Martí
En la cima, la virtud
Es 2024 y otra vez jóvenes de la Asociación Hermanos Saíz se disponen a subir la elevación más alta de Cuba, el Pico Turquino, a 1974 metros sobre el nivel del mar. Para quien escucha esa cifra pensará en casi dos kilómetros de camino, pero representan 13, desde Bartolomé Masó en Granma.
Subir el Turquino representa cumplir con retos personales, encontrar la satisfacción de quien llega a la cima de esta Isla, conocer, mientras tanto, su naturaleza. Subir el Turquino, en grupo, es otra cosa.
Para los jóvenes de la AHS significa el homenaje a Martí debajo del busto que colocó Celia Sánchez con su padre, Manuel Sánchez, y pobladores de la zona; el tributo de generaciones de cubanos al Apóstol, por las ideas que iluminaron toda una Revolución.
También simboliza la admiración a Fidel Castro y a los hermanos Luis y Sergio Saíz, jóvenes que murieron con la edad de 17 y 18 años, respectivamente. La edad de quien cursa hoy el onceno o duodécimo grado de preuniversitario. Sí, porque, a veces, un número no nos muestra tan cerca la realidad.
A ellos, quienes tuvieron la madurez suficiente para enfrentarse a los militares de la dictadura de Fulgencio Batista y fueron miembros del Movimiento 26 de Julio, se encuentra dedicada la jornada que culmina, precisamente, el día de sus asesinatos, 13 de agosto, en San Juan y Martínez.
La primera parte de este periplo-homenaje fue en Oriente. Un recorrido por distintos sitios de la historia guió a artistas de la Asociación por la provincia de Granma.
Lugares a los que el pasado llama, para revelar matices que no cuentan los libros de historia. Dos Ríos, escenario de la caída en combate de José Martí; y la casa natal de Carlos Manuel de Céspedes y su ingenio La Demajagua, donde el 10 de octubre de 1868 proclamó la libertad de sus esclavos, fueron los destinos explorados por la novel vanguardia de creadores, quienes se acercaron a otras facetas de los héroes, a una visión más humana.
Antes de comenzar el ascenso, el grupo de entusiastas llegó a la comunidad de Bartolomé Masó para entregar lo que llevan por dentro y les da razón a sus vidas: arte. La sorpresa fue grata cuando ya la alegría y el talento los esperaba a ellos. El grupo Colorimágico, integrado por niños de la zona montañosa, tenían preparado un espectáculo desbordante de música, danza, declamación y muchas sonrisas.
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Después de dos días en Granma, comenzaban el ascenso desde el campamento Altos del Naranjo hasta el kilómetro 8. Algunos ya habían vivido la experiencia y alertaban a otros de los cuidados que se debían tener.
El primer tramo auguraba caminos complejos de transitar, grandes elevaciones que se traducirían en subidas y bajadas, contrario a lo que algunos pensaban de un camino de única subida y, luego, solo de bajada. Iban bordeando serranías. El principal impulso era llegar a la cima y no saberse solo en el proceso.
Iniciaron de madrugada, cuando aún las primeras luces del alba no llegaban a este hemisferio. El tiempo apremiaba y sería difícil para los que no contaban con una preparación física adecuada. La falta de iluminación hizo que los primeros kilómetros se anduviesen en grupos más amplios para aprovechar las linternas de los pocos que tenían.
Escribió José Martí que “subir montañas hermana hombres”, y nunca imaginó que, en la escalada hasta el Pico Turquino, rumbo a honrarlo, nacerían lazos de camaradería, de verdaderas fraternidades, entre quienes que se juntaron para esta aventura, marcada por convicciones profundas, donde el arte prevalece sobre ideas políticas o creencias religiosas.
A medida que se avanzaba, cada uno iba quedando a su paso o el de algún amigo con el que transitaba. En puntos específicos de la extensa geografía hacían una parada para descansar, beber agua y alimentarse. En esos instantes, se conocían personas a las que el tiempo no había dado oportunidad de hacer coincidir por el apretado programa de actividades.
Los senderos empinados fueron superados por los paisajes que rodeaban aquellas montañas y la naturaleza que en ellas habitaba. Para quien vive en la ciudad resulta una experiencia extraordinaria ver las primeras luces del día entre las nubes que se colaban en estas prominencias, con la banda sonora de aves. Ahí, natural, muy parecida a esas que algunos han escuchado solo en películas.
El clima del Turquino hace que crezca una flora peculiar, como la orquídea más pequeña del mundo, u otros tipos de flores, hortensias y mariposas por doquier.
Habían salido desde las 4:30 de la mañana del 7 de agosto. Un poco después del mediodía ya estaba todo el grupo en el campamento Santo Domingo, ubicado en el kilómetro 8 del ascenso. A pesar del cansancio que podían llevar algunos, esa tarde se grabaron escenas para un documental, se conversó sobre la realidad de los jóvenes artistas, las problemáticas que enfrentan y cómo desde su arte dar solución o mejorar aspectos de la vida que superan lo material.
