Lescay
Inauguran la exposición colectiva «Zona de libertad» en Santiago de Cuba
La exposición colectiva «Zona de Libertad», compuesta por 13 artistas vinculados a la Asociación Hermanos Saíz, fue inaugurada en el Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño de Santiago de Cuba.
Laura Mustelier, especialista de arte, señaló que cada obra es un eco de la historia, una reflexión sobre los desafíos que se enfrentan diariamente, donde los autores exponen su percepción de la realidad, experiencias y preocupaciones hilvanando el discurso con sus habilidades técnicas, aspecto que dota de cohesión expresiva a las piezas de manera individual y a la muestra como espacio de disertación más amplio.
Integrada por obras del Premio Nacional de Artes Plásticas y Maestro de Juventudes Alberto Lescay; de los miembros de honor Rubén Ajá, Grettel Arrate y Julio César Carmenate; y de Alejandro Lescay, Yuri Elías Seoane, Reydi Zamora, Marlon Aguilera, entre otros artistas de la sección de Artes Visuales de la AHS santiaguera, la exhibición deviene recorrido por géneros presentes en la historiografía del arte, como la pintura, fotografía, instalación, performance y videoarte.
Mustelier afirma que los creadores invitan a explorar los lugares y tiempos que definen la identidad y, además, que la expo representa sueños vividos de personas que propician la creación, experimentación y promoción como una forma de emancipación.
«Zonas de Libertad» tiene el propósito de presentar una valiosa composición de trabajos realizados por autores vinculados a la Asociación, desde su surgimiento hasta la actualidad, y realzar el devenir de la organización como base para el crecimiento y perfeccionamiento del perfil creativo de sus miembros.
La exposición también constituye un tributo a quienes han contribuido con su arte al desarrollo de la plástica nacional y a los logros de la vanguardia de la juventud creadora.
Pico Turquino: Por Cuba, la historia y el arte
Dijo el Apóstol que subir montañas hermana hombres, y la Asociación Hermanos Saíz consolidó aún más la hermandad de sus miembros por la Cuba nuestra, por la rebeldía de los jóvenes Sergio y Luis Saíz -asesinados hace 65 años a manos de la dictadura de Fulgencio Batista- y por la eterna guía de Fidel Castro, a 96 años de su nacimiento.
La jornada que cada agosto desarrolla la joven vanguardia artística contó con el espíritu de 29 integrantes de la organización en representación de todas las provincias, movidos por sentimientos de cubanía, amor patrio y respeto al arte y a la historia.
El abrazo entre semejantes que se quieren bien, las notas del Himno Nacional, la trova, las lágrimas…, resultaron la culminación de 13 intensos kilómetros de ascenso, que se pudieran imaginar fáciles pero requieren mucho empeño y compañerismo.
Oilet, uno de nuestros guías y residente en el municipio de Bartolomé Masó, en Granma, lo advertía a cada paso del camino empinado: esta travesía demanda de un 90 por ciento de convicción. Y perfectamente lo comprendimos una vez finalizado el trayecto, porque fueron varias las certezas de este viaje iniciado el día 8 y que concluyó en el punto más alto de la geografía nacional, a mil 974 metros sobre el nivel del mar: la mayor de las Antillas se vislumbra más hermosa y fértil, y el amor a un ideal todo lo puede.
En cada loma, llano o pendiente encontrados a nuestro paso afloraron los verdaderos sentimientos de unidad y solidaridad que durante 35 años han distinguido a la AHS, y los cuales sus miembros mantienen vivo en su accionar cotidiano.
En este calendario tampoco faltaron las visitas a lugares imprescindibles de la nación, como el cementerio patrimonial Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, en el que se rindió tributo a Martí, Carlos Manuel de Céspedes, Mariana Grajales y Fidel. Y el Monumento Nacional La Demajagua, en Granma, donde comenzaron las gestas libertadoras el 10 de octubre de 1868 y Céspedes asegurara a sus esclavos que Cuba necesitaba de sus mejores hijos para conquistar la independencia, y desde ese momento todos serían libres e iguales. Asimismo, destacó el encuentro en la Fundación Caguayo con el Premio Nacional de Artes Plásticas 2021 Alberto Lescay, Maestro de Juventudes de la Asociación.
A trabajar en equipo, ser permeables para que las inteligencias broten con ética y alejados de intereses personales y económicos, exhortó a los jóvenes artistas el autor de emblemáticas obras como la Plaza de la Revolución Antonio Maceo de Santiago de Cuba, la escultura de Mariana Grajales en el cementerio Santa Ifigenia o el monumento al Cimarrón.
Y esa sinergia seguirá impulsando la creación en la Asociación Hermanos Saíz, que no deja morir el legado político e intelectual de dos revolucionarios que constituyen referente para las presentes y futuras generaciones de cubanos.
Adalberto en la memoria de Lescay: «Llevó siempre en sí la esencia del son y vivió para defenderlo»
«Otra triste pérdida para la nación cubana. Un hijo ilustre parte. Ese hombre que ha sido pieza elemental en la configuración del ser cubano dice adiós a su pueblo: El maestro Adalberto Álvarez Zayas, compositor, arreglista, pianista y director de orquesta, ganador del Premio Nacional de Música en 2008, ha fallecido.
