Movimiento de la Nueva Trova
Con el arte en vena (+Fotos, tuits y videos)
Tal vez en los últimos tiempos cada vez eran menos los momentos de destellos, pero cuando una tropa de jóvenes artistas y escritores desembarcaba en la casa marcada con el número 41 en la calle Martí, Esther Montes de Oca, la eterna maestra de San Juan y Martínez, acopiaba todo el brillo para sus ojos ya casi grises y toda la lucidez del mundo para recibirlos con evidente alegría, como si por unas horas su cuerpo frágil olvidara que cargaba con más de un siglo de avatares.
Confieso que cuando la veía sentada en su sillón en la salita de estar pegada a la cocina no podía evitar preguntarme cómo había podido soportar por tantos años la ausencia de sus dos hijos amados, Luis y Sergio Saíz Montes de Oca. Cómo una madre, toda corazón, logra sobrevivir la muerte prematura de sus vástagos cuando, casi niños, son vilmente asesinados por la tiranía batistiana.
Aquel 13 de agosto de 1957 no lo olvidaría nunca. Ese dolor terrible se instaló para siempre en cada partícula de un ser de profundas raíces patrióticas, que llena de pena consiguió entender que «morir por la Patria es vivir». Frase inmortal de nuestro Himno nacional que adquirió más sentido para Esther no solo en la medida en que los diferentes espacios de su hogar, habitados por historias de amor a una Cuba libre, se fueron convirtiendo en sitios de veneración para los hijos de esta tierra, sino, sobre todo, después de que surgiera, en 1986, la organización que empezó a portar como bandera la poesía y el testamento político de Luis y Sergio. Esa que, bautizada con sus heroicos nombres, se fundara un 18 de octubre, hace justo hoy 34 años: la Asociación Hermanos Saíz (AHS).
Orgullosa de la obra de cientos de asociados que quiso como si todos hubieran salido de su vientre, Esther nos dejó a los 105 años de edad, sabiendo que la muerte de sus dos únicos descendientes no había ocurrido en vano. Lo más común del mundo es que les dijera: «Ustedes también son mis hijos, parte de mi ser; sin ustedes no hubiera podido vivir… Sean siempre buenos, dignos herederos…», cuando muy jóvenes poetas y narradores, músicos, pintores, cineastas, actores, bailarines, investigadores, promotores culturales… se aparecían con ramos de flores a la casita ubicada entre las calles Libertad e Isabel Rodríguez de aquel pueblo pinareño eminentemente tabacalero, para darle una vuelta y abrazarla. «Todo está bien —les insistía— cuando se da cariño, cuando se da amor… Cuiden la Patria. Hay que luchar por ella, vivir por ella. Eso honra…».
De voluntad utópica
La AHS se fundó gracias a la unión del Movimiento de la Nueva Trova con las brigadas Hermanos Saíz y Raúl Gómez García. Por tanto, se trata del cumpleaños de una organización que ha abrazado a varias promociones de artistas cubanos que comenzaron a mostrar su obra al mundo incluso mucho antes de 1986. Evolucionó como «un espacio de legitimidad para la experimentación dentro del proyecto cultural revolucionario», como asegurara el ahora titular del Cultura, Alpidio Alonso Grau, cuando esta cumplió dos décadas y el poeta se desempeñaba entonces como su presidente a nivel de país.
Mercucho se suma a los festejos por el Aniversario 34 de la Asociación Hermanos Saíz. !FELICIDADES¡#ElArteNosUne
Publicada por Niurbis Santomé Cudeiro en Sábado, 17 de octubre de 2020
Corría el año 2006. Entonces Alonso Grau se refirió a la significación de su ya fructífera existencia, empleando unas palabras que parecen dichas en este instante. «(…) por encima de la efeméride, lo que realmente celebramos es el triunfo de una voluntad utópica que por 20 años nos ha permitido participar de la cultura con un sentido crítico y una energía que van siendo cada vez más raros en este mundo. Un estado de vigilia intelectual que nos ha mantenido activos y fieles dentro de una vocación que hemos sabido salvar sin permitir que se extinguiera aun en los momentos de mayores dificultades. Más bien ha sido todo lo contrario: mientras más arreciaban las carencias y los obstáculos, más profundizaba entre quienes hemos asistido a este aprendizaje, la conciencia de afirmarnos en una actitud de pensamiento que nos mantuviera en alerta y a la ofensiva frente a cualquier fatalismo desmovilizador; en particular, frente a la aparente candidez con la que progresivamente ha buscado acomodarse entre nosotros el pregón desmoralizante del mercado».
Y si de algo se ha encargado la Asociación, que hasta la fecha ha convocado tres congresos, es de mantener bien activos a sus miembros. En su empeño, además, de promocionar la obra de los noveles creadores, su principal misión, se ha valido, a lo largo de estos 34 años, de intensas jornadas de programación y de reconocidos eventos distribuidos en toda la geografía nacional.
Guantánamo aporta la Jornada de la Canción Política y Titereando en la ciudad; Santiago de Cuba, el Taller y Concurso de la Radio Joven Antonio Lloga in Memoriam; Granma, encargada del ascenso al Pico Turquino, el Rock de la Loma; Holguín, las Romerías de Mayo, el Festival Nacional de Teatro Joven y el Premio Celestino; Las Tunas, Entre música y el Concurso Portus Patris; y Camagüey, el Almacén de la Imagen, la Cruzada literaria…
Ciego de Ávila organiza, por su parte, Trovándote; Sancti Spíritus, Lunas de invierno y Voces cruzadas; Cienfuegos, Al sur de mi mochila, el Premio Reina del Mar Editores y la Cruzada artístico-literaria; y Villa Clara, los festivales Longina canta a Corona y A tempo con Caturla, el Encuentro Hispanoamericano de Escritores además del Premio Sed de Belleza.
Muchas felicidades a todos los miembros de la Asociación Hermanos Saíz, a quienes la han ayudado a crecer a lo largo de…
Publicada por Yasel Toledo Garnache en Sábado, 17 de octubre de 2020
Orgullosas se sienten Matanzas, Mayabeque, Artemisa y la Isla de la Juventud por acoger, respectivamente, el Atenas Rock, el Puente Sur, el Arte en proceso y El Mangle Rojo, entre tanto Pinar del Río se muestra feliz «enredada» con la Jornada 13 de Agosto, el PinaRock y el Pinar Hip-Hop.
Como sede nacional, el ajetreo del Pabellón Cuba es grande durante los 365 días del año. Allí, en el recinto ferial del Vedado, lo mismo tiene lugar la Feria Internacional del Libro, donde se otorgan los premios Calendario, y el Encuentro de jóvenes escritores de Iberoamérica y el Caribe, que el Taller y Concurso de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena, el festival Patria grande, los espacios Pensamos Cuba y Dialogar, dialogar, la entrega de becas y premios…
Cuenta la organización, asimismo, con cinco editoriales: Sed de Belleza (Villa Clara), Reina del Mar (Cienfuegos), Áncoras (Isla de la Juventud), Aldabón (Matanzas) y La Luz (Holguín), dirigida por el multipremiado poeta y editor Luis Yuseff, quien no se esconde para afirmar que la suya publica preferentemente a autores jóvenes.
Publicada por Asociación Hermanos Saíz en Viernes, 31 de julio de 2020
«Alguna vez se me sugirió que yo “inventaba autores”. Ahora, pensando un poco más detenidamente en el asunto, creo que las personas que dicen eso de nuestro trabajo realmente lo que hacen es reconocer, veladamente, la eficacia de un trabajo de promoción de esos autores noveles que, de pronto, ven publicado su primer libro y a las pocas semanas su nombre puede aparecer cientos de veces en el buscador de Google… Y, si las cosas salen mejor, esos 500 ejemplares de su libro terminarán agotados en unos pocos meses, e invitados a varios de los eventos que genera la AHS para la socialización del hecho literario».
De ello pueden dar fe escritores que aunque en la actualidad ya no integren las filas de la AHS estarán enlazados a ella de por vida, como son los casos de Idiel García, quien permanece al frente de la editorial Sed de Belleza; Yunier Riquenes García, quien fundó estando en su seno, junto a Naskicet Domínguez, Claustrofobias Promociones Literarias, y de Eldys Baratute Benavides, el mismo de Marité y la hormiga loca, Cucarachas al borde de un ataque de nervios y Retoños de almendro, la selección que le pidió Yuseff para La Luz y recoge la obra de 35 voces de todo el país y de 19 ilustradores, también jóvenes.
Ellos hubieran sido como nosotros; nosotros hubiéramos sido como ellos. En nombre de la Presidencia de la Asociación…
Publicada por Rafael González Muñoz en Sábado, 17 de octubre de 2020
A Baratute le encantará siempre la Asociación, porque es el lugar en el que «me retroalimento. Un sitio lleno de jóvenes, mucho más jóvenes que yo, con locuras, deseos de hacer, pero también con distintas realidades que merecen ser reconocidas. En medio de todo eso me siento feliz y trato, desde mi trabajo de promotor, de impulsarlos.
«¿Qué le debo? Mucho de lo que soy hoy como creador y como persona. En las máquinas de la Casa del Joven Creador (CJC) pasé mis primeros libros, después del Premio Calendario y la beca La Noche los lectores comenzaron a interesarse por mis textos.
«En esos años descubrí la importancia de tener un buen líder, con sensibilidad, al frente de las instituciones culturales. Por eso luego traté de hacer lo mismo con los jóvenes con talento que se acercaban a mí.
«¿Qué le falta? Mucho, muchísimo. Y cada día le faltará más, teniendo en cuenta que cada generación de jóvenes es distinta a la otra, y que no podemos seguir perdiendo terreno frente a la banalidad, el facilismo y la acefalia. Tenemos que ser brujos, inventar varitas mágicas, diseñar sombreros con conejos, todo lo que haga falta para subvertir los patrones seudoculturales y para eso tenemos/debemos estar más cerca de los que se hallan lejos de los círculos de artistas y no vienen a nuestras instituciones, estamos obligados a salir a las calles y traerlos».
Gracias al Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez y al Viceprimer Ministro Roberto Morales Ojeda, por…
Publicada por Asociación Hermanos Saíz en Domingo, 18 de octubre de 2020
Otro guantanamero, Daniel Ross, es de los que no esconde su satisfacción por haber sido el primero de los que estudiaban en la Academia Profesional de Artes Plásticas, en unirse a la organización, «que me atraía porque todo el tiempo intentaba mezclar las diferentes manifestaciones en sus actividades. Me encantaba aquella mezcolanza. Veía a la AHS como una gran mesa donde me podía servir libremente lo que quería y necesitaba. Y me nutrió muchísimo. Bueno, todavía lo hace, ofreciéndonos siempre esos espacios diversos para crear, para participar como artistas».
Hermanados en llanos y montañas
Hubo un momento alrededor del año 2011 en la vida de Indira Fajardo, actual presidenta del Instituto Cubano de la Música, en que se convirtió en toda una «experta» alcanzando el Pico Turquino, en representación de sus compañeros de la sección de Crítica e Investigación.
