de realismo, escritor de ciencia ficción, etc. ¿Qué piensa Dazra Novak de las etiquetas? ¿Cómo se “etiquetaría” la escritora Dazra Novak?
Evito las etiquetas en general. Aunque reconozco que sirven para trazar un mapa de la persona en una primera aproximación. Lo que pasa es que eso condiciona luego el acercamiento, y más, exige de esa persona una línea de trabajo que puede no ser más en algún punto, porque el individuo crece todo el tiempo. Cambian sus intereses, sus inquietudes, la manera de abordar ciertos temas. No, no me pondría ninguna.
En tu blog Habana por dentro he notado cómo has unido el texto con la imagen. ¿Es la fotografía o el periodismo otras de tus preferencias? ¿Cuáles otras pasiones tiene Dazra Novak?
El gusto –y el ojo– hacia la fotografía se me fueron entrenando con el blog, que partió de un deseo de mostrar la ciudad desde lo personal, desde la nostalgia, y de rescatar ese sentimiento entre los habaneros que ya no viven más acá. Devolverles el cariño por el barrio, por nuestras costumbres, por esas breves escenas infantiles y/o adolescentes que nunca se borrarán de nuestras mentes vivamos donde vivamos. Fotos y crónicas que apuntan a lo que en verdad se lleva el emigrante en la maleta: lo que se ha sido como persona hasta ese momento. Mi otra gran pasión es la música, o mejor dicho, la gran pasión. Si alguien pone música, ya no puedo escribir.
Pregunta obligada: has pasado de pensar en no poder entrar al Onelio, a trabajar de secretaria, luego a edición y corrección de la revista El Cuentero, y ahora en la dirección del prestigioso Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. ¿Cuál es la importancia de este centro y sus creadores para Dazra Novak?
La experiencia del Centro Onelio fue un cambio radical en mi vida. A diferencia de otros, que llegan siendo escritores –narradores y/o poetas hechos y derechos–, yo llegué con muchos poemas –que por haber sido tan duramente criticados desaparecieron por completo– y unos pocos textos narrativos. Pensaba que todos eran escritores y yo, apenas una infiltrada. Me sentaba en la silla junto a la puerta –para salir corriendo de hacer falta–.
Jamás critiqué ningún cuento. Jamás opiné. Yo me limitaba a escuchar, a tomar notas, a incorporar todo aquello que iban diciendo. Casi todo, porque allí también vi lo que no quería para mí. Tras la lectura de mi cuento en el aula, quedaron todos en silencio. Luego me aplaudieron y empezaron a señalarle defectos. Mi texto sufría de queísmo, entre otras cosas, pero no me fue tan mal, tomando en cuenta todo lo que pasa en esos análisis –¡tú sabes que a algunos no les queda vivo ni el título!–.
Ese fue y continúa siendo un lugar mágico. Recuerdo claramente haber pensado, yo quiero estar siempre aquí. Y el sentimiento fue tan fuerte como para graduarme de la carrera de Historia, con tres idiomas aprendidos sin contar el español, y comenzar a trabajar como secretaria ante el rostro estupefacto de la familia. Luego comencé a entrenarme como correctora y editora con Heras y Ernesto Pérez Castillo, subdirector en aquel entonces, a quienes les debo muchísimo en ese sentido. Y fue haciendo ese trabajo de revisión que volví a escribir, porque cuando se termina el curso viene un periodo en el que no se escribe nada. Unos años después me fui, para resolver problemas económicos, a trabajar en una productora independiente. El mundo del cine me regaló, entre otras cosas, ese libro raro que es Making of, pero no me dejaba casi tiempo para escribir y por eso terminé abandonándolo –aquí hubo rostros estupefactos otra vez–.
Volví a estar cerca del Centro de algún modo. Ivonne y Heras me invitaban a conversar con los alumnos, a los cierres de curso, como jurado del César Galeano, al panel en defensa del Premio Nacional de Literatura para Heras. Muchos egresados o estudiantes me pedían que leyera sus textos y les dijera mi opinión, algo que hice con sumo cuidado, para que no les pasara lo mismo que a mí con la poesía.
Después Heras comienza a buscar relevo, y ante la dimisión de la persona que había convocado, me pide que asuma. Yo tuve que pensarlo, porque siempre me había imaginado formando parte, estando cerca, pero nunca al frente de lo que es la gran obra de su vida. Me costó también porque yo, a diferencia de Heras, no me veo primero como formadora. En ese sentido me siento más escritora, si bien tengo cierta facilidad para encauzar los proyectos de los demás sin necesidad de créditos. Pero ya ves que en todo esto que te he contado hay, por encima de todo, un sentimiento de cariño, un sentido de pertenencia muy grande. ¿Qué yo puedo hacer crecer al Centro todavía más? Eso se verá en lo adelante. Lo que sí te puedo asegurar es que, mientras tenga fuerzas para estar ahí, lo pienso cuidar mucho.
Hay quienes aún, luego de los éxitos de los cursos del centro Onelio continúan diciendo que este no es “necesario”, argumentando que ni Cervantes ni Shakespeare pasaron cursos de técnicas narrativas. ¿Qué les dirías, no a ellos, sino a los jóvenes escritores que aún no han pasado el curso del Centro Onelio?
Si seguimos por esa línea también deberíamos decir que no pasaron talleres literarios como tampoco se ganaron ningún concurso, ni tenían perfiles en redes sociales para promocionar sus obras, ni convivieron con una cantidad tal de autores y de obras en formato digital (y grandes editoriales cuyos sistemas de purga y selección dejan mucho que desear) como para hacer difícil –si no imposible– la cata de obras realmente valiosas, revolucionarias y transgresoras. Y digo esto porque sencillamente no existían ni los talleres, ni lo concursos ni Internet (el alcance comercial data de los 90´). Claro que yo puedo imaginar que Cortázar de seguro habría escrito una blogonovela, Joyce habría engrandecido la narrativa transmedia, y probablemente Shakespeare y Cervantes se habrían abierto sendos perfiles en YouTube. Pero de seguir en esta alocada especulación donde quizá Borges escribiría decenas de tweets diarios –muy serios y contundentes– y el realismo mágico natural de Facebook sedujera a García Márquez, también deberíamos decir que quizá no habrían sido tan exitosos, puede que hasta ellos pasaran desapercibidos en este enorme pasacalles chatarra en el que “avanzamos”.