Fue una tarde en la que el grupo se unió más, de cantar alrededor de una fogata, de comer rápido para que otro pudiera utilizar la vajilla y los cubiertos. Ese día ya no era un grupo de más de 40 jóvenes, eran los hermanos del Ascenso al Turquino 2024 de la AHS.
El “de pie” del 8 de agosto fue a las 2:30 de la mañana. Había que desayunar y alistar todo para concluir los cinco kilómetros de ascenso y luego descenso. Al fin llegarían a la cima aquellos soñadores que se habían propuesto llevar su arte a lo más alto de Cuba.
La música, la poesía y la décima llegaron con los primeros rayos del sol. Se habló de la historia de la organización, de su vínculo con Fidel, de aquella noche en que murieron Luis y Sergio Saíz baleados por militares del gobierno de Batista. Yasel Toledo, periodista y escritor, presidente nacional de la AHS, contó sobre el dolor de la madre que perdía a “sus muchachos”, del padre juez, de la obra completada y la que estaba en construcción.
Solo tenían 17 y 18 años aquellos hermanos rebeldes. Para ellos fue este homenaje, la canción de Amaury, las décimas del Kíkiri y Adriana, la prosa de Gabriel, el performance de Luis Enrique y el documental de Claudio, Tito, Miguel y Zunzún.
Más de un siglo de iconografía martiana
Recuerdo cuando niña el cuadro de Martí que había al fondo del aula. Un retrato solemne, en el que se nos presentaba como ya nos había enseñado la maestra, siempre vestido de negro y con la mirada fija. Al lado, unos zapatos rosa que habíamos hecho entre todos, la mariposa de papel y unos versos que imaginaba sencillos. Demasiado serio pensaba. ¿Y este hombre escribió La Edad de Oro? No puede ser. ¡Ese cuadro necesita colores!
Pasarían años hasta que otra vez en un aula, ya estudiante de Historia del Arte, descubriera que aquel retrato era una copia del pintado por Menocal en 1902, uno de los primeros que se acercarían a la figura del Maestro. Descubrí también que después llegarían muchos más, con diversos estilos y técnicas. Encontré varios retratos de Martí, cuya visión plástica era como la que mi imaginación de niña me hizo sospechar. Aunque admito que el cuadro de Menocal no necesitaba más colores.
Y es que Martí es la figura revolucionario de mayor protagonismo en la iconografía plástica cubana. Pero «¿cómo habría de ser pintado él mismo, de qué modo sutil, moderno, esencial, podría hallar su iconografía una correspondencia mínima con el hombre que se quería todo pincel y todo luz?»[1] En los primeros cuadros, como en el caso de Menocal, el héroe es representado desde el tecnicismo académico y la búsqueda de un realismo casi siempre estricto. Con la llegada de las vanguardias artísticas y su búsqueda incesante de la identidad, la figura de José Martí sería, junto al paisaje, la forma ideal de vindicar la nacionalidad. Así, Arche nos regala un Martí noble, tan cercano y natural como el paisaje que lo cubre al fondo. Sereno, vestido de blanco, con una mano en el pecho y otra sujetando su propio cuadro, en un gesto misterioso pero sublime. En tanto, la pintura de Carlos Enríquez no solo se aparta de la solemnidad de Menocal o de lo subliminal en Arche. Carlos Enríquez muestra a un Martí en apariencia frágil. Herido, envuelto en una agitación de luces y transparencias está el hombre intrépido que se lanzó al combate, acaso a la muerte.
El triunfo de la Revolución provocaría un profundo cambio en todos los estratos de la sociedad cubana. La historia, vista como actitud y replanteo se convirtió en uno de los temas más singulares de la cultura cubana. Lo cierto es que a partir de entonces Martí será un tema recurrente y lo veremos a veces insolente, travieso en otras formas, dogmático, pero cada día más humano, más cerca de sus artistas y su pueblo. Los años 60 y su fervor y jubileo popular aportaron una de sus visiones más espontáneas y alegóricas. Del pincel de Raúl Martínez brota un Martí todo luz y color. Desde la asimilación del arte pop el creador muestra al héroe seriado, pero en el que cada contraste de luces y colores deja entrever también distintas fases y expresiones del hombre.
En la década de los setentas, entre grisuras y desencantos, «Martí suele aparecer como un hombre sin conflictos, que ha de ser tocado con engañosas manos de seda; pátina fetichista contra la que reaccionará la escandalosa sinceridad de los años venideros»[2]. Los años ochenta, conocidos por el renacer en las artes, mostraron una fortísima desacralización de los héroes. Martí es representado alejado de himnos y consignas, pero desde el homenaje sincero. Juan Francisco Elso, en su obra: Por América, esculpe un Martí mártir, con el cuerpo perforado. Pero el de Elso no es un Martí débil, avanzando entre dardos machete en mano, el de Elso es un Martí guerrero, irreverente. «Hay una imagen de Martí antes de Elso y otra después».[3] En los años siguientes la iconografía martiana seguiría en ascenso y cada vez se muestra más auténtica. Martí compañero, cederista, comandante, de blanco o de negro o desnudo. Martí vivo.