«Recuerdo que la primera vez, que se escogió la ruta de Granma, fue demoledora. Tuvimos que caminar ocho kilómetros por carretera desde el campamento de pioneros hasta Alto del Naranjo; un recorrido que usualmente se hace en camión, lo cual sumó un deterioro prematuro a nuestros cuerpos «vírgenes» todavía. Para colmo, parte del descenso hacia la Aguada de Joaquín, tras admirar el busto del Maestro que señorea en el cielo, hubo que enfrentarlo de noche y bajo la lluvia, así que las caídas eran bastante seguidas y solo podíamos avanzar alumbrándonos con celulares y adivinando las barandas a cada lado. Quien las veía primero gritaba: “¡baranda derecha!” o “¡baranda izquierda!”. Llegamos con un hambre tan rabioso que nos comíamos lo que se nos pusiera delante.
«Con esa experiencia debía haber rechazado la propuesta cuando me convocaron por segunda vez, mas no dudé ni un segundo. Tampoco la tercera… Y es que no he querido perderme por nada del mundo esta iniciativa de la Asociación que persigue, sobre todo, propiciar un encuentro cercano entre jóvenes escritores y artistas de todo el país, que además nos conecte como generación, no solo con la cultura más auténtica, sino también con nuestra rica historia.
«En lo personal, observar con los ojos del corazón al Martí de la cima de Cuba es también saldar una deuda que había asumido conmigo misma en el orden familiar. Mi bisabuela ayudó a Celia Sánchez a esconder ese mismo busto antes de llevarlo a la Sierra. Por ello para mí se trata también de rendirle un tributo diferente al Apóstol iluminado, a quien siempre contemplo en espera de alguna sabia señal».
A una cantante ya reconocida como Annie Garcés le parece genial que exista una organización que agrupe a artistas jóvenes. El primer regalo que recibió de ella fue convidarla a escalar el Pico Turquino, «una experiencia inolvidable que me descubrió unos nuevos amigos supertalentosos, que están diseminados por toda la geografía nacional entregando su arte maravilloso. A mi regreso opté por la beca El reino de este mundo, un proyecto de DVD, que recogería un concierto de canciones interpretadas por mí pero escritas por jóvenes compositores, y otra vez recibí un apoyo inmenso… Como si fuera poco, luego me convocó para que me sumara a otros intérpretes en el video de Con un poco de amor, de Silvio Rodríguez, tema con el que saludamos el aniversario 30. Así comenzó mi camino y desde ese primer año resultó tan intenso que me asustó».
El artista camagüeyano de la plástica Leonardo Pablo Rodríguez Martínez la considera su segunda casa. «Mi otra gran familia. La AHS ha sido un ancla y un peldaño fuerte en mi carrera. Me ha ayudado mucho, al ofrecerme las posibilidades de realización, de crecimiento, de superación, que no he encontrado en ninguna otra parte. En la AHS puedo decir que estoy en el lugar correcto», dice.
Frank Martínez Oliva también le estará eternamente agradecido, asegura, «por su apoyo constante y por contribuir a hacer realidad aquel sueño de recoger parte de mis creaciones en un soporte que me sirviera para promocionar mi obra», confiesa este joven nacido en Contramaestre que llegó a la trova por medio de la poesía y por las necesidades espirituales que en él potenció la entonces muy activa célula de la organización de vanguardia de los noveles artistas y escritores en aquel municipio de Santiago de Cuba.
Intensa forma de vida
Fue su propia madre quien se lo entregó a Freddy Emir Tejeda, líder del proyecto Baúl del Trasgo, de la Casa de Cultura de esa parte de la ciudad de Cienfuegos que todos llaman la CEN (Central Electronuclear) —devenido luego en el grupo Teatro de la Fortaleza comandado por Atilio Caballero—, antes de que el mismo actual presidente de la Asociación se probara, por ejemplo, en My Clown, donde no solo actuó sino que escribió sus primeros versos, para ver si su pequeño conseguía lo que ella no pudo: adentrarse en serio en el universo del arte. Así se encontró con la escena Rafael González Muñoz, el autor de Por el terraplén, Federico y María, Un reino medio(ocre), Medea en el jardín, La cocinerita adorada. Breve historia de Clarita Mazorca…, egresado de Teatrología y Dramaturgia en el Instituto Superior de Arte.
Instructor de arte de alma, González Muñoz se unió a la AHS en 2009 «en un momento en que se gestaron muchos proyectos que marcaron la labor de la organización en la Perla del Sur. Recuerdo la peña Con jugo de tamarindo, centrada por Pharos Teatro, en el barrio de Reina, donde hallé la complicidad de Frank Armando Pérez Aguado (el payaso Colorete), quien conduce los pasos de la Asociación en el territorio; de Niurbis Santomé Cudeiro (Chispita)… Yo era Pito Pito…», rememora quien ya fuera elegido vicepresidente nacional en el 2do. Congreso.
«Cuando llegué al Pabellón Cuba, sede nacional de la AHS, traía el conocimiento de cómo funciona la organización en una provincia, lo cual constituyó una ayuda enorme a la hora de llevar adelante esta nueva responsabilidad… Te aseguro que la AHS ocupa un lugar muy especial en mi vida, siempre bien cerca del corazón. En ella no se puede estar, no puedes permanecer impasible cuando te encuentras rodeado de creadores que han nacido con el arte en vena. Para mí ha significado asumir un enorme compromiso con la obra colectiva de muchos. Es una organización que encontró en “Hermanos Saíz” su denominación ideal. Nosotros todos constituimos una gran hermandad de arte, acción y amor, que ha tomado como símbolo, como paradigma, el legado que nos entregaron Sergio y Luis.
- «Una hermandad que intentamos que esté integrada por artistas de corazón que a su vez sean buenos seres humanos, quienes hacen de los eventos y jornadas de programación de la AHS una intensa forma de vida».
Unidos por un mismo ideal
Subían y bajaban del lomerío con las palabras en forma de verso. Alegraban las noches en el corazón del parque Serafín Sánchez Valdivia o en una esquina de cualquier calle. Proponían esculturas con dimensiones llamativas. Daban vida, color y sonidos bisoños a la quieta ciudad.
En su mayoría, olían aún a escuelas habaneras o villareñas. Consumían expresiones artísticas renovadoras; discursos desafiantes para algunos, alarmantes para otros. Eran capaces de arrastrar a unos cuántos curiosos, y a otros ya convencidos de la valía de la oleada de jóvenes con muchas ganas de hacer y que poco a poco rompieron filas para integrarse al contexto cultural espirituano.
“Como en el resto del país, los artistas jóvenes estábamos agrupados en la Brigada Raúl Gómez García, la Brigada Hermanos Saíz y el Movimiento de la Nueva Trova. Mas, como resultado de la lógica en el desarrollo como creadores llegó la necesidad porque lo fue así, una necesidad de unirnos todos como Asociación Hermanos Saíz”, recuerda con detalles Carlos Manuel Borroto, protagonista de aquel contexto.
Desde hacía meses, se hablaba de esa fusión, no bien aceptada, según la memoria colectiva de los protagonistas de aquel contexto, por todo el gremio por los temores propios que genera lo nuevo. Sin embargo, tras largos debates en busca del bien común, se aprobó, el 18 de octubre de 1986, en el Encuentro Nacional de Jóvenes Escritores, Artistas y Técnicos de la Cultura.
“Fue el momento en que se materializaba y fortalecía el sistema institucional de la cultura. Por tanto, el mecanismo para el intercambio estaba también”, rememora Juan Eduardo Bernal Echemendía (Juanelo), otro de los testigos de aquel nacimiento.
La nueva generación siempre con muchas cosas por decir no cedió espacio y aprovechó cada instante. El diálogo directo con los diferentes públicos siguió en el centro del colectivo que guitarra, pinceles y cuadernos en mano; no sabían lo que significaba la palabra conformación.
“Las más jóvenes generaciones siempre son vistas con la expectativa de qué va a pasar y nosotros no escapamos a ello. No obstante, recuerdo que se nos respaldó desde la Unión de Jóvenes Comunistas, el Partido y la Dirección Provincial de Cultura. En aquellos primeros instantes, teníamos muchas carencias: no existía la editorial, el Teatro Principal era cine; ni imaginar con emisoras municipales o un canal de televisión, por lo que no parábamos en el interior de las recién creadas instituciones. Todavía en industrias como el Central Uruguay y en centros de acopio en alta mar deben recordarnos, porque nos íbamos a esos lugares por días para compartir nuestras creaciones y nos uníamos a sus diarismos”, describe Carlos Sotolongo, otro de los miembros del primer ejecutivo de la filial espirituana de la AHS.
En muy poco tiempo, otra prioridad tocó las puertas de la organización: una sede para que se convirtiera en guarida segura de tanto quehacer.
“Estaba en nuestros debates hasta que pasados unos años de la constitución de la AHS nos entregaron la vivienda, ubicada en la calle Céspedes, que desde entonces es la Casa del Joven Creador. A la par de esa preocupación siempre estuvo la de ejercer un diálogo constante, propio del cambio histórico protagonizado por la juventud. Y como ha sucedido en muchos otros momentos, no siempre encontró oídos receptivos del otro lado. Pero nosotros no nos cansábamos y volvíamos una y otra vez”, insiste Juanelo.
Como en la ciudad del Yayabo, en Trinidad el empuje arrollador de la juventud de los años 80 dinamizó los múltiples espacios donde el pensamiento se acomodaba con beneplácito.
“Recuerdo con añoranza aquellos días en que la ciudad era un centro cultural. La AHS es un oasis artístico, donde lo nuevo se mezcló con lo viejo y se compartió con el pueblo. Tanto así, que desde que nos entregaron como sede la casa ubicada en la calle Jesús María, se convirtió en el espacio de creación para artistas de la plástica, el escenario del Teatro Gaviota, donde también sucedieron peñas, talleres… Y contamos siempre con la ayuda de quienes ya tenían una obra consolidada”, cuenta Carlos Enrique Sotolongo, presente en cada uno de aquellos primeros instantes.
Sin percatarse el tiempo pasó y a su mismo ritmo, se sumaron otras nuevas voces al grupo fundador de la AHS en predios espirituanos, quienes por edad fueron cediendo su vida activa en la organización. Mas, la mayoría no ha dejado de estar en las propuestas con aires bisoños.
“En la AHS nacieron muchas de las principales personalidades que hoy representan nuestra cultura. Lo que entonces fue un sencillo cuaderno, moldeado en un taller, hoy es un referente. Al igual, sucede en el resto de las manifestaciones”, opina Rigoberto Rodríguez Entenza (Coco), a quien se le encuentra siempre por la Casa del Joven Creador de Sancti Spíritus.
De esa efervescencia inicial, se ha bebido a lo largo de estos 34 años de vida. Eventos como el Voces cruzadas, único espacio de su tipo en el país para mirar desde la ciencia a nuestros medios de comunicación, y el Lunas de invierno, el más importante de la filial espirituana por unir a todas las manifestaciones artísticas con propuestas para los espacios públicos son dos ejemplos de un quehacer consolidado con el talento y compromiso para encauzar inteligentemente el arte cubano.
“La Asociación se parece a su tiempo y cada joven es capaz de transformar su entorno en la manera que le es posible”, reflexiona Liudmila Quincoses, la espirituana con mayor período de tiempo en el ejecutivo provincial de la organización.