Pero dejemos de lado estas tonterías y vayamos a lo que de verdad importa. Yo no diría del Centro Onelio, ni de ningún otro taller de los que abundan por montones en Cuba y en el mundo (presenciales y online), que sea “necesario” cursarlos para convertirse en escritor. Yo diría más bien que es “útil”, de hecho, “muy útil”, para alguien que pretende convertirse en escritor. Cualquier taller orienta, te entrena para el diálogo con el lector, te muestra los posibles caminos. Y fíjate que digo orienta, entrena, muestra, porque no son una varita mágica que te convierta en escritor. El trabajo lo tiene que hacer el aspirante, que también podría incorporar esas herramientas de manera natural desde algo tan sencillo como la lectura constante, si bien le llevará más tiempo. Fíjate el daño que hace esta idea errónea que incluso muchos de los que pasan por estas experiencias no las aprovechan al máximo porque están buscando afuera lo que en realidad está dentro: la constancia en el desarrollo propio. No hay secreto alguno en los cursos y talleres literarios, lo que hay es trabajo.
¿Qué se vislumbra en el futuro del Centro Onelio?
Más talleres y cursos de géneros y subgéneros, más encuentros para discutir la literatura actual y sus problemáticas, más relación con los egresados, más promoción de sus obras, más oportunidades para desarrollarse profesionalmente, más presencia en Internet. Se espera más.
Pregunta más o menos en broma, pero que casi todos los egresados se la hacen, ¿hay posibilidades de nuevos cursos para los egresados?
Recién aplicamos una encuesta para evaluar, entre otras cosas, la disposición de los egresados a cursar un segundo bloque, digamos de “actualización”, y la aceptación supera el noventa por ciento. Ya comenzamos a trabajar en esto.
¿Cómo se relaciona el futuro de Dazra Novak y el Centro Onelio? ¿Dazra directora o escritora?
Si algo tengo claro a estas alturas es que no puedo vivir sin escribir. Lo demás lo voy descubriendo por el camino.
[i] La novela fue publicada por la Editorial Letras Cubanas, en abril de 2021, luego de haberse realizado esta entrevista.
Convocan al Concurso Literario Provincial Onelio Jorge Cardoso
La cátedra de literatura de la casa de cultura municipal Carlos Loveira, en coordinación con la Sectorial de Cultura de Encrucijada y el grupo de trabajo de la casa de la cultura Onelio Jorge Cardoso, de Calabazar de Sagua, provincia de Villa Clara, convoca al Concurso Provincial de Cuento Onelio Jorge Cardoso 2021.
La premiación se realizará el 11 de mayo en la biblioteca pública del poblado de Calabazar de Sagua, cuna del Cuentero Mayor, como parte del programa cultural y literario concebido en saludo al aniversario 107 de su natalicio.
El concurso se desarrollará de forma semipresencial para ser consecuentes con las orientaciones de la máxima dirección del país y el Ministerio de Cultura, en aras de cuidar y proteger la salud del pueblo cubano ante la COVID-19.
Bases del concurso
Podrán participar todos los autores de la provincia de Villa Clara, sean o no miembros de la Uneac. Se concursará en cuento para adultos, con una extensión no mayor de 10 cuartillas.
Las obras deben ser inéditas y se enviarán por correo electrónico. Se adjuntarán dos documentos en formato pdf, uno con la palabra obra, firmado con seudónimo, en letra Time New Roman, en 12 puntos y a dos espacios, con margen de 2,5 cm; el otro, con la palabra plica, contendrá una brevísima ficha bibliográfica del autor y sus datos generales: dirección que aparece en el carné de identidad, número de teléfono y dirección de correo electrónico. Debe especificar, en caso de que lo sea, si es miembro de la Uneac o de la Asociación Hermanos Saíz. En el asunto del correo debe escribir «Para Concurso Onelio Jorge Cardoso».
Se admitirá una sola obra por autor y no se aceptarán cuentos escritos en forma colectiva. Se otorgará un premio y cuantas menciones el jurado considere.
Las obras serán enviadas a una de las siguientes direcciones de e-mail: amadorhernandez@cenit.cult.cu; ahhernandez@uclv.cu; alvarojesus.9720@gmail.com o yernelisrg@uclv.cu
El plazo de admisión vence el 1.o de mayo de 2021 y la premiación se realizará el propio 11 de mayo en la casa de cultura Onelio Jorge Cardoso, de Calabazar de Sagua, con la presencia del autor galardonado y los que obtengan menciones.
La obra ganadora recibirá un obsequio por un valor mayor a los 2000 pesos en moneda nacional (no se entregará dinero en efectivo) y será publicada en la revista cultural villaclareña Umbral, con su respectiva remuneración por derecho de autor.
El jurado estará conformado por prestigiosos intelectuales de la provincia.
Cualquier obra que no cumpla con las bases del concurso será excluida; el fallo del jurado será inapelable y las obras en concurso no serán devueltas.
Do not disturb y su mundo de siluetas
Un viaje de sensaciones, silencios e imágenes; un universo de sombras físicas y espirituales en el interior de un motel y sus alrededores, pero especialmente dentro de sus personajes, es la propuesta del libro Do not disturb, del joven escritor espirituano Ariel Fonseca Rivero, ganador del Premio Calendario de Narrativa (2020) que otorga la Asociación Hermanos Saíz. La riqueza narrativa y la solidez de la obra definen, entre otros rasgos, esta entrega de la Casa Editora Abril, que contó con la edición y corrección de Laura Álvarez Cruz, y con la fotografía de interior y cubierta de Lino Valcárcel.
Desde el primer relato (“Room 12”) hasta el último (“Room 45. No se admiten mascotas”, el lector se sumerge en historias interconectadas por circunstancias, personajes y un espacio común, con un trasfondo psicológico que enriquece lo narrado y a sus protagonistas. Las historias transmiten más allá de las palabras, dejan una sensación agradable y la posibilidad de imaginar situaciones y recrear múltiples finales en la mente de los lectores.
Los diferentes relatos tienen vida individual, pero igualmente se complementan en la construcción de una atmósfera general: un motel con sus propios pálpitos. Todo transcurre cerca de algún desierto, se menciona el equipo de los Red Sox y hay un niño con una casaca roja, pero el lugar pudiera ser cualquiera, porque el punto central de esta obra son las sensaciones, los traumas y temores, los dolores y singularidades de su gente.