«La isla pierde a uno de sus más grandes músicos: El Caballero del son. El dolor es muy grande, la música popular cubana se despide de uno de sus más genuinos exponentes y el pueblo a uno de los artistas más queridos y respetados.
«Tras conocer la noticia, muy grande ha sido el dolor de Alberto Lescay Merencio, quien lo conoció desde edades tempranas en la Escuela Nacional de Arte (ENA). Lescay ha dedicado estas palabras para rememorar importantes momentos de la amistad que compartiera con el querido artista.»
La Escuela Nacional de Arte (ENA) es un hecho que está en el centro de la cultura cubana revolucionaria. Posibilitó la inserción, por su concepción, de talentos de todas partes del país muy bien seleccionados, durante un proceso muy profesional y de mucha exigencia.
Fue definitorio para dotar a los jóvenes de herramientas que hicieran afianzar sus habilidades. Eso funcionó muy bien tanto para la música como para las artes visuales, como para las artes escénicas. Yo tuve la suerte y el honor de haber vivido parte de esa experiencia.
«Una de las cosas más interesantes que se vivían y se aprendían allí fue que la cultura era algo muy grande y que el artista también era algo muy grande. El hecho de interactuar con diferentes especialidades, un escultor con un violinista, o con un fagotista, que era la especialidad de Adalberto, tener la posibilidad de convivir en diferentes espacios, fue algo especial.
«Compartimos mucho tiempo. Allí nos hicimos amigos. Recuerdo nuestro uniforme carmelita, que Adalberto siempre llevaba muy bien planchado. Fue un hombre impecable y muy conversador. Coincidimos en el aula con Alina Neira, la magnífica chelista cubana que era muy bella y era imaginariamente como la novia de todos, la reina del aula, hasta que apareció Frank Fernández y nos la robó. Se enamoró de ella y se convirtió en su esposo. Hasta el amor se cultivaba en un lugar como ese. Allí también, en esa aula, teníamos a Ele Valdés, nuestra genial vocalista, así como otras figuras como Joaquín Betancourt.
«Recuerdo a Adalberto como un innovador, un transgresor. Fue un hombre que logró con su talento y su inteligencia insertar al son en ese espacio, en un momento en que no se podía hablar de eso. El criterio era que la música popular era otra cosa. El concibió que la música cubana tenía que estar también dentro de los estudios de la ENA y no solo con palabras sino con hechos.
«Organizó grandes eventos con sus amigos, entre los que se encontraban José Luis Cortés (El Tosco) y Joaquín Betancourt. Introdujeron una orquesta típica. Adalberto fue capaz de llevar a las grandes orquestas soneras a la ENA y nos hizo bailar a todos en los diversos salones. O sea, que la vocación de Adalberto hacia el son siempre estuvo presente. Su entrega absoluta a lo que él consideraba uno de los horcones
fundamentales de la cultura cubana, que era la música y, específicamente, el son, lo acompañó perennemente y lo defendió hasta sus últimos momentos. Luego el vino para Santiago de Cuba, porque él sabía que aquí había un ambiente esencial para cultivar el verdadero son y es cuando se funda Son 14, la legendaria orquesta. Allí tuvo su punto de partida.«Por alguna razón hubo un grupo de amigos que teníamos una gran empatía. Éramos una especie de clan y ambos formábamos parte de ese grupo. Teníamos un juego entre nosotros donde nos disputábamos el saludo. Era algo muy simpático, a veces uno se escondía para sorprender al otro y decirle no me saludaste hoy, de ahí surgió una frase “estás cogido”. Eso empezó muy sencillo y terminó siendo una cacería entre los amigos casi diariamente. Era un juego muy lindo.
«Adalberto me hizo bailar la última vez que vino a Santiago de Cuba en el anfiteatro Mariana Grajales. Allí me volvió a sorprender, cuando me vio me dijo «¡Estás cogido!», cómo me decía siempre cuando éramos estudiantes y luego cuando él estaba en el escenario cantando yo también lo sorprendí a él, lo hice reír. No olvidaré nunca su sonrisa aquel día. Como tampoco olvidaré el dolor en las rodillas que me provocó estar toda la noche bailando y que me duró mucho tiempo.
«A Adalberto la única vez que lo vi verdaderamente incómodo fue cuando de una manera abrupta se decidió que se suspendieran los Festivales del Son. Hasta lloró, sufrió mucho aquello. Creía, como muchos, pero él sobre todo, que el son es esencia de lo cubano. Él estaba convencido de que uno de los pocos pueblos del mundo que baila y canta su música es Cuba y que el eje estructurado de esa necesidad de cantar y bailar nuestra música es garantizado por el son que ha dado lugar a otros subgéneros. Por eso, alguien le llamó “El Caballero del son”, porque era su vida .
«La última vez que hablé con Adalberto fue por teléfono, el día del cumpleaños de Frank Fernández. Frank me dijo: «Espérate que hay alguien que te quiere saludar», y cuando me lo puso al teléfono me dijo: «¡Estás cogido!» Era una amistad muy linda. Ahora sí estoy cogido de verdad, porque se me fue un hermano. Adalberto era el son. Era muy noble y consagrado.
«Dedicó toda su vida a defender ese pedazo tan importante de nuestra identidad. No podrá olvidarse nunca su música y su trabajo. Y tenemos que trabajar mucho para que nunca se olvide».