En el centro del lente
Muchos de los trazos de esta historia llegan por vez primera en formato de documental, gracias a la idea original, dirección, edición y postproducción de Alexander Hernández Chang. Resulta el mejor regalo al cumpleaños de la AHS en tiempos de COVID.
Entrevista con más de 10 protagonistas de estos 34 años se cruzan en un discurso ágil sostenido en fotos que nos devuelven momentos únicos a lo largo de esta historia.
No en vano su título, Memorias de Juventudes, nos toma de la mano desde aquel año 1986 hasta el quehacer actual y con el impacto de las células de Jatibonico y Trinidad.
La Comisión de Género de la Uneac y la AHS de Sancti Spíritus iniciará a partir de este mes, una serie mensual de conversatorios de 10 minutos diseñados en el proyecto "Formar ciudad: espacios interactivos". No te lo pierdas desde su perfil en Facebook. #UneacSanctiSpiritus#Uneac#CubaEsCultura #Cuba????????
Publicada por Unión de Escritores y Artistas de Cuba – UNEAC en Miércoles, 14 de octubre de 2020
Su premier se soñó con la apertura de la Casa del Joven Creador de Sancti Spíritus, finalmente reparada, después de más de dos años con la presencia de fuertes laceraciones constructivas, y en su interior un centro documental, donde además de atesorar bibliografía de interés para su membresía resguardará en una publicación impresa esta historia.
La actual situación epidemiológica de la provincia obligó a dilatar la celebración por todo lo alto. Mas, un día, no muy lejano, la casona de calle Céspedes abrirá esplendorosa sus puertas para retomar su vida y devolvernos la magia de un grupo juvenil que cree fielmente en que la cultura salva, a pesar de los molinos de vientos.
Convocatoria a concurso de diseño gráfico «Aniversario 35 de la AHS»
La Asociación Hermanos Saíz, que agrupa a la vanguardia creativa joven de Cuba, cumple 35 años en el 2021. Justamente 35 es la edad límite para pertenecer a esta organización nacida de la unión del Movimiento de la Nueva Trova y las brigadas Raúl Gómez García y Hermanos Saíz el 18 de octubre de 1986.
Integrada por escritores, músicos, artistas visuales, escénicos, investigadores, promotores, realizadores audiovisuales y de radio, la AHS tiene el reto de no envejecer jamás y adaptarse a cada contexto sin perder las esencias como una familia capaz de criticar, alertar e impulsar proyectos a favor de sus miembros y lo mejor de la cultura en el país.
Con motivo del referido aniversario, convocamos a un concurso de diseño gráfico que enriquezca la campaña por la celebración, la cual se extenderá a todos los soportes y espacios posibles. Deberá expresar el espíritu inclusivo y renovador de la AHS con la aspiración permanente de sus miembros de ser vanguardia en las diferentes manifestaciones artísticas.
Objetivo del concurso:
Diseñar el cartel y otros apoyos gráficos con una identidad visual que responda al aniversario 35 de la Asociación Hermanos Saíz, fundamental para la campaña promocional que se impulsará a lo largo de todo el 2021.
El slogan que se propone es:
“quedARTE JOVEN, ahora y siempre”, el cual hace alusión al desafío de permanecer eternamente joven, sin importar el paso de los años, lo cual implica una renovación creativa constante y adaptación a los nuevos contextos. También está relacionado con el fragmento de un intercambio de Fidel con creadores de la Asociación en 1988, cuando expresó que la AHS “se justifica ahora y siempre, ahora y siempre”.
Los diseños deben realizarse considerando su reproducción en diversos materiales (papel, tela, cartulina, plástico, cristal…, además de plataformas digitales). Serán punto de partida también para spots y otros materiales televisivos.
Las propuestas deberán ser originales, inéditas, no haber sido presentadas en otro concurso ni contar con registro de propiedad intelectual. Los trabajos deberán acompañarse de una breve descripción del diseño, en una extensión máxima de una cuartilla.
Los colores empleados deberán dialogar con los colores corporativos de la AHS: azul, rojo y negro.
Recepción y registro de diseños:
Podrán participar diseñadores, comunicadores, periodistas u otros interesados dentro o fuera de Cuba. La recepción de los diseños será a partir del día siguiente de la publicación de la presente convocatoria y hasta las 24:00 horas del 30 de noviembre de 2020, a través del correo ahscomunicacion@gmail.com
Publicación de la convocatoria:
La presente convocatoria estará presente en todas las redes sociales de la Asociación, en su sitio web oficial y en otros medios de comunicación. Se distribuirá por todos los lugares posibles con el apoyo de diversos colaboradores, instituciones y organizaciones.
Premio:
Consistirá en tres mil pesos en moneda nacional. El ganador será dado a conocer en todas las plataformas promocionales de la AHS y en diversos medios de comunicación. Su diseño será implementado en toda la campaña por los 35 años de la AHS, con su aplicación en medios impresos, audiovisuales, digitales y en otros soportes como pulóveres, lapiceros, pegatinas… El autor recibirá como obsequio ejemplares de todo lo que se haga como parte de la campaña. En varios momentos del 2021 será promovido en espacios radiales, televisivos y de prensa escrita, para mostrar su trabajo. Podrá ser invitado a diferentes eventos de la AHS a nivel nacional.
En caso de no ser miembro de la organización se valoraría su proceso de crecimiento a la misma, si lo desea. Se le ofrecerá una exposición personal con el tema de la campaña, para la cual la Asociación asumiría toda la producción y acciones promocionales.
«Lo que nos interesa es llevar un mensaje, sin recetas» (+ video)
En el centro de Cuba, específicamente en la cosmopolita y siempre animada ciudad de Santa Clara, la canción de autor es asidero para novedosas sonoridades. Cada viernes en la tarde noche, el dúo Círculo de Tiza se da cita en la casona sede de la Asociación Hermanos Saíz en Villa Clara para compartir con su público el gusto por la música rural de Norteamérica.
Víctor Daniel Évora Mendoza y Yasmany López Cuella (El Baby) se conocieron en agosto de 2004 mientras planeaban el acto del primer egreso del Programa Especial de Instructores de Arte en el país. Emergieron intereses profesionales y el gusto por arquetipos como Santiago Feliú, Carlos Varela y Polito Ibáñez. También por el rock and roll y el country.
En septiembre de 2007, poco después de graduados como instructores de arte, fundaron el dúo a guitarra y dos voces Círculo de Tiza, que les ha hecho crecer como músicos hasta convertirse a profesionales. Y es que Víctor y Yasmany coinciden hasta en la fecha de nacimiento: 10 de mayo de 1985. Quizá por eso en su repertorio es difícil determinar la autoría de una y otra pieza.
—¿Componen a cuatro manos?
—Víctor: Solo un tema, Pacto de humo, que se estrenó hace 11 años. Él tiene sus composiciones y yo tengo las mías — responde mientras fuma un cigarrillo.
“Yasmany abarca temas diversos, resaltando más lo existencial, y yo tengo una inquietud más acentuada hacia las canciones sociales. En el plano personal compuse mi primera canción a los 14 años, pero realmente comencé a sentir que surgía algo nuevo dentro de mí cuando llevábamos un año con el dúo, que montamos mis primeras composiciones y pude sentirme cantautor”.
En su repertorio en general, estos músicos recrean el panorama musical de los pueblos periféricos (o sea, del campesinado) de Estados Unidos y Canadá, sustentado en géneros como el folk country, el blues, el funk y el rock-pop, aunque según hacen constar ellos mismos; «con reminiscencias de lo que aportó para el Movimiento de la Nueva Trova en Cuba, los elementos del llamado rock nacional, en Argentina y el reggae en Jamaica».
Te hablo, por ejemplo, del swamp rock, este rock and roll que resalta la guitarra y la voz. Además, trabajamos el blues, el reggae de Jamaica nos llama mucho la atención y recurrimos también al funk conocido en los años 70 en Cuba como pastilla”, explica Yasmany y Víctor argumenta: “Es una línea que desde la canción de autor trabaja elementos de esos géneros, pero últimamente estamos centrados en explorar diversas variantes del country; por ejemplo, la balada country y el bluegrass. Actualmente vamos por el camino de la experimentación alternativa, por ejemplo, te puedes encontrar el reggae, con rock alternativo, con el country.
Y aunque esta se ajusta al formato de banda (bajo, guitarra, guitarra eléctrica y teclado fundamentalmente), Círculo de Tiza hoy día está integrado solo por sus dos fundadores, Víctor y Yasmany, quienes protagonizan junto a otros trovadores el espacio Cañasanta a la Hora de los Mameyes en la Casa del Joven Creador de la ciudad santaclareña. Allí ofrecen desde hace siete años esta línea de composición rara frente a un público mayoritariamente de miembros la joven vanguardia artística del país.
—Defienden esta música de habla inglesa preferiblemente, ¿pero cantan todos sus temas en español?
—Sí, casi todos, excepto algunos cover —contestan casi a dúo y se ríen.
Entonces presumo que no soy la primera en acotar la paradoja. “A mucha gente, sobre todo extranjeros que nos escuchan a dos cubanos sin banda y cantando country en español, creo que “no les da la lista con el billete” explica Yasmany sin dejar de reír. Luego se ponen serios, pues lo que hacen constituye “un reto”, sostiene Víctor.
Pienso también en el hecho de cantar country en una plaza frente a otras sonoridades como la timba, la guaracha, el punto; y otro folclor, digamos, caribeño, latino, afrocubano.
—¿Han pensado en la experimentación con mezclas cubanas que les permitan acercarse más al público hispanohablante?
—Yasmany: En ese sentido, específicamente nosotros hemos tenido que lidiar con los cuestionamientos de cerca de por qué no componemos música cubana, y siempre explicamos que defendemos la música cubana en todas las instancias que haya que hacerlo, pero nuestra línea de trabajo es otra, sin que esto constituya una camisa de fuerza para la experimentación futura con los ritmos predominantes o representativos en nuestro país.
—Víctor: En nuestras canciones hay mucho rejuego de palabras, doble sentido, frases que escuchamos en la calle. Son guiños a la cultura cubana más popular. También en la sonoridad nos hemos acercado a nuestras raíces campesinas.
“Por ejemplo, tenemos un country bluegrass, Pieles de corderos, que es una chota, una descarga a los cornudos, ya que trata sobre prejuicios hacia los hombres que consienten el adulterio femenino; y al final incorporamos unos compases del punto cubano. Es un homenaje que quisimos hacer a nuestro folclor; pero también representan las dos orillas: lo cubano y lo extranjero desde su ruralidad”.
“Observamos la realidad, la gente, sus expresiones y todo eso lo incorporamos a nuestro repertorio,” explica Yasmany, con aire evocador. “Nosotros nacimos en el campo, en pequeños pueblos alejados de la ciudad cuya ruralidad está impregnada de un folclor muy hermoso tanto en el habla como en la forma sana de ver la vida. Subyace la poética del lugar de donde venimos en nuestros temas, que a veces contienen dicharachos propios del campesinado nuestro”.
—Me comentaban que no les interesa el verso fácil y que les gusta mucho abordar contenidos sociales ¿Cómo se ven dentro del movimiento de la canción política actual?
Lo que nos interesa es llevar un mensaje, sin recetas”, me contesta Víctor con rapidez, y su amigo lo apoya casi sacándole las palabras: “Sencillamente planteamos un punto de vista y la gente lo digiere como mejor entienda. Y las etiquetas no nos interesan mucho.