El libro incluye otros elementos universales como globos, payasos, un carro de helados, música, desamor, columpio, nubes, ladridos… que en su conjunto confluyen de manera natural en diferentes ambientes. En cuanto a lo formal, nos brinda tres secciones, diez relatos y 79 páginas, con una narración limpia, diferentes puntos de vista y cambios temporales frecuentes que ayudan a entender la forma de pensar y actuar de sus seres.
El jurado de Calendario, integrado por los escritores Nelton Pérez, Yunier Riquenes y Ernesto Pérez Castillo, resaltó que “arma bien una historia con un buen uso del lenguaje y la creación de personajes bien diseñados”. Como expresó la escritora Beatriz García Huidobro, “en este libro desaparecen las fronteras entre cuento, novela, elementos de eventuales memorias y pinceladas de crónicas literarias, lo que demuestra que toda apuesta es válida cuando posee una poética propia”.
Cuando nos sumergimos en sus páginas, caminamos por senderos conocidos, por influencias de algunos audiovisuales u otras lecturas, pero sin duda, Do not disturb tiene un alma muy propia que atrapa y nos lleva a pensar en ese sitio que seguramente tiene vida más allá del papel.
Graduado del Centro Nacional de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, autor de varios títulos y miembro de la Asociación Hermanos Saíz, Fonseca Rivero logra una obra sugerente, con despliegue de sensibilidad y capacidad para agrandar pequeños detalles como siluetas y rasgos subjetivos.
- * Publicado orginalmente en el blog del autor Mira Joven. Tomado del Portal Cubarte.
«En Rostros está la magia»
El escritor es un artista que expresa en sus obras literarias lo que el pintor hace en su lienzo, lo que el fotógrafo capta con sus ojos mecánicos, lo que el actor expresa con su cuerpo.
Tal vez nuestra cercanía disfraza lo trascendental de su obra ante mis ojos. La reciente publicación de su primer libro “Rostros” desató en mí esa sed periodística de indagar, descubrir y compartir. Una genuina joven santiaguera, mujer de avanzada, y no sólo en la literatura, es Lisbeth Lima Hechavarría.
De bióloga a escritora en Santiago de Cuba
En mi vida siempre primero fue el arte. Ni siquiera la literatura, sino el arte en toda su expresión. De niña quería ser bailarina, bailar me apasiona, me relaja, incluso me ayuda a encontrar la inspiración. Luego la música me cautivó por completo y comencé a tomar clases de canto. Formé parte durante un tiempo del prestigioso coro Orfeon Santiago bajo la dirección del maestro Electo Silva.
Ya en la secundaria la literatura fue ganando terreno, pero no me aparté nunca de la música ni las demás manifestaciones del arte, incluso en noveno grado intenté entrar en la Academia de Teatro Joaquín Tejada. Recuerdo que convencí a mi madre después de mucho diálogo, que casi siempre terminaban en un clásico “te dije que no”, y me llevó a hacer las pruebas, pero no fui seleccionada.
Aquello no amilanó mis ganas de ser artista, sino todo lo contrario, aunque nunca me aparté de los estudios, por ello seguí cursando el pre universitario, comencé entonces las clases de guitarra en la Lauro Fuentes y junto a mi amigo Yohan Bulgar Munder, hoy arreglista musical, compositor y bajista del grupo D’Nova, pasé a formar parte de un grupo musical de aficionados con el que nos presentábamos los fines de semana en las actividades de la ciudad y algunos jueves o viernes en la Casa de la trova. Fue una etapa linda que disfruté muchísimo.
A los 17 años escribí quince páginas de una historia (hoy proyecto de novela) para entrar al Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, convocatoria que conocí gracias al maestro Reynaldo García Blanco en su taller de los sábados: Aula de poesía. Nunca antes había ni siquiera tecleado en una computadora mis creaciones, y en una de las salas del Palacio de Computación preparé aquellas cuartillas de Reencontrándome para la Onelio. Ya por aquel entonces había terminado de escribir Alexa, a los catorce años, mi primera obra. La emoción que sentí cuando supe que había quedado seleccionada, fue inmensa. Comenzaba a sentirme parte de algo dentro del mundo literario.
La Biología fue algo con poco tiempo de análisis. Digamos tal vez un año antes de las pruebas de ingreso a la universidad. Quizá unos meses más, pero poco en comparación a mi vocación por el arte. No obstante, sentía que de todas las opciones que ofrecían los estudios en el nivel superior, las ciencias me apasionaban, a pesar de las matemáticas. Las letras también, pero no les auguraba un futuro próspero en Cuba a las ramas sociales y humanísticas, proyectaba menos lúcida esa opción a pesar de mi amor por la literatura, además de que siempre me ha gustado ponerme retos y superarme constantemente así que hacer bifurcar mis vocaciones sería sólo el comienzo de ello.
Hoy felizmente soy Licenciada en Biología por la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba. Trabajé biodiversidad los primeros tres años de la carrera, luego comencé a especializar en Antropología Física y es la línea investigativa que trabajo y en la que realizo la maestría y proyecto el doctorado.
Lo que sí puedo asegurar es que ambas profesiones me apasionan inmensamente y me creo capaz de poder llevarlas a la par. Tal vez un día me toque decidir, pero por el momento espero seguir siendo can de varios trillos.
La Asociación Hermanos Saíz y sus oportunidades
A la AHS entré en abril de 2016. Una vez terminada la Onelio (2014) y avanzado un poco la creación literaria, quien por aquella época fuera el Jefe de Sección de Literatura: el amigo y colega Rodolfo Tamayo Castellanos, me habló del crecimiento y me creyó con potencialidades para integrar las filas de la organización. Desde entonces puedo admitir que he sido estimulada como creadora en numerosas ocasiones con la invitación a eventos dentro y fuera de la provincia, a peñas literarias, he formado parte del programa de la Feria Internacional del libro y de programas colaterales de otras importantes actividades en la ciudad.
Como parte de los objetivos implementados para la promoción de los asociados he contado con capsulas promocionales y siempre con la bienvenida para la realización e integración a novedosos y entusiastas proyectos. Tal es así que hoy cuento, entre otros, con el proyecto de espacio literario El Escriba, peña y página web que ayuda a la promoción y comprensión de los géneros literarios en Cuba, así como de sus principales exponentes, a través de entrevistas y debates temáticos.