Remolino de arte
“Es un remolino de arte”, así describen sus amigos a Leonardo Pablo Rodríguez Martínez, uno de los jóvenes pintores más expuestos y reconocidos dentro del panorama cultural camagüeyano por la solidez de su trabajo, la responsabilidad y compromiso no sólo con los que creen en su talento sino también consigo mismo.
La familia es cuna, la educación primaria y las influencias parten de esa cuna, por lo que para Leonardo es imposible separar hoy la decisión de su vocación artística sin darle el crédito merecido a su padre, Oscar Rodríguez Lasseria, importante artista del barro y del pincel en la provincia.
“Formaba parte de un entorno que hice mío y aprendí un gusto por el arte donde la arcilla adquiría ante mis ojos las formas más bellas e inesperadas y esa pasión heredada la desarrollé con los años.
“En el momento que decidí que estudiaría en la Academia de Artes Vicentina de la Torre, la primera objeción la obtuve de mi padre. Supongo que intentaba alertarme de los sacrificios y disciplina que esta carrera conlleva, pero mi vocación ya estaba determinada y no me equivoqué con ella”.
–¿Cómo fueron tus años en la Academia?
Al inicio me sentía muy inseguro, sentía que debía probar mucho más por mi procedencia familiar, pero en corto plazo aprendí de mis temores y me impuse el reto de crear mi propio camino.
No fui un alumno modelo; de hecho, siempre fui un poco rebelde, pero al menos no era el peor de mi clase, aunque supongo que mis profesores no dirían lo mismo (sonríe). Realmente no era muy bueno dibujando, algo que luego resolví con mucho trabajo extra y rigor, pero en general tuve cuatro años llenos de enseñanza en los que la percepción del mundo y la realidad me cambiaron inevitablemente.
–Te especializaste en la técnica de la escultura. ¿Por qué inclinarse entonces hacia el dibujo y la pintura?
Entendí que la carrera más completa sería la escultura, pues de la misma forma tendría que dibujar y pintar para mis proyectos, pero además aprendería a manipular la tridimensionalidad y el espacio. Tampoco me interesaba la pintura clásica ni los métodos románticos, prefería la experimentación.
Después de graduarme y esforzándome para crear un mejor dibujo fui encontrando en la pintura una mayor comodidad como medio expresivo, aunque nunca abandoné la instalación, la escultura y el performance.
Creo que ese hábito se me quedó de lo que aprendí estudiando la especialidad, porque he hecho exposiciones en que los materiales que empleo son superficies grandes de madera, de cartón, u otros que tienden a agredir el espacio.
–¿Es la figuración el estilo que te distingue?
Me siento identificado con la abstracción figurativa, con el hecho de perder al espectador entre formas supuestamente aleatorias e indefinidas en un juego de luz y sombras, que cuesta descubrir o que quizás nunca descubran.
Y es que mi trabajo, en su mayoría está hecho para mí, son mis historias y las cuento a mi manera.
En cambio, con la escultura y la instalación, la figuración es recurrente, pues me apropio de símbolos y de elementos específicos para construirlos y recontextualizarlos.
–¿Qué te apasiona, además del óleo y el dibujo?
Con 12 años ya era aficionado del buen cine y hacía mis propias películas con amigos y una cámara casera, escribíamos guiones y practicábamos improvisadas puestas en escena, algunas veces imitando películas.
Luego en la Academia de Arte hice experimentos y videos de arte y de danza, pero de a poco el lienzo sustituyó parcialmente la cámara pero aún hago fotografías para llevarlas a la pintura.
Pero ese niño de los videos aún está dentro de mí, y sin dudas volverá a coger la cámara, es sólo cuestión de tiempo que suceda y quién sabe si se convierta en una de esas etapas de mi obra.
–¿Cómo enfrentas el reto que supone la tan llevada y traída etiqueta de “Joven Promesa”?
“Joven Promesa”, esa tela puede que aún me quede grande. En lo personal trabajo por el placer y la satisfacción de hacerlo sin trascendencia personal. Cada obra es un hijo del que luego cuesta desprenderse.
Con los proyectos colectivos pienso en alentar a otros a que me sigan. Así lo hicimos en las provincias de Santiago de Cuba, Villa Clara y Cienfuegos con 8+1, una gira promocional realizada en 2018.
Hay muchos jóvenes artistas llenos de potencial por todo el país, pero que lamentan la nula promoción de sus obras. Lo que estamos haciendo es demostrar que desde provincia se puede promocionar el arte.
Proyectos como “Dentro del Juego” en Santa Clara o los que organiza el artista Alejandro Lescay desde Santiago de Cuba, son muestras de que sí se puede.
-Nos hablabas de 8+1. ¿Qué es?
El proyecto de Arte 8+1 nació en el 2015, después de organizar y crear el Salón Nacional de Autorretratos en 2010, el cual contó con la participación de más de 40 artistas de la plástica.
8+1 reúne a nueve artistas en cada edición, convoca a los creadores a trabajar bajo una coherencia formal o conceptual sin alejarse de sus propios estilos y los convida a realizar obras originales, muchas veces sacándolos de su zona de confort.
El proyecto cuenta ya con seis ediciones y lo que ha marcado su éxito es su certero poder de convocatoria y organización. Para nosotros el proceso de producción y desarrollo de la muestra ha sido tan importante como la misma, lo que fomenta un esquema fundamental: la promoción.