“El ser humano trata de etiquetar, de engavetar o encuadernar las cosas; pero tratamos, en la medida de lo posible, de estar por encima de eso y crear sencillamente”.
—Entre los temas que abordan está presente también la religiosidad…
—Víctor: Abordamos temas reflexivos, las preguntas existenciales que se hace el ser humano, y dentro de esto la relación con Dios, como un referente; tanto si las personas creen que existe como si no.
—¿Cuáles son los desafíos actuales de Círculo de Tiza?
—Yasmany: No hemos abandonado el sueño de tener una banda —responde con los ojos chispeantes—. De hecho, las grabaciones del disco que estamos haciendo ahora van acompañadas por instrumentos reales, gracias a la ayuda desinteresada de algunos amigos músicos.
—Por último, lo primero: ¿por qué Círculo de Tiza?
—Víctor: Es una obra de teatro de Bertolt Brecht que se llama El Círculo de Tiza Caucasiano, inspirado en el cuento chino El círculo de tiza; y a su vez da nombre a una canción de Carlos Varela. Todo esto se mezcla con la mitología escandinava, que refiere aquel círculo de sal que protege a las personas de buena voluntad de las malas acechanzas.
Yasmany: También tiene que ver con la lectura que nosotros le damos a esa frase. Un Círculo de Tiza puede ser efímero. Es como el círculo de la vida, que también es frágil. Como mismo se puede borrar de un plumazo un trazo de tiza, se puede borrar la vida de un ser humano.
Víctor: Y estamos empeñados en que dentro de ese círculo solo entren los buenos seres humanos, la gente de buen querer, la buena voluntad. La paz, la esperanza y el amor. Sobre todo, esas tres cosas.
Así el repertorio de ambos —de Círculo de Tiza, al fin y al cabo— aboga por temáticas de valor universal; el amor, la libertad, la patria, la nostalgia y la crítica social. Estas pasan por la subjetividad de los creadores, cosmovisiones y sensibilidad artística que tributan a la construcción de un discurso de lo cotidiano que se funde en sentimientos y proposiciones más generales.
En el carrusel de Rubén
Un mililitro conceptual
Hace años me debía esta conversación, de esos regalos que uno decide hacerse. Con asiduidad coincidimos en espacios socioculturales de la ciudad y nos profesamos una mutua estima a nuestros quehaceres profesionales. Sus canciones componen buena parte de mi narrativa de trotaurbe. No hay creador de mi promoción, de antes y después, que no haya puesto aderezo a su bohemia con él y su guitarra mediante. El diálogo con Rubén Léster González Valdés toma un carácter polifacial, pues se encuentra el interlocutor frente al cantautor, guitarrista instrumentista, arreglista, compositor, productor musical, actor de teatro y promotor de la cultura.
Hombre de guitarra y canciones es también Rubén continuador de la tradición en Santiago de Cuba de trovadores que afilian su actividad creadora a la escena teatral. Ambas corrientes entrelazan sus cauces y no es posible deslindar la una de la otra en su historia de vida. Por eso, desde 1998 pertenece al Consejo Provincial de las Artes Escénicas y dos años después ingresa al Catálogo de la Empresa de la Música de Santiago de Cuba.
Por su obra musical en vínculo al teatro recibe el Premio por banda sonora original en el Festival de Teatro de Pequeño Formato de Santa Clara, y Primer premio por música original en el Festival Nacional de Teatro Máscara de Caoba, de Santiago de Cuba.
Tal como otros trovadores de las promociones que se han sucedido en Cuba desde el decenio final del pasado XX al presente, la obra de Rubén Léster se corresponde a la de un autor que entiende su música dentro de una convivencia de sonidos y aconteceres artísticos plurales. Sus entregas transitan de la lírica más excelsa a la recreación de evidente herencia trovasonera en el cuerpo texto-musical. Sus construcciones se asientan en una pluralidad de conceptos musicales que van del trovador y su guitarra a distintos formatos instrumentales de apoyatura a ritmos diversos donde coinciden canciones, guarachas, sones, reggae, otras incidencias del entorno sonoro caribeño como aires de vallenato o cumbiosos, hasta incidencias del entorno hip hop, rockero, popero, conga electrónica e incluso del tecno, como lo ilustran varios temas en Dime que sí, su más reciente entrega discográfica. Ésta en específico se desapega del hombre con su guitarra para mostrar un creador inmerso en los sonidos transnacionales, de carácter festivo, por momentos bailable sin que por ello renuncie a temáticas reincidentes en la Canción Cubana Contemporánea.
Sus piezas discurren por temáticas disímiles que aunque propias de la expresión trovadoresca llevan la singularidad de un discurso personal. La emigración, el miedo y la nostalgia aparecen desde la óptica de las relaciones humanas más allá de las demarcaciones políticas. Algunas de sus piezas apelan al recurso de la ironía a lo “no fui yo” propio del estilo trovasonero Matamorino. Con estas estrategias la opinión social a veces adopta tonos gozosos y de divertimento aparente, cuando casi siempre amparan sarcásticas guarachas con sustrato social.
Hay presencia también en su obra de aquellas piezas que cantan al amor con una lírica excelsa donde el eros seduce y a veces efímero pasa. Y desde otra interpretación, es el tópico amatorio motivo para encauzar, tono de guaracha por medio, aires de humor en los que aflora la aguda opinión del trovador hacia el contexto de vida.
Sus producciones discográficas han obtenido nominaciones al certamen Cubadisco. En 2015 recibe el Premio Cuerda Viva en la Categoría de Trova. Ese año se incluye el tema Suerte, entre las 50 canciones más representativas en la producción “50 Aniversario”, doble DVD por el medio siglo de la EGREM.
Obras de teatro, cortometrajes y documentales, entre otros audiovisuales, llevan el sello de las musicalizaciones de este autor. Rubén comparte la actividad como compositor e intérprete con la producción musical y con otras actividades de promoción de los valores de la cultura artística en Santiago de Cuba.
Suerte: la conversación
Naces en La Habana. Tu infancia y primera adolescencia transcurren en un constante trasiego entre la capital y Santiago de Cuba. Cuéntame de aquellos años y el estudio del Nivel Elemental de la guitarra.
Nací el 10 de febrero de 1977 en Hijas de Galicia, hospital materno de Luyanó. Mis padres en ese momento eran recién graduados de la Cujae. A ellos y a otros profesionales les ofrecen fundar la cátedra de Arquitectura en la Universidad de Oriente. Crearon la cátedra y tenían muchas responsabilidades, eso les hacía viajar constantemente. A los dos años viajé con ellos a Angola, Luanda, después a La Habana, de ahí de nuevo a Santiago. Así estuve hasta los dieci… tantos años. A veces los trasiegos duraban, eran un año aquí y otro allá, pero en ocasiones fueron dos o tres acullá. Luego saqué la cuenta y lo agradezco, porque eso me hizo ver que las diferencias entre las personas no son las que parecen. Sabes que existen los semitismos, que si los santiagueros o palestinos; aquí, que si los habaneros son esto o aquello. Me moví entre todo eso y me deshice de prejuicios. Esa infancia itinerante me dio una visión más amplia de las cosas a mi alrededor.
Estudié el nivel elemental de guitarra clásica entre ambas ciudades. Lo perjudicial es que el estudio fragmentado es un poco incómodo. Lo positivo es que me exigía más porque en el ir de un lado a otro los programas eran distintos y requerí el estudio. También estaba el tema de los profesores. Cuando tienes un docente que te acompaña en el tiempo de alguna manera te identificas con sus métodos. No tuve esa oportunidad. Aunque por lo general hay un maestro que te marca, en mi caso encontré esas enseñanzas aquí en Santiago.
Comencé la Universidad, y a la par realizaba el nivel medio de guitarra por encuentro.
A propósito de tu formación, de forma paralela a tus estudios musicales comienzas a estudiar la carrera de Física, y en realidad te gradúas como técnico medio en Ciencias Informáticas…
Yo cursaba la Escuela Vocacional con la idea de estudiar Física como carrera universitaria. Muere mi padre con el llamado periodo especial en curso. Salgo de la Vocacional. En aquel momento tenía un grupito que se llamaba Sisaya, que después devino en La Guerrilla, un grupo de rock.
Comenzamos un grupo como aficionados algunos amigos junto a Nelita, Alcides (Tití), Karina, Ringo y otros actores. Después de ese grupo es que nace La Guerrilla.
En ese momento mis padres de todos modos me pedían terminar “algo”, por eso es que hago por encuentro la tecnología en informática. Me gradué pero fue como “oír llover” (risas). Después me sirvió para el trabajo de postproducción pero la verdad en aquel momento lo hice por complacerlos a ellos.
Es en este periodo donde aflora con creces tu interés por hacer música. ¿Por qué el rock en una ciudad donde no es tradición?
Por La Habana, y mis constantes idas y regresos. Algunos de mis amigos de la etapa de estudiante eran roqueros. Es verdad que Santiago es una urbe tradicionalista. Todavía en aquella época yo tenía el grupo de rock and roll y podía presentarlo en algún que otro lugar. Ahora no sé si hay grupos de rock pero, si existen, no los ves en ningún lugar. Y diferente a lo que algunos piensan, había mucha gente en Santiago de Cuba amantes del rock and roll. Aquí hay público que gusta del rock lo que no tienen la posibilidad de seguirlo.
¿De dónde viene la cofradía musical con Luis Felipe Veranes, Felipón, y qué fue Altoriesgo?
Felipón trabajaba en ese momento con Calibán Teatro. Él es un poco rockero también. Yo era de los pocos que tocaba la guitarra eléctrica en Santiago. Vio mi juventud y que estaba loco por crear. Él es guitarrista también y estaba en busca de un bajista para el grupo. Buscó a Leo Cabeza para que tocara los teclados, se sumó Polanco en el saxofón, Ringo, Leo, Felipón y yo, y así se armó Altoriesgo. Fue una escuela, nosotros aprendimos mucho con Felipón. Le debo las formas de montaje, son elementos que no se adquieren en la escuela, donde se recibe práctica de conjunto, pero es un poco estático, lo vives cuando estás en la práctica, y sobre todo cuando es música moderna. Era creatividad pura.
La experiencia de Altoriesgo coexistió con el trabajo musical y actoral de La Guerrilla. Cuando se disuelve la agrupación musical comienzo además a presentarme como trovador. Eso me creó un vínculo más directo en el entorno musical, llegaron las presentaciones en la sede de la AHS, muchas veces como telonero de Muralla.
Das continuidad a la tradición en Santiago de Cuba de trovadores que afilian su actividad creadora a la escena teatral. ¿Cómo nace el interés por crear el nexo entre el grupo de rock La Guerrilla y el teatro?
Al inicio cuando surge La Guerrilla es un proyecto de música y teatro.
La génesis está en un grupo que se llamó Sisaya, ensayábamos en el Polifuncional de la Universidad. Luego le cambiamos el nombre por el de Crítica. Con este formato empezamos a presentarnos en la sede de la Asociación Hermanos Saíz. Hubo cambio de integrantes y formato, así que rebautizamos al grupo como La Guerrilla, que tuvo una duración alrededor de dos años. Imagina, tocamos rock and roll en Santiago, donde podíamos, un poquito en la Universidad, otras veces en la AHS.