Ser miembro de Asociación que integra a la joven vanguardia artística en el país es y siempre será un honor para mí pese a cualquier contratiempo. Sentirnos parte de algo que mueve los sentimientos de una nación, como lo es el arte, siempre valdrá la pena, y por ello hoy, en mis funciones desempeñadas como Jefa de la Sección de Literatura y actual Vicepresidenta de la filial santiaguera, siento que puedo retribuir un poco de todo ese apoyo que he recibido e impulsar la carrera artística de muchos otros desde el apeo al funcionamiento orgánico de la institución.
Madre, esposa, hermana, hija, escritora, editora, antropóloga, vicepresidenta… ¿Cómo te la ingenias para llevar todo a la par?
Me las apaño. No sé cómo, la verdad, pero lo consigo. Sobre todo, con mucha disposición, mucha fuerza de voluntad, mucho amor por lo que hago. Decirte que lo llevo fácil sería a todas luces una gran falacia, me cuesta, me cuesta mucho, pero siempre pienso en que nada se logra sino con sistematicidad y entrega. «Constancia es resultado», me dice siempre un buen amigo.
Ser madre desde hace un año y medio me ha impuesto retos adicionales con los que he tenido, como toda mamá trabajadora, que aprender a lidiar. Todos sabemos lo que impone la responsabilidad de una casa, la familia, quien también demanda atención, sobre todo en los tiempos que corren, tan convulsos, tan sufribles… pero siento que el trabajo es mi vía de escape; que yo no lo llamaría trabajo, un poco por los significados de impostura que se le han asignado a ese término, pues lo que hago me genera un inmenso placer, me siento dichosa al poder desempeñarme en lo que me gusta, poder vivir de las profesiones para las cuales estudié. Puedo decir sin miedo a equivocarme que ese privilegio no todos lo conocen.
En esto de ingeniármelas para repartirme las funciones, pues también creo que juega un papel importante el que me he acostumbrado a trabajar bajo presión. Ya no sé hacerlo de otro modo. Dicen que todos tenemos mañas, una especie de rutina, a veces hasta morbo a la hora de escribir, de crear, en mi caso ya es ese: el trabajar bajo presión. Escribo en las notas del móvil mientras balanceo al niño a las doce de la noche, mientras remuevo el sofrito de los frijoles, me ejercito mientras le invento historias al niño y aun cuando no estoy frente al papel en blanco igual estoy creando. Busco en cada cosa que hago retazos de historias.
Rostros y las publicaciones anteriores…
Siempre me será infinitamente grato volver a las páginas de mi primer libro publicado y redescubrirme en ellas. Los cuentos compilados en ese volumen llevan mucho de mí, la mayoría tienen más de seis años. Significan inicio, crecimiento y por qué no, también escuela. Rostros tiene la magia, diría yo, de hacer que nos miremos desde adentro. A fin de cuentas, sus personajes no son más que el reflejo de nosotros mismos en situaciones cercanas, situaciones que escuchamos en boca de uno, de otro, que nos llegan y nos conciernen a veces más de lo que creemos o queremos admitir. Erotismo, sexo, amor, desamor, es el convite entre esas páginas, donde pongo fin a una etapa creativa inicial de mi carrera como escritora y doy paso, feliz ante lo concebido, a una nueva fase escritural.
Respecto a mis otras publicaciones: desde mediados del pasado año 2020 hasta la fecha no han sido pocas todas las publicaciones que he logrado obtener. Ya sobrepasan las veinte y cinco, entre cuentos, poesía, artículos, reseñas y entrevistas en disímiles revistas de México, España, Colombia, Ecuador, EE.UU etc. Ha sido una etapa muy fructífera. También he logrado publicar en revistas cubanas como Claustrofobias, Isliada, El Caimán Barbudo y La Jiribilla, y eso me ha hecho muy feliz.
Hablemos de tu peña literaria El Escriba
Una mañana de julio del pasado año el presidente de la filial santiaguera de la Asociación Hermanos Saíz, Juan Edilberto Sosa, me contactó para ayudar a idear algunos proyectos con el fin de retomar en la etapa postcovid la vida orgánica de la organización y levantar de nuevo la programación en la sección de literatura. Así surgió la Peña Literaria “El Escriba”, espacio concebido para la apreciación y promoción de escritores y sus obras, siempre debatiendo sobre un género o subgénero literario distinto a través del intercambio con los principales exponentes jóvenes del país, la cual tuvo su primera edición en agosto y se mantiene mensualmente siempre los primeros viernes de cada mes a las cinco de la tarde.
Desde el mes de enero del presente año, ante la agravante situación epidemiológica en la provincia y luego en todo el país, nos ha tocado reinventarnos la programación de la Asociación desde las redes, y como siempre digo: debemos aprender a sacar de todo, incluso de lo malo lo mejor, por ello siento que esta etapa nos ha hecho crecernos.
El Escriba no se ha quedado atrás, ya este mes de marzo será la octava edición del espacio y la tercera realizada de forma online, lo cual ha sido una experiencia enriquecedora que me ha permitido llegar a un público más amplio y diverso con el cual la interacción a través de las redes ha sido fortuita y retroalimenta la peña de un modo muy dinámico a través de entrevistas por video llamadas y streaming subidos directamente a la página de Facebook de la peña, y luego compartido y reseñado en todos los demás espacios de la AHS de Santiago de Cuba.
Hasta el momento escritores de la talla de Rodolfo Tamayo castellanos, Juan Edilberto Sosa Torres, Yunier Riquenes García, Yansy Sánchez, Reynier Rodríguez, María de Jesús Chávez Vilorio, Abel Guelmes Roblejo y ahora en marzo, dedicado al Día internacional de la mujer, la joven y multilaureada escritora habanera Barbarella D’ Acevedo será la próxima invitada. Realmente me siento muy feliz con los resultados del proyecto y agradezco a la Asociación Hermanos Saíz por la oportunidad de llevarlo a cabo bajo su producción y asesoría en materia de comunicación.
Proyecciones futuras
Trabajo en dos proyectos de libros, que como ya mencionaba al inicio de la entrevista, no tienen mucho que ver con este libro inicial Rostros, es el caso de un compendio de cuentos que posiblemente lleve el título de su primera obra: Cifras, sobre historias de vida y muerte en varias partes del mundo durante tantos meses de pandemia. El otro en proceso creativo es un proyecto de cuentos que hacen alusión a enfermedades mentales raras el cual tentativamente puede llamarse Nece(si)dades, nombre del segundo relato.