De alguna manera es una plataforma en términos de unidad de equipo y de la divulgación que se le hace a cada edición; por eso tratamos de que sea itinerante y vaya por todo el país.
–La AHS para ti…
Ha sido un apoyo excepcional para mi carrera, fundamentalmente para mis proyectos colectivos, son tan merecedores como yo del relativo éxito que han alcanzado.
Me ha ofrecido las posibilidades de realización, de crecimiento, de superación que no he encontrado en ninguna otra parte.
La Asociación Hermanos Saíz en Camagüey tiene el privilegio de contar con la confianza entre sus asociados, eso dice mucho de su trabajo para con los artistas miembros y los que no lo son.
Mientras fungía como jefe de la sección de Artes Visuales impulsamos algunos programas de subvención, promoción, colección y exhibición de obras de arte, pero aun así siempre será insuficiente, por lo que la promoción debe seguir siendo sistemática y sostenida, aspecto fundamental para el desarrollo de las carreras de los artistas jóvenes.
–Recientemente inauguraste tu propia galería, coméntame sobre tus planes futuros y lo que te tiene inmerso en estos momentos.
Ahora trabajo en el Leonardo Pablo ArtStudio, allí estoy creando una nueva serie de cuadros abstractos y figurativos, influenciados principalmente por el Arte Concreto y el Minimalista.
En tiempos de coronavirus, pandemia que azota a toda la población mundial, es prioridad para mí seguir creando desde la seguridad de mi casa y esperar a que cuando todo pase poder exhibir lo realizado en este tiempo.
Orígenes: en busca del corazón de la isla
Dicen que el corazón de la isla está en el cementerio de Remanganaguas. Que si pones el oído sobre el suelo puedes sentir cómo late, que más de un siglo después todavía mantiene su vitalidad. Dicen que desde allí fluye toda la sangre hacia el cuerpo de Cuba, marcando el devenir de nuestros movimientos e ideas.
La filial provincial de la Asociación Hermanos Saíz en Santiago de Cuba no renuncia a homenajear al Apóstol en el aniversario 125 de su caída en combate en Dos Ríos. Como cada año, José Martí se convierte en motivo de encuentro en Contramaestre, municipio de Santiago de Cuba, durante los días 18 y 19 de mayo. Allí la AHS realiza el Encuentro de Jóvenes Escritores Orígenes, un evento que en este 2020 llega a su duodécima edición.
Se trata de un programa que promueve la literatura, la identidad, el patriotismo y el pensamiento del hombre de La Edad de Oro. Desde las primeras ediciones, la ruta funeraria de nuestro Héroe Nacional ha sido inspiración para la búsqueda de su legado. La peregrinación al cementerio de Remanganaguas, lugar donde aconteció su primer entierro, marca la voluntad de los jóvenes escritores y artistas por encontrarse con la Patria toda. Porque la Patria de Martí es la Patria del cubano, y eso, para quienes asumimos su legado como hoja de ruta, no tiene debate.
En esta edición el evento tendrá la particularidad de combinar algunas de sus actividades habituales con acciones generadas desde otros sitios del país. El espacio virtual se convertirá en un puente para el diálogo político y literario. Una iniciativa sin fronteras que nos empuja al latir del corazón de la Patria.
El programa se desarrollará del siguiente modo:
Día 18
- 9:00 a.m. Recital de poesía Al oído de Martí (Página de Facebook de la Asociación Hermanos Saíz)
- 10:00 a.m. Dialogar Dialogar Martí y los desafíos del presente (Página Web Nacional de la Asociación Hermanos Saíz)
Invitados: Dr. C. Eduardo Torres Cuevas, director de la Oficina del Programa Martiano y Presidente de la Sociedad Cultural José Martí; la Dra. C. Marlene Vázquez Pérez, Directora del Centro de Estudios Martianos, y el Dr. Fabio Fernández Batista, profesor de historia de la Universidad de La Habana.
- 11:00 a.m. Presentación y lectura de Manigua por Ediciones Áncora, libro de la autoría de Eduard Encina. (Página de Facebook de la filial provincial de la Asociación hermanos Saiz en Santiago de Cuba)
Invitados: Juan Antonio Taboada, Rafael Carballosa, Eduardo Sánchez y Yadián Carbonell.
- 3:00 p.m. Foro Debate: Rememorar Orígenes (Página de Facebook de la Filial Municipal de Contramaestre) Se sumarán foristas que compartirán sus experiencias en el Encuentro de Jóvenes Escritores Orígenes, se publicarán fotos y videos al respecto.
19 de mayo
- 11:00 a.m. Sección de lecturas y mensajes dedicados al Apóstol Al oído de Martí (Páginas de Facebook de la AHS Nacional, Contramaestre y Santiago de Cuba).
- 2:00 p.m. Proyección del documental Un Camino al Corazón de Cuba del realizador Rubén Aja Garí en el Canal de YouTube Buena Luz Producciones.