En aquel momento con el grupo, empiezo a frecuentar más aun los conciertos, teatros, y nacieron muy buenas relaciones con Jorge Jardines. Norah Hamze dirigía Calibán. Jardines era de los actores que montaba obras de importancia como Apocalipsis, la gente cambia. Estaban él y Marcial Escudero que para mí eran referentes. En ese momento había una efervescencia del teatro acá en Santiago. En general era latente una vida artístico-cultural intensa.
Jardines me propone hacer un proyecto teatral. Yo tenía el grupo de rock and roll, y le sugiero crear un híbrido que fusionara el teatro con la música en escena. Así se formó La Guerrilla. Con posterioridad, cuando Jardines sale como director, asume Marcial Escudero, quien con anterioridad lideraba un grupo de teatro El Golem, y de esa unión resulta el nacimiento de La Guerrilla del Golem.
Luego de mi primera etapa con la agrupación musical Muralla, retomé la actuación con desempeños en protagónicos con los que obtuve premios, como en la obra En alta mar. Luego el teatro cobró mayor relevancia que la música en La Guerrilla del Golem. La responsabilidad musical recayó sobre mí, que además actuaba.
En uno de estos períodos llega mi segunda etapa con Muralla, cuyo trabajo demandó mucha dedicación. Entonces tomé la decisión de producir música para el teatro pero renuncié a la actuación. Jardines defendía mucho la música original. Después del trabajo que en tiempos relativamente recientes hicieron los dos Aquiles y yo, cada vez es menos en Santiago la música para teatro.
La producción de música para teatro es algo especial. La musicalización de obras es una disciplina difícil, al principio me costó trabajo y tuve que solicitar ayuda. Me acerqué a personas como el maestro Juan Filiú y otros que para mí ya eran grandes en la música. Agradezco a quienes me enseñaron, por ejemplo, de armonía y cómo llevar ese conocimiento a la práctica. Cuando aquello tenía una computadora que era viejita y la tecnología estaba menos desarrollada, era todo con el papel en la mano. Yo me pensaba que era un científico (risas), que era un Mozart. Porque estaba en lo de la música incidental, mientras en las calles estaba la trova tradicional, el son, y yo estaba en otro mundo, éramos la sinfónica y yo (risas).
Tenemos que hablar aún más de tus participaciones con Muralla, agrupación pionera en la canción alternativa en Cuba.
Sí, por supuesto. Tras mi salida de Altoriesgo comienzan mis primeras presentaciones acompañándome por la guitarra.
Yo tenía buena comunicación con Glenda Díaz, su directora. Era el momento de Muralla en que Leo Cabezas se va al extranjero. Ella me pide que entre al grupo como guitarrista. Empiezo con Muralla y a la par continúo con La Guerrilla. Durante toda la trayectoria que te comparto de mi carrera el trabajo con el teatro es permanente. Muralla sí demandaba mucha dedicatoria también. Hubo un momento en que no podía llevar ambas cosas. La experiencia con Muralla era formidable. Era una estación de trabajo muy buena porque Glenda propiciaba que la gente produjera música.
Luego tengo un segundo período con la agrupación. Los músicos trasiegan mucho y mantener la estabilidad de un formato es muy difícil. Glenda me pide que asuma la voz cantante. A ella le gustaba mi trabajo como trovador. Me ofreció la inclusión de algunas de mis canciones en el repertorio de la agrupación. Fue la última etapa de rock and roll de Muralla. Asumí los roles como cantante líder, guitarrista y autor de varios temas. Víctor Cutiño era el arreglista.
La agrupación tuvo varias etapas de gloria y ésta también lo fue, según la valoración de otras personas. En el caso de Santiago cuando nos presentábamos en la escalinata del Emilio Bacardí o la AHS siempre acudía mucho público, a veces ni entraban en el espacio, no se podía caminar. La gente iba a la Casa del Joven Creador por las presentaciones.
Giramos por todo el país, en festivales y eventos de la música en Cuba. En esa etapa compartimos con Síntesis, David Blanco, Interactivo. Fuimos finalistas de Cuerda Viva en la primera edición.
Cuando entré a Muralla ya tenía unos veinte años de creación y estuve alrededor de diez. Siempre me mantuve con el teatro y a la par mi carrera como trovador. Aunque predominó lo primero. En este período también comienzo a realizar colaboraciones con otros músicos. En una ocasión William Vivanco me pide participación para un proyecto de una gira a Francia.
Por tu obra como cantautor resultas Proyecto Nacional de la Asociación Hermanos Saíz. En el período tuviste una presencia notoria dentro de las dinámicas en la ciudad. Háblanos de todo cuanto le aportó la Asociación a tu carrera y viceversa.
Todo se deslinda de mi trabajo con Muralla. Nosotros girábamos por toda Cuba, y como trovador también. Muchas veces asistíamos a un festival y tenía los trabajos con el grupo más los míos como solista. El público llenaba los lugares, se percibía la sintonía con la agrupación y eso ayudó mucho a mi carrera individual. Los trovadores son muy solidarios y uno toca la canción del otro y viceversa, y otros jóvenes interpretaban mis canciones y todo eso fue mi plataforma.
La dirección de la AHS valoró los resultados de mi trabajo y apoyó de manera absoluta. Tanto que en un momento se me invita a presentar un concierto para una grabación. Se había creado un espacio en el Centro Hispanoamericano de la Cultura, que tiene una sala de conciertos espectacular, para realizar grabaciones a las presentaciones de los trovadores.
La AHS me escogió Proyecto Nacional, y a cada acontecimiento de relevancia era invitado. Cuando se realizó la celebración por los 35 años de la fundación del Movimiento de la Nueva Trova, de Santiago fuimos invitados José Aquiles, Felipón y yo. Mis presentaciones acontecieron con muy buena presencia de público.
La AHS me abrió muchos espacios. Cada vez que iba a La Habana me presentaba en el Pabellón Cuba. Hasta el otro día en que llegué a mirar y terminé tocando. Gracias a eso además he participado en casi todos los festivales de la trova por todo el país.
En esta etapa había un movimiento trovadoresco, existieron proyectos de conjunto. Los trovadores buscaban espacios para hacer su trova, lo luchaban, ahora no percibo lo mismo.
En ese trasiego de las tablas a la música, del rock a la trova, ¿qué referentes musicales y literarios te acompañaron?
Toda la vida me ha gustado leer, desde pequeño. Leí muchos clásicos. Mi papá me compraba los libros. Dicen que la canción se parece a la poesía. No he sido un lector asiduo a la poesía, pero siempre tuve y sostengo buenos vínculos con poetas. No era para un aprendizaje directo, sino un vínculo de amistad, como con Marcial, Reynaldo García, cofradía entre artistas. Estuve mucho en la Teatrova, y de esas interacciones creo que hay incidencias en lo que hago. Me dicen muchas veces sobre mi picaresca, creo que debe ser la influencia de todas esas vivencias que van de los poetas a mi alrededor y transitan por la mucha música que escucho. No se trata solo de lecturas literarias, si quieres ser libre en la música, tienes que tener cultura musical y la defensa teórica de tus libertades.
Eres de los cantautores o trovadores que entiende su música dentro de una inserción de sonidos plurales, y participas en aconteceres musicalmente diversos. Coméntame de las experiencias con el proyecto X-Planet, junto a la cantante inglesa Holly Holden y el MC santiaguero Alain García.
Soy de los que apuesta por la colaboración en los empeños de otros. A mí me gusta hacer música, como sea, para lo que sea siempre que me guste el porqué y me agrade el proyecto. Cuando la propuesta de X Planet llegó, ya en varias ocasiones había trabajado con la gente de la música urbana.
Yo tengo un amigo, hermano, Kiki Pro, que tiene el estudio Manicomio Records, uno de los primeros que surgió para esta música. Todos los grandes urbanos que emergieron aquí, los que empezaron cuando el reguetón era un embrión estaban allí con él. Muchas veces para esas grabaciones, si él necesitaba algún músico que tocara la guitarra o el bajo yo iba. Esa colaboración se mantiene hasta hoy. Por eso he tenido una relación cercana con la gente de la música urbana, con TNT la Reziztencia, La Familia Vakana, por ejemplo. También ellos crecieron dentro del panorama cultural junto conmigo.
Alain, Alayo Mc, apareció en la casa con Holly, una inglesa que canta espectacularmente. Nosotros aquí no estábamos acostumbrados a una mujer con una interpretación de esa forma bien anglosajona. El interés de ella era la fusión de su estilo a la música urbana y cubana y eso a mí me encantó. Llamé a varios músicos y a Dj Jigue. Luego del disco realizamos un concierto en la UNEAC que también tuvo su resonancia. Holly llevó esta producción al agregado cultural de la embajada inglesa en La Habana, y el diplomático se enamoró de aquello. Hicimos varios conciertos, uno de estos fue en el Museo de Bellas Artes, un concierto lindo. Este fue un proyecto con mucho apoyo de la embajada de Inglaterra. Luego agregamos nuevos temas y se presentó un concierto en el Iris Jazz Club con otros invitados y músicos jazzistas. Felipón estuvo también entre los invitados.
Según mi apreciación, en esta región, musicalmente hay una concepción más abierta, menos sectaria entre los cultores de diversos géneros o corrientes sonoras.
Sucede lo contrario, algo gracioso, todo el mundo se mezcla. Sin embargo no sucede igual entre los que, digamos, están en el mismo gremio. No ves mucha unión de un trovador con los demás. Todos se llevan bien, pero no se gestan proyectos comunes. Creo que lo más o menos reciente que vi, surgió por la iniciativa de la AHS de producir un disco con todos los trovadores. Pero la idea fue de la AHS, no emergió de nosotros. De modo similar sucede con los representantes de la música urbana. Es algo raro. No es como sucedió en Santa Clara con La Trovuntivitis y nuevas promociones de trovadores que se unieron de forma inteligente. Aquí es más fácil el aliarse con representantes de otros géneros o manifestaciones del arte, como un trovador y un artista de la plástica.
Los trovadores no siempre tienen la oportunidad de patentar su obra en fonogramas, y tú llevas la dicha de la participación en producciones colectivas y varias a tu nombre. ¿Cómo reflejan cada una de estas producciones tus etapas como creador?
Hasta el momento cuento con la participación en dos producciones discográficas compilatorias, Raspadura con Ajonjolí (EGREM) y la antología de nuevos trovadores de Santiago New Sound Santiago, en la que trabajo como cantautor y productor musical. Es este último un disco que obtuvo la nominación al Cubadisco 2012 en la categoría de trova-fusión. Con mis canciones tengo la realización de El Carrusel (Centro Hispanoamericano para el Arte y la Cultura y AHS); Simple (Bis Music), con nominación también en la misma edición del Cubadisco.
En tiempos más recientes produje Gallo Negro con el sello Siboney de la EGREM, y la propuesta de otro proyecto de disco de música electroacústica con el mismo sello. Y lo más fresquecito es el fonograma Dime que sí, con la producción de Kiki Pro y un servidor, y una nueva nominación a la feria cubana del disco en el 2019.
Ya conversamos acerca de la producción musical del disco X610Z (Existence) del proyecto X Planet.