Matices de Vida, mi tercer libro, está bajo evaluación editorial en México, ojalá y sea positivo el dictamen. También estoy a la espera impaciente de que salga ya al mercado De amor y otras aberraciones bajo el sello editorial Letra Latina. Estoy terminando de editar ahora el que sería mi cuarto libro: Bestias Interiores, para el cual acaban de mandarme una propuesta editorial en Ecuador, con contrato anexado para posibles reediciones traducido al italiano, el inglés y el rumano.
Las plumas que entre sus dedos desliza, su inseparable compañera, la tinta, y entre hojas, entreteje historias fascinantes que asombran a un lector sediento, como yo. Cada día nos impresiona más, nos transporta a un mundo mágico lleno de fantasías y de tantas historias que nos enriquecen la vida.
Gracias Lisbeth, en tus obras has expresado los sueños, vivencias, ilusiones e inspiraciones de tu vida y la de otros, expresiones que perdurarán a través del tiempo y que se quedarán en los libros que pasarán de una generación a otra, aunque siempre afirmemos que En Rostro está la magia.
El no tan mágico mundo de la Señorita (des)tiempo
Le debo a la amiga Santa Massiel Rueda el préstamo del libro El mágico mundo de la Señorita tiempo.
Se trata de una noveleta infantil sobre las aventuras que viven unos niños en su tiempo de vacaciones, después de descubrir la casa de un personaje singular, la Señorita Tiempo.
«Es imposible crear sin exponerte»
Marlon Duménigo sabe que la literatura se asume como un ejercicio de riesgo. La literatura es un salto al vacío de la (in)certidumbre. Con sus historias, este joven escritor refleja uno de los ángulos de lo real. Ha escogido el vehículo de la palabra escrita para llegar a los otros. Contar es, bien lo sabe, un acto de valor y de supervivencia.
Hay quienes refieren que la literatura les llegó de repente, que el acto creativo los sorprendió en la vida cuando no pensaban, ni siquiera, ser artistas. Otros hablan de un llamado temprano de la vocación. ¿Cuál es tu historia: cómo descubres que este era el camino, o uno de los caminos, que te interesaba transitar?
Mi primer intento de hacer literatura fueron unas cuantas poesías rimadas que escribí a los 12 o 13 años, y que mi madre aún conserva y se empeña en mostrar como un trofeo infantil a los conocidos más cercanos. Digo intento a riesgo de que le palabra le quede grande, pues fueron apenas pinceladas de creación, su principal valor radica en la necesidad de expresar ciertas ideas y que el canal escogido sea precisamente la palabra escrita. Más tarde, en el servicio militar, llevaba siempre en el bolsillo derecho del pantalón una libreta doblada y un lapicero que usaba en los ratos libres para conformar una especie de bitácora que, además, contenía viñetas y reflexiones cortas; concebidas bajo la premisa de “ser escritas solo para mí”. De hecho, llené más de una libreta (al final no se cumplió eso de que eran para mí, pues todas se perdieron), aunque por ese entonces tampoco podría definirlo como una vocación. Lo más parecido a eso llegaría más tarde, en 5to año de la carrera de Ingeniería en Ciencias Informáticas y, esta vez, para bien o para mal, se cumplió el axioma de que a la tercera va la vencida. Entonces tuve la guía de Anisley Miraz Lladosa, una poeta que me animó a la escritura y a presentar mis textos al concurso de talleres literarios de Trinidad, mi Macondo, la ciudad donde viví hasta los 23 años.
La velocidad de los resúmenes hace que no mencione otros nombres y títulos de libros que influyeron de manera consciente o inconsciente en el deseo de convertirme en escritor. Un deseo que cobró otra dimensión mientras cumplía el servicio social en La Habana, cuando entré al Centro de Formación Literaria “Onelio Jorge Cardoso” y al Taller de Ciencia Ficción y Fantasía Espacio Abierto. Creo que este fue el punto de no retorno. Era la primera vez en mi vida que estaba rodeado de escritores, de personas con aspiraciones creativas similares a las mías y fue la primera vez que sentí una retroalimentación. Ese saber que hay otros como tú, con los mismos bloqueos literarios, ansias de publicación, cuentos inacabados y deseos de abandonarlo todo en algún punto, pero que siguen en el camino de la literatura a pesar de todo. En mi caso, porque la literatura, tras casi diez años, consigue emocionarme de la misma forma. Hace que me levante a las 5:45 de la mañana a intentar mejorar un texto y lo hago con toda la energía disponible. Eso tiene que significar algo. Solo si dejo de emocionarme con la literatura dejaré de escribir.
¿Sientes que existe una pauta, una constante, en tu proceso creativo, u optas por ser libre de cadenas vinculadas al ejercicio del oficio o a la costumbre escritural?
Al principio bastaba con la soledad y el café. Me sentaba a escribir cuando me sentía inspirado y rechazaba hacerlo esos días en los que procrastinar se vuelve tendencia. Luego asumí cierta disciplina. Actualmente escribo cinco días a la semana. Con el tiempo fui incorporando, además, rutinas que hacen más predecible o menos extraño el proceso creativo. Escribo por lo general en las mañanas, entre las 6:00 y las 9:00, con el ruido del ventilador de fondo. Solo tomo café mientras escribo y nunca comienzo a escribir la historia hasta tener la primera oración exacta. A veces tengo el resto del cuento o del capítulo en la cabeza y no lo comienzo hasta encontrar esa primera línea que dicta el tono de la historia. Cuando tengo bloqueos literarios recurro al manuscrito, lleno decenas de páginas de tinta azul o negra y caligrafía apurada que, muchas veces, no representa otra cosa que desechar caminos, decantar posibles finales o diálogos que reescribo hasta reencontrarme con el tono o la idea que me permita volver a enfrentarme al teclado y la pantalla definitiva en la laptop.
¿Cuáles sientes son los “siete pecados capitales” de un autor?, ¿qué entorpece la creación?
El acto creativo es tan personal que se vuelve casi imposible elaborar listas sobre lo que debe o no hacerse. Así que quizás esta sea la respuesta más arriesgada de todas. Para hacerlo menos difícil me tomo la libertad de no mencionar factores subjetivos como los estados de ánimo. En mi lista, el orden no obedece a jerarquías, únicamente a un sentido numérico indispensable para no pasarnos horas mencionando posibles “pecados capitales” de un escritor.
- No leer.
- No reconocer cuándo abandonar un texto.