Nelson Villalobos, Kamil Bullaudy, Alexis Esquivel, Tomás Sánchez, Alejandro Aguilera, Agustín Bejarano, Sandra Ramos, Alicia Leal, entre otros. Cada artista, como cada cubano, tiene su Martí. Los tuneros también se han acercado a la representación pictórica del Maestro y no pocas veces le han dedicado jornadas expositivas y salones de arte. Desde las diferentes maneras de hacer y soportes, la imagen del más universal de todos los cubanos ha llegado a las galerías tuneras. Leonardo Fuentes, Alexander Lecusay, Rogelio Ricardo, Jesús Vega Faura, Lester McCollin, Gustavo Polanco, junto a otros jóvenes que han encontrado en los Salones 19 de Mayo y Homagno una oportunidad de expresión desde la visón martiana. Entre ellos Baire Cartaya, Fernando Estrada, Raúl Leyva y Yahiron Villalobos, que con su obra Solo va al alma lo que es del alma, muestra un Martí espiritual, donde el color se diluye, se opaca, y el diálogo con el espectador se vuelve más íntimo. Daimí Silva, en su obra El fruto de Martí, dibuja al Apóstol en una güira, material alternativo que no solo simboliza cubanía sino resistencia. En el Martí de Yamila Coma, los rasgos del personaje-mujer, característico de su obra, se funden con los del Héroe.
Martí, al decir de Lezama, es ese misterio que nos acompaña. A 171 años de su natalicio se transmuta en el imaginario de un pueblo que lo ha hecho suyo según sus experiencias. Y es que a José Martí la mayoría de los cubanos lo conocemos Héroe. Desde niños su imagen nos acompaña en el cuadro del aula o en la imagen de un libro. Pero a quien se acerca un poco más no tarda en revelársele poeta, crítico de arte, periodista, amigo, confesor, hombre, luz. Captar la esencia de un ser humano excepcional, más allá de sus rasgos faciales, no es tarea fácil, y nuestros artistas han creado una iconografía martiana tan amplia como diversa.
Notas:
[1] Rufo Caballero. Agua bendita, p. 123. Editorial Letras Cubanas, 2009.
[2] Ibidem.
[3] Ibidem.
Memoria Nuestra: Martí en la patria soñada
Con la conferencia magistral “José Martí: la patria soñada”, por el investigador Eliel Gómez Martínez, comenzó el Congreso de Pensamiento y Premio para Jóvenes Investigadores Memoria Nuestra 2023, como parte de la 30 edición de las Romerías de Mayo.
En la apertura, realizada en la sala Patria del Museo Provincial La Periquera, el también presidente de la filial holguinera de la Sociedad Cultural José Martí destacó el pensamiento del Héroe Nacional de Cuba a favor de los niños y jóvenes, y cuánto abogó en su obra por su educación social en pos de forjar lo bello. Insistió en sus preocupaciones por mejorar la condición humana desde la utilidad y la belleza, así como las asociaciones culturales que realizó desde otras perspectivas, pero siempre pensando en su Cuba amada y su identidad, lo que aporta un amplio contenido patriótico a su obra.
Según el Apóstol era necesaria la visión del bien en busca de la felicidad, y por tanto dirige su mirada, en varios escritos, hacia este valor, y es por ello que muchos cubanos abrazan, por encima de todo, las ideas de Martí como bandera, añadió Eliel Gómez.
Por su parte Luis Felipe Maldonado, presidente del comité organizador del Memoria, en sus palabras de bienvenida subrayó la importancia del evento como columna vertebral de las Romerías, un espacio para construir ideas y experiencias con proyección de futuro.
Esta cita de pensamiento que se extiende hasta el día 7, incluye conferencias y mesas diálogo, con la asistencia de participantes de varias provincias cubanas, así como momentos de intercambio académico y experiencias desde distintas realidades socioculturales aportadas por las diversas regiones del mundo presentes en este Festival.
Entre los momentos más relevantes de su programa se encuentran las conferencias magistrales de varios investigadores que son referenciales para los jóvenes: Francisca López Civeira, Premio Nacional de Historia y de Ciencias Sociales; María Luisa Pérez López de Queralta, directora de Investigación y Posgrado de la Universidad de las Artes-ISA; y Fabio Fernández Batista, vicepresidente primero de la Unión de Historiadores de Cuba.
El Congreso de Pensamiento Memoria Nuestra parte del interés por el rescate de lo nacional y local, como forma eficaz de fortalecer los valores, y su finalidad es la salvaguarda de la memoria regional, histórica y artística; además la detección y reconocimiento de valores endógenos que fortalecen a las naciones.
Por su parte, el Premio promueve la discusión sobre las identidades y culturas regionales en su más extensa acepción, a partir del debate del quehacer de los intelectuales en la sociedad actual y la presentación de los proyectos comunitarios que defiendan estos valores. En esta ocasión el Memoria Nuestra dedica sus jornadas a la interculturalidad entre los pueblos de Cuba y México, y al aniversario 170 del natalicio del Apóstol José Martí.