Si de dialogar sobre mi resultado fonográfico se trata, ante todo digo que yo he tenido suerte. E insisto, todo empezó con Muralla, cuando estaba en una de esas etapas de efervescencia. Nosotros íbamos con frecuencia a La Habana. Había una inquietud por grabar, la EGREM quería hacerle un disco a la agrupación. Estuvo la intención que no fructificó, entre otras cosas por el desmembramiento de la formación en un momento. En aquel entonces yo era el compositor o autor de las canciones que interpretaba Muralla y era el cantante, heredé muchas cosas positivas de aquel auge.
Tanto fue así que en uno de los viajes, la AHS, de la cual ya era Proyecto Nacional, me propone realizarme un disco. En este caso se realizaron las coordinaciones con Bis Music, con la coincidencia de que mi hermana se gradúa y entra a trabajar con este sello. Hacemos el fonograma que fue nominado al Cubadisco. En esta producción participó el guitarrista, compositor y arreglista Marcos Alonso, es un todoterreno en la producción.
Mi hermana me dio la visión de cómo funciona el mundo fonográfico en Cuba. Usualmente nosotros no estamos acostumbrados a las empresas que funcionan para vender. Después cuando fui a España yo mismo le comercializaba mis discos a Bis Music, y eso se ingresa a la empresa. También le di mucha promoción “de a socio” y el disco se agotó. Después se hizo otra edición más corta, de la que quedan pocos ejemplares acá en Santiago.
La AHS me propone realizar un disco junto con otros trovadores de Santiago pertenecientes a la Asociación. Produje ese disco junto con Felipón. Lo hicimos con la EGREM. Este fonograma también obtiene nominación al Cubadisco. En esa etapa el sello santiaguero me propone hacer otra producción con mi obra en solitario, y una vez más recibo la nominación del disco en Cuba.
Eso conlleva de forma paralela un proceso amplio de creación…
¿Sabes lo que sucede? Acumulé mucha música de todo el tiempo que fui inédito. Había temas que me acompañaban desde hace mucho. Para Dime que sí, el más reciente disco con la EGREM, me llevó la preparación de temas y arreglos nuevos. También pude utilizar el estudio que tengo ahora en la Casa Dranguet. Kiki Pro fue uno de los productores, eso me permitió grabar y hacer las mezclas con más comodidad. Y la verdad es que todo el equipo de la EGREM me ayudó muchísimo.
Así mismo fue también con Gallo Negro, un disco que se grabó aquí con un financiamiento que obtuve desde Francia. Fue un financiamiento modesto con el que hicimos magia.
Tus composiciones reflejan temáticas disímiles casi siempre desde un sutil sarcasmo, o desde lo irónico con cierto sentido del humor, a veces con una lírica excelsa, otras, desde códigos comunicativos de actualidad. ¿Qué tiene que existir en tus procesos creativos para que emerja una canción?
Es complejo. Hay momentos en que vas por la calle y algo te despierta la motivación de hacer una canción, pero tal vez dos calles más allá eso se fue. Y de momento estás con la guitarra, te acuerdas y escribes. Ahora mismo con el coronavirus mucha gente me decía “por qué no le escribes una canción”, pero no sentí la necesidad, otros sí lo hicieron y lo respeto. A veces empiezo una canción y en la tercera estrofa se quedó y cuando la reencuentro, la resuelvo. Hay otras canciones que son “un tiro”.
Otros trovadores tienen disciplina para la composición. Yo no soy así. A veces pasan semanas. Tengo ocasiones en que compongo de un tirón, y eso me sucede mucho con las canciones por encargo. Hice una canción a Martí que se cantó en una tribuna abierta, esa la hice en una tarde. Es una de las que más me gusta y en aquel momento tuvo muy buena acogida.
Y es tan misterioso porque, por ejemplo, he comenzado una canción con tres estrofas que me acomodan y no la he podido terminar, y en una descarga por ahí surge un coro, tomo lo que tenía, comienzo a cantar en el tono de lo que ocurre y de repente se obra la canción. Eso me sucedió con El mililitro, una canción no concluida. Es de esas que tiene varios finales. La canté en una ocasión en lo que era el Centro de Superación, y a partir de entonces siempre la piden en las presentaciones. Sabes que la guaracha se presta para todo eso. Y casi siempre, que es lo más bonito como ocurre con El mililitro, esas que piensas que no están terminadas, son las que resultan una revelación para el público (risas). Cada vez que llegaba a la última estrofa comenzaban las sudoraciones para ver cómo hallar la solución. Si yo fuera un sonero, un improvisador… pero no lo soy. Yo tomo dos o tres recursos y resuelvo.
¿Cuáles de esas canciones son tu mayor espejo, esas de las que no puedes desprenderte?
Tengo varias. Hay una que me gusta mucho: La sabrosura. Está El descontento, que tiene varios trasfondos con una mirada incisiva. Yo me paré en el parque Céspedes, en la escalinata del Bacardí a tocar este y otros temas, a sabiendas de que la incomprensión puede generar descontento. Entre mis preferidas también se halla Suerte, es un tema a la emigración.
Suerte en particular me dio mucha alegría porque fue de esas que escribí de una vez. Me invitan a participar en el disco Raspadura con ajonjolí, que tuvo representación de trovadores de toda Cuba. Ese tema era de mis composiciones recientes. Ese tópico de la emigración siempre despierta expectativas y a mí me interesa abordarlo desde la perspectiva más humana. Es un amigo que se va, está bien y que tenga suerte no me importa nada más, yo hablo de las relaciones interpersonales. Si te gusta esto o lo otro no interesa, cada quien es libre de lo que quiera. Algunos creyeron que el tema era una bomba, y resulta que escucharon una canción muy lírica, de amor fraternal, de amistad. Tanto fue así que las palabras que se le hicieron al disco hablaban de ese tema. Por eso digo que he tenido suerte, porque en ese momento Bladimir Zamora, quien hizo las notas discográficas, tituló las palabras ¡Suerte, Compay! Y fue pura belleza lo que expresó. Igual ocurrió con una reseña que publicó en el Caimán Barbudo sobre la canción. La catalogó como una de las canciones cubanas sobre la emigración más bellas de todos los tiempos.
Sin embargo, las canciones que más le gustan a la gente no son esas, sino Lobo sato, El mililitro, los temas de más pachangueo. Tiene que ver con el tipo de público. Acá “la cosa estuvo buena cuando la gente se paró y bailó”, si estaban atentos pues “no estaba tan bueno”, ¿pero por qué no? (risas). El público en Santiago tiene sus características y también es difícil. En La Habana, como hay mucha más coexistencia y apertura con la recepción del hip hop, jazz, rock y todo tipo de corrientes musicales, me cuesta mucho menos poner al público en movimiento. Ya le he tomado más o menos la vuelta a cada lugar.
Al paso de tu obra, también has caracterizado espacios y peñas en distintos espacios como la Sala Teatro Macubá, la sede de la UNEAC, el Cabildo Teatral Santiago y la propia Casa del Joven Creador. ¿Qué te sobresale de estas experiencias? ¿Algo que retomarías si fuera posible?
Cierto es que hay lugares donde realicé peñas y encuentros de la trova que me marcaron, y lugares en los que me encantaría volver a tocar. Hice una peña en Macubá cuando la sede del Café Teatro se encontraba en Enramadas, en aquella cuevita, ese lugar me fascinó. Desde hace tiempo sostengo un vínculo muy bueno con Fátima Patterson y ella siempre me apoyó. Yo le agradezco mucho porque con ese espacio fue que comencé a tener presencia pública en la ciudad. Es verdad que contaba con la experiencia de las presentaciones con Muralla, pero una presencia en un espacio regular en el centro de la ciudad, fue con Macubá. Gracias a Fátima movimos hacia allá músicos, actores y artistas de todas las manifestaciones.
Otro espacio que recuerdo fue el Patio del Cabildo años atrás. Hace un tiempo se hicieron cosas muy buenas en este lugar.
Hubo un escenario que también me marcó, fue la casita del teatro de Calibán. Una casa pequeña, vacía, tan solo con un escenario y almohadones en el suelo para que las personas se acomodaran. Ahí se gestaron gran parte de los proyectos como Altoriesgo, La Guerrilla, El Golem; emergieron de esos encuentros, ideas para el teatro y la música. Aquiles Jorge era uno de los habituales, con su vertiente rockera y teatral, porque hizo varias cosas para el teatro que tienen su origen en aquel momento.
En la actualidad tengo presentaciones fijas en la Casa de la Trova. La Casa Dranguet, es mi actual espacio habitual, que he tratado de personalizar. Ahora la sede está en reparación, cuando culmine lo retomaré.
Recién comenzamos un espacio en el Museo de la Imagen, una peña de trova, poesía y audiovisual, Para socios, una cita para que acudan artistas, aunque estará abierta a todo el que quiera asistir. La principal intención es que asistan artistas que puedan gestar proyectos. La idea es incentivar el ambiente de la creatividad para el desarrollo de la cultura. Por eso quiero involucrar a artistas cubanos en cualquier parte del mundo en que estén para intercambiar sobre arte y cultura. Y también es propósito que los artistas se unan, porque cada quien está en lo suyo, hay mucho de conformismo y nadie quiere librar batallas.
Son Day o Continuará…
Cuando uno aprende a regalarse lo que estima, aquello adquiere un valor de suma significación. Así es esta conversación que para mí apenas comienza. Próximas ideas en torno a la obra de este autor se fraguan en la avenida de mis teclas. El tiempo con Rubén es momento para café mediante, hacer del pensamiento, fiesta y risa. Confluyeron también al encuentro algún presunto estribillo para canción. ¡Compay, la suerte es mía!
Destrabando la trova I
Salud pá tus ojos, ashé pa tu herrumbre
que el sol brinde para todos su justa lumbre
mucha fortuna y salud pido sobretodo en amores
que a golpe de labios tibios me nazcan flores.
(Nelson Valdés)
Para destrabar la trova no hay manuales. Esencia de la cultura musical cubana los trovadores legan la guitarra y la voz, el pensamiento en síntesis de las generaciones. Un país necesita de sus trotamundos, de esos que ensillan las ideas y con furia las cantan, otras veces, con dulzura desenfundan la verdad. Las ideas trascienden los límites y las molduras. Por eso el mundo y sus heridas resultan insuficientes para detenerles. No son estas las Romerías de siempre, nada lo es. El set puede ser tu casa, o la mía, el teléfono móvil, una Pc, o la TV. La trova se desentiende de obstáculos. Las guitarras levantan sus manos.
Tecnología mediante y ganas de sobra se obra el milagro. La cita está pactada casi a las tres. El anfitrión es Eduardo Sosa, trovador en cuyas cualidades musicales habita un hermoso ser humano, lo he dicho ya, vacilador, jocoso de espléndida carcajada, alguien para quien la trova es su casa.
Su quehacer como cantautor, intérprete y gestor de eventos lo lleva por disímiles contextos de la geografía nacional. Cuando indagué para lo que escribo, esa es mi ventana abierta, sobre las incidencias de esos trasiegos me respondió:
«He aprendido muchísimo porque tengo un espacio que se llama “Destrabando la Trova”, es, según por quienes llevan las encuestas, uno de los más importantes hoy en las Romerías. Suceden entrevistas a camisa quitá, desde Pedro Luis Ferrer hasta Tony Ávila, Buena Fe, Polito Ibáñez, Willian Vivanco, Raúl Torres. Abogo por el respeto que deben tener las nuevas tecnologías para con la posición de las personas. Este espacio ayuda a conocer más a quienes hacen las canciones que yo respeto, quiero y admiro, a confrontar su pensamiento y conocer la persona detrás de las canciones.»