- Editar mientras se escribe.
- No dejar “enfriar” los textos una vez terminados.
- Procrastinar en exceso.
- No ser receptivo a las críticas.
- Subestimar los títulos.
¿Los premios te han sido esquivos o confías que existe una arquitectura en tu vida creativa que te llevará a algún punto en específico? ¿Confías en la dinámica de los premios?
Honestamente, hubiera preferido ganar más premios de los que tengo hasta ahora. Sobre todo porque los premios son en este momento la vía más expedita para un autor de publicar su obra en Cuba y, probablemente, la única que le asegure cierta promoción. Como autor me queda intentar ser mejor en cada texto. Si los premios llegan, por supuesto que serán bienvenidos. No renuncio a los concursos como tampoco a otras vías para hacer llegar mi obra a los lectores. Al fin y al cabo no basta un premio para legitimar la calidad de una obra.
Dentro del gremio suele pasar que asociamos los nombres de los autores a sus premios, así podemos citar de memoria los premios de X autor, pero rara vez podemos mencionar los títulos de sus libros. Se debe crear expectativa alrededor de la obra galardonada. Garantizar que cuando se publique, un año después, esta no pase desapercibida entre las noticias generadas sobre los nuevos ganadores.
¿Cuáles te parecen son los principales problemas de la literatura joven actual? ¿Son problemas vinculados al mundo exterior (sistema de premios, consolidación editorial, industria del libro, etc.) o más bien relacionados con el mundo interior del creador y sus relaciones con su propia obra?
Pienso que entre los problemas de la literatura hay algunos recurrentes: el tema de los premios, la promoción, la crítica literaria y la inserción en el mercado editorial. Si hablamos sobre autores jóvenes, estos tema cobran aún más vitalidad porque son escritores que no están consolidados y requieren estas oportunidades, aprovechar los focos de atención generados por un galardón más o menos importante, alguna crítica sobre su trabajo, una sólida campaña de promoción, para comenzar a formar parte del imaginario de un posible lector.
Incluso la propia etiqueta de “literatura joven” puede generar predisposición, pues se puede interpretar como la referencia a una promesa, a un escritor que aún necesita madurar. Y, aunque es cierto que el oficio de escritor requiere de experiencia, considero un error asociar la edad a la falta de madurez creativa. Se puede hacer buena y mala literatura a cualquier edad. Conozco varios escritores jóvenes, publicados e inéditos, que muestran una calidad extraordinaria en sus textos, que sencillamente hacen buena literatura, a secas.
¿Es la literatura un proceso de fricción entre la realidad del autor y la de sus personajes, o ambas esferas coinciden en algún punto? ¿Cómo te sucede a ti?
Tiene un poco de las dos cosas. Desde el punto de vista de la historia, los personajes tienen vida propia y se desenvuelven de acuerdo a un argumento narrativo que la mayoría de las veces no tiene puntos de contacto con la realidad del autor. Pero la literatura, además de argumento y estilo, necesita emoción. Es muy difícil transmitir emoción si no se ha sentido antes, creo que en este punto es donde el autor apela a su propia experiencia, ya sea apoyándose en situaciones vivenciales o porque ha recreado tanto la escena que termina viviéndola de algún modo. Al menos ese es el recurso que utilizo. Ponerme en el papel del personaje, intentar sentir y reaccionar como lo hubiera hecho él ante una determinada situación, pero desde mis emociones, que son el único recurso a mi alcance para hacerlo lucir verosímil.
Los actores siempre ponen algo de sí mismos a los personajes, creo que sucede parecido con los escritores. Es imposible crear sin exponerte un poco.
¿Cuáles son las historias que te interesa contar y los personajes que quieres representar?
Me interesan las historias en las que pueda sorprender, historias que dejen sensaciones encontradas. En las que pueda llevar al límite situaciones cotidianas, encaminarlas hacia niveles de realidad que, por lo general, mudan hacia el absurdo o el surrealismo, sin perder ese toque de verosimilitud que las haga palpables al lector, casi posibles. Me interesa trabajar con ese nivel de realidad en el que, si das un paso en una dirección, caes en la fantasía y, si vas hacia el otro, te das de bruces con tu propia existencia.
En cuanto a los personajes, me atrapan los matices. El de la historia de vida triste y que aun así te provoca una sonrisa amarga, el que se esfuerza por hacer lo correcto y termina jodiéndolo todo. Personas comunes que de pronto se encuentran en medio de conflictos inesperados que las obligan a tomar decisiones en apariencia irónicas; personajes que dialoguen sin parecernos ajenos, con nuestra percepción de lo conveniente, de lo negativo, de los estereotipos.
Existe el mito del escritor “todoterreno”, el escritor que muchos géneros abarca, ¿asumes de alguna manera este calificativo o prefieres apostar tus cartas en un solo sentido?
Hace algunos años incursioné en la poesía, pero me considero narrador. Es el género donde me siento más cómodo y el que se acerca más a mis intereses creativos. Aunque admiro a los escritores que son capaces de moverse dentro de varios géneros y saltan del teatro a la poesía o al ensayo, prefiero apostar por el cuento y la novela. Eso no descarta que en algún punto decida recorrer otros derroteros literarios.
¿Has renunciado a escribir alguna historia? ¿Por qué?
Prefiero utilizar el término aplazar, acaso un eufemismo con el cual sentirme menos culpable o tornar menos flagrante ese temor a involucrarme en una novela histórica que lleva años orbitando entre mis proyectos, y que siempre se aplaza un año más. Además de algunos cuentos cortos que he dejado a medias o ni siquiera he comenzado porque sé que no dan para más y que ni siquiera vale la pena mencionar. Esta novela biográfica sobre uno de los deportistas cubanos más destacados del pasado siglo sería la respuesta a la primera parte de tu pregunta. ¿Por qué no me decido a escribirla? Porque siento que aún no estoy listo para enfrentarme a una investigación que podría durar años antes de escribir la primera línea de la novela. Porque necesito terminar antes con otros libros que están a medio camino y aprovechar esa certitud, esa alegre confirmación de haber concluido otras novelas, para superar las crisis y los bloqueos que estoy seguro me asaltarán en ese otro proyecto, que irremediablemente tampoco empezaré en el 2021.
¿Existe la autocensura? ¿La has sentido?