Escenas avileñas
Queridos lectores del Portal del Arte Joven Cubano:
Tuvo Ciego de Ávila, ciudad famosa por sus portales y poetas, una gira de poetas y trovadores, Estrofa Nueva, dedicada a celebrar el 170 aniversario del natalicio del Apóstol de la libertad de Cuba, José Martí.
El evento surge desde el mismo vientre de la AHS, bajo la idea del ya fallecido poeta, promotor, librero y amigo, Arlen Regueiro Mas.
Si bien la idea original no se pudo concretar, por razones lógicas de transportaciones y otras gestiones, y la poesía martiana, contemporánea, febril y necesaria no pudo llegar a los rincones del territorio, sí que se leyó poesía para todos los que quisieron oírla y ya lo ansiaban.
Recuerden ustedes que se trata de un suceso totalmente poético que consiguió su objetivo primigenio una vez que se convocaron a varios poetas del país y se regaron por toda la provincia, cual pólvora poética para llevar la lírica martiana, a buen recaudo, y con voces actuales.
Todo, desde un principio, bajo la impronta de otra hermosa gira del 2003 llamada Estrella de Cuba, que rendía tributo al poeta José María Heredia en su bicentenario, en la que Arlen participara y se sintiera más que motivado para concebir su propia estrella, que ilumine y reactive.
Año tras año, desde entonces, Estrofa Nueva se ha ido edificando sobre terreno firme. Y solo dejó de hacerse cuando era imposible, en tiempos de COVID-19, y otros instantes desorbitantes. Pero no falleció.
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En este 2023, con la ausencia del poeta demiurgo, quedó para la historia de la cultura avileña bajo el cuidado del también poeta y jefe de la sección de Literatura en la provincia, Leo Buquet. Quien, además, ha sido crecido en las filas de la Uneac en este mismo año.
El apoyo incondicional de la AHS, de su propia presidenta en el territorio, la trovadora Santa Massiel Ruedas, de su equipo de trabajo con Cleylis Aurora Benítez, Alejandro Quiñones, como vicepresidentes; Arlenys Pardo Pérez, como promotora, y Michel Guerra Martín, más todos los productores de la Casa del Joven Creador, su director Jorge; hicieron posible que la ciudad de los portales tuviera un verso tamaño colosal, para darle luz a nuestro Arlen y al Martí que todos llevamos dentro.
Es tradicional que también trovadores de otras provincias sean convocados. Así tuvimos la suerte hermosa de contar con lo mejor de la cancionística juvenil, gestada desde la esencia misma de la AHS, en la voz de Jesús Ricardo Pérez Cecilia, de Las Tunas, ante quien me quito el sombrero y lo abrazo como el más fiel de los hermanos.
El público avileño pudo constatar que su voz es tan cristalina como la de los querubines, y su lírica, tan fresca y diáfana, consigue transmitir el trasiego de los días y las noches de su autor. Es una entrada feliz a la nocturnidad de una vida aún en desarrollo.
De la hermana Camagüey nos llegó, con su poderosa voz, el talentoso y visceral Juan Pablo Palmero Valdés. A veces sus canciones nos remite a la década prodigiosa de la música pop española, y es que tiene ese dejo nostálgico en algunos compases, y hasta con toques rancheros que fueron muy bien acogidos por los asistentes.
También la lírica intimista de Leo CH fue aplaudida y aceptada con beneplácito. Y la poesía de la joven y recientemente crecida en la AHS Laura Ortega
Uno de los escenarios escogidos para trovar fue la Casa de la Trova Miguel Ángel Luna, recientemente asumida por el poeta y devenido TCP, Eduardo Pino. Específicamente, el espacio ideal fue el jueves donde se realiza, cada semana, la peña de Santa Massiel Ruedas y Motivos Personales.
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A mi parecer, hubo tres cosas hermosas y paradigmáticas que marcaron el evento. Y se trata de la Continuidad, la Continuidad y la Continuidad. Me explico:
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El evento renace después de la pandemia y aún en crisis económica de por medio.
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Se retoma pero sin su creador Arlen Regueiro.
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En medio del evento, Santa Massiel tuvo que salir para la capital a formar parte de una trovada martiana con trovadores del país.
Pero no se detuvo Estrofa Nueva.
Los que tenían que crecerse, lo hicieron y con más bríos que antes, como verdaderos pinos nuevos de la cultura. Por ello se llevaron el reconocimiento de todos, Cleilys Aurora y Alejandro Quiñones, quienes tuvieron alma clara y corazón contento para que el evento mantuviera atinada marcha.
Los objetivos se cumplieron y tuvimos trova y poesía, Martí, y nuevas razones para seguir hinchando el alma con arte contemporáneo.
Se implicaron la distintas secciones de la AHS en disímiles espacios. Desde Teatro se dramatizó fragmentos del drama Abdala en la voz de Yanelis Velázquez Olivares, y los integrantes de Caminos Teatro, y se hizo presentaciones del guiñol Polichinela.
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La Casa del Joven Creador renovó su café Barquito la misma primera noche del evento, después de inaugurar en su galería Nexus, la expo personal del también escritor y artista visual Yasmani Rodríguez Alfaro, Plurales.