El espacio que comenzó en la Casa de la Cultura holguinera con posterioridad se trasladó al Club Siboney. Otras ediciones de manera excepcional, como el protagonizado por Buena Fe, aconteció en la Casa de la Música. Este es el quinto año, y acoge en la primera emisión al cienfueguero Nelson Valdés como invitado.
La poética del joven juglar marca un punto de encuentro de la cancionística con eje al centro de la isla. Su hoja de trovas se habilita desde las entrañas mismas de la Asociación Hermanos Saíz, presentaciones y premios organizados por el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, las ediciones de la Feria del libro en varias provincias cubanas, el Longina, las Romerías de Mayo y otras celebraciones donde la guitarra y la voz se entrelazan. Varios fonogramas registran la autenticidad de canciones que se aferran a crecer justo Al sur de mi mochila.
En la opinión de Nelson, las romerías son parte de la célula cultural cubana y es imprescindible que se siga haciendo evento tan importante para la creación y el arte joven. El ambiente, el suceso cultural y el protagonismo de casi todas las manifestaciones del arte, es un lujo.
Sus ojos cantan en libertad, confiesa el trovador, las cuerdas van a donde la reina de los mares:
Si alguna vez tú fuiste río, llévame al mar/ si alguna vez tu amor fue mío, Yemayá venlo a buscar.
A la interrogante del anfitrión acerca de la relación de Nelson Valdés con la AHS y en particular con la organización del evento Al sur de mi mochila, el agasajado aportó:
«Al sur de mi mochila es un evento que ha ido creciendo, lleva el título de una canción de nuestro emblemático Lázaro García, fundador del Movimiento de la Nueva Trova y uno de los hombres más importantes dentro de la canción de autor cubana y cienfueguera. Es un evento que trata de hacer alianzas entre los jóvenes cantautores y los consagrados. Hemos logrado que sus propuestas lleguen a la comunidad, por los diversos espacios donde se hacen los conciertos y descargas. Pasamos a compartir con la EGREM el centro cultural Julio A. Mella, y eso propició que el festival creciera. Han pasado por cantautores muy importantes, han salido de ese escenario jóvenes para la canción de autor cubana. Es un evento que hoy es puntera dentro de la AHS en Cienfuegos. Es de los que mantienen viva la obra de muchísimos amigos, como otros que hay a lo largo y ancho del país.»
Y es que para salud de la trova en Cuba la parada en Cienfuegos es uno de los eslabones que hoy signan una especie de red de eventos trovadorescos en el país, en su mayoría con el protagonismo de la AHS.
Sal a caminar porque el tiempo se nos va casi siempre a indiscreta velocidad, es la segunda invitación musical de la tarde. Quien ahora le escucha sentirá la avidez por otras de sus canciones. Una palabra, santa caricia bastaría para borrar todas tus desdichas. El vínculo añejo de los trovadores con el panteón afrocubano aparece junto al eros, el deseo por la salud, el retorno de los amores y otras humanas causas:
Si el mar se te alarga junto a Yemayá moja tu camisa/ bastaría para borrar todas tus desdichas/ si yo te beso muchacha oye y te devuelvo la risa/ bastaría…/ abuelo no, abuelo no, la tarea difícil déjesela a Changó/ Santa Bárbara bendita/ la tarea difícil déjesela a Changó/ Santa Bárbara bendita …/ la tarea difícil déjesela a Changó siete rayos…
Eduardo Sosa reconoce en la obra del amigo una coherencia artística que contra los pronósticos de vivir a kilómetros de la capital, logra una presencia en los medios desde Cienfuegos. Un grupo de proyectos ocupan la creación de Valdés:
«Yo creo que la gente agradece el que hayamos homenajeado a Santiago. Y yo feliz porque pienso que homenajear a quien te ha dejado un legado y que ha sido importante en tu obra pues forma parte de lo mínimo que podemos hacer. También hicimos un tema que se llama Querido viejo con los arreglos del maestro Emilio Vega que es un homenaje a Lázaro García con la dirección de Omar Leyva; terminamos también con la dirección de Omar un video dedicado a los doscientos años de la ciudad de Cienfuegos que estrenamos en el cumpleaños 201. Ha sido parte de este trabajo en conjunto. Muchos amigos han puesto su mano para apoyar las cosas que a veces se me ocurren y que creo pueden contribuir a aportar un grano de arena a lo que somos y a lo que pretendemos crecer como nación, como país.»
Desde Graciano Gómez, Sindo Garay, María Teresa Vera, Miguel Matamoros y una amplia representación de trovadores de éstas y sucesivas generaciones le han cantado a la Virgen de la esperanza, mambisa, morena, Imagen Protectora.
Por estos anclajes en el repertorio de la canción cubana y por la trascendencia como símbolo de religiosidad y cultura cubanas, Nelson decidió destrabar la tarde con una canción con remedos vocal-instrumentales de conga que estará en su nuevo fonograma y que a su decir tiene mucho que ver con tu identidad, las raíces, porque es una canción que le hice a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de todos los cubanos:
Madre no me lleves a la conga oriental/ mira que después yo no puedo parar/ qué no que yo no voy a mirar/mira que después yo no puedo parar/ piensas demorar mis ojos/ mira que ya se respira tu necesidad de bailar/ sin que nos toque luna, hoy nos compondrá la lluvia/ paso por reír atento cuando apareces madre/ (…)
Estribillo. Pero no me lleves a la conga oriental/ mira que después yo no puedo parar.
Un abrazo a Cuba abrió los caminos a las trovas de mayo en Romerías, a la trova toda, espíritu de la nación cubana.
Casa de las Américas en su línea de la vida: memorias de una visita
A solo cuatro meses del triunfo de la Revolución cubana, el gobierno revolucionario, por Ley 299 el 28 de abril de 1959, creó la Casa de las Américas, institución con personalidad jurídica propia que realiza actividades de carácter no gubernamental, encaminadas a desarrollar y ampliar las relaciones socioculturales con los pueblos de la América Latina, el Caribe y el resto del mundo. La Casa fue inaugurada el 4 de julio de 1959 en un acto presidido por el entonces Ministro de Educación, Armando Hart Dávalos, en el edificio de la antigua Casa Continental de la Cultura.
Una de las experiencias más interesantes del II Taller y Premio Nacional de Periodismo Cultural “Rubén Martínez Villena” 2020 fue la visita a esta institución, uno de los centros culturales de mayor renombre y prestigio en Cuba y el continente. La visita permitió que todos los presentes pudiéramos conocer sus particularidades, además de sostener un diálogo ameno con Abel Prieto Jiménez, escritor y su actual presidente. Otro momento de gran relevancia fue la visita a la Galería “Mariano Rodríguez”, especializada en arte popular de nuestra América y donde los que participamos pudimos ver la exposición “Viaje de la tierra del Hermano Venado”.
Pero lo más atractivo fue conocer la historia de la Casa de las Américas, a partir de la exposición “La línea de la vida». La muestra es una suerte de recuento histórico de sus 60 años de labor ininterrumpida. La idea original es del Consejo de dirección de la Casa y cada una de sus áreas.
El concepto y montaje, dirección de Comunicación e Imagen, dirigido por Maité Hernández Lorenzo, y la Oficina de Diseño dirigida por Pepe Menéndez. En especial, al trabajo del programa Memoria de la Casa y sus trabajadoras Sylvia Gil, Chiki Salsamendi y Ana Cecilia Ruiz. La curaduría y el diseño museográfico son sorprendente, al convertir a toda la Casa en una verdadera galería de arte. Ningún espacio se hace ajeno a la misma. Con los diseños gráficos de Pepe Méndez, la relación entre coherencia y espacio físico permite un deleite único para el público que puede presenciar y deleitarse con el ingenio creativo de este diseñador, que una vez más demuestra su amplio dominio del oficio y su exquisito gusto.
Nuestro guía por la exposición fue el joven Ernesto Teuma Taureaux, quien demostró sus amplios conocimientos acerca de las seis décadas de historia de la promoción cultural que ha realizado Casa de las Américas. La primera parte de la exposición muestra la primera década de trabajo. Donde se destacan los sueños fundacionales de los diferentes hombres y mujeres guiados por Haydee Santamaría; se puede observar a través de cada foto, carta, libro y cartel que se muestra en la misma. Aquí distinguir el segmento dedicado al Premio Literario que entrega esta institución y el acta del primer jurado donde estuvieron reconocidos escritores e intelectuales de Cuba y América Latina y del Caribe. En esta primera década distinguir La Rosa Sangrante, del guantanamero Alfredo Rosgar, símbolo del primer Encuentro de la Canción Protesta celebrado en la Casa y que después desembocaría en el movimiento de la Nueva Trova.
En la segunda década de esta exposición destaca una Arpillera, de la cantautora y artesana Violeta Parra, que no es más que una técnica textil originaria de Chile. Los años 80 colocada en la subida de las escaleras nos sorprende con la presidencia del pintor Mariano Rodríguez; la fotografías de los dos Encuentros de Intelectuales por la Soberanía de Nuestra América y el apoyo desde la cultura a la Revolución Sandinista, en Granada y las guerrillas en Centroamérica.
Los 90 nos sorprende en los duros años del período especial y la convención de seguir la obra de esta institución –amén de las dificultades–, con el cambio de paradigma del autofinanciamiento. En 1992 “Nuestra América ante el quinto centenario” que fue una toma de posición frente a los fantasmas del colonialismo y por los pueblos indígenas. En 1994 se muestra el inicio del primer Programa de Estudio sobre la Mujer, a los que con el decursar de los años se unirían el de Latinos en Estados Unidos, Culturas Originarias y Afroamérica.
Y el nuevo milenio, con el aniversario 50 de la Casa siendo un momento de fiesta. El comienzo de los años temáticos y la Casa como ventana y enlace cultural con los gobiernos progresistas. Además del encuentro Casa Tomada, donde los jóvenes artistas, escritores e intelectuales de la región se reunieron como un ejemplo de unión entre la vanguardia artística de Cuba con la región.
La exposición acaba con la máquina de escribir de Conrado Bulgado, quien fue funcionario de relaciones internacionales de la Casa y quien tuvo la tarea de inventariar la mayor parte de los bienes culturales que protege el centro.
Esta exposición tiene un gran significado porque muestra parte de la obra cultural de la nación cubana en estos 60 años de existencia de la Revolución. Por lo que visitar esta prestigiosa institución para disfrutar de esta “Línea del tiempo” –hecha exposición– es una experiencia que no se puede perder.
«Sin la guitarra me siento desnudo» (+Fotos y video)
Casi siempre anda acompañado por su guitarra o la letra de una de sus canciones en los labios. Este muchacho, aparentemente tímido, de pelo enroscado y hablar pausado, también saca melodías de una pianola hasta tarde en las noches. Gran parte de su vida, gira en torno a la música, una pasión que sorprendió a todos en la familia, porque es el primero en dedicarse al arte.