- 3:00 p.m. Diálogo con el artista visual Alejandro Lescay sobre la influencia de José Martí en su obra (Página de Facebook de la Asociación Hermanos Saíz en Santiago de Cuba)
- 4:00 p.m. Proyección de imágenes referentes al homenaje realizado a José Martí en Remanganaguas en años anteriores (Página de Facebook de la Asociación Hermanos Saíz de Contramaestre)
- 5:00 p.m. Donación de obra de arte del escultor y ceramista Luis Aragón Téllez sobre la figura de José Martí, a la comunidad Carlos Dubois, con la participación del Centro de Estudios Antonio Maceo, la Asociación Hermanos Saíz y la Sociedad Cultural José Martí (Páginas de Facebook de la Asociación Hermanos Saíz en Santiago de Cuba y del Centro de Estudios Antonio Maceo)
A Martí hay que tenerlo cerca todos los días. Pero es válido que nuestros jóvenes encuentren conexión con su legado a partir de motivaciones como estas. El corazón de una isla no tiene tamaño ni color. Late en señal de esperanza para su cuerpo-país. En cada pulsación yace la fuerza para recorrer todos los caminos y volver a refundarnos en nuestros orígenes.
Capítulo #8: La técnica del acueducto (+ galería)
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(aproximaciones a la obra de Alejandro Lescay Hierrezuelo)
I
- ¿Cómo entender el valor de una idea?
- ¿Dónde nos convertimos en parte de la imagen?
- ¿Cuántos cuerpos hacen una imagen?
- ¿Cómo escenificar el silencio?
Algunos artistas están condenados a vagar en la limitada extensión de sus ideas/de sus imágenes. No conocen la técnica del acueducto. La simple maniobra de abrir o cerrar una llave.
En un mundo tan contaminado y accesible, donde todos quieren ser “el artista”, sin conocer la técnica del acueducto y sus interioridades; hay que aprender a ver-nos frente a la llave. Una maniobra tan simple posee significados absolutos.
Al recorrer la obra de Alejandro Lescay Hierrezuelo (Santiago de Cuba, 1987) podemos encontrar-nos frente a la perturbadora situación de observar-nos a partir de un gesto insospechado. Un espejismo interior que no puede negar-nos la representación de nuestra imagen.
En su obra se evidencia un conflicto ineludible: la imagen generacional vs la imagen deteriorada en el fondo. Ambas actúan como una sentencia. Colisionan en un discurso dialéctico donde se revitalizan las emociones/la memoria/identidad/el discurso. Se trata de una búsqueda autorreferencial en el cuerpo colectivo. La mutación de los rostros según la idea, según la plasticidad del contexto. Todo dentro del propio vacío existencial que lo creó. Todo desmaterializado y definido. Presente.
Graduado de Pintura y Dibujo en la Academia Profesional de Artes Plásticas José Joaquín Tejada (Santiago de Cuba, 2007), Alejandro parece estar colocado frente a la llave. Ha conseguido hacer alrededor de 12 exposiciones personales y tener presencia en más de 45 exhibiciones colectiva. Posee una producción amplia y rigurosa que lo sitúan como uno de las nombres a seguir en los próximo años del arte cubano. No solo por el elemento cuantitativo, sino también por su exploración pictórica y conceptual.
- ¿Es un artista experimental?
- Sí.
Desde sus primeras piezas se ha comprometido en la búsqueda de modelos renovadores. Su profanación estilística es el culto al arte vivo. Con sus fondos oscuros y complejos, nos invita a penetrar en un universo próximo. Pues las figuras que se superponen a esos oscuros son identificables en el mundo actual. Se trata de imágenes que atraviesan diversas etapas y estados del individuo.
II
En la serie Los hijos de Matías Pérez (la cual a mi opinión representa el desprendimiento de una adolescencia creativa), el artista encuentra una conexión con los elementos de la naturaleza. Aire/cielo/agua/nieve/ y el mundo animal/ todos en diálogo con la inventiva humana. La naturaleza vs las máquinas. El mundo de las cosas vs el mundo natural.
En ese vínculo yacen sus deseos y angustias por construir nuevas exploraciones en su pintura. Una mezcla de lo onírico/el lienzo/la aventura/el acrílico/el descubrimiento de lo humano/el artista y la llegada a zonas que coquetean con lo inentendible.
Esta es una serie para vivirla similar a la práctica del deporte extremo. La construcción de pasajes inusuales/anónimos también nos muestra el potente imaginario del autor.
Alejandro necesita jugar con lo abstracto. Encuentra la convergencia necesaria entre el color, los elementos figurativos (con trasfondo en la gráfica), y la abstracción como dispositivo definitorio. Desde allí maneja los significados. Desde ese escaparate experimenta y muestra, lo que a mí entender, es el gran tema de la serie: el viaje.
Pudiéramos decir que es un tema recurrente en todo el arte, tal vez incluso demasiado recurrente. Pero en su hacer, el artista nos muestra el viaje con sinceridad e inspiración locuaz. Es indiscutiblemente creíble. Su viaje es el destino humano. Es el fracaso de Matías y la dicha de sus hijos. Es la actualización de nuestros recursos comunicativos/políticos/migratorios.
- ¡Somos los hijos de Don Matías Pérez!
- ¡Vamos a volar/soñar/transitar el espacio fuera de nuestra atmósfera!
- ¡Nadie puede detener a los hijos de quien inventó la técnica del acueducto!
III
Alejandro Lescay es capaz de generar dentro de un mismo concepto la representación del individuo como ser múltiple y específico. A eso le añade significados conductuales que complementan figuras ensombrecidas.
Individuos todos marginados desde la representación. Desde el inacabado retrato de la vida.