Grata fue la presencia de la escritora santiaguera Lisbeth Lima Hechavarría, quien pareció tomarse por asalto literario a esta ciudad, pues no solo dejó su impronta en la sede avileña de la AHS sino, también, en el programa Matices de Radio Surco, en la televisión avileña, en varios restaurantes y en cada una de las almas que tuvieron, a bien, el placer de escucharla.
Fue el momento ideal para que nos trajera y presentara, algunos ejemplares de Ediciones Oriente y Ed. Santiago, lo que agradecimos mucho los que leemos a sol y canto.
También fue el momento idóneo para escucharla leer, con esa voz enigmática y profunda, sus propios textos. Para ello se produjo varios espacios como El Escriba, Es-Trova, que bastante aceptación tuvieron por parte del público y los invitados en el café Barquito y otros lares.
Hubo café y numerosas propuestas bebestibles en este recinto de la joven vanguardia artística. A precios asequibles, con preferencia y consideración a la membresía. Música ambiental a tono, con volumen de dispersión dado a la conversación intimista, y cierta asistencia feliz de todo aquel, artista o no, que deseara pasar por la sede.
Bien por el servicio en este café que tanto tiene de Ángel Lázaro Sánchez, “Barquito”, de quien se toma su nombre y su impronta en la AHS, al ser el primer presidente que tuvo la célula provincial en años fundacionales. Y a él, y a su obra, le fuera dedicado un espacio en la primera noche de la Estrofa…
Somos los agradecidos. Somos los seguidores de esa máxima martiana que nos enseña: Honrar, honra.
También tuvimos la visita de Reineris Betancourt, poeta, quien además de su poesía, nos agenció y presentó libros del catálogo poético del Mar y la Montaña, de su tierra guantanamera.
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Y esta tropa poética, encabezada por Leo Buquet y Yasmani Rodríguez, también visitaron lugares en el exterior citadino, poesía en ristre. Así fueron asaltadas con metáforas y lirismo del bueno la sede universitaria Manuel Ascunce Domenech, de donde provengo como psicólogo, y la de Ciencias Médicas.
Allí la aceptación fue mayúscula.
Es evidente que se espera cada año la visita de los trovadores y poetas. Por eso la acogida es cálida y agenciada desde el cariño, el respeto por el futuro. Porque la poesía no es solo del presente o del pasado. La poesía es futuro. Seguirá conmoviendo a todos por igual sea de la tierra que sea y en el lugar que se le necesite. La poesía se vive.
Y se regala. Como el amor. Como la vida misma.
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Un espacio de conferencias fue preparado por este corresponsal, el 28 de enero, a instancias del mismo Leo Buquet, y con el tema de “La actitud ante la poesía: Martí poeta”. Donde traté de esclarecer el por qué considero que Martí no se proyectaba como poeta, a pesar de ser un poeta fundacional, y doy las razones psicológicas-sociales-personales, para que desdeñara un tanto su producción.
Me las agencié para dejar en el aire la incógnita que nunca será respondida a cabalidad: ¿qué habría sido de la Historia de Cuba si a Martí le hubiese bastado el presidio, las miradas lastimeras de su padre en cada visita, para escarmentar y dedicarse por entero a la poesía y la manutención de su familia?
Ese mismo día leyeron en proscenio Masiel Mateo, Carmen Hernández Peña, Eduardo Pino, y un servidor. Bajo la mirada plácida de Barquito, la presencia martiana, y un café que sonaba como el mismo delirio, fuimos felices. Y lo seguiremos siendo aquí, en este recinto. En este país, trás el dulce amparo de la Revolución.
Una jornada de clausura profunda, y antecedida por una marcha de las antorchas plural y bien concebida. Pero con una acampada en vísperas del 28 de enero que no se logró salvo, porque la AHS hizo lo que tenía que hacerse y pernoctó hasta bien entrada la mañana, guitarra en mano, a viva voz, y el corazón a pulso, en el lugar previsto.
La sección de audiovisuales, bajo la conducción de Arletty White Morales, también tuvo su momento con la proyección y posterior charla, siempre beneficiosa, de unos cortos del joven realizador Yasmany Castro, quien, de manera magistral, hizo gala de su sapiencia y defensa a la cultura nacional.
Pero no todo fue delicia en esta Estrofa… A mi juicio, faltó hacer con más profundidad, gala de la impronta de Arlen, al darle espacio para alzar sus voces, a las cuatro aspirantes del crecimiento a la AHS. Escritoras muy jóvenes con todo un mundo de posibilidades a su alcance y que, al amparo de la organización, podrán crecer y lograr sus sueños. Talento les sobra. Creo que Ellen Cuebas, Rosaxna Batista, Daniuska Viera y Liuma Rodríguez, debieron tener su espacio para leer y ser aplaudidos. Así se hubieran integrado mucho más al mundo literario. Así se lo expresé, desde el inicio, al conformador del evento.
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En la clausura tuvimos el espacio tan querido como lo es Décima cuerda, donde se volvió a sentir el principio de la continuidad y que está en muy buenas manos. Al no poder presentarse los anfitriones de la peña, Rainer Nodal y Yeinier Delgado, los muchachos del proyecto tuvieron que hacerlo todo ellos mismos. Les confieso, que apenas se sintieron las ausencias.