Un doble sí a tus preguntas. Existe la autocensura y, de hecho, afecta de forma notable la calidad literaria. La he sentido, a veces de forma más evidente en cuanto a un argumento, un personaje; otras en formas tan sutiles como esa necesidad de edulcorar ciertas frases que pueden resultar ríspidas, incómodas… Vale aclarar que aunque resulte obvio, la autocensura no es un acto inherente al escritor, es una reacción a la censura y, como toda reacción, a veces genera un efecto más destructivo porque es el propio autor quien desarrolla mecanismos para limitar y socavar sus engranajes.
Lo peor es que se ha vuelto casi natural, una parte del proceso creativo y da al traste con muchas obras que terminan convirtiéndose en historias frías, carentes de espíritu, por el simple hecho de estar pendientes al “qué dirán”. Y no solo el “qué dirán” los decisores o las personas encargadas de evaluar o censurar tu texto, muchas veces se trata de cómo puedan reaccionar ante determinada historia tu familia, colegas, amigos… Pero es muy difícil hacer arte con tantas concesiones. Si el arte se empeña en ser complaciente se convierte en un simulacro.
El papel del autor como autopromotor, ¿lo defiendes?
Definitivamente. Sobre todo en el contexto cubano en el que los espacios de promoción son tan limitados. Las alternativas de los autores de crearse páginas de Facebook, perfiles en Instagram, gestionarse espacios de presentación y otras estrategias con las que llegar al lector me parecen no solo una opción válida, sino necesaria. Lo que me parece absurdo es que toda la responsabilidad de promoción recaiga en el autor. Que las editoriales asuman que el trabajo está concluido una vez que se imprime el libro, cuando en realidad es ahí donde empieza lo difícil: llamar la atención dentro de un mercado literario plagado de propuestas, muchas de ellas interesantes. Además, el libro no solo compite contra obras literarias: se enfrenta a Internet, a sus redes sociales y sus algoritmos especializados para captar y mantener la atención de un ser humano durante horas. Si pretendemos que el libro llegue al lector, no basta con una presentación en la Feria. Son necesarias muchas, muchísimas otras acciones de promoción y, de algún modo, los escritores aprovechamos los canales digitales para hacerlo. Con impericia, cierto, improvisando sobre la marcha, con las limitaciones propias de los que intentan, qué remedio, reemplazar el rol promocional que deberían cumplir las editoriales.
Si pudieras elegir a un autor, vivo o muerto, con el que escribir a dos manos un cuento o una novela, ¿quién sería?, ¿por qué?
William Faulkner. Cuando pienso en autores es el primer nombre que arriba siempre. Después de leerlo nada quedó en su sitio. Todas las lecturas posteriores estuvieron signadas por una comparación ¿Mejor que Faulkner? No, ni de lejos. Faulkner al derecho, Faulkner al revés. Definitivo. Jodidamente Faulkner.
Premio colateral de la AHS en Concurso de Minicuentos 2020
Emigración
Por: Robin
El pulóver gris, el pantalón, la camiseta blanca…
-¿Y a María Eugenia?
– Ahora no cabe, me la llevo después.
El cinto carmelita, el abrigo rojo, la revista de…
-Oye, ¿y a tu mamá?
-Ahora no cabe, me la llevo después.
El pasaporte, el seguro, los documentos de…
-¿Y tus sueños?
-Ahora no caben; allá yo compro más.
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Datos del autor
Nombre: Legna María Caballero Pérez
Seudónimo: Robin
- Breve currículum literario
Estudiante de Periodismo de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz
Premios y Reconocimientos:
- 2015: Premio en Concurso Leer a Martí a nivel nacional
- 2019: Gran Premio en Festival Temático 60 segundos en la categoría Relato escrito por los cuentos “Regresar” y “Cambiar el mundo nunca fue fácil”.
- 2020: Gran Premio en Festival Temático 60 segundos en la categoría Relato escrito por el cuento “El sonido del miedo”.
Peñas y tertulias literarias regresan a la ciudad de Holguín
Las peñas y tertulias son actividades que tradicionalmente ocupan un lugar muy importante en la animación sociocultural de la ciudad de Holguín. Desde hace pocas semanas la Asociación Hermanos Saíz, luego de varios meses de confinamiento social provocado por la presencia de la COVID-19 en el país, reanudó su programación habitual.
En esta propuesta de actividades sobresalen, junto a los espacios de la trova, la música electrónica y el rock, las actividades literarias, las que cuentan con una amplia tradición y con su público específico.
Las peñas de literatura organizadas por la AHS ocupaban espacios reconocidos en la vida cultural holguinera. Locaciones que se mantenían ofreciendo programación y otras que fueron emblemáticas para los amantes de las letras, vuelven a recibir a los amantes de las letras.
Con respecto a estos últimos, Liset Prego, editora de Ediciones La Luz, se refirió a que “las peñas siempre han sido importantes centros de socialización de la cultura en el territorio. Luego de una larga espera motivada por la epidemia de la COVID-19, estos espacios vuelven a ganar protagonismo. Una buena noticia es que la AHS logró recuperar el Gabinete Caligari, que siempre ha sido un importante espacio informal para compartir diferentes expresiones artísticas. Dentro de esas expresiones del arte que allí ocuparán espacios otra vez, se encuentra la literatura, debido a que sus peñas fueron unas de las tradicionales animadoras del sitio. De igual manera se realizan peñas en otros lugares como las destinadas al público infantil en las escuelas de la localidad.”
Para conocer más acerca de los espacios literarios promovidos en esta fase por la AHS, Norge Labrada, presidente de la Sección de Literatura en Holguín, explicó que “se mantienen las peñas que ya son tradicionales organizadas por Ediciones La Luz y por la sección. Entre ellas Abrirse las constelaciones, es el espacio donde se presentan las novedades editoriales. Muchas de ellas son los libros que ya se habían preparado para la feria del libro y como no se realizó, por la situación que conocemos, se estaban acumulando, aunque desde finales de agosto ya los veníamos presentando. Esta peña se realiza los miércoles a las 6:00 P.M., aquí en la sede de Ediciones La Luz, y su anfitrión es Luis Yuseff.”
“También alterna en nuestra sede con Abrirse las constelaciones, la peña Oda a la joven luz, que es un espacio que está dedicado al intercambio y a la lectura de los textos de los jóvenes que se vienen sumando a la sección de literatura, fundamentalmente los de nuevo ingreso. Este espacio no tiene un conductor habitual, en cada ocasión la conduce alguno de los miembros.”
