Ojos Teatro
La cultura cubana está de luto
Alcides Carlos González Díaz, Tití, destacado integrante de las artes escénicas en Santiago de Cuba, falleció el pasado jueves por la noche en esta ciudad, víctima de una larga enfermedad. Y con su desaparición física, la cultura aquí y en toda Cuba está de luto.
Hasta la Funeraria Santiago, donde se encontraban los familiares de Alcides Carlos, fueron el viernes por la mañana los miembros del Comité Central del Partido, Lázaro Expósito Canto, primer secretario del PCC en la provincia, y la Gobernadora, Beatriz Johnson Urrutia, junto a otros dirigentes y artistas del territorio.
Una de las últimas tareas de Titi fue dirigir el grupo Ojos Teatro, o sea las estatuas vivientes que tanta popularidad tienen en esta urbe donde son habituales en la céntrica calle Enramadas, en otros sitios de la localidad y en los festivales más renombrados, como el Festival del Caribe.
Junto al féretro fueron leídas sentidas palabras, entre otras de la Asociación Hermanos Saíz; también lo hicieron la poeta Teresa Melo y Raulicer García Hierrezuelo, director provincial de Cultura, quien dedicó su intervención a enaltecer las cualidades de Tití como artista, como presidente de la AHS, y fundamentalmente como promotor cultural.
Familiares, Expósito, Johnson, Raulicer y otros directivos de Cultura, la AHS y centros y consejos del sector cultural, rindieron guardia de honor.
García Hierrezuelo lamentó en nombre del sector cultural, el deceso de González Díaz, a quien calificó “de gran promotor y defensor de la cultura cubana”. Y en los mismos términos se expresó Juan Edilberto Sosa, presidente de la AHS aquí, al recordar la etapa en que la Asociación fue dirigida por Tití a inicios de esta centuria.
La AHS Nacional, las presidencias nacional y provincial de la Uneac, y numerosos artistas y personalidades de la Cultura expresaron su pesar por el fallecimiento de González Díaz, quien al morir tenía 45 años y en el último de estos su salud se deterioro progresivamente.
El cadáver fue incinerado ayer por la tarde y las cenizas depositadas en el cementerio de Santa Ifigenia.
Experiencias de mármol y sangre
La magia de posar como estatua o sentirse por unas horas una verdadera escultura viviente es un placer que se cultiva; pero cuando se logra, es una de esas pasiones eternas. Descubrirse, mostrar brevemente el universo interior en pequeños gestos, y volver a disfrazarse o refugiarse en el personaje que se asume a diario es un reto hermoso. [+]