Hubo décima y contralecturas, hubo poesía y trova, hubo tonadas y hasta algo de humor. Hubo Martí para todos desde la tradición y el orgullo de ser avileños.
Hubo un público asistente totalmente joven.
Final
Días de trabajo fuerte y poesía, como le gustaba al Maestro, tuvieron presencia en estos días del 25 al 28 de enero en la Casa del Joven Creador avileña. La AHS supo jugar su papel de vanguardia y lo hizo con sobriedad y domino amplio del concepto de continuidad. Fueron irremediablemente contemporáneos, como decía Borges, pero también honraron la tradición. Y eso, es digno de elogios.
Tributo a Martí desde las artes (+post)
Martí no cabe en un mes del calendario, pero decir enero en Cuba es hablar de honores, homenaje, colorido, inmensidad. De múltiples maneras, estudiantes y trabajadores honran al Apóstol ante el advenimiento de su cumpleaños 170 y los artistas, por supuesto, lo hacen también.
Solo usted y la luna es el título de la exposición colectiva, recién inaugurada, en la galería La Jungla, perteneciente a la Filial Provincial de la Fundación Nicolás Guillén (FNG). Más de una veintena de artistas comparten desde el lienzo su visión de El Maestro, en un multiplicidad de técnicas y estilos.
«Todo tiene su tiempo, todos tienen su manera particular de ver la humanidad, y el actuar del hombre en ella (…). Pero se dejan ver los que tuvieron, tienen y tendrán un pensamiento, una visión, fuera de esquemas, una visión alternativa, o periférica. Ese es Martí, Martí el que dijo: ‘Con todos y para el bien de todos'», así resumió su sentir el joven escritor y artista de la plástica Raúl Leyva Pupo.
En la muestra se aprecian caricaturas, pinturas, dibujos y otras expresiones pictóricas, que vislumbran la belleza que emana de esa figura patriótica, de su alma y cosmovisión. Pepe en el pecho de un niño, con la rosa blanca en mano, con la bandera cubana en el pecho, cerca de la luz y las palmas, cerca.
Las narradoras orales Verónica Hinojosa y Lesbia de la Fe, el trovador Richard Gómez y otros creadores se sumaron al tributo durante la inauguración. Como sembrar su legado en las nuevas generaciones constituye derrotero imprescindible, allí estaban infantes del proyecto Un largo lagarto verde, alumnos de la escuela primaria Israel Santos que contaron al público La Cucarachita Martina a través de un kamishibai o teatrico de papel.
Otras entidades también desarrollan acciones en saludo al onomástico. La biblioteca provincial José Martí, por ejemplo, se ha destacado en la realización de conferencias, paneles y conversatorios, con la participación de doctores como José Ignacio Reyes González y Frank Arteaga Pupo.
Asimismo, las actividades caracterizadoras de instituciones como el Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), las sedes de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) y la Asociación Hermanos Saíz (AHS), durante este mes han intencionado su agenda en agasajo al autor de La edad de oro.
En el programa de la Jornada De Vicente García a José Martí, que comenzó el 19 de enero y se extenderá hasta el 28 (fecha del natalicio del Héroe Nacional), constan la inauguración este viernes del XXVIII Salón Provincial De Donde Crece la Palma, en la galería taller Rita Longa; la premiación del Concurso Leer a Martí, en la biblioteca provincial y variadas iniciativas.
Además de las tradicionales citas, figuran otras como el concierto Estoy seguro, del cantautor Amaury del Río, que se acometerá en la noche sabatina, en la Casa del Joven Creador, justo el día del cumpleaños del Más Universal de los Cubanos. A ello se suma el cuarteto Sultasto y el trío Trovarro, que también estarán homenajeando los 50 años del Movimiento de la Nueva Trova y dedicarán sus interpretaciones, igualmente, al IV Congreso de la AHS.
Poesía joven para el Apóstol
Con una ofrenda floral a José Martí en el parque que lleva su nombre, en la ciudad cabecera, comenzó la XIX Gira de Poetas y Trovadores Estrofa Nueva, que hasta este 28 de enero transformó la ciudad en fiesta con un apretado programa cultural, que hace de la poesía y la trova plato fuerte indiscutible.
Rompieron el hielo de las presentaciones los escritores Yasmani Rodríguez Alfaro, Leo Buquet y el guantanamero Reineris Betancourt, quienes hicieron de la lectura de sus textos un espacio ameno para el diálogo y el intercambio, matizado por la voz y los acordes de guitarra del trovador tunero Jesús Ricardo Pérez Cecilia.
A esto se sumó la declamación de poemas por parte de la compañía Caminos Teatros y la visita a la filial avileña de la Universidad de Ciencias Médicas, lo cual confirmó la intención de la cita de descentralizar las actividades y llegar a la mayor cantidad de lugares posibles.
Para la noche quedó reservada la apertura del Café Barquito, ese sitio que en lo adelante será de obligada visita si lo que se quiere es beber café al calor del arte joven, así como la inauguración de la exposición Plurales, de Yasmani Rodríguez Alfaro, quien lo mismo sorprende con la magia de sus narraciones que con el simbolismo de su obra plástica.