Lo anterior expuesto responde a su serie Silencio. Un capítulo creativo que denota su interés por dejar las parafernalias visuales fuera y ahondar en lo oculto.
La serie hace referencia directa al silencio como sonido/comunicación/ostracismo/incapacidad/imagen. Todos los rostros sin boca.
Cada pieza es un tratado sobre lo oculto del ser. Creo que en este punto radica el valor ideológico de la serie como puesta en escena. A veces el individuo prefiere no decir, y otras, no puede; una responde a la voluntad/capacidad de lo biológico y otra a lo social/lo político.
Esas cuestiones norman el comportamiento. Hacen de los seres humanos un concepto desde el ojo que lo observa. Los silencios en esta muestra son más que físicos, inclusos más que decisiones conscientes. Se trata del rostro interior.
Como individuos en sociedad vivimos tras la imagen que los otros fabrican cuando nos interpretan, en lo que reprimimos y ocultamos. Somos máscaras. Personajes que viven bajo el sentido de la verdad que practican, pero que no representa ni exhibe ese rostro interior.
Nuestra expresión/comportamiento/carácter responde a una construcción social. La psiquis duerme nuestros impulsos y emociones cuando creemos que no es afín con la imagen que presentamos. En ese ejercicio (ya perenne), nuestros rostros verdaderos hacen silencio.
Sobre esa tesis descansa (también) la obra del artista. Los silencios de las personas constituyen (en este caso) una exploración de lo abyecto contra su propia naturaleza.
En esta serie podemos ver a un creador posicionado frente a la llave, y también con la capacidad de abrir y cerrarla.
Su obra mantiene una conexión visible con toda su producción precedente, pero nada indica inmovilidad creativa. Los elementos sufren la desmaterialización que invade (incluso) el área conceptual. Sus fondos complejos evocan al encierro y el vacío material de cada figura. Lo figurativo nos conduce por áreas regidas por lo emotivo y sensorial.
Tras apoderarse de imágenes reales, busca re-significarlas/re-interpretarlas a través de las penas, la desesperación, la edad, los miedos, el anonimato y la aceptación de la condena.
Cada obra desde una intención fotográfica, vincula a estos seres con el mundo real, pero desde esa realidad otra que los hace permanecer vivos e inexistentes. Una dualidad que corresponde a la psiquis, que nos habla desde una conducta extra-verbal/extra-física. La actuación implícita en la obra Sin respirar da fe de ese agobio e incapacidad del individuo por imponer su (verdadero) lenguaje.
Con un marcado interés en el dibujo, Alejandro investiga a través del carboncillo y el lienzo. Ejercicio que desde lo pictórico naturaliza y hace más orgánica su investigación. Utiliza además, el acrílico y la técnica Scratchboard para buscar el efecto preciso en la textura. Todo esto desde una paleta reducida que deviene en armonía visual.
IV
- ¿De qué le sirve a un creador como Alejandro Lescay la técnica del acueducto?
- ¿Qué importancia tiene esa maniobra?
El mundo de los artistas es interpretación. Tener la facultad para desnudar al otro tras la exégesis de lo que esconde, es un don poco común. El acueducto es la máquina para regular el agua/idea/concepto a gran escala. La llave por el contrario, es una maniobra que permite la regulación desde lo micro/lo preciso.
En esos bordes transita Alejandro y su obra. Conoce cómo atrapar un concepto y desplegar micro-acciones para nutrirlo de manera endógena. Encuentra la diversidad en lo singular de cada gesto. No desmaya en abrir o cerrar la llave para dar paso a sus contradicciones, luego se expresa. Sabe que la técnica del acueducto no es la reproducción mecánica del gesto, sino la vía consciente por donde circula lo que callamos.
La tecla del intruso
A pesar de los discursos articulados y las brechas otorgadas en situaciones de confrontación entre cultores y representantes de instituciones culturales, así como medios difusores, en el oriente cubano el rap siempre fue –y ¿aún es?– un extraño. La idea que se asume y exporta en torno a los elementos que conforman la identidad cultural del territorio no comprende siquiera la mención del género.
Aun cuando por procesos diferenciados, expresiones como el rap, el jazz y el casi invisible rock conviven en la escena local, ninguno logra su integración a las construcciones que se tienen de “lo santiaguero”. En todo caso, representan intereses de grupos sociales identificados con uno u otro, sin que ello implique legitimación alguna.
El rap, como exponente de la cultura del hip hop, tras su llegada, asimilación y reestructuración músico-textual en la isla bien puede contarse entre esos ya para nada novedosos y diversos rostros de lo identitario cubano en constante conformación.
La modalidad –o modalidades– cubanas, refleja las situaciones específicas de una porción de la sociedad actual y el modo en que generaciones de cubanos las vivencia e interpreta. Sin embargo, si el golpe seco de la palabra ha implicado el sentido de resistencia, no menos resistente ha sido cierto entorno social e institucional al momento de otorgarle espacios dentro del concierto de expresiones actuales.
Aunque los inicios del hip hop en Santiago de Cuba guardan puntos de contacto con el resto del país, su devenir ha sido fluctuante, más allá de los niveles lírico-musicales, en los planos de su creación, promoción y espacios de consumo.
Con el Microphone
Cuando parecía que el rap iba a integrarse al concierto santiaguero no era más que un espejismo. Rebobino.