Sobre el retorno del Caligari a la vida cultural de la AHS, Norge expresó que “a la programación se suma en el Gabinete Caligari, los viernes a las 5:00 P.M., un espacio nuevo que se llama Entrada de emergencia. Su nombre corresponde a una antología publicada por la editorial dedicada a la poesía con textos de 15 poetas de la Asociación, que contó además, con un audiolibro y estuvo acompañado de una amplia campaña A la Luz se lee mejor. Las primeras ediciones se realizaron en septiembre y tuvo muy buena acogida”.
Tampoco dejó de lado referirse a los momentos que, durante el año se suman al programa de eventos y celebraciones: “Palabras compartidas es otro de los espacios tradicionales. Se ha reservado para los eventos como Romerías de Mayo, Feria del libro, Premio Celestino y Fiesta Iberoamericana. Este es un espacio más íntimo que tiene un carácter conversacional, de acercamiento más personal hacia los autores”.
Sobre la programación concebida para los niños comentó que “con el reinicio del curso escolar se retomó el espacio Piñata de letras, dedicado al público infantil, este se hace en la escuela especial La Edad de Oro y está conducido por Lizue Martínez.”
Los protagonistas de estos espacios son los escritores de la Sección de Literatura en Holguín. Sobre su composición actual su presidente dijo que “la Sección de Literatura de la AHS holguinera actualmente cuenta con 28 miembros. La mayor parte de ellos son poetas, eso lo confirmamos cuando se realizó la antología –Entrada de emergencia–, los que quedaron fuera de ella es porque eran narradores. En la provincia hay muchos más poetas que narradores”. Las últimas incorporaciones fueron Miguel Montero, joven holguinero que se dedica a la narrativa, acaba de ser seleccionado para la beca Onelio Jorge Cardoso, y Erick Hernández, un decimista de Velasco que hasta ese momento era desconocido. A él lo presentó Joaquín Osorio, y se le hizo el crecimiento a la Asociación. En estos momentos se entregaron dos expedientes para el proceso de incorporación, son dos muchachas que esperamos tenerlas pronto en la sección, a finales de octubre o noviembre”.
Antes de concluir Norge se refirió a cómo aprovechan los medios digitales para dar a conocer las producciones literarias de los jóvenes y de la editorial. En este aspecto dijo explicó que realizan “un grupo de acciones de promoción que en las redes sociales, estas actividades recibieron un impulso mayor durante los meses de confinamiento por la COVID-19, aunque la Ediciones La Luz y la sección ya realizaban actividades en diversas plataformas”.
Continuó ofreciendo datos de las acciones que llevan a cabo: “Todas estas actividades que realizamos de manera presencial las promocionamos en las redes sociales y tienen un respaldo con los materiales audiovisuales de los videopoemas que se hicieron para la antología y los videocuentos del Premio Celestino. Tenemos en las redes sociales una programación intencionada para promocionar estos materiales. También aprovechamos los aniversarios de escritores cubanos y universales, sobre los que hacemos spots y postales que se insertan en nuestras peñas y otros espacios.
A los presentadores que participan en las peñas les pedimos las presentaciones en formato digital para poder utilizarlas en estos medios. Para esto contamos con Lilian Sarmiento, que es estudiante de Periodismo y miembro de la sección, quien es la responsable del equipo que trabaja en el diseño y actualización de los sitio digitales”.
Oros espacios literarios que ofrece la AHS holguinera son Salón de última espera, peña conducida por Zulema Gutiérrez, que tiene lugar en el Café del arte joven, en la sede de la Asociación; y la peña Atrapasueños, orientada hacia el público infantil y se desarrolla con una frecuencia mensual en la escuela Manuel Ascunce, en horas de la mañana.
De esta manera, la Asociación Hermanos Saíz contribuye a reanimar la ciudad holguinera en la etapa post pandemia.
El número 162 de La Letra del Escriba, en forma digital
La revista La Letra del Escriba, revista literaria fundada en el 2000 por el Instituto Cubano del Libro, hasta que se normalice la compleja situación que estamos atravesando, comenzará a publicarse solo en forma digital. [+]
Juegos Florales, sin perder su esencia en Ciego de Ávila
Pensar en una edición digital de los Juegos Florales hace unos años parecería una locura en Ciego de Ávila, sin embargo, a estas alturas la edición XXVI se repiensa en la Asociación Hermanos Saíz del territorio y la nueva propuesta asume el espacio virtual para que la literatura hecha por jóvenes discurra.
Los otros detalles los aporta Roberto Carlos Armas Díaz, jefe de la sección de Literatura y coordinador, al explicar que bajo el nombre La Llave Pública ha echado a andar una página en Facebook con contenido actualizado sobre el certamen y numerosas iniciativas patentizadas por los artistas.
Desde fragmentos de poemas y libros hasta contar la historia que comenzó hace más de 20 año con la primera edición del certamen son los retos que asumen, precisamente, cuando el avance de la Covid-19 ha obligado nuevas formas de hacer y pensar el arte.
Como plato fuerte y paralelamente a estas acciones sesionará el jurado encargado de otorgar el Premio de Narrativa La Llave Pública, galardón que desde hace años alterna con el Premio Poesía de Primavera y debe su nombre a un libro del escritor avileño Félix Sánchez, que por estos días se conmemoran 20 años de la salida al mercado de su segunda edición.
Geonel Alejandro Rama fue el tercer premiado de la Llave pública , con el cuaderno de cuentos Mecánica de las naranjas,…
Publicada por La Llave Pública en Lunes, 18 de mayo de 2020
Para que la participación no se quedara por debajo de las expectativas, los plazos para la recepción de la obras debieron variar y se aceptó la entrega en formato digital, de ahí que se contabilizan siete autores en concurso, donde el ganador verá publicada su obra bajo el sello de Ediciones Ávila.
Para los días 28 y 29 de mayo llegará el veredicto y el cierre por todo lo alto del contenido online difundido, fecha que también coincidirá con el aniversario 34 de la muerte de Onelio Jorge Cardoso, el cuentero mayor, y a quien se le dedica el evento y el sentido homenaje de los escritores del terruño.
De cómo los Juegos Florales han sabido mantener y ensanchar horizontes en las carteleras culturales de la provincia pudiera decirse mucho, pero quizás lo más exigente ha sido reinventarse hoy cuando el mundo ha parado y ha mirado en rededor, y cuando a la cultura le ha tocado sanar.