En esta oportunidad la muestra incluyó nueve piezas que, según las palabras del catálogo, “pluralizan sentidos, miedos, máscaras y símbolos. Ocho rostros que van del indómito monte cimarrón a ángeles y demonios, paleros, rumberos y abakuas a través de formas y trazos”.
La primera jornada cerró con el evento Es-trova Nueva, que echa mano a esta suerte de juego de palabras para nombrar al espacio que cada noche reunirá trova y poesía en un espectáculo mayor, para descargar hasta entrada la media noche.
Este sábado, a las 9:00 de la noche, será la clausura y a los pies del Apóstol volverán los poetas a recitarle versos, mientas que los músicos invitados se unirán al proyecto Décima Cuerda para deslumbrar con arte del bueno.
Homenaje a Martí desde el arte joven en Ciego de Ávila (+Fotos)
Con un homenaje a José Martí en el parque que lleva su nombre comenzó en Ciego de Ávila la XIX Gira de poetas y trovadores Estrofa Nueva, evento que desde este miércoles y hasta el próximo día 28 promoverá el arte joven en diferentes espacios de la ciudad.
Como parte de la inauguración, se presentó en el centro cultural Café Barquito la obra “Vierte, corazón, tu pena”, dramatización de poemas hecha por la compañía Caminos Teatro, y posteriormente tuvo lugar una descarga de trova y poesía.
Organizado por la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en el territorio desde el 2004, Estrofa Nueva contará este año con una exposición de artes plásticas, conciertos, descargas, lecturas dramatizadas, recitales de poesía y presentaciones de libros, a cargo de artistas de Ciego de Ávila e invitados de otras provincias.
Para el 28 de enero, se prevé un momento teórico, con la impartición de la conferencia “La actitud ante la poesía: José Martí, poeta”, del ensayista y narrador Vasily Mendoza Pérez, miembro de honor de la Asociación.
La joven poeta avileña Laura Ortega Gámez considera que este será un espacio propicio para que los miembros de la vanguardia juvenil artística se integren más y desempeñen un papel activo, así como para conocer a creadores de otras provincias e intercambiar criterios.
Leo Buquet, jefe de la sección de Literatura de la AHS en Ciego de Ávila, señaló el compromiso que tiene el espacio con el legado martiano, al punto de tomar como nombre el título de un poema escrito por el más universal de los cubanos.
A pesar de que en esta ocasión no será posible extender el evento hacia los demás municipios de Ciego de Ávila, los organizadores de Estrofa Nueva tienen previsto realizar actividades en la Universidad de Ciego de Ávila “Máximo Gómez Báez” y la Universidad de Ciencias Médicas de Ciego de Ávila.
La presente edición está dedicada al IV Congreso de la AHS, a los 37 años de esta organización, al aniversario 170 del nacimiento de José Martí y a la memoria del poeta Arlen Regueiro Mas, impulsor de este evento.
Instructores de artes intercambian experiencias
Este sábado comenzó el 11no. Taller Nacional de Intercambio de Experiencias de la Brigada de Instructores de Arte José Martí, un espacio que «une y enaltece nuestra profesión», como aseguró Emilio Toledo Mirabal, presidente de este movimiento juvenil, quien invitó a que «estas jornadas consoliden nuestros conocimientos y garantice la unidad de todos los que desde cada barrio a Cuba, le ponen corazón».
Precisamente, esta edición de encuentro —que sesiona en el Pabellón Cuba— se dedica a la dimensión sociocultural del trabajo cultural comunitario integrado. Sobre ello y la labor de la Brigada en la comunidad, se refirió en la inauguración la Doctora en Ciencias Pedagógicas Lesbia Gertrudis Cánovas Fabelo, presidenta del comité académico.
En esta primera jornada, los participantes intercambiaron con el intelectual Abel Prieto Jiménez, presidente de Casas de las Américas, quien presentó el programa Sembrar ideas, sembrar conciencia, que busca enfrentar la colonización cultural en la nación. En este espacio, estuvieron acompañados por Aylín Álvarez García, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC.
Durante el trabajo en comisiones se abordaron temas como la investigación sociocultural, trabajo creativo y comunitario, labor social, educativa y las nuevas tecnologías. Para este domingo, el encuentro reserva varios paneles, talleres demostrativos, foros debates, exposiciones de proyectos, presentaciones de unidades artísticas, entre otras, sorpresas.
Además de instructores de arte, asisten a esta edición del Taller, actores comunitarios, promotores culturales, miembros de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba y de la Asociación Hermanos Saíz, así como representantes del Gobierno, de Educación, del Inder y de Cultura.
Jilma Madera: Un Cristo y un Martí en vigilia eterna de la Patria
En el punto más alto de Cuba, a 1974 metros sobre el nivel del mar, se erige un Martí en bronce, de frente altiva y mirada lejana, como quien vela por su Patria desde la cima, allí donde comienza el cielo y se siente la gloria.