Los MC llevaban años dando batalla por todo el país, como eclosión cultural, convencimiento y moda compartieron trayecto. El curso determinó quiénes se asentarían o no, mientras otros lograron a través de una presunta postura “contestaria” un modo de vida.
En La Habana surgieron los festivales y después la Agencia Cubana de Rap, puntos sobre los que no tengo nada que aportar. Por estos lares, no sin menos beligerancia y catapultado por el auge nacional, varios de sus exponentes se integraron al ámbito institucional.
El sistema de casas de cultura tuvo la encomienda de sostener los primeros diálogos conciliatorios con los raperos, lo cual incluyó una especie de tutela o apadrinamiento, es decir, “superación musical”; dicho proceso también incluía clases de literatura que incidieran en la elaboración textual de las creaciones raperas.
Estos métodos no estuvieron exentos de crítica en cuanto a lo atinado o no de su aplicación con respecto a las características propias y naturales de la denominada lírica urbana. Si por un lado los decisores culturales lo consideraron un proceso necesario, algunos que se iniciaban y sus seguidores valoraban esta salida como una forma de violentar la esencia callejera de dicha forma cantable.
Con posterioridad, la AHS integró a sus cultores más representativos, aquellos que habían logrado ubicarse en una especie de vanguardia cimentada en la madurez de su obra, el reconocimiento y prestigio entre ellos mismos y el público, hasta la creación-producción discográfica alternativa. En este escenario, los MC pudieron desarrollar su trabajo dentro y fuera de la Casa de los jóvenes artistas. Mutantes resultan los enclaves periféricos donde por años estos hacedores de la música han realizado su performance.
Además de la Casa del Joven Creador, otro sitio emblemático de la Asociación Hermanos Saíz donde su protagonismo alcanza mayor significación se sitúa en la escalinata del Museo Emilio Bacardí, uno de los enclaves de mayor recurrencia en la representación de la imagen urbanística santiaguera.
Esta intersección entre las calles Aguilera y Carnicería ha atestiguado la participación de los raperos junto a artistas de otras manifestaciones. Los estereotipos asignados al modo sonoro-expresivo se difuminan ante los ojos de los propios censores.
Peñas como Kabildazo, Sonido Urbano y espacios desde el Centro Cultural Africano tuvieron el sello de una efervescencia creadora como exponente de la Asociación en Santiago de Cuba. Durante estos años eventos de efímera existencia trataron de expandir la lírica rapera, no obstante, ninguno logró permanencia y trascendencia a niveles sociales más allá de la misma comunidad hip hopa.
Sonido Urbano aconteció a partir de febrero del 2009 y aproximadamente hasta el 2013. En sus inicios tuvo lugar los jueves alternos de cada mes en la Casa del Caribe, liderado por la agrupación TNT Rezistencia y algunas voces en el contexto de la oriental ciudad. Con posterioridad se trasladó hacia el CIROA y esporádicamente a otras locaciones. Además de la expresión cantable y las disímiles manifestaciones del hip hop, involucró a artistas de la plástica, la danza y el teatro, en un proyecto que buscó promover tendencias artísticas desfavorecidas por los medios de comunicación.
La programación de la Plaza Cultural Aguilera –ubicada en el centro citadino–, por ejemplo, en determinados momentos acogió presentaciones de aficionados a la manifestación. Surgieron espacios como Kafé Alternativo, cuyas estrategias apelaron a una mayor flexibilidad y coexistencia entre la llamada música electrónica, el funk, trova, reggae, jazz, rock y hip hop, a lo que se sumó la proyección audiovisual.
Uno de los eventos de mayor perdurabilidad fue el Bonus Track. La jornada buscó aglutinar a voces del territorio y otras zonas del país junto a la participación de artistas de la plástica cuyas obras sostienen discursos comunes, como son los casos Oandris Tejeiro (Joa), Gilberto Martínez y Alejandro Lescay. La agenda incluyó el espacio teórico y las presentaciones musicales dentro de la propia sede.
En el caso del espacio teórico se reiteraron las mismas insatisfacciones, como la ausencia de representantes de la institucionalidad cultural y medios de comunicación convocados a los debates. En determinados momentos afloró la carencia de un hilo conductor de las ideas, por lo que el debate persistió en la manifestación de la frustración de índole diversa de los cultores presentes, sin que en realidad llegaran a vislumbrarse alternativas a las mismas. Cierto desdén por la teoría privilegió el carácter asambleísta por encima del pensamiento crítico.
Mayor renuencia a la convivencia con el rap observaron los catálogos de los Centros Provinciales de la Música, hoy Empresas Comercializadoras. De forma específica en Santiago de Cuba este tema de la “profesionalización” es la resultante de procesos donde las políticas de decisión aún atraviesan por tabúes e indefiniciones que trascienden lo territorial. La actual Empresa Comercializadora de la Música Miguel Matamoros ha acogido en diversas etapas como parte del catálogo de Música Popular a formaciones como Habano Rap, Contraste, TNT Rezistencia, Sentimiento Rapero, Golpe Seko, Cimarrón y Las Positivas. Vale acotar que la mayoría contaba con una larga trayectoria dentro del género rap a su ingreso a este catálogo.