Carlos Fidel Taboada Petersson, nacido en Matanzas en 1989 e hijo de matemáticos, abandonó su profesión de ingeniero civil para perseguir su anhelo más verdadero, el de ser músico, y así da pasos con esmero, sin afectar su alma de joven sensible y enamorado de las esencias, las mismas a las que les canta desde la sinceridad y la pretensión de eterna belleza.
Con humildad asegura que en su casa nunca ha faltado el bienestar espiritual. “Siempre hemos escuchado a intérpretes como Silvio Rodríguez. La guitarra llegó a mi vida en los primeros años de la década de los 90, tiempos muy difíciles; sin embargo, recuerdo esa etapa con cariño, era pequeño y no percibía el sacrificio de mis padres”.
Durante los largos apagones, su madre sacaba la guitarra del closet (la guardaba en un estuche de tela) y entonaba las canciones que más o menos recordaba de su adolescencia, y otras que entraban armónicamente en los tres o cuatro acordes que se sabía.
“Yo quedé hechizado. Comencé entonces a aprender cuando tenía 12 ó 13 años y nunca más me pude separar del instrumento. Rápidamente fui desarrollando una curiosidad que abarca la génesis misma de la música. Abandoné mi estudio del ajedrez, colgué el título de ingeniero después de dos años de servicio social, y aquí estoy”, expresa quien ha obtenido varios reconocimientos, como el premio Abril para Vivir en España.
— ¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Hay alguna relación entre la trova y el ajedrez, deporte que practicaste durante 14 años?
— El ajedrez me enseñó a trabajar con calma, a ser paciente y esperar a que el trabajo dé sus frutos. Lo más importante es la disciplina, sentarse todos los días y estudiar al menos un par de horas. Para mí eso es fundamental. Sé que cada artista desarrolla su propio sistema, no hay recetas ni teoría para eso. En mi caso, cuando paso uno o dos días sin tocar la guitarra (y desde hace algún tiempo el piano) me siento mal, me deprimo porque me dan muchas ganas de tocar. Yo necesito tocar todos los días.
“La composición siempre es un misterio. Cuando termino una canción me quedo vacío, siento que lo he dicho todo, y hasta que no tengo la necesidad de volver a expresarme no compongo más”.
— ¿Cuán difícil es ser trovador en la actualidad, cuando gran parte del público se decide por el reguetón y otros ritmos?
— Hoy la canción cubana se mueve en ámbitos muy pequeños, el público es cada vez más reducido. Las causas, en mi opinión, descansan sobre fenómenos sociales. El reguetón no es un problema en sí mismo, es una consecuencia. El deterioro del sistema de valores de la sociedad cubana es evidente, probablemente es subproducto de un sistema educativo deficiente, que no es capaz de crear en los niños y los jóvenes el culto hacia lo bello.
“El amor por la belleza tiene que nacer en la casa y en la escuela, es fundamental para el ser humano la búsqueda del crecimiento interior, hoy no es así en parte de nuestra sociedad. El reguetón, por ejemplo, tiene una gran pegada porque en su discurso utiliza recursos expresivos extramusicales, este fenómeno (no prefiero llamarlo género) representa el culto por lo material, es la práctica de la filosofía epidérmica del bienestar. El público no “escucha” reguetón, si fuera así pasaría de moda un una semana, pues musicalmente es demasiado básico, la gente más bien “consume” reguetón. Consumen una propuesta sonora, y sobre todo visual, que les habla del placer de la carne, no del espíritu.
”En este contexto es muy difícil ser cantautor, pues no hay igualdad de condiciones en cuanto a espacios con respecto a las propuestas que antes describí. Hay que mostrarle a la gente que lo esencial es el amor”.
— ¿Qué se siente en el escenario, acompañado solamente con tu guitarra y las canciones?
— Es algo mágico, hay una desnudez artística que atrapa al público. Cuando se produce esa conexión misteriosa entre el cantautor y el público surge algo íntimo, un manto de complicidad que cubre todo el lugar. Cuando eso me sucede (que no son muchas veces) tengo la sensación de dejar de existir, hace poco escribí una canción sobre eso. Creo que es lo que persigo cuando estoy ante el público, debo desaparecer, abandonar el ego, echarme a un lado para que pase la música”.
— ¿En Cuba, país con una larga tradición trovadoresca, de la Vieja y la Nueva Trova, de Sindo Garay, Silvio Rodríguez, Teresita Fernández y Pablo Milanés, acaso es posible proponer algo realmente nuevo en ese aspecto o cada autor debe conformarse con adaptaciones y simulaciones creativas?
— Lograr una voz propia dentro del discurso artístico es lo más difícil, es lo que marca la diferencia. Estas personas que mencionas han dejado un legado trascendental para la cultura cubana porque logran trasmitir al público un mensaje útil de una manera muy singular, cada uno con su estética pero con un modo de decir auténtico y particular.
“Nosotros, los músicos que decidimos seguir por los caminos de la canción, debemos buscar una voz propia. Los temas siempre serán los mismos porque la esencia espiritual del ser humano jamás cambiará, el asunto siempre será el cómo. Al menos en mi caso, estos son los fantasmas que me rondan a la hora de componer: ¿cómo le digo a la gente lo que necesita escuchar? y, sobre todo, ¿acaso yo sé lo que necesita la gente escuchar? Estos ´monstruos´ de la canción lo tenían muy claro, pero estoy seguro de que convivieron (y conviven) con los mismos fantasmas”.
— ¿Cómo tu pasión por la música, a veces “desmedida”, ha afectado o enriquecido tu vida?
— Hay momentos en la vida de cualquier ser humano en que ocurren definiciones, puntos de inflexión. Un momento de esta naturaleza lo tuve después de un concierto. Recuerdo que ahí me planteé que mi vida sería cantar mis canciones, arreglarlas, grabarlas…
“Entonces, no dejé espacio para más nada en mi vida que no fuera la música. Imagínate, eso fue muy bueno para mi formación porque aprendí mucho. Estudié armonía, piano, guitarra clásica, escuché música todo el tiempo, pero acabé perjudicando mi relación con las personas, con la familia, con mi pareja. Por eso suelo decir que la música me ha dado tanto como me ha quitado, es como la vida”.
— Vicente Feliú ha dicho que para ser trovador no basta con dominar la guitarra y cantar, “es un modo de vida”. ¿Qué piensas?
— Vicente Feliú es un artista admirable, es uno de esos imprescindibles. Él sacrificó parte de su carrera para dirigir el Movimiento de la Nueva Trova, además ha dejado canciones que son estandartes de la música cubana. Cualquier cosa que hagamos en nuestra vida con cierto grado de periodicidad y con entrega sincera y absoluta es “un modo de vida.
“Para mí, un trovador o un cantautor es un artista cuya estética no le hace el juego a las corrientes de moda introducidas por un mercado musical cada vez más intrascendente para el espíritu. Es un músico que cultiva un modo de decir singular. Ni siquiera tiene que dominar la guitarra, puede acompañarse de otro instrumento.
”Algo que me molesta a veces es el matiz político oficialista que en Cuba se le da a la trova y a ciertos trovadores. Es verdad que desde los tiempos en que nuestros padres trovadores en el oriente hacían sus canciones, nunca la trova ha estado ajena al contexto político cubano, pero no podemos olvidar que los trovadores estamos comprometidos con nuestra verdad, es algo que nos define, por lo tanto, debemos ser reconocidos y respetados, no solo cuando esa verdad comulgue con otras verdades, sino también cuando las cuestione”.
— ¿Cuánto te ayuda la guitarra para vencer tu timidez? ¿Es tan buena aliada, como muchos piensan, para conquistar chicas?
— Confieso que mientras aprendía a tocar tuve la esperanza de que la guitarra me serviría para conquistar muchachas. Pero, imagínate, las primeras canciones que me aprendí eran de Silvio, de Santigo Feliú, en aquel entonces no sabía que esas canciones no sirven para ligar en una secundaria común, si no tocaba alguna bobería de moda estaba frito, y como no lo hice, siempre estuve pasma’o. Sin embargo, la guitarra sí me ayudó mucho a vencer la timidez, todavía me ayuda, es mi aliada, sin ella me siento completamente desnudo. Yo sería incapaz de pararme en un escenario sin mover los dedos, es una maldición.
— En 2019 ganaste el concurso internacional de cantautores Abril para Vivir, que desde hace 18 años se realiza en España, ¿cómo fue la experiencia?
— El concurso Abril para Vivir es un certamen muy prestigioso en el mundo de la canción de autor en España. Participaron más de 100 cantautores de todo el mundo, por lo que me da mucha alegría que el jurado haya encontrado ciertos valores en mi música, que la hiciera merecedora de un reconocimiento.
“Sin embargo, lo mejor (además de conocer un país extraordinariamente hermoso) fue coincidir con los demás finalistas, hacernos amigos, comprobar que la canción de autor sufre en el mundo entero. Las principales diferencias entre la canción de autor cubana y la española está en las apropiaciones que hacen ambas de elementos autóctonos culturales”.
— ¿Cuán difícil es para un joven músico ascender en su carrera sin tener “padrinos” que lo ayuden en ese sentido?
— No se llega a ningún sitio caminando solo. Nos necesitamos unos a otros para poder marchar, es natural buscar el apoyo, y si es de alguien que conozca las interioridades de la profesión, mejor. Eso no me parece en lo absoluto mal. Lo que pasa es que siempre hay gente astuta que vive por atajos y desarrolla el oficio de caer bien, en vez de hacer el bien. Eso es una mentira, y a la mentira, mientras más lejos, mejor. No importa cuánto brille, en el fondo siempre será una mentira.
— ¿Cómo debe ser un joven creador en la Cuba de la actualidad?
— Debe ser sincero, siempre.
— ¿Qué otros trovadores jóvenes recomiendas?
— La verdad, los recomiendo a todos. La gente debe aprender a escuchar, es fundamental. En las condiciones que estamos, pretender que la gente vaya a un teatro a escuchar a un cantautor es ambicioso, por lo tanto, lo que recomiendo es que apaguen la bocina portátil y salgan a un teatro a ver lo que sea, que le dediquen un tiempo de paz al arte. Cuando toda la sociedad sea capaz de hacer eso, entonces hablaremos de preferencias.
— ¿Momentos de más tristeza y alegría? ¿Sueños en el arte?
— La alegría mayor es ver nacer una canción y la mayor tristeza es sentir que al público no le dice nada. Mi sueño más grande es no cansarme, mientras no me venza el cansancio todo estará bien.
AHS: fiel a su principios fundacionales
(…) no se puede decir que el papel de la Asociación sea solo promover la cultura. Puede ser el más importante, pero la Asociación tiene también que recoger todas las cuestiones, preocupaciones, problemas que tienen los miembros, y tiene que trabajar y luchar por los intereses de toda aquella gente que representa. (…) Esta institución se justifica ahora y siempre, ¡ahora y siempre! [+]
Liuba María Hevia: una obra que enamora y ensancha
Compositora, trovadora y cantante por excelencia. Liuba María Hevia es una de las voces imprescindibles de nuestro panorama musical. Por estos días, guitarra en mano unida a su inconfundible voz y a destacadas orquestas sinfónicas del país, ha deleitado al público con la gira nacional que celebra los 35 años de su carrera artística, y agradece a todos los que han colaborado con esa trayectoria.