La escultura fue fruto de la creación de Jilma Madera Valiente, una de las artistas de la plástica cubana más valiosas por sus obras de notable trascendencia. A la luz de un nuevo año, se conmemora otro aniversario del fallecimiento de la célebre escultora, el 21 de febrero de 2000. Más de dos décadas han transcurrido desde la fecha, pero un legado artístico imperecedero y tangible queda como vestigio de sus creaciones.
Jilma Madera es considerada –a beneplácito de los cubanos– la primera mujer en cincelar en mármol blanco de Carrara una obra de tamañas dimensiones: el Cristo de La Habana. Si bien el monumento de 20 metros de alto es colosal y admirable a la vista de quien lo contemple in situ, aún más gigantesca fue la destreza artística de la escultora, que precisó de un intenso trabajo que incluyó el traslado desde Italia, de 600 toneladas de mármol blanco de Carrara, y la dirección a los obreros que ejecutaron el proceso de montaje.
Inspirada en un ideal de belleza masculina, Jilma concibió al Cristo en imagen de perfección física, no en tanto simetría rostral como en percepción de paz visual, a lo que dejó ojos vacíos como para sugerir una mirada omnipresente, como ella misma expresara: “…le imprimí serenidad y entereza como alguien que tiene la certidumbre de sus ideas”.
La artista es también autora de emblemáticas piezas entre las que destacan los monumentos al General Francisco Peraza, en El Cacahual; a Martí en el parque de San Nicolás, Mayabeque; a Adolfo del Castillo, en Managua, La Habana; y el frontispicio de la Fragua Martiana.
De todas sus creaciones, las más conocidas y de mayor relevancia forman parte de nuestros tesoros patrimoniales por su excepcional valor artístico. El Cristo ha sido declarado Monumento Nacional, y el busto martiano ubicado en el Pico Turquino forma parte del Patrimonio Cultural de la Nación. Uno es símbolo en el paisaje citadino de La Habana, otro es cúspide en el paisaje montañoso de la Sierra Maestra. Uno abre los brazos y bendice la ciudad a la entrada de la Bahía, el otro permanece incansable en tutela sempiterna.
Quien ha tenido la dicha de regodearse en ambas presencias percibe el mármol y bronce en sinonimia metafórica de ébano y marfil, y la antonimia alegórica de historia y religión; nos descubre un binomio de ensamble en el magnificente virtuosismo estético. Jilma Madera nos dejó un legado conceptual traducido en arte, nos dejó el lenguaje de sus manos cincelados en monumentos, nos dejó a un Cristo y a un Martí, en vigilia eterna de la Patria.
“En todas partes soy” martiano
Desde el diseño gráfico, también se honra a Martí. Trazos, siluetas y sombras les dan formas visuales a versos, valores e ideales del Héroe Nacional de Cuba en la expo colectiva “Martianos de hoy”, abierta en la galería Fayad Jamís de la comunidad capitalina de Alamar.
En la muestra se incluyen carteles del Proyecto Martiano del Instituto Superior de Diseño (ISDi) «En todas partes soy», que durante una década han corporeizado la obra y el espíritu del Apóstol.
Arte soy entre las artes
Este proyecto se fundó el 28 de enero de 2011 con la primera exposición en el museo Casa Natal José Martí, que presentó 16 carteles diseñados por estudiantes y profesores del ISDi.
“Su objetivo esencial es contribuir al conocimiento de la vida y obra de Martí desde los preceptos de la profesión del diseño. Su impacto social es amplio, al llegar desde la Universidad a otras instituciones y territorios, desde un parque, a prisiones, hasta la Ciénaga de Zapata. Constituye un ejemplo de la idea rectora de la educación superior de educar desde la instrucción. Se han construido piezas de comunicación y diseño para reflejar la obra del Apóstol. De esta fecundidad colectiva han nacido 250 carteles que acompañan 15 series y más de 60 exposiciones expuestas en diferentes espacios”, explica Yoamna Peguero Escandell, vicedecana de trabajo educativo de la universidad de diseño cubana.
El proyecto sociocultural ha desarrollado una intensa labor comunitaria, cuenta con variadas publicaciones en diferentes soportes y tiene a su cargo la preparación del libro “Historia del cartel martiano en Cuba”. Ha obtenido premios en eventos científicos a nivel nacional e internacional, entre otros, como la “Utilidad de la Virtud”, “El Tabaco Libertador”, “Honrar, honra”, “Medalla José Martí in Tampa 1891-1894”, “El Torreón de San Lázaro” y “Habana del Centro”. Recientemente, en noviembre de 2021, recibió el premio Abdala, otorgado por el Movimiento Juvenil Martiano.
Este proyecto expuso sus resultados en la edición 46 del Seminario Juvenil de Estudios Martianos, que sesionó a finales de enero de este año, en el Centro de Convenciones de la Universidad de La Habana.
En ese contexto, Ernesto Fernández, vicedecano docente del ISDi, enfatizó en el amplio impacto social de esta iniciativa, “cuyo objetivo es ampliar la formación cultural de los estudiantes con una mirada martiana a través del cartel como instrumento de comunicación visual”.