Los momentos hasta aquí referidos y otros que pueda obviar de forma no intencional, no fraguaron más allá de la comunidad rapera la noción de qué es el rap y quiénes sus cultores. Enclaves como la Plaza Juvenil Ferreiro, la Pista Pacho Alonso o el Área del parqueo del Estadio –espacios asignados–, a la postre resultaron de escasa visibilidad.
Fuera de las demarcaciones de la AHS el rap no cuenta en Santiago con una jornada, festival, encuentro o cualquier denominación similar como sí el son, la trova, los coros y ahora el jazz. Las mesas teóricas o esporádicos debates en algún que otro espacio no constituyen momentos trascendentales para pensarlo.
No obstante, a los “contras” algunos integrantes de la colectividad rapera en Santiago de Cuba, en ocasiones, se han visto bajo el influjo de una psicología grupal que apela al discurso de la victimización como modo de autoexclusión.
Aunque sus protagonistas no han contado con el “apoyo necesario” –frase socorrida en estos ámbitos–, no siempre aprovechan todas las posibilidades. Puedo citar el interés que manifestó hace algunos años el Centro de Promoción Literaria José Soler Puig, por la presentación de dos de los números de la revista Movimiento para el cierre de la programación de verano de entonces, lo cual no se concretó por el diálogo impreciso con líderes en aquel momento de la escena rapera, a quienes se les solicitó colaboración. Dichos números fueron presentados en la sede de la Asociación Hermanos Saíz como parte de una jornada, una vez más dentro de los mismos límites.
A mi entender, el ámbito santiaguero no muestra en este momento las más favorables condiciones en cuanto a espacios y promoción, intercambio con el público y socialización, pero lo cierto es que el rap, aunque en contexto difícil, respira.
Relevante es el premio obtenido por los de Golpe Seko con el CD Golpe Seko Brothers, en la Feria Cubadisco 2017. Sin embargo, esta noticia no trascendió más allá de una nota publicada en la página cultural del semanario Sierra Maestra.
Desde la Asociación, los gallos siguen dando pelea y emergen nuevos eventos que aún deben encauzar objetivos y lograr sostenibilidad en el tiempo.
El rap deberá contar con las mismas posibilidades que otros géneros, para comportarse a la altura de esa gran mesa que es la cultura cubana.
¡Silencio!… se habla de arte (+ fotos exclusivas y video)
La cita estaba hecha hacía ya más de seis meses. Fecha, hora, lugar… como en los romances de antaño. Quizás no tan a ciegas, pero sí en “silencio”.
Había nacido en la distancia, como suele suceder en estos tiempos de globalización interconectada. Lejos de Cuba. Allá hay que llenar el tiempo y mover el alma… o viceversa.
Requirió trabajo arduo llegar al estreno. Pero en cada trazo Alejandro Lescay reforzaba la idea de hacer una serie partiendo de esos dibujos y de toda esa figuración.
Asistimos a la génesis de este amorío cuando, en octubre del pasado año, el joven artista ya “reservaba” la galería Arte Soy para llenarla con sus cuadros en el marco del XXXIX Festival del Caribe.
Describamos el espacio: Arte Soy se instaló en un amplio edificio de mediados del siglo XIX, convertida luego en un vasto almacén y más tarde uno de los espacios galerísticos más ambiciosos de la ciudad. Un reto para cualquier artista plástico por el volumen de obras que exige en cuanto a tamaño y calidad.
Personajes recurrentes en varias esculturas y placas de bronce del artista ya eran cómplices de estos “silencios”. Sin embargo, el espacio visual santiaguero solo conocía una de estas obras, presentadas al Salón “SAFE”, que promueve hace varios años la Galería de Arte Universal:
“Me gusta siempre, antes de una serie, tratar de lanzar una obra al público para recibir la retroalimentación que brinda el espectador. La pieza tuvo gran acogida, recibí criterios interesantes que me dieron un camino a seguir”, comentó al Portal del Arte Joven Cubano.
También la nombró con lo impronunciable. El título de aquella obra ha trascendido hasta el estreno de este dos de julio. En esa ocasión, el tríptico “Silencio” obtuvo un premio colateral de la UNEAC, lo que abría las puertas de la institución para este futuro aspirante de su membresía:
“Desde el punto de vista representacional, trabajo con la iconografía del ser humano sin boca o con la boca tapada, representando la ausencia de la comunicación. Pienso que todas las personas tienen silencios y secretos que solo ellos mismos conocen. Casi siempre mostramos una imagen y escondemos el resto. Esa ausencia de voz, esa forma interior, es la que me interesa plasmar en esta nueva serie”, confesó el joven plástico.
Para ello buscó minuciosamente la forma pictórica de representación más adecuada. La intimidad del dibujo como base terminó por convencerlo.
Le siguieron varios estudios del carboncillo sobre distintos soportes y, por último, renunció completamente al color, llevando a los extremos la reducción de su paleta cromática, ya cercana a los grises:
“En la exposición el público va a encontrar 13 obras de pequeño, mediano y gran formato, esencialmente en la técnica de carboncillo, polvo de grafito y acrílico sobre lienzo. Hay una obra en particular que emplea la técnica scratch board que realmente no la conocía, pero se adapta mucho a la forma expresiva que quiero dar”, reveló Lescay.
La Habana y Camagüey serán las próximas escalas de esta exposición. Un viaje habitual que se propone Alejandro Lescay con cada una de sus series, como forma de dialogar con el público.
FOTOS DE LA EXPOSICIÓN